- Sólo somos como…
Strangers in Paradise.
Strangers in Paradise.
Extraños en el Paraíso.
Lo digas como lo digas, el sentimiento va a ser el mismo: una fuerza que está destinada a juntarse es repelida en el último momento. Pero se unen. A saber cómo.
Extraños. Esa connotación negativa. Paraíso, algo positivo. Los polos opuestos se atraen. El título de esta obra ya está en tensión y a la vez unido por una preposición a modo de puente. Tres palabras. Tres personajes. La estructura perfecta para el drama. Ya podemos arrancar.
Y eh. ¿No está tomado muy en serio lo del título y no es ir un poco lejos? Bueno, Terry Moore es uno de esos escritores que tiene en muy alta estima al lector y no lo llama estúpido. Si algo sabéis ya de él es un autor al que le gusta usar todo lo que tenga en su mano – y nunca mejor dicho – para expresar lo que sienten sus personajes ya sea por canciones, gestos, diálogos… así que, ¿por qué no ya en el título? Es algo que ya dice ‘eh, aquí estoy. Va de esto. Mírame’
A estas alturas igual ya conocéis quién es Terry Moore. Aquí en la web tenéis entrevistas o más reseñas a sus obras, pero ¿de dónde salió Strangers in Paradise? Salió de la mente y mano de Terry Moore allá en 1993 cuando la editorial americana independiente en 1993 Antaric Press le publica el primer número de Strangers in Paradise (Breaking up is hard to do, Katchoo’s Revenge, Busted!). Tras esto – y sin esperarse realmente tanta aceptación – pasó a la autoedición con su primera compañía: Abstract Studio que dio sus frutos dándole en 1996 el Premio Eisner a la Mejor Serie Regular Strangers in Paradise. De aquí se animó con Jim Lee y James Robinson para fundar Homage Cómics dejándola en ocho entregas. Tenemos entonces una publicación entre 1993/4 hasta Julio de 1996 con 4 nominaciones (la última en 2003) y un premio ya mencionado.
De dónde salió la idea de Strangers in Paradise es la típica pregunta para Terry Moore. Su origen es complicado. Numerosos factores, contextos, idas y venidas que hacen que la única respuesta del autor para esta pregunta sea “no sé” Sí es cierto que empezó con tiras cómicas con sapos fumadores, lechuzas, patos gamberros… en una de estas por ejemplo, un sapo conoce a una ninfa que le engaña diciéndole que está vestida cuando realmente no lo está. Uno de estos diálogos se repite en el cómic de Strangers in Paradise:
– Y usted, ¿cómo se llama?
– Katchoo
– ¡Salud! ¿Cómo se llama?
– Katchoo
– ¡Salud! ¿Cómo se llama?
Bueno, ya pilláis la idea.
Pero por lo visto las agencias periodísticas no simpatizaron mucho con estas tiras por lo que pidieron un cambio. Así que pasó a tratar en sus tiras cómicas el matrimonio americano de los noventa. Sus protagonistas empezaron a tomar la forma humana, pero a pesar del cambio las situaciones de cama con indirecta no terminó de cuajar tampoco en los periódicos.
Justo cuando se iba a dar por vencido, lo intentó por última vez y creó un nuevo personaje para una nueva tira: Oliver. Un protagonista a lo Walter Mitty, soñador y casado con una mujer llamada Francine de lo más comprensiva. (¡Chan!) Pero Moore a estas alturas estaba decidido a entrar en el mundo del Comic Book con una historia de dos chicas y un chico… et voilà, se puede decir que ese fue más o menos el principio.
¿Por qué el éxito de Terry Moore? Por sus personajes. No hay duda. No sólo por su aspecto físico agradecido por su dote innegable al dibujo, sino por la humanidad que llegan a desprender. No basta con un buen diálogo, un buen dibujo o una buena viñeta. Hay que saber darle ese soplo de vida que no se consigue con el que se da para apartar los restos de goma del papel sucio. Esto es algo que iremos viendo en adelante.
Uno de los recuerdos que guarda Terry Moore – y que posiblemente le haya influido al menos a la hora de formular a Katchoo – fue una noche donde veía de pasada la MTV de madrugada. En el videoclip veía a mujeres furiosas, chillando, pegando o amenazando. Fue algo que le impactó. La imagen no se le fue de la cabeza en años: mujeres divorciadas y resentidas, amargadas que bromeaban sobre la muerte de sus maridos. Vio que esas mujeres no pedían igualdad entre sexos: clamaban venganza. Era una guerra. Una guerra fría entre los dos bandos. Entre los dos bandos estaban los medios de masa que alimentaban más aún los estereotipos de mujer y del hombre. Fue entonces cuando Moore se preguntó por cómo sería la nueva mujer en estos tiempos, si sería una mujer desconfiada, plenamente independiente con un odio profundo por el hombre o si seguiría siendo la típica mujer clásica que sueña con tener una familia, que es una chica fácil… pero ¿y los hombres? ¿cómo iban a actuar los hombres ante la ‘nueva mujer’ con una punta de lanza en la mano? ¿iban a contraatacar o no eran conscientes de esta nueva vertiente? Terry Moore quería hablar de eso en una realidad donde la gente pudiera enamorarse y aferrarse el uno al otro, admitiendo que a pesar de las diferencias entre hombres y mujeres, no hay nada como el contacto del hombre o de la mujer que quieres.
Strangers in Paradise trata de estas dos chicas, y lo que quiero decir es lo siguiente: ¿veis lo humanas que son? ¿veis lo hermosas que son? ¿veis lo frágiles, valientes, duras y amables que son? No son el enemigo. No hay enemigos. No hay guerra. No estamos nosotros y ellas. Todos tenemos los mismos sentimientos, deseos, frustraciones y necesidades. Strangers in Paradise es un microscopio que enfoca las relaciones. Ni más ni menos
– Terry Moore
Los extraños
Edición original: Abstract Studio. Edición completa. 2128 páginas.
Guión: Terry Moore.
Dibujo: Terry Moore.
Entintado: Terry Moore.
Color: Monocromático.
Formato: Tapa dura.
Precio: 100$.
Un pequeño apunte: Norma Editorial es quien edita la obra en tapa rústica con siete números. Strangers in Paradise Omnibus recoge la obra en dos (señores) tomos más una galería ilustrada. Sólo se encuentra la versión inglesa.
Nuestro cómic comienza hace diez años dentro de este: en el Instituto Puncture. Se celebra una puesta en escena in medias res cuyo diálogo remite al título de nuestra obra. En la backstage, Francine Peters se prepara para salir y realizar un papel sin importancia alguna, pero Moore la lleva por tal camino que la dejará con el papel principal.
Tras esta primera escena y un fundido en negro damos un salto a la noche anterior: Francine duerme con Freddie quien insiste en acostarse con ella. Es su aniversario, pero no va a conseguir mucho, pero lo suficiente para que la historia explote en una sola dirección que se irá bifurcando a medida que avanzamos, dando a conocer el pasado y presente de Katchoo.
El primer número tratará al completo sobre Katchoo. Tras haber ido a Canadá sin dar una sola explicación se verá envuelta en un lío policial del que ninguno de sus amigos dará crédito. ¿Qué es lo que oculta Katchoo? Sólo sabemos de una tal Emma. Con este nombre algunos más aparecen: la Señora Parker, Samantha y Tambi. Estas tres pondrán entre las cuerdas, de forma literal, la relación de Katchoo con el resto de sus verdaderos y únicos amigos. El pasado de esta protagonista ya se va desvelando poco a poco llegando a poner en peligro al resto.
El diálogo caracteriza mucho a los personajes de Moore. No sólo por lo que dicen, sino por lo que dicen de ellos. Por ejemplo: las primeras palabras que se dicen referidas a Francine son “¡Apáñatelas, jovencita! ¿No eres tonta del todo, verdad?” Igual aquí ya podemos ir con una idea concebida de quién o cómo puede ser esta protagonista. Justo tras estas palabras aparece Katchoo, su mejor amiga quien le dice “Eres una chica fácil… ¡y todos lo saben! ¿te suena de algo la palabra “no”? Por la conversación que tienen entre las dos, se deja ver cómo es Katchoo: va reventando las taquillas de los tíos con un código moral de “A mi, si un tío me la hace, me la paga” Ya con estas pocas páginas podemos tener una idea de los personajes principales.
No hace falta haber leído mucho de Terry Moore para ver la fuerza con la que caracteriza a sus temas: sus personajes femeninos son sin duda algo fuera de los “cánones clásicos” hablando estéticamente y en comportamiento. Nada del término “la mujer en la nevera” término que se popularizó con Green Lantern #54 en donde Kyle Rayner regresa a casa y encuentra quien su novia había sido descuartizada y guardada en el frigorífico. El impacto hace que este protagonista se lance en busca de venganza moviendo así la historia. En Strangers in Paradise no vais a encontrar a mujeres desvalidas, necesitadas de un hombre. Al menos Katchoo. Es un personaje hecho a si mismo.
No creáis que Strangers in Paradise va de una guerra de sexos, pero sí es Katchoo la antítesis del prototipo de mujer al que estamos acostumbrados a ver en los mass media. Esto algo que se descubre nada más empezar y se deja leer entre los personajes por ejemplo en algo que le refiere David «¡Tu estilo es tan fuerte! ¡Tan… tan….atrevido! … una voz tan potente para una criatura tan delicada…» Ocultará todo gesto sensible, lo cual es un fuerte contraste con su personalidad artística ya que pinta, compone y escribe. ¿Por qué es así Katchoo? Terry Moore se ha encargado de darle un por qué. De nuevo una frase os dará una pista: Pase lo que pase, recuerda: que no te vean llorar.
Es de los únicos personajes que tiene un apodo. Esto refuerza más la idea de este personaje: protegerse a si misma. Usar el nombre de Katchoo como fortaleza. Su verdadero nombre de Katina Choovanski hija de padres polacoamericanos de Chicago. Su madre la llamaba Katchoo porque cuando nació decía que no era más grande que un estornudo y que además, era demasiado pequeña como para llevar el nombre de Katina Choovanski.
Aunque este número se centra mucho más en Katchoo no podemos olvidar dos personajes que forman este trío tan peculiar: Francine y David.
Francine Peters ha sido desde siempre la mejor amiga de Katchoo. Si esta última es el perfil de mujer fuerte, cabezota y bestia ella es todo lo contrario. Es un personaje que es capaz de sacar de quicio por la inocencia que tiene. Inocencia que Katchoo no tiene y por la que está dispuesta a cuidar de su amiga. Claro que los sentimientos se confunden. Hay algo más que una buena amistad y protección entre ellas dos: gestos de cariños despreocupados, un tonteo sin la más mínima importancia, pero que es capaz de confundir en momentos turbulentos. Y no me refiero a momentos turbulentos a una regallina de pareja. La trama llega a mucho más de lo que en un principio parece, creedme.
Francine es una mujer de lo más tradicional: nada de tacones, escotes o ropa ajustada. Quiere para ella la típica familiar tradicional, envejecer al lado de un hombre que la quiera con una hija. Es esta idea, esta concepción lo que le hace echarse para atrás cuando la intimidad entre Katchoo y ella se hace más palpable (je, y nunca mejor dicho)
Como se dice, el roce hace el cariño.
Cariño hay, y mucho. Si no que se lo digan a David quien tuvo el valor de – tras ver la pequeña contribución artística que Katchoo hizo a una de Rodin – acercarse a ella para invitarla a un café a pesar de cómo le llegó a tratar y el número que montó. Aún así, aguanta y resiste las idas y venidas de Katchoo, mediando incluso entre las dos chicas haciendo de base sólida. Pero los papeles van rotando y este es el motor de la historia. En este primer número los roles dan una vuelta completa y ya se van viendo las relaciones.
Fuera de este trío encontraremos a Freddie Femurs un empresario que, obsesionado por completo Francine con quien tuvo un romance anteriormente. Se ve interrumpido primero por un choque de intereses en la pareja y segundo por Katchoo quien considera que Freddie no es lo suficiente para ella. Una cosa curiosa (igual yo, que me soy muy paranoica con esto) es su apellido, Femurs. ¿Suena a algo? Ahí va algo que Katchoo le refiere tras discutir con Francine: ¡Oh, qué bueno! ¡Cállate! Tendré que recordarlo… ¡Y tú no te rindas, que a perro ladrador acaban por darle un hueso!
Chuck y Rachel Hampton son esa pareja que se lo cuentan todo y parece una relación de lo más sólida, pero Rachel es la encarnación de la mujer que suelta esos típicos comentarios para hacer daño, que somete a su adversario y este es Francine. La relación que se establece entre ellas es doble, primero Rachel es su superior y es la novia de su antiguo ex. Se podría decir que es la voz de la sociedad, de “lo que de verdad piensa la gente” es curioso que su papel se acentúe más justo cuando Francine y Katchoo ‘hablan’ “¿Una de esas artistas que pasan hambre? ¡Vaya, Francine, no te imagino mucho tiempo en esa situación!”
Casey Bullocks es una instructora de aerobic que termina con casarse con Freddy, pero las infidelidades de este personaje hace que Casey se confunda continuamente volviéndose bisexual por cada página que pasa por lo que finalmente termina por divorciarse.
Darcy Parker es una de esas mujeres que odiaréis a lo largo de la trama. Su poder y pasado están ligados a uno de estos personajes. Podemos hablar de ella como la antagonista de toda la trama, pero no es un personaje plano. Su evolución y contactos harán avanzar la trama pues pertenece a uno de los Big Six.
Los personajes cambian, evolucionan o no son lo que parecen ser.
El paraíso
En los diferentes números que estructuran Strangers in Paradise encontraremos diferentes formas de llevar a cabo la narración. Uno de los primeros que encontraremos será la poesía, o letras de canciones. No descubriremos directamente quién es el autor ni a quién se refiere. Para ello habrá que prestar atención. También encontraremos un cambio en el dibujo. Algo propio de cartoons para simbolizar los sueños lo cual enfatiza más ese carácter onírico, la narrativa pura y dura cuando nuestro detective empiece a seguirle la pista a Katchoo. Como bien dice Terry Moore:
Siempre he sentido que debía hacer lo que hiciera falta para contar la historia. A veces era mejor explicarla, a veces era mejor mostrarla, a veces era mejor reflejarla a través de una canción o de un poema..
Y lo consigue. Su cómic no es algo cerrado. Tiene plena libertad para expresar a sus personajes y eso les hace más humanos. Nuestros tres protagonistas no son planos: también sienten a través de la música.
Premio para quienes en este primer número han reconocido a The Beatles – I’m so Tired, The Sugarcrubes – Fuckin in Rythm and Sorrow y Jeffersons Airplane con White Rabbit mezclado en las conversaciones de los personajes.
El uso de los cambios de narrativa de Moore complementan a los personajes. Algunas de las canciones (de autores como Sting – Fragile) son o no mencionadas dentro de la historia. Pero sin duda alguna, los complementan y lo hacen más si no son cantadas o recitadas dentro de la obra ya que se establece cierta complicidad entre los personajes y el lector. Es decir, sabes el estado de ánimo de Katchoo porque hay páginas de este cómics que a inicio de capítulo, te muestran, por ejemplo qué sienten. Juegas ya con esa carta nada más empezar.
Son muchos los poemas y canciones que Terry Moore nos deja a lo largo de Strangers in Paradise, pero sin duda el que más marcó a la obra fue (con permiso del texto que guarda el mismo título que el cómic) I Dream of You. Quizás sea porque el que más resuma a la obra y a las relaciones en general ya que soñar con alguien es el primer paso a enamorarse. O tal vez sea por lo llamativo que resulta que sea Katchoo quien lo haya compuesto y más aún ver para quién está compuesto y el momento en el cual lo recita.
Volviendo al primer punto de por qué I Dream of You es tan influyente, lo podemos ver en “Doesn’t “hi” and “goodbye sound so cruel?’ Ya que de eso va todo. De idas y venidas. Unos se van, otros vuelven y eso da motor a la historia de Strangers in Paradise. Y así es la vida de real y así son sus personajes: reales. Justo cuando parece que las cosas van a ir bien, todo parece venirse abajo.
El cómic consigue lo que Terry Moore propuso: reflejar las relaciones entre personas y extrañar el contacto con la persona querida. Desde luego, no será una obra que os dejará indiferente, pues se ve el cariño que el autor le ha dedicado a cada pincelada de la página haciendo que llegue y que duelan los momentos entre Katchoo, Francine y David. Es fácil escribir un cómic romántico de chico conoce a chica, pero no todos pueden hacer lo que Terry Moore ha hecho aquí y es que llegue, que sea sensible y a la vez desprenda una fuerza capaz de salir de entre las viñetas. No es sólo la composición, el dibujo, las canciones, la narración. Terry Moore ha sabido coger el sentimiento que se proponía a mostrar y lo a plasmado como si de verdad sintiese cada palabra.
Sin duda, después de leerlo no volverás a ser un extraño en el paraíso.
Uno de los mejores autores de cómic actuales, si no el mejor. Grande Terry Moore, y grandísmo SiP. Hace unos meses me hice con la edición omnibus por unos 50 euros de nada. Tengo que volver a leerla la serie entera de golpe.
guolberin dame más datos que yo no la encuentro por menos de 80 euros y tengo unas ganas enormes de hacerme con ella.
Pues lo vi en bookdepository hace unos tres meses a ese precio. Lo que pasa es que a los dos días salía out of stock, vamos, que no debía quedarles muchos. De hecho, se lo dije a un amigo, y fue a pedirlo y ya no había. Acabo de mirarlo y en bookdepository no les queda. No sé si en play.com o amazon.co.uk estará. En realidad yo debí de tener bastante suerte, porque lo miraba casi todos los días y nunca lo tenían hasta que un día apareció por 50 euros (no era el precio normal que tenía cuando lo tenían), es decir, que si no llego a mirarlo asíudamente, seguramente no lo habría comprado.
Siento no poder ser de más ayuda.
Enorme artículo, para un tebeo que sin duda lo merece. De esos que puedes prestar a la gente que no está metida en el mundillo para que vean lo que es también el comic.
Gran artículo y grande Terry Moore. Qué gusto da cómo dibuja este hombre.
Una de mis lagunas…
y de las mías, nunca me he acercado a la obra del sr. moore, y mira que siempre se le ha puesto por las nubes por estas tierras, pero es que uno ya no da abasto.
Pues venga. Venga a leer 😀
Yo empecé a comprar las grapas de Strangers in Paradise cuando empezó a publicarlas Dude.
Y confieso que dejé la serie. A los tres o cuatro números, no lo recuerdo exactamente.
Tampoco recuerdo exactamente el motivo. Por el dibujo, fijo que no fue porque me encanta como dibuja Terry Moore. Supongo que sería algo tan simple como que no conecté con la obra. O que no entendía lo que se me quería contar, que también puede ser.
Recuerdo, por ejemplo, que había cosas que no me cuadraban con lo que parecía ser (o lo que yo interpretaba que era) el tono de la serie. Cosas como la forma en que Katchoo «apagaba» el despertador, la forma en la que se toma la justicia por su mano con Freddie Femurs… No sé; me parecían detalles demasiado desmadrados. Lo mismo me pasó con el arranque de Transmetropolitan, cuando Spider Jerusalem abandona la montaña y lo primero que hace antes de ir a la ciudad es detenerse ante la cabaña del guarda -creo- y la vuela de un bazookazo. Pero Transmetropolitan no la abandoné. Y acabó siendo una de mis series favoritas. Tal vez debería haber hecho lo mismo con la obra de Terry Moore. El caso es que no lo hice.
Peeeeero…
No hace mucho, me encontré los números publicados por Dude «por ahí». Viendo las excelentes críticas que la serie recibia en todas partes (sin ir más lejos, aquí mismo no dejaban de alabarla comentaristas cuyos gustos suelen coincidir con los míos) estaba claro que el problema era mío. Así que me los leí.
Y esta vez sí. Esta vez conecté con el tebeo y estaba enganchado a las peripecias de Katchoo, Francine y David.
Y a los pocos días, fui a la librería, reservé los siete tomos de Norma y me los voy llevando poco a poco a casa. Y en cuanto los tenga todos me releeré (esta vez completa) toda Strangers in Paradise.