Reseñas DC: Superman #32

Tras mas penurias que alegrías para el Hombre de Acero en los últimos años, los veteranos Geoff Johns y John Romita Jr, auténticas estrellas del medio, llegan a la cabecera de Superman para inaugurar una nueva etapa del personaje que tiene como intención devolver al personaje al trono de los superhéroes que nunca debió de dejar. Su misión es clara: Superman tiene que volver a ser un icono. Muchos autores han salido con heridas de guerra de tal ansiada misión y pocos realmente han visto la gloria. ¿Lo conseguirán estos consagrados autores?

Valoración:

Se ve que Clark Kent andaba un poco perdido. Ya no por la falta de calidad de las historias que tanto la cabecera homónima como la veterana Action Cómics nos ofrecían del personaje, con autores como Tony S. Daniel, Andy Diggle y Scott Lobdell involucrados muy al servicio de unos editores que fueron cavando poco a poco la tumba de su protagonista; sino porque el propio personaje no encontraba una identidad propia. Uno de los fallos que muchos lectores encontraron en estos cómics fue el de leer a un personaje sin alma, sin profundidad, que poco o nada aportaba y que no se guiaba por ninguna moral más allá de la justicia porque sí. Todo lo que Grant Morrison había ido construyendo en su iniciática etapa de Action Comics, ese muro de ladrillos que hizo de Clark Kent un personaje ligeramente atormentado que tenía que lidiar por una causa justa ante amenazas prácticamente imposibles de detener, se esfumaba como la espuma mientras las ventas caían mes tras mes ante unos impasibles editores cuya única solución era sacar una serie limitada a mano de los autores del momento con mucha pirotecnia pero poca sustancia. Y todo esto siendo benévolos, pues si mencionamos la efectiva construcción del personaje a manos del escocés es por no poner de ejemplo a autores como John Byrne, Dan Jurgens u Otto Binder que dejarían al Superman actual en un estado comatoso casi imposible de recuperar.

Llegados a este punto DC Comics decide que ha dejado el momento de hacer el tonto y, tras la llegada de la dupla formada por Greg Pak y Aaron Kuder a la cabecera vecina –cuyo impulso se ha notado en la calidad muy por encima de las ventas y que todos los entusiastas de hombre de acero aplaudimos con insistencia–, Geoff Johns aterriza en la cabecera de Superman en la que es su segunda aventura con el personaje junto con la leyenda marvelita John Romita Jr –del que se han escrito ríos de tinta– para traernos de vuelta al personaje. Y tras una concienzuda lectura del número uno se da cuenta de que el clásico Superman que todos esperamos leer está de vuelta, ese que se enfrenta a amenazas imposibles provenientes de otros mundos, ese que está leyendo en casa y cuando escucha gritos de socorro se quita la ropa de calle para despegar con su característica capa roja y ese que está comprometido con el mundo y recuerda a sus padres con insistencia pues son el motivo de su lucha. ¿Nos ciegan las ganas de ver a Superman de vuelta? Es posible, bienvenidos a la era del hype.

Estamos ante un reboot en toda regla que apela a lo clásico. Que John Romita Jr, una estrella veterana convertida ya en leyenda del medio, dibuje la cabecera no es casualidad. Tampoco lo es que en las oficinas del Daily Planet que dibuja se pueda escudriñar cierto olor a ordenadores de 133 Mhz y pantallas de tubo, ni que Jimmy Olsen intente vender una fotografía a Perry White como ya hiciera Peter Parker hace nada menos que 50 años. Todo tiene un sabor a clásico que haría sentirse orgulloso hasta al mismísimo Jerry Siegel. Y además, el arco argumental que se avecina pinta de ser de los buenos, de los que hace a uno reconciliarse con el medio: dimensiones paralelas, pequeños villanos para salir del paso y personajes duales. Si a todo esto le sumamos que el propio JRJR (junto con sus escuderos Laura Martin y Klaus Janson, colorista y entintador respectivamente) pone su peculiar –y polémico– estilo al servicio de un Johns cuya máxima premisa es resucitar el universo del personaje como ya hiciera con Flash o Green Lantern, estamos sin ninguna duda ante un cómic redondo. Me duele pensar que haya gente que alabe sin cesar los antiguos cómics de superhéroes y critique este sin pudor. La vuelta de Clark Kent al Daily Planet no es un guiño, ni siquiera un gesto, es toda una declaración de intenciones de unos autores que están dispuestos a recuperar la esencia de un personaje con una importancia capital en la industria devaluada gravemente en los últimos tiempos. Nunca un pequeño paso había significado para un personaje de cómic.

Valoración:

Geoff Johns. John Romita Jr. Klaus Janson. Si con este trío de nombres, y más dada la tendencia de los últimos años, no va acompañado de un número 1, demuestra la confianza de DC Comics en que por sí solos remonten las ventas. O la importancia de una serie como Superman, que ni con semejante currículum está para estas movidas. Quizás simplemente significa que lo que se viene no es suficientemente rupturista, como para justificar un nuevo número 1. Y es que las ventas, dado el personaje que es, eran pobres, pero lo que había hasta ahora no estaba tan mal. Ciertamente le falla muchas veces la ejecución a Scott Lobdell, y se doblega con demasiada facilidad por los editores. ¿Pero más allá de eso? Que Superman no esté con Lois Lane y si con Wonder Woman ya era cosa del propio Johns. ¿Clark alejado del Daily Planet? Una idea muy interesante – un servidor nunca dejará de quejarse de los pocos enemigos que se ha ganado Clark Kent, no como Superman/Kal-El, sino como Clark Kent periodista -, aunque este primer número ya asoma el Johns que muchos aman/odian. El que tiene su propio statu quo, y que no dejará títere sin cabeza para amoldar al personaje y su mitología a lo que él cree. Eso sirvió en su momento para resucitar la franquicia Green Lantern – no sería el lugar para discutir si llegó a quemarla -, y más recientemente con Aquaman. Si, seguirá doliéndoles a algunos que no haya forma alguna, de encajar Las Crónicas de Atlantis de Peter David y Esteban Maroto, pero Aquaman vuelve a ser uno de los Big 7 sin discusión. Así pues, es posible aunque tampoco seguro, que volvamos a tener al Clark Kent periodista del Daily Planet como ha sido prácticamente en sus más de 75 años de existencia.

Más dudas tiene un servidor a que vayan a resucitar a los Kent. No sé si aquí habría una agria discusión sobre si Pa y Ma Kent vivos o muertos, por los paralelismos con Bruce Wayne, si bien Kal-El ya fue huérfano desde que salió de Krypton, y el trauma/evolución de Bruce se da por la edad que se queda huérfano, más que por el hecho del asesinato de sus padres. Posiblemente esa misteriosa figura, que se antoja el antagonista de este primer arco, esté relacionada con los primeros pasos de Clark Kent desarrollando sus poderes de superhéroe. Veremos cómo evolucionará el tema, aunque no es algo que me motive especialmente. Ciertamente, los Nuevos 52 fueron creados para hacer borrón y cuenta nueva – dejaremos a un lado lo mucho o poco que se han aplicado el cuento, según personaje -, y algo así no debería molestarme como si intentasen meter a un personaje con calzador en un pasado definido por décadas de historia. Pero mientras con Bruce Wayne tengo interés en saber más de sus años de entrenamiento, antes de convertirse en Batman, aquí digamos… que no me termino de fiar de Johns. Probablemente sea una manía sin sentido, y en un par de números esté aplaudiendo con las orejas, y deseando que este nuevo personaje perdure en la mitología del personaje otros 75 años.

Por su lado, también deja claro que lo de poner a Jimmy Olsen como multimillonario, como que no. Quizás sirva para explorar más sobre él, y hacerlo evolucionar. Pero nuevamente, tengo la sensación que si alguien aquí no va evolucionar un ápice, es precisamente Jimmy. ¿Ni que le hiciera falta, no? Pero la serie no se dedicará únicamente a arreglar “fallos” del pasado. También mira al presente y al futuro. Y es que el principal atractivo del número, es el nuevo superhéroe que aparece. Ulysses, con un trasfondo muy parecido al de Superman, salvo que la Tierra y todos sus habitantes no se han desintegrado como Krypton. Sin duda, será interesante ver cómo reacciona Ulysses a todo esto, tanto para el que fue su mundo/dimensión en la que creció durante 25 años, con su mundo natal. No se plantea en este número, pero estamos seguros que se planteará durante los siguientes: ¿es más superhéroe de la Tierra alguien como Ulysses, por el simple hecho de ser humano y haber nacido en la Tierra? ¿O lo es Superman, quien ha vivido y crecido en la Tierra, pese a ser kryptoniano? Si la evolución del personaje y las amenazas son llevadas como es debido, Johns puede tener un arco muy definitorio y épico para Superman.

Finalmente, pero no menos importante, tenemos los dibujos de John Romita Jr, con las tintas de Klaus Janson y los colores de Laura Martin. Dada mi “juventud” y mis claras preferencias deceitas, tengo poco bagaje con el trabajo previo de JRJr, así que esta obra es realmente mi primera toma de contacto en serio con el dibujante. Y la verdad… no me ha impresionado. Tampoco decepcionado, ni muchísimo menos. Las sensaciones son buenas, simplemente, mi gusto actualmente está amoldado hacia otros estilos. En cualquier caso, tengo constancia que es un dibujante que lo aman o lo odian, y tales sentimientos se incrementan si lo entinta Klaus Janson. Así que dado mi pobre bagaje con él, en comparación, diría que tenemos una versión buena de John Romita Jr. ¿Cuánto durará? Imposible predecirlo, pero si mantiene este buen nivel, contentará a sus aficionados y a gente neutral como un servidor. Habrá margen de crítica por sus detractores, pero a esto creo que a estas alturas, poco se podrá hacer al respecto. Echaré de menos a Scott Lobdell, con el regusto amargo que con una DC Comics con una mejor planificación editorial – especialmente en lo que respecta al azuloso -, podría haber brillado más. Pero el mañana que me ofrecen Johns, JRJr y compañía, es algo que compro. Mi apuesta seguirá estando en la dupla Greg Pak/Aaron Kuder en Action Comics, pero si en verdad Johns sigue la estela dejada por Grant Morrison y ahora Pak, y los autores logran conectar y hacer su magia, podemos estar delante de una etapa memorable. Y falta que le hace a Superman, falta que le hace…