Edición original: Bloodshot números 10 al 13 USA (Valiant entertainment).
Edición nacional/ España: Panini cómics.
Guión: Duane Swierczynski.
Dibujo: Barry Kitson.
Entintado: Stefano Gaudiano.
Color: Brian Reber.
Formato: Libro con solapas, 128 páginas.
Precio: 12 Euros.
Valiant mola, es un hecho. Puede ser que la editorial no ofrezca cómics rompedores o innovadores con el reboot que hace dos años lanzaron de su universo ficticio de la década de los 90, pero la media de calidad -y sobre todo de entretenimiento- de sus publicaciones es muy alta.
Siguiendo el modelo de las dos majors estadounidenses, Marvel y DC, era cuestión de tiempo que los protagonistas de varias de sus series, viviendo en un entorno común a todos, se encontrasen en un evento. Así, Las Guerras Harbinger era un miniserie (editada en España como un tomo) en la que Bloodshot y sus circunstancias cruzaban su camino con los personajes y situaciones de Harbinger.
Tanto el hecho de que desde su concepción las colecciones hubiesen sido pensadas ya con interrelaciones que ayudaban a dar un aspecto de universo coherente, como el rumbo que estaban tomando las tramas de las series, ayudó a que el evento no causase impresión de ser algo cocinado deprisa y corriendo. De una forma orgánica, abundando en los lugares comunes y en los conflictos inherentes, la lectura de la miniserie central y de los episodios correspondientes en las respectivas cabeceras hacia que se trazase un todo en el que las cosas parecían suceder por lógica interna sin que la incorporación de nuevos elementos mitigase esa sensación. Ya hemos reseñado el tomo correspondiente a Harbinger, y esas impresiones no cambian lo más mínimo en éste de Bloodshot del que vamos a hablar hoy.
Al abrir sus páginas, nos encontramos al protagonista realizando una travesía por el desierto, guiando a un grupo de niños con poderes psíquicos a los que ha rescatado del Proyecto Espíritu Renacido, la organización que durante años le usaba como arma viviente lavándole el cerebro. Pero a pesar de lo que parecía, este recién recuperado libre albedrío no es tan sólido como Bloodshot pensaba. Cuando se encuentra con el millonario japonés Toyo Harada, experimenta una pérdida de control absoluta. La directiva primaria implantada en su mente por el Proyecto resultaba ser la aniquilación del principal adversario de la colección Harbinger, y en éste aspecto su programación resulta ser más fuerte que su reencontrada fuerza de voluntad. Pero los poderes psíquicos de Harada demuestran ser demasiado vastos incluso para el asesino de piel color marfil cargado de nanitas. Tras quedar muy mal parado en una salvaje confrontación, todavía deberá atender a otro conflicto, éste con el hombre que le liberó del Proyecto Espíritu Renacido, que visto lo visto, considera que no se puede confiar en él.
Es después de que todos estos encuentros pavimenten su camino hacia Las Vegas cuando, en el tramo final del tomo, asistimos a la perspectiva de Bloodshot del gran acontecimiento común a Las Guerras Harbinger: la batalla campal librada en las calles de la ciudad de Nevada a la que Elvis cantaba.
De nuevo, en esa contienda nos encontramos con un curioso puzle, en el que una sola pieza ofrece una imagen completa, pero en el que la unión de todas muestra una escena mayor, más disfrutable: Las Guerras Harbinger ha sido concebida para que se lean todas sus partes. Al no hacerlo se nos proporciona la información necesaria para comprender el fragmento que estamos leyendo y no perdernos, pero la experiencia completa en la que apreciamos realmente todo está en la lectura tanto de los dos distintos puntos de vista repartidos en las colecciones individuales, como del punto de encuentro de la miniserie central.
Esto, que puede desanimar a alguno según sea leído el párrafo anterior, invita en realidad a una reflexión. Si comparamos con los eventos y crossovers de las dos grandes editoriales estadounidenses, éste del que estamos hablando sale ganador a todas luces. Sólo es necesario seguir dos colecciones y una breve miniserie central, en oposición a las docenas de tie-ins y cabeceras centrales de mayor o menor longitud de Marvel y DC. Además se consigue el sorprendente doble efecto de que nada sea paja, todo es disfrutable, pero que al tiempo la lectura de cada parte siga siendo comprensible. Es cierto que notaremos que algo nos falta, pero para la colección que estemos siguiendo, tendremos suficiente. Los dos grandes titanes de la industria comiquera estadounidense debieran tomar nota de esto y aprender de Valiant si quieren mejorar en cuestión de accesibilidad. Tal vez el hecho de que los directivos de ésta, como declararon en una reciente entrevista, estén interesados en ganar terreno en el mercado del cómic ofreciendo la mayor calidad en función de sus posibilidades, y no en vender los derechos para obtener grandes beneficios en el terreno del merchandising y las películas, tenga algo que ver. Requiere un mayor esfuerzo cuadrarlo así por parte de sus escritores, pero los resultados creativos, aparte de más prácticos, serán sin duda más satisfactorios. El evento recientemente publicado en USA, Armor Hunters, sigue esta visión, y parece que el anunciado The Valiant también lo hará.
Volviendo estrictamente a este tercer tomo de Bloodshot editado por Panini en España, el guión de Duane Swierczynski, está a un nivel muy alto. Como decíamos, no es nada que vaya a hacer tambalearse la industria y la concepción artística del medio, pero sí está lleno de profesionalidad y buen hacer. Cabe advertir del alto contenido de sangre y violencia para aquellos a los que estas cosas puedan desagradar. No es para nada excesivo, pero sí es superior al que habitualmente encontramos en los comics norteamericanos de superhéroes.
Respecto al apartado gráfico, el siempre eficaz Barry Kitson cumple con creces. Además su habitualmente limpio estilo se ve modificado por las oscuras y sucias tintas de Stefano Gaudiano, dando lugar a un acabado mucho más crudo, en consonancia con lo que la historia está contando.
Una vez más, nos encontramos con un tebeo de ciencia ficción y acción blockbuster enormemente correcto. Aderezado con unas leves dosis de irreverencia en los diálogos, tenemos una muestra y confirmación de lo que decíamos al principio: Valiant mola.
Noto un ligero desfase entre la reseña y la valoración final .
Habiéndome gustado como me gustaron Las Guerras Harbinger, tengo que reconocer que una vez leído Armor Hunters ya no me parece tan bueno.
Las Guerras Harbinger ha sido concebida para que se lean todas sus partes. Al no hacerlo se nos proporciona la información necesaria para comprender el fragmento que estamos leyendo y no perdernos, pero la experiencia completa en la que apreciamos realmente todo está en la lectura tanto de los dos distintos puntos de vista repartidos en las colecciones individuales, como del punto de encuentro de la miniserie central.
Touché. Es esa la sensación que dejan los eventos de Valiant y que ni de lejos se puede decir de las majos. Creo que ese párrafo define perfectamente el paso de Bloodshot por este evento. Lástima que a partir de ahí la colección vaya un pelín cuesta abajo, siendo en todo caso absolutamente disfrutable 🙂
No quiero que se me malinterprete por el comentario de antes, me parece una gran reseña y que pone de manifiesto el buen hacer de Valiant en su corta trayectoria editorial.
Noto un ligero desfase entre la reseña y la valoración final .
Es la maldición de Sergio 😀 ¡Aguirre, la cólera del rating!
Muy buena la reseña, en verdad creo que este ha sido el tomo más flojo de bloodshot aún así es muy bueno 😀
Armor Hunters ha sido, desde luego, un paso atrás. Los personajes son bastante flojos (los diseños incluso muy cutres) y toda la historia de las miniseries parece que ha perjudicado bastante las ventas de Valiant en EE.UU. Una pena, porque tanto Harbinger como X-O Manowar principalmente como Bloodshot, Unity o Shadowman son y/o han sido títulos bien hechos, bastante frescos y con una calidad por encima de la media de lo que ofrecen los títulos «no estrella» de Marvel o DC