Las exposiciones del Salón Internacional del Cómic de Barcelona siempre son ese pasatiempo que nos permite abstraernos del enorme bullicio del evento, un pequeño aperitivo, muchas veces jugoso y otras simplemente entretenido o curioso, perfecto para desconectar de nuestras compras y colas de firmas, descansar de nuestra peregrinación por el recinto o, simplemente, pasar el rato sin más preocupaciones. En ese lapso de tiempo se convierten en las protagonistas absolutas del espectáculo y este año posiblemente más que nunca porque en esta edición del Salón Internacional del Cómic de Barcelona tenemos en este apartado una gran variedad temática y diversidad de frentes. La oferta en esta ocasión parece empeñada en dar cabida todo, desde los espacios dedicados a celebrar aniversarios de personajes como Lobezno, Batman o Popeye, pasando por retrospectivas a autores como Miguelanxo Prado o Purita Campos, hasta los homenajes al humor gráfico o conmemoraciones, a priori menos halagüeñas, como Cómics en guerra. Por lo tanto, cada asistente puede encontrar algo en estas exposiciones que llame su atención y, en general, conocer los pequeños microcosmos y universos paralelos de los que se conforma el mundo de la historieta.
Este año podríamos empezar destacando la exposición 85 años de Popeye el marino dedicada al inmortal personaje creado por Elzie Crisler Segar en 1929, ese héroe capaz de multiplicar su fuerza mediante la ingesta cruda de espinacas, enamorado de la entrañable Olivia y enfrentado eternamente contra su gran adversario Brutus. En esta exposición podremos realizar un recorrido por la historia del personaje, conocer de su nacimiento y ascenso en las tiras cómicas de la época, saber de algunos otros autores ligados a sus aventuras y también su paso por otros medios, desde sus primeros cortos de animación y series animadas, a los videojuegos o incluso su salto a la gran pantalla en 1980 de la mano de Robert Altman en el Popeye interpretado por Robin Williams.
Pero el marinero fortachón de Elzie Crisler Segar no es el único que esta de celebración en la presente edición del Salón Internacional del Cómic de Barcelona porque la organización no ha pasado por alto que tanto Marvel Comics como DC Comics conmemoran en estas fechas el aniversario de dos de sus personajes más populares: Lobezno y Batman. La cuarentena ha llegado para el mutante de las garras de adamantium y el personaje creado en 1974 por Len Wein y Herb Trimpe lo asume en el mejor estado de forma posible. Desde la etapa de Chris Claremont en la Patrulla X el bueno de Logan no ha hecho más que crecer hasta transfigurarse en infatigable éxito de ventas y un potente reclamo cinematográfico debido a las interpretaciones de Hugh Jackman en la saga fílmica de los X-Men de FOX. En la exposición titulada Lobezno. La madurez del superhéroe podremos encontrar un pequeño recorrido a lo largo de las décadas por la evolución gráfica de este personaje fetiche de Marvel Comics contando con originales de varios autores, entre ellos varios españoles.
Por su parte, 75 años de Batman rinde culto de igual manera a la creación de Bill Finger y Bob Kane, el superhéroe que nació a la sombra del Superman de Jerry Siegel y Joe Schuster en 1939 en el mítico Detective Comics #27 ha sobrepasado hace mucho tiempo la madurez y ahora se acerca peligrosamente a una edad adulta en la que no ha perdido la fuerza y la pasión de sus mejores tiempos. En este espacio encontraremos con bocetos e ilustraciones originales de autores míticos de la historia del Caballero Oscuro de la talla de Neal Adams o Bill Sienkiewicz, y también material muy jugoso para el coleccionista de figuras, o incluso de la nostalgia, con esos álbumes de cromos de las películas de Tim Burton.
Pero dejando a un lado aniversarios y superhéroes está claro que la exposición estrella de este Salón Internacional del Cómic de Barcelona es la ya mencionada Cómics de guerra, una antológica de la viñeta bélica en la que recordamos el centenario del inicio en 1914 de la Primera Guerra Mundial y también otros conflictos históricos que cumplen ahora su 75 aniversario como puede ser el inicio en 1939 en de la Segunda Guerra Mundial o el final, en ese mismo año, de nuestra Guerra Civil Española. Pero además, en este caso, Cómics de guerra no se limita en su alcance a estas guerras y encuentros armados sino que realiza un crudo viaje por toda nuestra historia, desde la antigüedad a la más rabiosa actualidad, a través siempre de las historietas y aventuras de corte bélico. De esta manera, la organización ha puesto al alcance de los visitantes, para culpable deleite, una amplia recopilación de originales de todos los rincones del mundo y de las más diversas publicaciones y autores del género como pueden ser Joe Sinnott y Stan Lee (en Nam), Lopez Espí (mítico portadista de Vértice), Cels Piñol y Àlex Santaló (con su 1714 Baluard), y muchos, muchos más.
La exposición ocupa prácticamente todo el pabellón 1, y es probablemente de las más grandes que se han visto jamás en el Saló. No solo por la cantidad de originales, sino también por todas las escenificaciones y vehículos militares que se reparten por toda la zona. Lo cierto es que el impacto inicial es considerable, e invita a pasear por ahí. Para la escenografía de esta exposición la organización ha contado con la colaboración de diversas asociaciones de reconstrucción y recreación histórica como la Asociación Catalana de Coleccionismo de Uniformes Históricos (ACCUH), la Asociación Batalla del Ebro, la Associació Miquelets de Catalunya y la Associació de Recreació Històrica Coronela de Barcelona. Todo esto se complementa con diversas actividades relacionadas con el tema y llevadas a cabo en el recinto tales juegos de estrategia, proyecciones y una serie de conferencias y mesas redondas organizadas en común por la Universidad de Barcelona y FICOMIC, participando en ellas por igual historiadores y autores de cómic.
Para pasar el mal trago de tanta guerra, destrucción y muerte nada mejor que algo de humor y eso lo podemos encontrar en Por el derecho a sonreír, una exposición homenaje a los talentos del humor gráfico de nuestro país que consiguen a diario hacernos esbozar una sonrisa hablándonos de política, recortes sociales y crisis. Esta exposición cuenta con ilustraciones y tiras cómicas encontradas en las publicaciones, revistas y periódicos del país realizadas por autores y maestros de la chiste gráfico como pueden ser Albert Monteys, Alfonso López, Enrique Pérez, Ferreres, Idígoras y Pachi, Jesús Zulet, José Manuel Puebla, Kap, Manel Fontdevila, Peridis o Rafa Sañudo.
En sintonía con esta última exposición, como si se tratase de la otra cara de la moneda, tenemos también Viñetas Autobiográficas que se adentra en la historia del género autobiográfico adscrito a la viñeta de nuestro país desde los años setenta, con pioneros como Enric Sió, Luis García o Carlos Giménez, hasta el presente, recuperando todo un reguero de historietas a la que han estado ligado autores como Joan Mundet, Ramón Boldú, Miguel Gallardo, Antonio Altarriba, Kim, Tomeu Seguí, Miguel Fuster, Óscar Sarramia, Isabel Franc o Cristina Bueno. De todos estos nombres y muchos más Viñetas Autobiográficas recupera obras, páginas y originales para intentar hacernos comprender la importancia a nivel social, cultural e histórico de este tipo de obras cada vez más habituales en el mercado de nuestro país.
El resto de exposiciones de este XXXII Salón Internacional del Cómic de Barcelona son espacios dedicados a algunos de los ganadores de los galardones del certamen del pasado año como son las retrospectivas dedicadas al desaparecido fanzine Adobo, Premio al Mejor Fanzine en la anterior edición; la muestra centrada en La piel del oso de Zidrou y Oriol Hernández, obra que supondría el Premio Autor Revelación para su dibujante; la commemorativa protagonizada por el Ardalén de Miguelanxo Prado, Premio a la Mejor Obra (de un autor español) de la pasada entrega del evento barcelonés; y, finalmente, el homenaje a Purita Campos que ya fue reconocida en 2013 con el Gran Premio del Salón Internacional del Cómic de Barcelona.
Entre este último grupo destaca precisamente la antología dedicada a esta última, Purita Campos. Más allá de Esther, en la que se nos ofrece una visión de conjunto y un acercamiento a la carerra de esta profesional. En este espacio encontraremos bocetos e ilustraciones originales sobre los primeros pasos de Purita Campos en el mundo de la historieta en los años cincuenta, en la Editorial Bruguera y como portadista de revistas femeninas como Dalia, As de Corazones o Celia. Y desde ese punto hasta el regreso a su obra más conocida hace unos años en Las nuevas aventuras de Esther, personaje al que popularizó en España durante los años setenta en la cabecera Esther y su mundo. Por su parte, en la exposición dedicada al Ardalén de Miguelanxo Prado tenemos una interesante oportunidad para disfrutar del proceso creativo de esta obra con todo tipo de material original y explicaciones del sistema de trabajo de su autor.
Joder. Hay algunas que me encantaría ver. Pero, sobre todo, me encantaría tener la ocasión de poder robar alguno de los originales de Ardalén. Esa ilustración de las ballenas surgiendo del bosque… ¡Acojonante!
Sí. Me mola Miguelanxo Prado. Y me flipó Ardalén. Ya sé que se nota.