Batman. Serenata Nocturna: El origen del Caballero Oscuro

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Edición original/ España: Batman. Serenata Nocturna: El origen del Caballero Oscuro (Timun Mas, 2014).
Autor: David Hernando.
Formato: Libro cartoné, 232 págs.
Precio: 14,90€.

 

Decía John Ford, tal vez el mejor cineasta que ha dado la cinematografía mundial, que entre la verdad y la leyenda había que escoger siempre la leyenda. Una gran frase que él mismo se encargaría de refutar en El hombre que mató a Liberty Valance (1962), lúcida radiografía de las entrañas de dolor y decepción detrás de las brillantes (y acartonadas) fachadas de triunfo. Algo así ha hecho en su último libro el especialista David Hernando con el origen de Batman, una de las creaciones más infecciosas de la cultura popular. Serenata nocturna: El origen del Caballero Oscuro reinstaura el crédito del hombre cuyas aportaciones fueron tan esenciales a la mitología de Batman que, por méritos propios, debería figurar como cocreador del personaje y de su idiosincrasia reconocible.

El Cruzado de la Capa debutó en el histórico Detective Comics#27 (mayo 1939) con la entrega de seis páginas titulada “El caso del gremio de químicos”, que remedaba un relato del héroe pulp La Sombra. Su aceptación fue fulminante. En menos de un año obtenía nueva cabecera con su nombre. Nacido como respuesta al descomunal éxito de Superman, Bob Kane había aceptado el encargo de las oficinas de la futura DC y recibió el aplauso unánime por el resultado. Entonces nadie sabía de la participación del escritor Bill Finger (1914-1974), responsable de bruñir la imagen definitiva (el boceto original de Kane presentaba a un justiciero de mallas rojas y antifaz negro), así como de aquilatar su personalidad y alter ego (el millonario Bruce Wayne, vengador de sus padres asesinados); por no mencionar los vistosos miembros de su galería de secundarios y antagonistas: el comisario Gordon, Robin, Catwoman, el Joker (de una idea original de Jerry Robinson), Alfred, el Pingüino, Clayface, etc. Finger, sin estudios reglados, de constitución delicada y ánimo tranquilo, había sido rescatado por Bob Kane de lo que parecía una inevitable esclavitud laboral en una tienda de zapatos, con la que a duras penas ayudaba a su familia a subsistir, a cambio de fabular conceptos y peripecias excitantes para su nuevo señor.

A estas alturas es bien conocida la artimaña con la que Kane se aseguró la paternidad única de la criatura y los pingües beneficios asociados. Quizá por su breve paso por el estudio de Will Eisner, Kane había desarrollado un fino olfato comercial del medio que -no lo olvidemos- en los años ’30 estaba aún en matillas. Desgraciadamente, tal visión adelantada a su tiempo pasaba también por el desprecio de los azares de sus compañeros de profesión, a quienes utilizó y ninguneó en la medida de sus posibilidades. Finger fue uno de los vampirizados. Todos sus esfuerzos, y no fueron pocos, engrandecieron a Batman y, de rebote, a su demiurgo oficial, el único nombre autorizado a aparecer en un cómic del Hombre Murciélago, fueran quienes fueren sus artífices reales. Finger, mientras tanto, escribía en la soledad de su apartamento, acuciado por las fechas de entrega. Sus guiones meticulosos, sus hábiles tramas, su instinto para la narración secuencial, le valieron distintos encargos alejados del reino de Kane, estos sí, acreditados: el primer Green Lantern (Alan Scott), Wildcat o la novia juvenil de Superman, Lana Lang, vieron la luz gracias a su inventiva. Más tarde, la vida le llevaría a probar fortuna en series de tv y pequeñas producciones de Hollywood, pero nunca abandonaría la historieta, su gran pasión, ni dejaría de amar el personaje que había cimentado en la sombra.

Bob Kane apartó de los focos a cualquiera que pudiera hacerle sombra como artífice del Señor de la Noche
Bob Kane apartó de los focos a cualquiera que pudiera hacerle sombra como artífice del Señor de la Noche

Consuela pensar que el tiempo pone las cosas en su sitio. A mediados de los ’60, gracias a los nuevos vientos propiciados por unos animosos Julius Schwartz y Carmine Infantino (directos responsables de que siga habiendo superhéroes a día de hoy), la labor de Finger empezó su lento camino al reconocimiento; tan lento que, a su muerte en 1974, el autor apenas había empezado a saborear sus mieles. Desde entonces mucho se ha andado. Incluso un galardón lleva su nombre. Sus mayores aportaciones, sin embargo, siendo un secreto a voces, no han sido oficialmente reconocidas todavía, pese a la insistencia de sus herederos y de reputados valedores como Jerry Robinson, Roy Thomas o Marc Tyler Nobleman.

Lo mencionado hasta ahora son fríos datos, fáciles de consultar. También los recoge Serenata nocturna: El origen del Caballero Oscuro, aunque la tarea de Hernando es más ambiciosa, en cuanto a ejercicio de comprensión global, y más sutil, en tanto canto de amor a un tiempo y una forma de entender la historieta enraizada en el sacrificio, el talento y el orgullo de la ficción. Hernando, transustanciado en Finger, escribe un doliente adagio que se asimila con la verdad que solo puede traer la ficción. No hay contradicción alguna. Perfeccionando la técnica que tan buenos resultados le diera en Superman: La creación de un superhéroe, indagando en bibliografía y testimonios (muchos de ellos primicias) de los más señalados testigos, el resultado es una crónica apasionante que desnuda al hombre y su oficio, al mismo tiempo que pinta un fresco nada complaciente de los años seminales del comic book norteamericano. En febrero, recordando el centenario del nacimiento de Finger, avanzábamos parte de los contenidos: introducción del escritor Roy Thomas, especialista en la Golden Age, documentos inéditos proporcionados por Athena Finger, nieta del homenajeado, en colaboración con el investigador norteamericano Marc Tyler Nobleman, así como información extraída de entrevistas exclusivas a familiares de los creadores y a personalidades del mundo editorial USA como Jim Amash, Scott Beatty, Danny Fingeroth, Devin Grayson, Gary Groth, Gerard Jones, Denis Kitchen, Brad Meltzer, Jacque Nodell, Graham Nolan, Denny O’Neil, Alan Porter, Jens Robinson, Roy Thomas o Michael Uslan. El volumen se cierra con la carta que Bob Kane -reivindicando su autoría en solitario- envió en 1965 al fanzine Batmania, un profuso anexo bibliográfico y un encarte fotográfico de ocho páginas a color.

Finger vivió en el anonimato durante toda su vida y murió solo, pobre y sin reconocimiento oficial alguno de su participación en la creación de Batman -Batman. Serenata Nocturna -David Hernando

La obra trasgrede las convenciones del biopic y del ensayo por igual. Es casi otro género a medio camino entre ambos. Hernando aúna hechos con introspección psicológica, repaso histórico con una verdadera preocupación estilística y una inspiración que le hace firmar la mejor prosa que le he leído hasta la fecha. No es una obra para convencidos, si es lo que temen. España siente un irracional desprecio por los albores de la ficción superheroica hasta el punto de que no son pocos quienes atribuyen el mérito de los tipos en mallas a Stan Lee y Jack Kirby (e incluso los impulsores del imperio Marvel les parecen a algunos “pasados de moda”). La llamada Edad de Oro del cómic USA es una asignatura pendiente desde la distorsión editorial que produjo la censura del Régimen de Franco. Son necesarios más estudios esclarecedores como este, que pongan en valor el impresionante caudal creativo de aquella época vituperada como “infantil”. Desde el rigor, pero también la amenidad, puede reconstruirse un tiempo maravilloso, menos inocente de lo que se piensa, salpicado de trayectorias irrepetibles.

Buena muestra de lo que digo puede comprobarse sin abrir el libro siquiera. La excepcional portada dibujada ad hoc por el flamante ganador del Premio Nacional de Cómic 2008, Paco Roca (Arrugas, Los surcos del azar), es un golpe de creatividad que refleja con maestría el interior. El análisis de su composición y referentes ilumina los puntos clave de una vida: la inseparable gorra de béisbol coronando la cabeza; el pisapapeles imitación del escarabajo de oro de Poe, origen de tantos misterios; las noches de café y entrega maníaca frente a la máquina de escribir para cerrar los guiones; la radio que suena incansable con Mozart o Beethoven; los archivadores a rebosar de recortes variopintos con que documentar las intrigas futuras; la libreta de apuntes que desatasca los frecuentes bloqueos creativos; la ciudad que no se para desde la ventana; pero, sobre todo, el hombre de espaldas a un murciélago que secretamente se inscribe con papeles tirados en un haz de luz eléctrica. Prueben a mirar de nuevo la ilustración tras leer el homenaje que el hijo de Finger hace a su padre tras su muerte. ¿Sienten el escalofrío?

Serenata nocturna: El origen del Caballero Oscuro llegó a las librerías el pasado 6 de mayo en una edición impecable de Timun Mas en tapa dura por 14’90€.

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Sergio Aguirre
13 mayo, 2014 11:13

Genial reseña, Javier. La verdad es que le tengo muchas ganas a este nuevo libro de Hernando, y por lo que cuentas parece que están justificadas. Es oficial: se me han puesto los dientes largos 🙂

BLUNTMAN
BLUNTMAN
Lector
13 mayo, 2014 12:04

Una reseña muy interesante y el libro tiene pinta de estar estupendamente documentado pero tiene un pequeño fallo: carece de fotos e imágenes, cosa que aberra los lectores ocasionales que se dedican a ojear el libro por encima para ver como es su interior (sí, parece una chorrada pero hay mucha gente que hace eso).
Un saludo.

Tachuela
Lector
13 mayo, 2014 13:30

Será que ese público (el de los libros ilustrados) es muy diferente del público que quiere el autor/editorial.

Estoy mirando mi estantería y tengo más libros sin dibujos que con ilustraciones, no sé.

Lemmytico
Lemmytico
Lector
13 mayo, 2014 14:36

Qué pintaza. Tanto que leer y tan poco tiempo…

Docz
Docz
Lector
13 mayo, 2014 15:09

Vamos, que Bob Kane fue el ídolo de Stan Lee

Mr. X
Mr. X
Lector
13 mayo, 2014 15:12

“Tachuela
13 mayo, 2014 de 13:30
Será que ese público (el de los libros ilustrados) es muy diferente del público que quiere el autor/editorial.

Hombre, supongo que el Sr Blutman se refiere que, al ser un libro que trata sobre el mundo del cómics, unas cuantas ilustraciones de los cómic de Batman de Finger y Kane no habrían venido mal. De todas maneras, tiene pinta de ser superinteresante.

birdman
birdman
Lector
13 mayo, 2014 15:53

Excelente reseña. Si este libro es la mitad de bueno que su anterior libro «Superman: la creacion de un Superheroe», es compra obligada. Es increible la cantidad de datos que aporta y lo atrapante del relato.
Se agradece que esten en Google PLay porque a Argentina no llegan

BLUNTMAN
BLUNTMAN
Lector
13 mayo, 2014 16:05

Efectivamente, me refería a lo que ha dicho Mr.X, que con un par de foticos en el interior del libro, hubiera quedado más interesante para los que no saben ni se atreven a mirar este tipo de libros. Todo esto viene a que casualmente, el dia del comic gratis, via varias personas hacer exactamente lo que digo: mirar el libro, hojearlo y como no ven ninguna ilustración o foto de referencia, dejarlo en el apartado de «gafapaster del comic».
Por otra parte, gracias a esta reseña el libro me parece muy interesante y de compra obligatoria.

Ocioso
Ocioso
Lector
13 mayo, 2014 16:10

Hay que ver lo que sabe Hernando sobre Superman y Batman y el cariño que demuestra hacia los personajes. ¡Este hombre debería ser el editor en España de DC, lo haría de puta madre!

José Torralba
13 mayo, 2014 16:22

Con un par de foticos en el interior del libro, hubiera quedado más interesante para los que no saben ni se atreven a mirar este tipo de libros.

El libro contiene 8 páginas a color con 16 fotos. Entre ellas, la ilustración original de Jerry Robinson para el Joker o una ilustración a cargo de Ty Templeton que muestra cómo habría sido el Batman que imaginó Kane.

Juan
Juan
Lector
13 mayo, 2014 16:23

Bluntman, no sé qué libro mirarían porque lleva 16 fotos (las acabo de contar), algunas justo lo que pides: fotos de Bill cedidas por Athena Finger o de Jerry Robinson, etc.

Arturo Porras
13 mayo, 2014 16:54

Para mí , compra segura. No abundan los ensayos sobre el cómic book americano. Los dos últimos que he leído son la» Explosión Marvel en los 70″ y el de Jack Kirby, los dos en Dolmen. Y son dos libros entretenidos e interesantes a más no poder. Recomendables al 100%

«Vamos, que Bob Kane fue el ídolo de Stan Lee»

Docz, ahí andas metiendo el dedo en la llaga. Hay un documental de la BBC sobre Steve Ditko que puede aportar luz al asunto. Historia pura del cómic. Salen Moore, Gaiman, Millar y Jerry Robinson entre otros. Y Stan Lee defendiendo su verdad

http://www.youtube.com/watch?v=NfxVO0fLHvA

Está divivido en siete partes, pero van saliendo una detrás de otra conforme acabas. Eso sí, es en inglés .Puedo decir que yo no soy un angloparlante de primera y lo más importante lo pillé ( menos cuando habla Millar que no se le entiende al jodio)

Por último, no se si ha comentado por aquí el fallecimiento de Dick Ayers. Uno de los grandes entintadores de la Marvel primigenia

Triple A
Triple A
Lector
14 mayo, 2014 13:14

Habra que pillarse este libro para leer en verano.Off topic:acabo de enviar un email a ecc haber si me alegran reeditando la etapa de manapul y buccellato aparte de la de snyder,como hicieron con la de tony s daniels…haber si hay suerte…y tambien he pedido que reediten el batman 66 al que le tengo muchisimas ganas.Haber si hay suerte 🙂

BLUNTMAN
BLUNTMAN
Lector
16 mayo, 2014 13:33

Pues si tiene las fotos dichas y me lo he comprado. Me he debido de confundir de libro….

molon labe
molon labe
Lector
25 mayo, 2014 7:38

Comprado, leido y disfrutado, me lo acabo de terminar, me ha tenido enganchado toda la noche, un gran libro. Que falta mas grande hacen libros como este, me ha hecho querer un poquito mas a Finger y despreciar bastante mas a Bob Kane.