Guión: Joe Keatinge
Dibujo: Ross Campbell
Edición España: Aleta Ediciones (2014)
Contiene: Glory Nº 29-34 USA (Image Comics, 2013)
Formato: Tomo rústica de 144 páginas
Precio: 13,95€
Valoración:
La cofradía de cirujanos de Ámsterdam, con el Dr. Nicolaes Tulp a la cabeza, haría un encargo muy especial en 1632 al pintor neerlandés Rembrandt van Rijn: retratar una de sus disecciones públicas anuales realizadas al cadáver de un criminal condenado a muerte. Este era un honor reservado a muy pocos artistas y Rembrandt van Rijn había tenido la fortuna de conseguirlo a sus veintiséis años, cuajando la experiencia en una de sus obras más conocidas, el impresionante lienzo titulado La lección de anatomía del Dr. Nicolaes Tulp. De genio a genio, varios siglos después, en la distópica fecha de 1984, el Mago de Northampton, el británico Alan Moore, guionista entre guionistas, inauguraría su etapa en la cabecera de La Saga de La Cosa del Pantano con su propia y metódica Lección de Anatomía. La operación sería todo un éxito, aunque este cirujano de la viñeta ya había realizado empresas parecidas reinterpretando y readaptando a los nuevos tiempos personajes como Miracleman o el Capitán Britania. Este tipo de habilidad, o don oscuro, se convertiría casi una seña de identidad de la carrera de Alan Moore como podríamos comprobar, en menor o mayor grado, en La Broma Asesina, Watchmen o sus historias cortas con Superman. Sin embargo, llegados los noventa autores, guionistas y dibujantes con ínfulas de ser algo más, lejos de aprender la lección se contentarían con lo más obvio, con su visión adulta del género superheroico, con la oscuridad -nunca con la complejidad- de sus personajes y el cinismo metaficcional de sus historias degeneró en un grim and gritty de segunda carente de los matices y relieve de las obras del Mago de Northampton.
En esos años la industria mutaba, Rob Liefeld se convirtió a sí mismo en un icono, un autor que haría de la cultura del copypaste todo un decadente arte «desestilizado» por su dibujo, convirtiéndose también en uno de los fundadores de la editorial Image Comics de la que en la última década sólo podemos dejar caer halagos y buenas palabras. Pero no sería así en sus inicios, pese a su innegable éxito que permitiría a Rob Liefeld arrastrar en su deformada y testosterónica caída al mismísimo Alan Moore. En consecuencia, polos opuestos se acabarían atrayendo para llevar su pasión hasta su clímax final en 1997 con El Día del Juicio, un crossover del sello Awesome Comics del propio dibujante cuya intención última era relanzar y redefinir la cabecera de los Youngblood. Por supuesto, Rob Liefeld sabía que nadie podría hacer mejor ese trabajo que el afamado guionista británico, “un generador de tendencias” que se había entregado por esa época a los trabajos alimenticios y puramente testimoniales. La oportunidad estaba servida en bandeja, aunque para ninguno de los dos la experiencia pasaría al recuerdo, ni los resultados serían para elogiar ni la relación de Rob Leifeld y Alan Moore llegaría a consumar su prefabricado y precipitado romance. Pero el creador de Cable, Masacre o Prophet había aprendido el camino, o eso se desprende en la actualidad del relanzamiento de sus personajes y cabeceras ligadas ahora al sello Extreme Studios de su misma propiedad.
La solución era realmente sencilla, sólo debía encontrar un autor con talento y habilidad para dar un nuevo impulso y vuelta de tuerca a sus antiguas creaciones para Image Comics. Para ello, como descubriría el dibujante estadounidense, era fundamental alejarse y renunciar al mando del proyecto aprendiendo a delegar las facetas creativas del proceso a guionistas y dibujantes más dotados que él mismo para dicha empresa (abriendo así un abanico casi infinito de posibilidades). La experiencia ha tenido su mayor éxito con la reinterpretación del mencionado Prophet llevada a cabo por Brandon Graham, Simon Roy, Farel Dalrymple y Giannis Milonogiannis, dando unos excelentes resultados que pillarían por sorpresa a los lectores y la crítica especializada por su desbordante imaginación y calidad. Pero antes de Prophet, Rob Liefeld ya había ensayado el plan con otro de sus personajes, la impresionante y brutal Glory, un «clon defectuoso» de Wonder Woman que nacería en 1993 en las páginas de Youngblood Strikefile #1 como la guerrera Gloriana Demeter, hija de la líder de las amazonas Lady Demeter y del demonio Lord Silverfall del Mundo Subterráneo y llegada a la Tierra para convertirse en su protectora y salvadora. La andadura original del personaje sería bastante breve, ni siquiera Alan Moore que en 1999 intentaría darle un sentido a esta «aberración liefeldliana» lograría salir bien librado del reto, dejando a Glory agonizar y caer en el olvido hasta que recientemente el guionista Joe Keatinge y el dibujante Ross Campbell se harían cargo de sus aventuras.
En reseñas anteriores comentábamos como la Glory de Joe Keatinge y Ross Campbell suponía un pequeño soplo de aire fresco para el género superheroico pero, especialmente, para el concepto generalizado entorno a los personajes femeninos de este tipo de publicaciones, «con una superheroina que rehúye la etiqueta de reclamo sexual para transfigurarse definitivamente en una guerrera crepuscular anabolizada y bestializada, realzando su carácter no humano y su componente mesiánico». La historia hasta ahora nos había dejado a una Gloriana Démeter enfrentada a sus terribles progenitores, interesados en destruir y conquistar la Tierra, llevándonos esto a su situación actual en el presente tomo publicado por Aleta Ediciones en nuestro país, conclusión de etapa y final de camino para el gran trabajo realizado por Joe Keatinge y Ross Campbell con el personaje. De esta manera, los acontecimientos se precipitan cuando Glory busca reclutar un ejército para hacer frente a las fuerzas que amenazan la Tierra y mientras la pequeña y fiel Riley Barnes intenta que la hormonada superheroina no pierda la perspectiva y su quebradiza humanidad. Pero la guerra no podrá ser ganada sin una pieza clave, Nanaja, la hermana menor de Glory, una aliada imposible y enemiga mortal de la amazona por la que tendrá que arriesgar su vida y la de sus propios amigos. Para cuando se cierra el relato la vieja Glory ha muerto para dar rienda suelta a una homóloga apenas similar, diametralmente opuesta, una superheroina que trasciende su referente y renace como algo nuevo.
El fantástico concepto de la «metamorfosis mooriana» ejecutado de la manera más orgánica y natural posible, eludiendo juegos metaficcionales, triunfando allí dónde hasta el maestro había fracasado, porque para Alan Moore Glory sólo fue el equivalente a unas probetas y tubos de ensayo en los que intentar alambicar la fórmula de su Promethea. La gran habilidad en los guiones de Joe Keatinge, ganador del premio Harvey de 2008 y el premio Eisner de 2010 a la Mejor Antología por Pop Gun, radica en su manera de contarnos una historia que en ningún momento se preocupa por los elementos habituales del género superheroico, aún cuando su presencia en el trasfondo resulta evidente, convirtiendo sus clichés en un pequeño subtexto dentro de una aventura de resonancias trágicamente shakesperiana y con un «contexto-amalgama» de fantasía y ciencia ficción. Pero en una propuesta como Glory, con un apartado gráfico definido por el sugerentemente visceral, polimórfico y antiestético trazo de Ross Campbell, cuesta concebir dónde comienza el trabajo del guionista y dónde el del dibujante, sobre todo teniendo en cuenta que Joe Keatinge también tiene su faceta como ilustrador y su compañero tiene publicados varios trabajos como autor completo como son The Abandoned, Mountain Girl, Shadoweyes o Wet Moon. En este sentido, la simbiosis se antoja más íntima y próxima de la que mantendrían otros equipos creativos, cuajando en una fluida narración y caracterización de personajes y mundos que nos arrastra por los ojos hasta el corazón del relato.
Hablamos de un cómic que, a pesar de todo, habiendo encontrado su propia voz, lo ha hecho sin renegar de los orígenes de su personaje por estridentes que estos fuesen, Joe Keatinge y Ross Campbell no hacen más que continuar la historia que en su día Rob Liefeld iniciase para dotarla de otra dimensión -o varias- descubriendo en Glory un carácter y fuerza seguramente desconocidos incluso para su propio creador. En unos pocos números tenemos un relato autoconclusivo en el que todo lo inimaginable resulta posible y todo lo que podríamos esperar adquiere un renovado significado al eclosionar su personaje protagonista en una insana, animalizada y explosiva diversión que recoge evidentes influencias y características del «heroísmo gore» del Invencible de Robert Kirkman. En esto último se recrean mucho sus autores administrando con inteligencia su sello personal, haciendo de la violencia gratuita un punto de interés tan atractivo de la obra como puedan ser las vueltas de tuercas de su guión, las conversaciones y diálogos de unos personajes a los que apreciamos por su humanidad y con los que conectamos por su carencia de la misma y, entre otras cosas, por su desacomplejada y arriesgada manera de contarnos su particular epopeya. En definitiva, Joe Keatinge y Ross Campbell muestran en Glory una forma de reinventar lo reinventado apelando a la citada «metamorfosis mooriana», con una cirugía nada invasiva, consecuente con el historial del paciente y sin descuidar nunca las motivaciones y cuestiones psicológicas implícitas en la operación.
Reseña de Glory. Volumen Uno: La destructora que fue y será de Joe Keatinge y Ross Campbell
Tengo el segundo tomillo pendiente; el primero, me gustó bastante. De las dos series de los nu-Extreme Studios, Prophet me gustó más, pero ambas son de lo más recomendable.
¡AVIV BOR!
Este 2 tomo aún no lo tengo pero caerá en breve, cada vez me gustan más las historias de supers que se hacen fuera de las dos grandes ya que no están adscritas a ninguna regla de control.
Yo lo cogí con muchas ganas y de hecho el primer tomo me gustó tanto que lo fui siguiendo en digital pero hay un punto en el que la trama principal (¿qué fue de Glory?) se deja un lado y comienza la batallas y peleas a cuál más cafré (fantásticamente dibujadas eso sí) que me empecé a aburrir y al final no sé si del volumen o de la serie en sí, la explicación de todo, es simplemente estúpido un «monstruo de final de darse más» en resumen un dibujo espectacular en una serie que se basa en peleas gore y en escenas picantes. ¿no era esto lo que criticabamos de la Image de los 90?
Estoy de acuerdo con dhaldon: da la impresión de que los seis últimos números los haya escrito un guionista diferente (y más limitado), porque toda la magia del comienzo se pierde de forma bastante brusca. Una pena, porque esta etapa prometía bastante.
A mí el primer tomo me gustó mucho. Este segundo, pues no está mal, pero da la sensación de que lo han acabado a toda prisa, con lo que el final de la historia pierde un poco.
El dibujo…..pues bueeeeno, a veces es bueno y otras se pasan tres pueblos y los personajes quedan bastante deformes. No me convence mucho, la verdad.
Eso sí, el personaje de la hermana es un puntazo.
Gracias por los comentarios 😉
«[…] en una serie que se basa en peleas gore y en escenas picantes. ¿no era esto lo que criticabamos de la Image de los 90?»
Yo creo que Glory tiene algo más que sangre y escenas picantes. Incluso diría que de esto último no tiene porque los relaciones están tratadas desde otra óptica y están muy lejos de ser el típico reclamo gratuito, tienen un sentido, una explicación y sirven a la trama. En mi opinión, poco que ver con los noventa, dónde sólo había forma y no había ninguna hoja de ruta o guión.
Estoy de acuerdo en la precipitación de la trama en su conclusión pero también creo que durante los números previos se ha estado calentando el ambiente para esa batalla final y su guionista se toma bastantes números para prepararla. Lo mismo no estamos acostumbrados que un cómic de este tipo tenga una etapa tan autoconclusiva xDD A mí, en todo caso, alguna vuelta de tuerca sí me parece algo forzada, pero, en términos generales, el resultado me parece notable, la etapa es bastante redonda y tiene una personalidad que pocas series mainstream poseen en la actualidad.
No, si ya digo que en conjunto me ha gustado bastante (el dibujo algo menos,pero tampoco me estorba). Pero me queda el regustillo de «sí, es bueno, pero podría haber sido la leche». Y lo de que es autoconclusivo, pues para mí es más bien un punto a favor.
«en todo caso, alguna vuelta de tuerca sí me parece algo forzada»
¿algo forzada? Coño, sólo por el momento en que el
SPOILERS
Padre, que se supone es el malo malísimo desde el principio y que ha estado mandandoles bichos a mansalva para matarla/capturarla, entra en la cocina y las invita a desayunar, explicándoles que sólo quería hablar con ella, que el malo es Godzilla, eso no es forzar la tuerca, es cargartela y dejar la serie en en una situación ridícula. Lo dicho, premisa interesante, desarrollo y conclusión decepcionante, un final que es una tomadura de pelo.
¿Veis la portada en la que está de espaldas con una niña de la mano?
A mí me gustan las chicas delgadas, pero por algún motivo veo esa mole con coletitas y me pongo burrísimo.
Tenía que compartirlo.
Se llama Anastimafilia, no te preocupes, cada uno con sus hobbies, mira sino a Spirit, ahora lo de que defiendas a Bendis… eso es mas grave.
Vaya por dios, un cuelgue de ZN se tragó mi último comentario.
Venía a decir que la anastimafilia es el gusto por las gordas, pero Glory no está gorda, es la culturista suprema. Si una culturista normal parte nueces con el culo Glory parte cocos con el chichi.
Vamos, que te hace la tenaza y te deja nenuco.
Eso tiene un morbo que te cagas.
Un clásico del videoclub para las nuevas apetencias de Ocioso.
https://www.youtube.com/watch?v=YM_Tb2FCozo&oref=https%3A%2F%2Fwww.youtube.com%2Fwatch%3Fv%3DYM_Tb2FCozo&has_verified=1&hd=1
¡Raye Hollit alias Zap! ¿Os acordais de cuando salía en la tele en los Gladiadores americanos de Tele 5?
De hecho, es la única gladiadora que recuerdo. Había una negra que se llamaba blaze, no? Y una que era Lazer?
También recuerdo años después una copia del programa en plan medieval que se llamba «Magos y Guerreros» o algo así y que parecía una fusión entre Gladiadores Americanos y el Rescate del Talismán.
Gozada de comic, a mi gusto, porque nos cuenta una historia en un estilo comprometido consigo mismo, siempre fiel a sus formas y excesos. Creo que lo más inesperado, interesante y valorable del final fue (spoiler, supongo, aunque si aún no lo leen no sé qué hacen leendo esto) ese romance con la gordita, y lo que significó para el personaje.