Dirección: Masayuki Akehi
Guión: Yoshiyuki Suga
Música: Seiji Yokoyama
Animación: S. D.
Reparto: Tôru Furya, Hirotaka Suzuoki, Hideyuki Hori, Ryô Horikawa, Kôichi Hashimoto, Keiko Han, Kaneto Shiozawa, Akiko Tsuboi, Katsuji Mori, Keiichi Nanba, Ken Yamaguchi, Toshio Furukawa, Masato Hirano, Takeshi Kusao, Hiroyuki Satô
Duración: 45 minutos
Productora: Toei Animation
Distribuidora: Selecta Visión (2013)
País: Japón (1989)
Valoración:
El guerrero del Armagedón (también conocido como Los Caballeros del Zodíaco contra Lucifer) fue la cuarta y última entrega de la franquicia “saintseiyana” que vio la luz en la década de los ochenta del siglo pasado. Su aparición, en la primavera de 1989, puede considerarse como un signo de la decadencia de la franquicia, pues dos semanas después de su estreno el anime tocaba a su fin, después de superar la centena de episodios y dejando inadaptado el arco argumental relativo a Hades. En cierto sentido, este OVA constituyó durante trece años lo más cercano a una versión animada de la batalla contra el amo del inframundo.
Lo primero que llama la atención es el hecho de que los adversarios escogidos no provienen de la mitología grecorromana o de la nórdica, sino de la abrahámica, entendiéndose por tal la conformada por las llamadas religiones del libro –judaísmo, cristianismo e islamismo-. Lucifer, el ángel caído, se convierte aquí en el jefe de la cohorte de guerreros armados (en esta ocasión, emplumados) dispuesta a convertir la Tierra en un erial. A sus órdenes están Belcebú, Astaroth, Eligor y Asmodeo (no, Maradona no juega) ángeles infernales cuyo primer movimiento será dar buena cuenta de los caballeros de oro supervivientes de la saga del Santuario.
El desarrollo de la trama (si es que así puede llamarse a lo que pasa por argumento en las películas de la franquicia) es un calco en papel carbón de lo que se presenta en las tres cintas precedentes: Atenea decide afrontar en solitario la amenaza (como en La leyenda de los santos escarlata) y sus caballeros, haciendo caso omiso de su petición, se lanzan al asalto de la fortaleza enemiga (como en las restantes aventuras) y, después de muchas penurias (y de dejar hechas fosfatina las armaduras de bronce) consiguen salvar los muebles sobre el toque de campana con la providencial (y previsible) ayuda de la armadura dorada de Sagitario. Nada nuevo bajo el sol y las estrellas.
Partiendo de la premisa de que los OVAS plantean realidades alternativas a la continuidad oficial de la serie de animación, hay que destacar el hecho de que los responsables de esta cuarta entrega asumen el hecho de que todos los mediometrajes transcurren en un mismo universo. De esta forma, los adversarios de andanzas anteriores Eris y Abel se convierten aquí en aliados vengativos del perverso Lucifer. Junto a ellos encontramos a Poseidón, enemigo de la tercera temporada de la serie. Por lo que a la continuidad se refiere, es de destacar el hecho de que la presencia del dios grecorromano de los mares contradice el final del anime. El espíritu de Neptuno dormía en su ánfora y Julián Solo se había redimido, por lo que su conversión en divinidad sedienta de revancha quedaba convertida en un deus ex machina con la correspondiente falta de coherencia. No obstante, la presencia en guardia de los caballeros de oro supone un débil enlace con la trama de la serie, que forzaba a estos supervivientes a permanecer en el santuario (a la previsible espera de un Hades que tardaría largo tiempo en asomarse). Su rápido y vergonzante final al principio de la historia es ya un indicio poco propicio.
La sustitución de Hades por Lucifer viene a suponer una maniobra lógica, pues en ambos casos estamos ante señores de un más allá poco amable. Sin embargo, el uso de la personificación del mal de la mitología judeo-cristiana añade un elemento más al ya de por sí confuso conjunto de panteones implicados en la franquicia (al menos en las versiones animadas). En el manga original, Kurumada optó sabiamente por no meterse en camisas de once varas y quedarse en territorio helénico, pero en la serie y en los OVAS entraron en danza los dioses nórdicos y aquí no sólo hay espacio para referencias a Jesucristo, sino también al arcángel San Miguel y a Marishi-Ten (la reina del cielo de la mitología budista). Siempre ha sido objeto de debate cuál es el papel de los dioses “saintseiyanos” y cómo se compagina por parte de Hyôga del Cisne el servicio a Atenea con el respeto a la fe de su madre (representada en el rosario con la cruz del norte que tan importante papel jugó en los inicios del anime). En fin, si Kurumada no tuvo inconveniente en contar su versión del origen de Excalibur, Suga hizo lo propio conformando un singular ecumenismo entre mitologías.
Con esta predecible filme, la franquicia se despidió de la animación durante trece años y de los OVAS durante quince. Habría que esperar a un nuevo siglo para que un mundo globalizado diera la bienvenida a nuevas entregas de las aventuras de Seiya y sus camaradas.
Sólo he visto la serie clásica hasta la lucha contra ¿Poseidón, no?
Pero parece que están saliendo ovas nuevos continuamente, ¿no? O más bien, reeditándolos.
Mr. X: se trata de una reedición realizada por Selecta Visión. Estos OVAS se lanzaron en Japón entre 1987 y 1989. Ahora que ha salido «Leyendas del Santuario», me pareció interesante hacer repaso de estos derivados de la franquicia.
Luis, te recomiendo ver el anime de Saint Seiya the Lost Canvas, de las mejores sagas de SS, tiene un toque algo clásico.
Creo que de todas las peliculas esta seria la 2 peor (la de leyendas del santuario seria la 1), como siempre atena tratando de resolver todo sola sin conseguir nada como siempre, muertes de los caballeros de oro absurdas, errores como lo de poseidon, los diseños mas anorexicos que nunca.
Lobezno23: gran serie, injustamente finiquitada mucho antes del final. En el histórico de reseñas puedes encontrar referencias a las dos temporadas.