Injustice Gods Among Us Nº 1-12

 

Guión: Tom Taylor
Dibujo: Jheremy Raapack, Axel Gimenez, Mike S. Miller, Bruno Redondo, David Yardin, Tom Derenick, Kevin Maguire y Neil Googe
Edición España: ECC Ediciones (2013-2014)
Contiene: Injustice Gods Among Us Nº 1-12 USA y Injustice Gods Among Us Annual Nº 1 USA (DC Comics, 2013)
Formato: Grapa de 32-48 páginas
Precio: 2,50€/u

 

Los aficionados más veteranos al cómic de superhéroes solemos repudiar con vehemencia la inmovilidad de las historias y personajes de las grandes editoriales. Pero cuando esas mismas historias y personajes traicionan ese concepto etéreo e indefinido que llamamos «espíritu» o «esencia» nos sentimos igualmente engañados. En 1989 DC Comics encontró una tercera vía a este dilema cuando Brian Augustyn y Mike Mignola dieron luz verde «por accidente» a la línea Elseworlds de la compañía estadounidense con la publicación de una historia alternativa de Batman titulada Gotham: Luz de gas. En este espacio numerosos autores nos han podido maravillar desde entonces con relatos ambientados en épocas, mundos y circunstancias muy diferentes a la de las continuidades tradicionales del Universo DC. Las adaptaciones cinematográficas y las que hemos podido disfrutar, o padecer en otras ocasiones, en la televisión, sea en imagen real o de forma animada, también han contado a menudo con licencias y cambios polémicos pero no dejan de ser interpretaciones válidas de los grandes iconos de DC Comics.

Ya a partir de los años ochenta podríamos añadir un nuevo medio en el que comenzarían a florecer las adaptaciones de los personajes de la editorial. Hablamos del campo de los videojuegos en el que el binomio Batman y Superman tendría una constante presencia en aventuras desarrolladas para plataformas como Amiga, Amstrad, Atari, Commodore o Spectrum. Luego llegarían las nuevas generaciones de consolas de compañías punteras como Nintendo, Sony o Microsoft y más recientemente las aplicaciones para móviles y otros dispositivos favoreciendo que con el transcurrir de las décadas y el auge de la cultura superheroica en las salas de cine los personajes de DC Comics hayan conseguido hacerse un hueco en este mundo virtual cada vez más jugoso y propicio para las empresas. El éxito de productos tan dispares dirigidos, a priori, a públicos muy diversos, desde los de corte más infantil y plataformas como Lego Batman o los que buscan usuarios más veteranos o aficionados más especificos como sería el caso de la popular saga Batman: Arkham Asylum, hasta los que apuestan por el concepto de rol multijugador en la línea DC Universe Online o los que ofrecen videojuegos clásicos de lucha como Mortal Kombat vs. DC Universe o Injustice: Gods Among Us.

Este último saldría a la venta hace ya más de un año de la mano de Warner Bros Interactive Entertainment y NetherRealm Studios. «Para promocionar el videojuego», como comentaba nuestro compañero Jordi Molinari en una publicación suya dedicada a Injustice Gods Among Us, «DC Comics empezó a publicar una serie semanal digital, de mismo nombre, a principios de 2013. Las primeras semanas no fue un gran impacto, pero para cuando salió el videojuego, ya lideraba las listas de ventas en Comixology en medio mundo, y así siguió durante el siguiente medio año». Este cómic está ligado a la iniciativa «digital first» de la editorial, «una publicación directa para el mercado de cómics digitales», como apunta Fran san Rafael en su artículo Un cambio de aires publicado en el primer número de la edición española de la obra, «que, posteriormente, se recopilan en papel a razón de dos o tres episodios por entrega». La lectura está pensada para ser disfrutada en móviles y tabletas pero también para poder ser trasladada al formato físico. En esta línea se han publicado propuestas como las sucesivas adaptaciones del videojuego Batman: Arkham City y otras obras relacionados con el medio televisivo como pueden ser Smallville: Chaos y el reciente salto a las viñetas de Arrow.

«El público al que va dirigido este tipo de productos no es el habitual lector de toda la vida», nos recordaba Enrique Ríos al hablar de los «digital first» en la primera entrega de Universo Webcómic, «sino los que están enganchados a productos del Universo DC de otros medios». Esto unido a lo económico del formato ha facilitado el éxito de la propuesta y nos ha brindado agradables sorpresas como la presente Injustice Gods Among Us. La historia toma la premisa del videojuego, siguiendo sus pasos en algunos puntos y contradiciéndola en otras, para acabar construyendo su propio y personal camino. Todo comienza cuando el Joker, en un inesperado giro de los acontecimientos, decide abandonar Gotham City para hacer tambalear la vida de Superman destruyendo Metropolis y asesinando a miles de personas entre las que se encuentra Lois Lane. Esto hace cambiar la forma de ver las cosas del kriptoniano que decide tomar a partir de entonces un papel mucho más activo y directo en su labor como justiciero demostrando una tolerancia cero con los asesinos, delincuentes y dictadores en su búsqueda de una utópica paz internacional duradera e implacable. Muchos héroes que apoyarán su decisión, como Wonder Woman o Flash, pero otros pocos, liderados por Batman, se opondrán a sus acciones en defensa de la libertad y el libre albedrío de la humanidad.

El responsable principal de hacer funcionar esta obra tiene nombre propio, el del joven guionista australiano Tom Taylor, recientemente encargado de sustituir y continuar el trabajo de James Robinson en la cabecera de Tierra 2. Este autor comenzó su carrera hace unos años con obras como The Example y Rombies para la editorial independiente Gestalt Publishing haciéndose cargo posteriormente de historias para cabeceras y franquicias como Star Wars, The Authority, Batman Legends of the Dark Knight o National Comics: Rose & Thorn. En el apartado gráfico Tom Taylor cuenta con una extensa galería de artistas que se suceden en las diferentes entregas y pasajes de Injustice Gods Among Us siendo los más habituales Jheremy Raapack, Mike S. Miller, Bruno Redondo y Tom Derenick. Esto significa que en cada número de la serie tendremos una media de tres o cuatro trazos diferentes, factor que supone uno de los puntos flacos de una propuesta en la que no podemos esperar ningún tipo de estabilidad o homogeneidad artística porque los estilos que en ella hallaremos son incluso diametralmente opuestos los unos de los otros y tampoco comparten un entintado o color característico capaz de servir como elemento cohesionador de la publicación.

No obstante, el nivel medio de los dibujantes ligados a la cabecera, en el que también se encuentran nombres como Axel Gimenez, David Yardin, Kevin Maguire o Neil Googe, tiende a ser bastante alto y agradecido de cara al lector haciendo que a pesar del constante cambio al menos podamos recrearnos en los diferentes matices y peculiaridades que aporta la visión de cada autor. Ese elemento cohesionador que echados en falta en lo visual lo tenemos en Tom Taylor, un guionista hábil e inteligente que nos presenta una trama, si bien heredada en términos generales del videojuego original, efectiva y efectista en la que se suceden los grandes momentos y las situaciones sorprendentes. Pero lo que hace que este efectismo no sea gratuito se halla en su tratamiento y caracterización de personajes, Tom Taylor demuestra conocerlos a ellos y su historia y lo plasma en un argumento en el que los diálogos, monólogos y conversaciones de sus protagonistas presentan una contundente solidez a la hora de defender y poner voz a sus incisivos puntos de vista. En la recamara siempre una vuelta de tuerca destinada a incrementar la tensión del relato o un capítulo de transición para detenerse a reflexionar sobre la visión del conflicto de alguno de los personajes.

Para Tom Taylor no hay problema en manejarse igual de bien en los planos largos, a la hora de retratar la acción superheroica, como en las distancias cortas, cuando busca perfilar la psicología de sus personajes y ahondar en sus motivaciones. Por otro lado, los guiños a la historia del Universo DC son un extra añadido por Tom Taylor utilizados habitualmente con sabiduría y no meramente de cara a la galería. Encajan en una publicación cuyo ritmo se mantiene siempre bien tensado y fomentado por una narración ágil y fresca. Habrá que ver si es capaz de mantener este nivel en las próximas entregas ahora que ya tenemos cerrado el primer capítulo de esta epopeya superheroica porque hay que reconocer que hacía la mitad de esta primera temporada la serie deja patente un cierto estiramiento de tramas. Nada especialmente grave por ahora, siendo un efecto seguramente impulsado por el éxito del proyecto y el replanteamiento del mismo a largo plazo, pero esperemos que ese estiramiento no sea algo recurrente y rutinario en un futuro. Para ello confiamos en la pericia demostrada hasta ahora por Tom Taylor y compañía porque, al fin y al cabo, este prometedor guionista tiene aún una vasta mitología por explorar y mil y un héroes y villanos a los que recurrir que esperan su oportunidad para mostrar sus credenciales en este auténtico choque de dioses.