Cable vol. 3 #1

El mutante y viajero temporal Cable vuelve a disfrutar de una serie regular para él solo, tras compartir durante los últimos años una cabecera conjunta con Masacre, el mercenario bocazas. Complejo de Mesías ha sido el vehículo utilizado para darle una razón de ser a esta nueva serie, de hecho es el título en donde el crossover del año pasado continúa más directamente.

Hacía mucho tiempo que los hombres-x no contaban con un crossover en condiciones que involucrase a casi todas las colecciones en donde tienen presencia. Los editores de Marvel se dieron cuenta y no dudaron en montar Complejo de Mesías y en rentabilizar no sólo el aumento de ventas propiciado por la interrelación de unas series con otras (con la consecuente ‘obligación’ de comprar más títulos de lo habitual) sino renovando la dirección de la línea mutante, encauzando a través de ellas los argumentos a seguir en cada serie. En el caso de Cable su destino pasa por proteger a la pequeña mesías nacida al inicio del cruce hasta que crezca y se convierta en la persona que según dictan los vaticinios salve a la especie mutante de una extinción cada vez más cercana.

Recordemos que Bishop se destapó como el traidor entre las filas-x cuyo objetivo era asesinar al bebé. Estaba convencido de el infante desencadenaría las penurias que asolan el futuro cercano del que procede Bishop y en donde los pocos mutantes que quedan son recluídos en camopos de concentración. Precisamente por esto, el futurista policía de poderes energéticos hace de su vida una cruzada para neutralizar la posibilidad de que el presente se encamine en esa dirección. Cable escapa de él adentrándose bebé en mano en la corriente temporal, transportándose al futuro, pero Bishop le perseguirá implacablemente y del primer encuentro entre ambos trata el primer arco argumental que nos va poniendo en situación.

Panini ha elegido su interesante formato heredado de la serie de Spider-Man, un tomo que a un ajustado precio de 5,95 € contiene cuatro episodios originales. La periodicidad será cuatrimestral y si el primer número ha visto la luz en febrero el siguiente lo tendremos en Junio.

Duane Swierczynski, cuyo nombre tanto nos recuerda al del creador de Rising Stars y Midnight Nation, se ocupa del guión tras llegar a Marvel de la mano de Ed Brubaker. Ha trabajado más destacablemente en novelas de género negro, así que debe de encontrarse encantado de poder regir el destino de un mutante tan violento y activo como Cable. Sin embargo hasta que le va cogiendo el pulso a la serie (cosa que ocurrirá más bien en el tercer tomo), el ritmo de la narración es muy lento y estirado, sin ahondar en textos ni diálogos nada densos en favor de escenas de lucha de presencia contínua. Además no se esfuerza en hacer accesible la serie a nuevos lectores porque no se para demasiado a explicarnos qué poderes tiene Cable (si es que conserva alguno) o por qué es tan especial para él proteger a la niña más allá del heroísmo puro (él mismo estuvo años atras en la posición inversa, necesitado de protección para convertirse en un salvador universal). Es algo que se soluciona con un buen artículo introductorio, pero la sensación de que está serie es más adecuada para lectores con cierto rodaje en la historia de los X-Men no se termina de marchar.

Lo que sin sombra de duda merece que nos quitemos el sombrero es el apartado gráfico de Ariel Olivetti. El talentoso argentino dibuja, colorea y diseña por ordenador cada página, aportando realismo y minuciosidad a un encargo que quizá no merezca a un dibujante tan completo al que podríamos necesitar en títulos más necesitados de profesionalidad y estabilidad pictórica como Ultimate X-Men o Poderosos Vengadores. Aparte de las portadas del propio Olivetti esta serie tiene numerosas cubiertas alternativas firmadas por artistas tan hot como David Finch, John Romita Jr. o Dave Johnson. Y también hay una de Rob Liefeld, padre de Cable, con el permiso de Cíclope y Madelyne Prior.

Interesante nuevo lanzamiento para lectores veteranos que estén al día de la situación mutante, porque si no lo estás mucho tendrás que consolarte con la sucesión de secuencias de combate, eso sí, ilustradas a la perfección por Olivetti.