Hace unos cuantos años leí en la extinta revista Neko un artículo que me dejó fascinado. Hablaban de un manga sobre la segunda guerra mundial, y de la posibilidad de que Hitler fuese judío. Ese articulo me interesó tanto que busqué la forma de obtener ese manga en un idioma comprensible, llegando a comprar varios de los tomos de la edición inglesa. Cuando por fin al cabo el tiempo la editorial Planeta anunció su publicación en castellano no pude más que saltar de alegría. Iba a salir uno de los primeros seinen en España, aún cuando no conocíamos esta palabra. Recuerdo que la lectura fue impactante, arrolladora, tan diferente a lo que habíamos estado leyendo hasta ese momento. Y aún recuerdo la conclusión a la que llegué en su momento: nunca había leído nada igual. Y algo que he mantenido hasta hoy: nunca leeré nada superior. Habrá otras historias, otros excelentes mangas, otros cómics de alta factura, pero por temática, por guión y por mi interés por Japón y su relación con la II GM y el nazismo, esta iba a ser llamada mi lectura principal. La que confirmó que el manga era algo más a lo que estábamos acostumbrados hasta entonces. La que abrió el camino de lo que en un futuro serían los seinen. La que recuerdas por muchos años que pasen. Pese a esto, no la había vuelto a leer. Así que para celebrar mi 2º aniversario dentro de Zona, decidí ya hace meses presentaros esta magnífica obra, y también plantearme el reto de que si seguía siendo tan buena como hace unos años, no por una devaluación de la historia, sino por un mayor bagaje mío en lo que se refiere a lecturas. Y oh, por lo más sagrado os puedo asegurar que la experiencia ha vuelto a ser inconmensurable.
Como podéis ver es harto largo, espero que os interese hasta el final. Que lo disfrutéis tanto como yo he disfrutado/sufrido confeccionándolo.
Edición original: Adolf ni Tsugu JAP
Fecha de edición: octubre99/Junio’00
Guión y dibujo: Osamu Tezuka
Color: B/N
Formato: Libro rústica, 216 págs.
PdA (10)
Sinopsis: Sohei Toge es un reportero japonés que está cubriendo las Olimpiadas de Berlín de 1936, protagonizadas por el régimen de Adolf Hitler. Cierto día recibe una llamada de su hermano que le comenta que debe ver algo que le sorprenderá. Cuando va a ver a su hermano se lo encuentra muerto, asesinado. Entonces empezará una peligrosa travesía para saber quién ha matado a su hermano, y porqué. Su empeño le llevará a ponerse en contacto con facciones rojas que están en contra de los nazis, y con grupos de judíos. Descubre que lo que custodiaba su hermano son unos papeles que demuestran que el Führer tiene sangre judía! Paralelamente, dos niños, uno alemán hijo de nazis y otro judío, ven como su amistad se deteriora debido a que el padre nazi del chaval alemán le envía a una escuela hitleriana. Con el trasfondo de la II Guerra Mundial, asistiremos a una obra coral donde todos buscan los fatídicos documentos, matando si es necesario, un río de vida, muerte, amor y traición. Una inmensa historia como la vida misma, compleja, llena de grises, matices y niveles, con alegrías y penas. Un torrente de emociones que estáis a punto de conocer.
Entre líneas: Quienes conocen la obra de Tezuka joven, influenciada por Disney, se habrán sorprendido por el tono mas adulto de obras como Fénix, Black Jack, Buda, etc. Empezar la historia en un cementerio ya nos da la idea de que el autor juvenil y liviano de obras como La Nueva Isla del tesoro queda muy lejos. No reniega del humor, pero lo limita a ciertos momentos. Si aún en Fénix (por favor, publicad lo que falta de esta obra, su creación más preciada, que según palabras propias de Planeta se quedó al 50%. Ni que sea en tomazos estilo MW, del mismo autor, por favor!) o Black Jack el humor aún estaba bastante presente (en ésta última a cargo de la hija/mujer del doctor ilegal que produce milagros), en la obra que nos ocupa es en muchos momentos testimoniales. Si es cierto que en algunos momentos aumentan las risas, pero siempre moderadamente. El tema no lo permite. De hecho da igual, mientras continuemos presenciando como borda el autor las escenas de humor con las dramáticas (muy crudas a veces) disfrutaremos de su buen hacer.
Curiosamente, Adolf fue de las primeras obras que se publicaron en España del autor (si no la primera), por lo que conocimos primero su faceta adulta que la primeriza más humorística. Con los años se ha ido haciendo justicia con el resto de obras, llegando incluso a publicar sus primeras obras como Next World /Lost World.
Decíamos que el inicio se sitúa en un cementerio, al final de la vida de los tres personajes que llevan el nombre de Adolf: A. Kamil, A. Kaufmann y está claro el tristemente conocido A. Hitler. Sohei Toge es un anciano que visita la tumba de uno de estos tres Adolf, y rememora toda la historia. Así pues, todo el relato en un inmenso flash back, donde recae rápidamente todo el “peso gravitatorio” de la historia, olvidándonos eficazmente de este recurso narrativo. Así pues, el autor trae el pasado al presente, o nos envía al pasado sin que tengamos la sensación de algo lejano, sino muy cercano y letal. Letal es el periplo de los documentos sobre el origen del dictador, llevándose a tantas vidas por delante.
El lector intuye que algo gordo está pasando cuando se da cuenta de que el asesinato del hermano de Sohei está perfectamente planificado, de que detrás de esta muerte hay una organización capaz de redecorar una habitación totalmente destrozada por el registro furioso de la policía secreta en un cálido hogar de una típica familia alemana en menos de una tarde. Y más si la diplomacia japonesa se lava las manos.
Paralelamente a la historia de Toge y su hermano, vemos cómo llevan su amistad un par de buenos amigos de Kobe (Japón), uno rico y con sangre alemano japonesa y el otro pobre y judío, hijo de pasteleros. El padre del niño alemán es un representante del gobierno nazi en Japón, y está en una difícil situación debido a unos documentos que podrían llevar al colapso de su partido si se hiciesen públicos. Los niños se ven afectados por todos estos sucesos, de alguna forma llevan el peso de la Historia y son el germen de los sucesos por venir en este manga.
A través de este complejo entramado (realmente en 1300 páginas pasan muchas cosas!! xD), también podemos ver las dificultades en las relaciones Japón – Alemania. Sin querer disculpar a su país 40 años después de alinearse con los nazis, es posible que Tezuka quisiera mostrar que no todo fue tan fácil, que no hay Blanco o Negro, sino muchos matices. Por cierto, ridiculiza enormemente la policía japonesa, al menos en estos primeros capítulos (incluyendo una divertida escena con un “pase de modelos” de espías internacionales totalmente estereotipados). Podemos comprobar a través de los policías y otros personajes secundarios como Tezuka menosprecia al japonés bajito, insignificante, ruin, mientras que los alemanes como Rita Weber, Mitchet o el propio Lampe tienen proporciones más académicas y son más altos, proporcionados, etc. Es posible que fuese una deformación de la idea del servilismo japonés que podría tener el autor, como una sensación de derrota perenne delante del mundo desde la década de los 50 hasta que dibujó esta su última obra publicada. Podemos recordar al doctor alemán que desbarata todas las teorías del doctor japonés mentor del protagonista de Oda a Kirihito (de la extinta Otakuland, ahora tienda online de merchandising japonés), exagerado en las dimensiones de su cuerpo comparándolo con el resto de personajes, normalmente japoneses. Otro detalle significativo en este trato diferenciador (al menos al principio de la obra) es que algunos personajes no-japoneses tienen unos primeros planos muy detallados. Esto se hace evidente con el trato que le da a Rita Weber, si lo comparamos con al sencillez de líneas de la Srta. Ogi, por ejemplo. Es más, Weber es de las pocas chicas que luce una trama, sobretodo en el peinado. En lo que respecta a los policías, quizá recibió quejas en el momento de su publicación por parte de la policía nacional y posteriormente arregló el desaguisado provocado por su burla con el inspector Mikawa. Un hombre recto, buen padre de familia, inteligente y que dará su vida en acto de servicio.
Aunque hubiese recibido quejas o presiones, lo que está claro es que Tezuka no se calló. No se arrugó en ningún momento y desde su manga critica la actitud del gobierno japonés al engañar a la población haciéndoles creer que la guerra va viento en popa (Alemania también acabó haciéndolo). Solo se recibían buenas nuevas desde el frente, como si ningún japonés hubiese perdido la vida. También se ofrecía “One vision”, una sola visión de los hechos, con censura informativa y represiva, derramando la sangre de los japoneses que no estaban de acuerdo con lo que estaba pasando. A destacar la crudeza de la policía Secreta japonesa, encarnada en Akabane, que perseguirá a Toge por los documentos durante muchos años, torturándole física y mentalmente. Por encima de él tenemos a Lampe, el perro de la Gestapo, con idénticas malas artes y propósitos y uno más: vengar la muerte de alguien muy cercano a él, una muerte propiciada (que no ejecutada ni querida) por Toge. Todas estas críticas y más las expone el autor narrando a grandes rasgos lo ocurrido en la guerra, con múltiples viñetas de gran tamaño, de estilo realista (sin duda imitando o calcando fotografías obtenidas al documentarse para la obra), estampas mudas de destrucción. Suele practicar un zoom, normalmente a través de algún medio de comunicación, en el que pasamos de la acción global y trascendente (basada en los hechos reales) a la acción local, en una realidad paralela con puntos de contacto con momentos clave de la Historia. Estos acercamientos funcionan a la perfección y no hacen sino confirmar el buen gusto del autor.
Akabane en una de sus habituales torturas a Toge
Tezuka tampoco se calla cuando critica el sistema de enseñanza japonés. A través de los ojos del hijo del coronel Honda, leal a Japón y sus coaliados alemanes, comprobamos como la enseñanza en los años 30 dejaba mucho que desear. Curiosamente fue esa enseñanza la que recibió el autor (nació a finales de 1928, de ahí la crítica). La aprensión al método del gobierno le empezó de pequeño al hijo de los Honda, cuando un muy desafortunado incidente de un sirviente suyo muy querido por él con la policía secreta acabó con la muerte del susodicho sirviente. Esto, junto a la educación de “visión única”, los abusos a los habitantes de la Manchuria conquistada, los tratos vejatorios, entre otros, hicieron del crío un rojo en potencia dentro de una notable familia del sistema político y militar. Tezuka habla una vez más a través del chico de las barbaries del hombre, de las injusticias para con tus similares, de la estúpida lucha entre hermanos que comen y viven en el mismo lugar. La madre de Kaufmann, una vez que ha renegado de su hijo, también lanza esas frases “clave” para entender la forma de ser de Tezuka. Aboga por la paz y se pregunta por qué los hombres se odian si todos somos iguales, con una familia y una casa donde ser felices, y que solo unos pocos líderes enfrentan a miles de personas entre sí. Pese a parecer algo naif o bienintencionado a las alturas de este siglo XXI, dentro del contexto del autor casa perfectamente con el resto del diálogo sin parecer un discurso metido con calzador, aunque si es verdad de que hay cierta predisposición a que el mensaje llegue claro. Este pensamiento se repite constantemente dentro de la obra, siendo una faceta típica de los mangas del autor, ese humanismo que resuman todas sus creaciones, ese creer en la benevolencia del ser humano. Aparte de revolucionar el manga como industria, es esa áurea de buen hombre que irradiaba el autor la que ha mantenido vivo su recuerdo entre sus compatriotas, y ahora también difundida por el mundo entero gracias a la calidad de sus obras. Vaya, que el hombre no debió tener un mal día en su vida……. 🙂
Como ve Tezuka a Hitler:Comento a continuación las apariciones más importantes del dictador y como lo trata el autor, a veces como bufón de sí mismo y a veces muy comedido:
– La primera vez que nos encontramos con el dictador es en las Olimpiadas. Y está contento como un crío pequeño porque los alemanes están ganando muchas medallas. Nunca más le volveremos a ver así de contento.
– Posiblemente el autor buscó en hemerotecas discursos del dictador. Y nos encontramos con este (que si no es literal “e ben trobato”), en el que se presenta ante el pueblo alemán (y ante el mundo), se erige líder del nuevo despertar de Alemania, una Alemania de 1000 años. Una Alemania sin ratas, sin judíos, preservando la pureza de la sangre. Para la ocasión, Tezuka lo dibuja de forma airada, gesticulando, con grandes manos (sinónimo de poder), con muchos nervios y deformando su cuerpo como un monstruo acorde con las monstruosidades que proclama. La respuesta de Toge, con 2 líneas le bastan para cargarse un imperio.
– Temperamental, pero también cercano en ocasiones, como en el caso de su cocinera, o con Eva Braun. También es muy cercano con los niños, especialmente con Kaufmann. La visión que tiene el joven después de su encuentro es de un Hitler dulcificado, casi buena persona. Es más, es el propio Hitler el que hace que Kaufmann empiece a renegar de su sangre japonesa. La AHS (escuela de juventudes hitlerianas) empieza su lavado de cerebro. En otra ocasión, el joven Adolf incluso llega a comer a solas con el Führer, ocasión que éste aprovecha para explicarle más afondo las penalidades que tuvo que pasar por culpa de los adinerados judíos en su juventud. Proclama su pasión por la música de Wagner pero rápidamente le cambia el humor, llamando airadamente a su generales para preparar una invasión de París, dejando de lado a un joven Kaufmann, totalmente sobrepasado por la situación. Lo único que le queda claro es que su líder está solo, no tiene amigos y solo puede confiar en su prometida, Eva Braun.
– Abatido por el intento de asesinato que acaba de sufrir, Hitler recibe la visita de Kaufmann, pero todo es distinto entonces. Empieza la decadencia y el hombre duda de todos, hasta de los carpinteros. Posiblemente es el momento en el que Tezuka dibuja de forma más serena al dictador, sin exagerar sus facciones ni ridiculizar sus actos. La bomba le ha dado de lleno, y se da cuenta que es humano. La locura acaba de empezar. Un año después, vemos a Hitler en su búnker en Berlín, en sus últimos días. Combina sus momentos íntimos con Eva Braun y los airados planes para reconquistar Berlín. El autor reporta inteligentemente de que el hombre ya no sabía muy bien que hacer. Lo que queda claro es que sus fieles militares pasaban de él. Dicta sus últimas voluntades y se prepara para el suicidio…… con una pequeña sorpresa.
¿Y como ve Hitler a los judíos? Bien, tenemos una descripción gráfica: cucarachas, parásitos, seres inferiores. La iconografía típica de los judíos con su toga, vestidos y sombreros negros, ávidos por el dinero, ruines, traicioneros. No hace falta decir que las frases muy peyorativas en contra de los judíos y japoneses están al orden del día, con trozos provenientes del libro principal de Hitler, Mi Lucha.
Esta historia también es la de gente corriente sobrepasada por los hechos de la Historia. Gente normal, gente buena que se ve arrastrada por los acontecimientos, viéndose obligada a veces a sacar lo peor de ellos mismos. El mismo Toge, Kamil, o incluso Kaufmann dentro de su lealtad al régimen, se ven impulsados a sobrevivir matando. Eran épocas malas para los ideales, los enemigos no se andaban con chiquitas y la represión era fuerte y directa. Los rojos eran perseguidos y los judíos exterminados. A medida de que pasan los tomos, notas en las espaldas de los protagonistas el peso de la Historia, de todos sus actos, nada se borra, todo se recuerda, y la venganza es un plato que se come frío.
Kamil y Kaufmann, una amistad perdida: La experiencia vital de los dos niños les hace cruzar sus caminos varias veces, más alejados uno del otro en cada ocasión. Y mientras el judío alemán Kamil no varía demasiado en sus creencias, es Kaufmann el que, influenciado por su padre, por el resto de conocidos de su padre una vez él muerto, por su estancia en la AHS y el lavado de cerebro correspondiente (su cambio de actitud hacia los judíos es resumida de forma increíble en una sola viñeta, aunque también vemos como los utilizan como una especie de “revuelta callejera”, destrozando negocios de judíos o pintando con una estrella de David las puertas de sus casas), por su indefinición de ser o bien alemán o bien japonés, por los remordimientos (es un decir) de matar impunemente a tantos judíos, el que sufre más. Releer sus diálogos de niñez con Kamil, jurando luchar contra los Nazis y protegiendo a su amigo judío (pese a ser más joven y raquítico), y compararlo con su vida posterior daría risa si no fuese por lo patética que es y por el número de barbaridades que llega a cometer. Obsesionado con los papeles, en su sentido de la justicia, un expediente brillante le hace subir escalones rápidamente, llegando a pertenecer a la corte cercana del Führer. Pero su accidentada vuelta a Japón significa su ocaso, más cuando descubre que la chica que amó en Alemania está ahora en manos de un viejo conocido suyo…… Lo que parecía ser una reunión de viejos amigos acaba en tragedia, sin contar los bombardeos continuos en la zona por parte de los americanos. Un escenario de fondo dantesco (“el fin del mundo” en palabras de Toge) para la (pen)última lucha entre amigos. Una amistad rota por los acontecimientos, sintiéndose títeres de líderes que nunca repararán ni en ellos ni en su cadáver, separados por el sin sentido de la guerra, del genocidio y del odio.
Kaufmann y Kamil, a punto de perder su amistad
Esto aún no se ha acabado, aún hay más: En cualquier obra cultural, dentro de su tempo narrativo, existe un momento en el que la historia empieza plegar velas, cerrar hilos, atando cabos y encarando los momentos finales. Pero siempre te encuentras con esa novela, película o incluso videojuego en la que, en un punto donde la narración ha avanzado mucho, te sorprende abriendo un nuevo camino, nuevos personajes, parajes o un mundo nuevo por explorar. Te preguntas entonces qué seguirá, qué sorpresas te deparará el autor, como redistribuirá la historia para dar cabida a todas esas novedades y si eso repercutirá en un final más abrupto y precipitado. Pensando que tenías dominada la trama, personajes principales y lugares comunes, te entra una situación de vértigo al comprobar que te queda un mundo por descubrir. Esta sensación de sorpresa implica una subida de la adrenalina del lector impulsándolo con nuevas energías hacia un final apoteósico. Esto mismo ocurre en Adolf justo empezar el 4º tomo de la edición española. No lo considero cambios bruscos de guión como puede ocurrir con demasiada frecuencia en otras obras (Death Note sin ir más lejos, abusa de ellos), pero si una llave que abre una puerta a nuevos contenidos y aventuras.
Y es que el cuarto tomo ve incrementada la importancia de la trama política, con la inclusión de nuevos personajes (algunos reales), espías, cadáveres, códigos secretos, redes de espionaje y demás parafernalia. Junto con los nuevos personajes se incrementa aún más la sensación de un horizonte amplio y lejano que recorrer, nuevos escenarios y recovecos que explorar de la mano de ese genio de la Historieta (madre mía, que injusticia llamar historieta a esto!)
Richard Sorge, alias Ramsey, entre otros muchos…..
Así pues llegamos al quinto y último tomo, con el régimen nazi en total decadencia junto con la de Kaufmann. Mientras que este y su antiguo amigo dirimen sus diferencias, la locura se apodera del partido nazi. Hitler duda de todo y de todos, y aunque la muerte de Roosevelt le da alas, la derrota es imparable. Hitler manda sus últimas locuras que sus generales simulan aceptar, y se pregunta porque su plan ha fracasado. Vemos a un Führer convencido de la justicia de sus actos hasta el final, hasta su último minuto de vida, junto a su amada Eva, en la última pincelada costumbrista que nos da el autor del dictador encerrado en su bunker. No puedo evitar relacionar estas magníficas escenas con lo visto en la pantalla grande en El Hundimiento (mucho más crueles al ver el asesinato de los niños), donde un inmenso Bruno Ganz compuso el papel de su vida como un Hitler más cercano al espectador y más alejado de aquél actor que aparecía en los mítines.
Coincidiendo con los últimos días del Führer, los distintos frentes van llegando a su fin. Kobe es arrasada por las bombas. Toge tendrá una hija, Kaufmann y Kamil seguirán su duelo particular (evito pronunciarme sobre el destino de los famosos documentos), llegará el fatídico Agosto de 1945 y la guerra finalizará. Empezará la ocupación americana y los judíos recibirán su ansiado país, Israel. En el ya conocido contexto de la guerra entre los dos países se desarrollará la última batalla entre los dos Adolf que quedan. Casi como en un Western, en el desierto de la zona, los dos viejos amigos se verán las caras por última vez, cada uno enrolado en las facciones enfrentadas en el conflicto.
La ironía del destino ha dispuesto que, actualmente, los judíos sean vistos con antipatía por parte de la comunidad internacional, después de sus recientes ataques indiscriminados contra Palestina (2008-2009), mientras que el autor dibuja casi siempre a los judíos de forma benévola. Pero en esa última parte de la historia ya presenta a los judíos como perpetradores de barbaries y crueldades aún mayores a las que ellos sufrieron. Esa ironía es recogida por un compañero de armas palestino de Kaufmann, que se alista en Septiembre Negro para seguir matando judíos y reencontrarse con Kamil. El hecho de que el conflicto aún esté abierto en al actualidad le da a esta parte un toque especial, dejando la sensación de que no hemos avanzado nada en medio siglo de conflictos.
Influencias: Una obra de tal calibre no podía dejar de influenciar en cómics venideros. El primero que viene a la cabeza en los primeros tomos de la historia es el de Monster, la otra gran obra de Naoki Urasawa. Concretamente la sensación de ser perseguido, de considerarse un fugitivo. Durante gran parte de la obra Toge se siente acosado por la GESTAPO y la Secreta japonesa, dependiendo de su piernas y su ingenio para salvar la vida varias veces. No hace falta decir que también viene a la cabeza de forma simultánea la famosa serie de los años 60 emitida en España, también emparentada con la obra de Urasawa. Es más, entre Monster y Adolf hay otro punto en común: el perseguidor. El implacable inspector Lunge va detrás del Dr. Tenma igual como Lampe persigue a Toge. El parecido (no físico) me parece evidente y los dos dan miedo a su manera.
Otra obra que podría emparentarse con Adolf es Hiroshima (Hadashi no gen), de Keiji Nakazawa. Curiosamente este manga se publicó en los años 70, antes de que Tezuka iniciase la “historia de los 3 Adolf”. El punto común lo encontramos ya en el último tomo, donde la guerra (escenario de fondo hasta ese momento y protagonista de esas pinceladas genéricas que usaba el autor para enmarcar la acción) pasa a primer plano afectando de lleno a los protagonistas con su manto de muerte y desolación. Las escenas de poblaciones destrozadas por las bombas atómicas, montañas de cadáveres putrefactos, calcinados, miles de personas pidiendo ayuda en los hospitales de campaña y una desesperación generalizada. En este caso, Nakazawa sale ganando, ya que el impacto visual de su manga es mucho más doloroso que el de Tezuka (debo indicar que Osamu no se centró en el ataque de 1945 en Hiroshima y Nagasaki mientras que Nakazawa narra su vida, como se salvó del desastre y las penurias posteriores. Es decir, basa su obra en las bombas y sus consecuencias, mientras que en Adolf es “solo” un acontecimiento más), debido a su mayor destreza a los lápices (pese a admirar al maestro e imitar su estilo, creo que es más detallado, repulsivo y oportuno para lo que quiere explicar) y que Tezuka no se detiene en ese momento, ni tan solo es el punto y final de su manga. Incluso teniendo un nivel gráfico apreciable en Adolf, Tezuka no se lee por sus dibujos sino por su mensaje y genialidad a la hora de narrar. Hiroshima fue publicada por Otakuland en 7 tomos hace unos años en plena guerra de derechos con Mangaline. Son tomos bastante difíciles de encontrar, y casi imposible en tiendas.
Toge y Lampe, los dos han perdidos a seres queridos.
Fallos e imprecisiones: Aunque parezca mentira, también hay fallos en las obras de Tezuka xD : En el tercer tomo, hay una secuencia donde la acción es confusa. Los dos contendientes disparan y saltan a la vez, pero no queda nada claro por qué saltan, y el dibujo resultante está muy por debajo del ofrecido por el autor en esta historia. Sin dejar de ser una hipótesis, tiene toda la pinta de haber sido dibujado por ayudantes durante la confección del manga, o una especie de « fill in » para el remontaje de las planchas originales para su publicación en tomo en Japón. La verdad es que se hace notar.
Releyendo trozos para esta reseña, nos hemos dado cuenta de cierta asincronía: no puede ser que en el primer tomo se hable de los incidentes de 1937 y veamos a un Yoshio Honda (hijo del coronel Honda) jovencito (¿unos 10 años?), y en el cuarto tomo indique que estamos en el año 1933 y que Yoshio ya sea adulto. Es imposible.
La edición española indica ciertos fallos producidos por el autor en torno a las costumbres religiosas. Otro detalle es que en la etapa palestina, no le vemos la cara a casi ningún palestino, como si no quisiese o pudiese dibujarlos (dificultad por su estilo de dibujo, miedo a enfurecer la comunidad árabe, etc.)
En cuanto al dibujo, nos encontramos un estilo bastante detallado, sobretodo en los primeros planos y fondos. Cuida muy bien la ambientación y se detiene en dibujar detallitos del fondo del escenario. Se nota una documentación cuando ves vídeos en Youtube de las Olimpiadas, parece que lo hayan calcado del manga (cuando es al revés, claro). En general es un buen dibujo, sabiendo de antemano que Tezuka no tiene un estilo espectacular. A destacar los efectos de las bombas, con paisajes totalmente envueltos en llamas, bastante efectivo. No suele usar muchas tramas pero tampoco se puede decir que no haya ninguna en todo el relato. A medida de que la historia avanza aparecen más personajes reales, y se nota el esfuerzo del autor para dibujarlos deforma realista, desde Roosevelt hasta los ministros de Hitler, pasando por Ramsey/Sorge.
La edición de Planeta es correcta, pero mejorable. Para empezar, su sentido de lectura es occidental, por lo que se procedió a hacer el efecto « espejo » para adaptarlo a la lectura europea. Pero esto hizo que algunos detalles chirriasen, como por ejemplo que los nazis saluden a su líder con el brazo izquierdo, cuando siempre lo han hecho con el derecho. Creo recordar, y ya me perdonarán si me equivoco, que se comentó que si aparte de hacer el efecto espejo se hubiesen vuelto a invertir viñeta por viñeta esto no habría sucedido. Y también creo recordar (de nuevo pido perdón si no es exacto) que fuentes de PdA comentaron que eso era una tarea imposible o muy cara de hacer, y que se decidió dejarlo así porque la opción de publicarlo en occidental ya estaba tomada (y ya es muy difícil que un editor japonés te deje publicar de esta forma como para ir mareándolo). Sin duda, estos detalles no dificultan la lectura pero siempre han estado ligados a la edición española de la obra. Lo que es evidente es que se necesita una reedición de los tomos, ya que desde 2003 no ha habido ninguna otra, y la serie cuesta encontrarla completa en cualquier tienda. Añadir que hay pequeños errores en la rotulación, sobretodo a partir del tercer tomo. Se hace evidente de que se dejó un espacio en blanco al rotular la palabra DunkerQue, con esa “q” añadida a posteriori a mano. Y no es la única. Aparte, el propio formato quizá está algo desfasado actualmente. Se podría relanzar la obra con unos nuevos tomos, con mejores tapas, más resistentes (mi primer tomo está bastante « caduco ») y juntando un par de tomos grandes como los integrales de « Malas Ventas » (con unas 600 y pico páginas por tomo nos bastarían con 2 volúmenes). O al menos reeditar estos tomos actuales para que estén al alcance del público actual. Se podría aprovechar para subsanar esos fallos de rotulación. Los textos de apoyo y la cronología deberían seguir en esta hipotética nueva edición.
Valoración: Creo que no hace falta extender mucho más la reseña para reincidir porqué me parece que este título se merece la más alta puntuación. Si objetivamente en esta relectura he encontrado aparentemente algún fallo en fechas o pequeños detalles que no acaban de cuadrar, llevo demasiado tiempo queriendo hablaros de este manga como para ahora bajarle medio puntito. Vamos, que subjetivamente quiero ponerle un 10 como una casa, porque yo lo valgo y el manga aún más. Ahora en serio, los fallos que he encontrado (si realmente no voy errado) no son suficientes como para desmerecer mucho al producto, a lo sumo ver pequeños claroscuros o ciertas sombras en algún pasaje. Algo normal en una obra de más de 1300 páginas y tan coral como esta. Por otro lado se debe destacar el proceso de documentación del autor, con multitud de fotografías reales pasadas a dibujo, junto con los protagonistas reales de esos sucesos, en especial Hitler y su cohorte de militares. Conocedor de que una buena historia empieza por unos personajes carismáticos, el autor consiguió que este lector recordara durante años a Kaufmann y su cambio de mentalidad, a Lampe y su cara de perro, a la dulce Srta Ogi y como no a Shogei Toge, aglutinador de las historias y auténtico superviviente de la Historia. Desde siempre he considerado Adolf como la obra cumbre de Tezuka, y estoy seguro de haber vivido más años, él mismo hubiese cambiado su preferencia de manga favorito desde Fénix (excelente también) a este manga-río. Acabada pocos meses antes de morir, la historia es un ejercicio perfecto de narración coral, alternando épocas, localizaciones y argumentos. Dos líneas bien definidas que se van acercando hasta confluir en un punto sin retorno. Es también un compendio de muchas obras en sí misma: un drama, una comedia, un thriller apasionante, una historia de amor y un western crepuscular. Una historia que te engancha irremediablemente y con un nivel de profundidad imposible de atisbar aquí. Como comenta Jaime Rodríguez en el prólogo de la obra, es complicado encasillar la obra dentro de un género, siendo más apropiado decir que es una mirada sobre el Hombre, y todos sus matices según la tecla que se toque. Y un servidor coincide con el prologuista en que Tezuka ya tuvo un campo de pruebas en este tipo de ficción histórica en Buda, donde reconstruye la vida y época del profeta. Pero personalmente prefiero este Adolf a ese Buda, al que considero algo disperso en su argumento (a falta de una relectura a fondo y tranquila después de varias intentonas fallidas).
E imitando (torpemente) al maestro, cuando empieza y acaba su magna obra con la misma escena, cerrando un círculo, me pregunto yo si he llegado a alguna conclusión respecto a la pregunta que me hacía yo mismo al iniciar la relectura de Adolf: ¿había valido la pena reencontrarme con los 3 Adolf tantos años después? Y parafraseando a Freddy Mercury en uno de sus “anthems” de despido de sus fans de Queen….. “Yes, it has been worthy!” Y tanto que ha valido la pena, ¿alguien lo dudaba?
El mes que viene, más. Gracias por leer todo esto. Haceos un favor y buscad los 5 tomos de esta magnífica obra.
Algunas de las acciones llevadas a cabo por Kaufmann, ese que decía que lucharía contra los nazis:
Su primera muerte. «Al principio siempre cuesta, después te acostumbras», le dicen…..
Vagón a rebentar de judíos, incinerados por tener disentería. Por la vía rapida.
Aquí ya está totalmente insensibilizado.
Y para acabar……
Como ve Tezuka la violación de Elisa. Simplemente BRUTAL
Tezuka es un Dios.
Muy bueno el articulo!
Una obra maestra. Libro de cabecera y lectura de puta madre para dejar a todos los que piensan que los cómics son literatura juvenil o infantil. De hecho, es junto con Maus, uno de los cómics que ofrezco siempre a los neofitos y a la gente totalmente alejada del fandom porque SÉ que les va a sorprender la madurez, densidad y complejidad de la obra (eso sí, recomendación: es mejor dejar primero el primer tomo, y luego ya los demás, si le llevas al conejillo de indias los 5 tomos juntos, suelen asustarse)
La capacidad para mezclar registros del maestro Tezuka y su maestría del tempo narrativo y de dosificar la información en este thriller histórico (porque en gran medida es lo que es) lo convierten en algo que debería ser lectura obligatoria seas aficionado al manga o no.
Escenas que se te quedan clavadas, como la mítica del violinista… De verdad, si alguien no lo ha leído: mi recomendación total.
> <i>y juntando un par de tomos grandes como los integrales de « Malas Ventas » (con unas 600 y pico páginas por tomo nos bastarían con 2 volúmenes</i>
¡Bah, mariconadas! ¡Planeta es capaz de sacar las 1300 páginas en un solo volumen y meter además artículos, bocetos y una entrevista al autor!
Siempre que veo todos los tomos de Adolf en la biblioteca me hecha para atras tantas paginas, entendiendo que no soy aficionado al manga. Pero luego de leer esta reseña y tantas recomendaciones me veo con renovada curiosidad. A por él!
Lo siento, Eme A, desde que tenemos el editor de comments no funcionan las etiquetas html. 😛
Probablemente lo mejor de Tezuka, que no es poco hablando del Dios del Manga.
Y serán 5 tomos, pero que se leen con una rapidez asombrosa. Casi tanto como este gran artículo XD
Gran, enorme obra maestra.
Gran artículo. Aún no puedo decir gran cómic, porque no lo he leído. Situación que pienso remediar muy pronto. Este análisis me ha convencido.
uf, yo tango ganas de releermelo, que hace ya 7 u 8 años por lo menos de eso y no he vuelto a tocarlo, ahora es y será mi manga favorito. Forma junto con Ayako o MW el triunvirato de obras básicas de Tezuka, adultas, serias, obras maestras las tres.
Siempre quise leerlo y nunca tuve agallas. Son unos cuantos tomos, y es una pasta que me dejo sin saber si realmente lo voy a amortizar tanto.
Pero está en la lista de pendientes, está…
Sin duda uno de los mejores cómics que existen a nivel mundial y una de las mejores obras de Tezuka junto con Ayako y Fenix. Sin duda Tezuka es un genio de la narrativa de enorme brillantez con una carrera en el manga larga y densa que ha dejado clásicos inmortales y que por desgracia es desconocido por mucha gente y rechazado por muchos otros no son capaces de darle una oportunidad porque no se sienten atraidos por su dibujo (de una expresión narrativa y potencia gráfica inclreíble)
Este manga es para el comic lo que El Diario de Ana Frank a la literatura, la Lista de Schindler al cine y la Tumba de las Luciernagas al anime, el mayor testimonio (junto con Mouse) del momento más oscuro del ser humano.
Cuando lo leí por primera vez sentí lo mismo que tú, no importaba cuanto leyese, jamás encontraría algo tan grande, tan sublime, tan perfecto. Cada pagina, cada dialogo son brutales. Y puedo asegurar que ver la transformación de Kaufman es totalmente expeluznante, como un buen chico de gran corazón se convierte en literalmente en un monstruo. Y la escena de la violación es…desgarradora. No necesita ser explicita para que se te quiebre el corazón viendola y deseando que tarde o temprano esta criatura en la que se ha convertido sufra una muerte dolorosa. Decir que Kaufman recibirá una buena dosis de su propia medicina, pero eso supondrá a su vez la muerte y el dolor de personas inocentes.
A los que vayais a leerla, solo advertiros que debeis meteros en la cabeza una cosa, estais ante una obra durisima, tragica, desgarradora. Una obra que os llegará al corazón. Simplemente, ¡una obra maestra!