Cleveland

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Edición original: Cleveland (Top Shelf, 2012).
Edición nacional/ España: Cleveland (Gallo Nero Ediciones, 2013).
Guión: Harvey Pekar.
Dibujo: Joseph Remnant.
Color: B/N.
Formato: Tomo rústica 128 págs.
Precio: 18€.

 

Tuvo que morir repentinamente, tras haber superado dos cánceres, para que yo reparase en uno de los grandes historietistas norteamericanos; a más INRI, fue leyendo el sentido homenaje que le hizo el genio de Alan Moore, recordando un pretérito encuentro entre ambos (y sus familias respectivas). El barbudo inglés se ha granjeado fama de cascarrabias por cuatro sobradas contra el mainstream USA (parece mentira lo sensible que tenemos la piel), pero sigue siendo un termómetro fiable del talento propio y ajeno. Un tipo que prologa The Dark Knights returns, Planetary o Sopa de Gran Pena sabe lo que se trae entre manos. También introduce Cleveland, la obra póstuma de Harvey Pekar, ilustrada primorosamente por Joseph Remnant.

Harvey Pekar (1939-2010) es considerado por muchos el padre del slice of life, gracias a la publicación seriada de American Splendor, que empezó en 1976. Minucioso, obsesivo, brillante y poético, Pekar dedicó toda su vida al relato de su parsimonia, entre las aguas tranquilas de su trabajo de funcionario de hospital y la avidez compulsiva por la literatura y el jazz. Voz culta, inclasificable, con vínculos con el undergroud (el maestro Robert Crumb fue uno de sus inspiradores y, a la postre, colaboradores), su obra no se parece a ninguna y, al mismo tiempo, no puede dejar de observarse las deudas que numerosos creadores (de Bagge a Brown) han contraído con él. Un gigante humilde, cáustico, en cuya resignación no hay derrota sino un abismo de lucidez.

Cleveland supone el epitafio de sus cavilaciones. Un canto de amor a una ciudad que lo significó todo para él. Caminando por sus calles y recuerdos, el autor desnuda su alma, inextricablemente unida a la arquitectura, el clima, las gentes, la historia de su pequeño rincón. Una oda teñida de nostalgia y esperanza, a pesar de los negros augurios, del declive. Mejor lo expresa Moore en su introducción: “Cada viñeta celebra el valor que tiene ser quienes somos en nuestro tiempo y lugar, el valor de nuestras vidas individuales, de nuestra época y de los envejecidos y legendarios lugares en los que vivimos”. Pekar, consagrado a la aventura de la insignificancia, revela que lo sublime anida en una vieja melodía, en unos copos de nieve que adormecen unas calles cansadas, en un partido de béisbol que resume una infancia, en una amplia librería que era un baúl de tesoros, en un idilio condenado al fracaso desde el principio.

Joseph Remnant (1982) ofrece un trabajo concienzudo, personal, entregado. Tal es la compenetración que nadie sospecharía que contemplamos la obra de un escritor y un dibujante. Debemos recordarnos que el “Pekar dibujado” no es la versión que Harvey hace de sí mismo sino la mirada (apoyada en la tradición anterior, eso sí) de Remnant, que aporta unos rostros hoscos de ojos alucinados, cuerpos chaparros, incluso contrahechos, deambulando sobre unos escenarios representados fidedignamente. Remnant sabe que aquí es el músico invitado: el concierto es de Pekar. En ese sentido podemos decir que su labor es discreta, si cabe el adjetivo a unas imágenes hermosas e inolvidables, eludiendo la mancha y rallando profusamente, con delicadeza borrosa y orgánica.


Tal vez uno de los aspectos más asombrosos de Cleveland radique en su narración asistemática, con saltos adelante y atrás, omisiones flagrantes, repeticiones periódicas y un difuso impacto del paso del tiempo en el personaje principal (parece mucho mayor durante la II Guerra Mundial, cuando debería contar pocos años; en cambio, luce mucho más joven cuando rebasa los 70) que alejan el libro del cómic tradicional y lo acercan a la literatura, con ese elemento de imprecisa ensoñación que tiene siempre la letra impresa. La prosa de Pekar tiene mucho que ver, pero también es notable la diversidad en la distribución de las viñetas, dispuestas de forma natural y efectiva, sin sorprender al ojo y, al mismo tiempo, evitando repetir esquemas compositivos. Con todo, respira una voluntad totalizadora, como demuestran las primeras y las últimas páginas. A tenor de lo que ya sabemos, la última frase del libro pone los pelos de punta.

Cleveland, candidata en 2012 al premio Ignatz de novela gráfica, fue publicado en castellano a fines de 2013 por Gallo Nero Ediciones en un impecable volumen de 128 páginas que deberían regalarse -si aún no lo tienen- a la menor oportunidad.

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Lemmytico
Lemmytico
Lector
14 enero, 2014 11:03

Pintaza. Y a un precio no disparatado. Apuntado queda.

NobTetsujin
NobTetsujin
Lector
14 enero, 2014 12:03

Otro de los tebeos que provocan mi vergüenza cuando me miran con ojos tristes desde mi pila de pendientes…

Retranqueiro
Retranqueiro
Lector
14 enero, 2014 18:28

Otro que habrá que buscar.

Ocioso
Ocioso
Lector
14 enero, 2014 20:30

No he leído nada de este hombre porque el retrato que hacían de él en American explendor me resultó tan desagradable que se me quitaron las ganas de meterme en su mundo.

asthur-kong
asthur-kong
Lector
16 enero, 2014 12:26

Los cómics de Harvey Pekar «miran» con ojos tristes antes,y sobre todo después de leerlos.

Mr. X
Mr. X
Lector
16 enero, 2014 12:30

«Ocioso
ha comentado el 14 enero, 2014 a las 20:30h
No he leído nada de este hombre porque el retrato que hacían de él en American explendor me resultó tan desagradable que se me quitaron las ganas de meterme en su mundo.»

Jo, pues a mí me encantó la peli de American Splendor.
Y el protagonista, con sus muchos defectos, me cayó muy bien.

asthur-kong
asthur-kong
Lector
16 enero, 2014 16:17

El pack al que alude el señor Samanosuke es un pack que recopila los tres tomos que componen el American Splendor y que publicó La Cúpula.Este pack está saldado ya que en su día yo pagué 20euros por cada tomo.Aún así y como es cierto que «40 napos por probar son muchos napos»,si lo que quiere es probar con Harvey Pekar puede probar con su obra El Derrotista que salió en el sello Vértigo y que en España publicó Planeta y que es menos extenso,menos desembolso y el mismo espiritu.

LynLacie
LynLacie
Lector
3 febrero, 2014 20:35

Pues, otro pendiente para buscar en la tienda de cómic. Además es autoconclusivo por lo que leo. No lo conocía al autor pero tus comentarios me «han abierto el apetito», y además no es caro, 18 euros tal y cómo están ultimamente, se agradecen.
Lo del slice of life es lo que más me ha interesado al leer tu reseña, a ver cómo consigue el autor plasmar tdo eso.
Lo de que el autor vaya cambiando de joven/viejo, comentas que recuerda a la literatura por jugar con ese recurso. Me ha recordado también a una película de animación «El castillo ambulante» de Miyazaki. Juegan también con ese recurso y resulta más que interesante.