Edición original: Marvel Comics.
Guión: Jason Aaron.
Dibujo: John Cassaday.
Color: Laura Martin.
Formato: Comic-book.
Precio: $3.99.
¡Por fin! Ayer, 14 de Enero, empezó la nueva Era Marvel de Star Wars. Y lo ha hecho por todo lo grande. Han tenido que pasar más de dos años desde que, en Octubre de 2012, Disney anunciaba que compraba Lucasfilm por 4050 millones de dólares, sacudiendo las redes sociales y las páginas web especializadas. Este anuncio iba acompañado del de una nueva trilogía de películas, con fechas de estreno, reparto, título y trailer ya anunciados. Sin embargo, en lo que respecta al noveno arte esta compra también tenía sus repercusiones. Dark Horse, que llevaba publicando cómics de la franquicia de Star Wars desde 1991, perdía automáticamente los derechos sobre los personajes creados por George Lucas, los cuales pasaban a la «subsidiaria» de Disney, Marvel Comics, quedando marcado en rojo en nuestros calendarios este 2015 como la fecha en la que Marvel podría empezar a publicar cómics de Star Wars. Desde entonces y en el más hermético de los silencios, el equipo comandado por el editor Marvel Jordan White ha preparado varias series que ofrecer en este relanzamiento, las cuales fueron anunciadas el pasado verano en la San Diego Comic Con: la serie central, Star Wars, de Jason Aaron y John Cassaday y spin-offs centrados en Darth Vader, firmado por Kieron Gillen y Salvador Larroca, y la miniserie de cinco números Star Wars: Princess Leia, a cargo de Mark Waid y Terry Dodson.
Y todo ello prescindiendo de la continuidad de la etapa de Dark Horse. Porque tanto la serie principal como la de Darth Vader se situarán inmediatamente después de la película original, el Episodio IV o Una Nueva Esperanza, y la destrucción de la Estrella de la Muerte, una época no demasiado tratada en el sello Star Wars audiovisual (aunque sí en las viñetas). La cabecera madre dará la perspectiva de los rebeldes, mientras que la del villano se centrará en El Imperio y en narrar cómo el Sith se convirtió en una de las figuras más temidas del universo tras fracasar en la gran batalla de Yavin. En la limitada, por su parte, la princesa lidiará con la destrucción de su planeta, Alderaan, eliminado también en el film de 1977 por la Estrella de la Muerte. La mini-serie será solo la primera en una larga lista de aventuras cortas en el universo. Desde el anuncio de los equipos creativos hasta hoy, poca información había sido filtrada, con la excepción de la relacionada con las numerosas portadas alternativas oficiales (promocionadas en gran parte de forma exclusiva por varias cadenas de tiendas norteamericanas) a cargo de los mejores dibujantes de la industria. Pero faltaba el cómic. Y ya ha llegado. Ahora queda analizar lo que han dado de sí estas primeras viñetas. Para ello, os ofrecemos distintos puntos de vista con los que quizás podáis estar de acuerdo. O no. Que la fuerza os acompañe.
Hay muchas formas de encarar una reseña en una ocasión tan histórica como esta. Desde un punto puramente objetivo en sus distintos apartados. En ese caso diríamos que los diálogos, el espíritu, el dibujo, las caracterizaciones, la accesibilidad, el ritmo y el interés rozan el diez, mientras que los efectos especiales sonoros suspenden con un cero. Otra forma de hacerlo es ponerse poético apelando a la infancia y a los primeros visionados de la trilogía de Star Wars, en cuyo caso muchos coincidirán que esta entrega (situada entre los episodios cuatro y cinco de las películas) ofrece sin discusión un interludio que bien podrían estar firmados o guiados por el propio George Lucas. También es posible ponerse en modo “fan irascible” y afirmar que este cómic no ofrece nada nuevo y a ver qué necesidad hay de hacer todo esto para no contar nada nuevo. Incluso, el fiel seguidor de los cómics de Dark Horse estará dando porrazos al teclado cuan niño alemán loco porque toda la continuidad previa se ha tirado por el garete por capricho de Micky Mouse y Joe Quesada. Y todos tendrán un poco de razón. O bastante. Sea como sea, este primer cómic de la Era Marvel (versión dos) de Jason Aaron y John Cassaday es una lectura entretenida, divertida y, sobre todo, puro Star Wars.
Jason Aaron (polifacético autor de obras tan distintas como Scalped, Thor: God of Thunder, Ghost Rider o Southern Bastards) ha sido el autor elegido (supongo que tras un duro y competitivo casting interno en Marvel, dirigido por Jordan White) para ello. Y ha cumplido con nota. Se nota que lleva el espíritu Star Wars en la sangre. Pero con ello no es suficiente. Hay que trabajar duro para transmitirlo. Y lo ha conseguido. Todos y cada uno de los diálogos de los personajes (en particular Han Solo, Darth Vader o C3PO) nos trasladen automáticamente, por instinto suyo y nuestro, a la gran pantalla. Ese feeling está muy conseguido y, de momento, es justo lo que podíamos pedir. Ya habrá tiempo para, con el margen de maniobra cercenado por el destino de los personajes, encontrar nuevos giros argumentales, batallas sin fin, guiños al futuro y, por qué no, algún que otro personaje nuevo que pueda dar que hablar entre los fans. Perfecto, Aaron.
Y John Cassaday. Ay, Cassaday. En tus últimos trabajos te hemos dado hasta en el carnet de conducir. Tus Uncanny Avengers daban un poquito de vergüenza ajena y parecía que los habías hecho en tus ratos libres. Habías dejado de ser el gran dibujante que fuiste en su día. Pero aquí, nos quitas la razón y nos demuestras que, ole tú, eres uno de los grandes. Y no lo tenías fácil, porque sabemos que las expresiones faciales no son tu punto fuerte y aquí bordas las caras y gestos de Han Solo, Leia y compañía. Si es que, exceptuando un primer plano de Luke que te ha quedado bastante rarito, bordas el resto. Y nosotros que nos alegramos. Esperemos que el margen que has tenido para preparar esto (calculo que de medio año para arriba) haya sido suficiente para que no necesitemos en unos cuantos meses un dibujante suplente, porque no me gustaría estar en su papel sustituyéndote. Perfecto.
En definitiva, una lectura a la altura (que no era fácil) que cumple con nota (insisto: no era fácil) y nos deja a todos con ganas de más.
Valoración:
Muchas han sido las fanfarrias que han rodeado al relanzamiento de Star Wars en Marvel. Desde una promoción anticipada al esperado episodio VII hasta las casi 70 portadas alternativas, el nuevo cómic de la Guerra de las Galaxias estaba llamado a ser el gran éxito del año. Uno casi sin parangón que devolvía además a la franquicia a su “hogar”, a la Marvel protegida por Disney. Y, sin embargo, el primer número de su serie principal se deja de fanfarrias y caretas para ser sencillo y clásico. Un ataque rebelde liderado por el trío protagonista simple y efectivo al estilo de lo que George Lucas hizo tantas veces en la primera trilogía.
Jason Aaron saca su vena más fanática -e impersonal- para captar casi viñeta por viñeta y diálogo por diálogo el tono de la recordada saga. El guionista de Scalped da en el clavo con la caracterización de Han Solo (que parece será el verdadero protagonista de esta serie) y con el estilo de aventuras pulp sin demasiadas pretensiones ni un argumento demasiado complicado. Sin embargo, parece faltarle algo de alma. La ambientación casi retro gustará a los más veteranos, a todos los que estén esperando la enésima oda a la saga original, aunque no está tan claro que vaya a ser capaz de captar a nuevos lectores interesados por el universo y ansiosos por saber lo que ocurrirá después. No hay todavía una historia consistente real, ni una trama propia que aleje las viñetas del argumento de Una nueva esperanza. Dado que sabemos cómo acabará todo, deberán todavía sorprendernos con nuevos reclamos para despertar nuestro interés de manera mensual.
John Cassaday vuelve a estar en sus mejores momentos. Splash-page tras splash-page, golpe tras golpe. Sus personajes y escenarios están tan logrados y acabados como no habían estado sus páginas en un largo tiempo pero, al igual que Aaron, se esfuerza al máximo de copiar la ambientación y los actores originales, sin innovar demasiado o salirse del molde.
A la espera de ver los cómics personales de Leia y Darth Vader, la serie central de Star Wars, tan disfrutable y divertida como podríamos esperar, no deja de ser un guiño a nuestro pasado e infancia, un gran homenaje a la saga original que, de momento, no pierde demasiados minutos en ahondar en un relato propio. Internet se mantendrá impasible un día más. No habrá nadie enfurecido, pero tampoco nadie locamente obsesionado.
Valoración:
Star Wars, para un trekkie convencido como soy yo, siempre ha sido pura diversión y aventuras. Nunca he llegado a entender del todo el trasfondo que algunos le intentan dar a una simple batalla entre el bien y el mal con personajes carismáticos, soldados de blanco con una puntería nefasta y espaditas de colores de por medio. Si bien es terrible lo que George Lucas perpetró con la nueva trilogía –y es algo que intento obviar en mi mente constantemente– la antigua trilogía es un derroche de diversión, originalidad y personalidad. Un ejercicio de western futurista que le salió tan bien a su creador que aquí nos encontramos ahora. Como tampoco nunca he sido especialmente docto en materia de Imperio Galáctico y Tatooine, nunca me he acercado a ningún producto de Star Wars que no haya sido el cine o los videojuegos, de modo que poco o nada se sobre el Universo Expandido de la franquicia. Sin embargo, gracias a la compra de Disney y a haber roto con todo con aquel (al que ahora llaman Leyendas) he decidido acercarme a este Universo y a todo lo que tenga que ver con la antigua trilogía, de lo que este cómic es una clara referencia.
Jason Aaron es perfectamente consciente de lo que tiene entre manos. Sabe que el retorno de Star Wars al seno de Marvel es sin duda un acontecimiento gigante en la industria y sabe perfectamente que tiene en su haber un honor que le hará permanecer –o no– en los anales de la historia de la viñeta. Se nota por tanto que el autor ha estado trabajando duro en este tebeo, lo cual se demuestra a todas luces desde prácticamente la primera página. Es fácil reconocer todos los elementos del Star Wars más puro y clásico (el de aventuras que me refería al principio) en este tebeo: desde el Han Solo dicharachero y su relación de amor odio iniciática con Leia hasta la bondad de Luke, pasando por los problemas en los que una y otra vez se ve metido C3PO o la labor de perfecto escudero de Chewbacca. Se nota también el aroma de cómic clásico y da buena nota el autor de que lo que nos espera el mes que viene con ese fantástico cliffhanger que hará difícil a los millones de lectores de este número no seguir adelante en la colección.
El arte de Cassaday es fantástico, aclimatándose al sabor añejo del señor Aaron y dando muestras de que el veterano dibujante es uno de los grandes de la industria cuando está en plena forma. Los colores ceñidos al más puro estilo cinematográfico son también evocadores del clasicismo intrínseco de este tebeo y la acción viene bien dotada a pesar de un par de escenas donde nos gustaría ver más de lo que está pasando.
A pesar de no haber leído nada anterior de Star Wars en los cómics diría que no falta absolutamente nada en este número uno para ser un tebeo clásico de la saga. Es puro Star Wars, puro cine y puro cómic. ¿Qué mas se puede pedir? Quizás un poco más de riesgo, pero eso mejor lo dejamos para dentro de unos años.
Valoración:
Marvel ha querido poner lo mejor de entre sus filas para encargarse del regreso de La Guerra de las Galaxias a la editorial. Mark Waid y Terry Dodson en Princess Leia, Kieron Gillen y Salvador Larroca en Darth Vader y Jason Aaron y John Cassaday para la serie que nos ocupa: Star Wars. Viendo la carrera más reciente del escritor de Alabama uno no sabe qué versión nos podemos encontrar en este cómic. ¿El errático y desafortunado que escribió la infame Original Sin? o ¿El épico y desgarrador guionista de Thor God of Thunder y Southern Bastards?
Nada más abrir las primeras páginas del cómic nos encontramos con un inicio de película: El clásico “A long time ago in a galaxy far, far away…”, Star Wars en gigante y entrada con resumen de lo acontecido hasta ahora perdiéndose en la distancia para que acto seguido aparezca el espacio. Mensaje claro y evidente de que la clásica Star Wars está de vuelta. A medida que seguimos leyendo nos vamos adentrando en un universo que sigue siendo familiar; los protagonistas de la historia son todos conocidos, de hecho muy bien caracterizados, así como los lugares en los que se desarrolla la acción, sus habitantes, etc. Da la sensación de que Aaron quiere empezar con muy pocas novedades, más bien casi con ninguna, para que nadie se pierda ni se distraiga. Pero no sólo el atrezzo y los protagonistas son familiares, es que incluso el desarrollo de la trama también lo es, y mucho. El escritor tira de recursos que ya vimos en las películas y que aquí se repiten de nuevo: Que si se produce una infiltración con disfraces por aquí, una desconexión de la estación de energía como en la Estrella de la Muerte por allá, e incluso naves espaciales escondidas en escombreras acullá… hasta el cliffhanger es repetido. Todo esto, que puede ayudar al lector a retomar el hilo de la historia que se cuenta en el Capítulo IV, en su conjunto puede también dar a entender una falta de creatividad y originalidad preocupantes. Todos los ejemplos mencionados anteriormente ya los hemos visto en las películas y abusar de ello no sería de extrañar que cause decepción. Amamos a estos personajes y su universo, pero queremos que nos enseñen algo nuevo. Seguro que Aaron tiene todo un plan novedoso que contar, pero es que está escribiendo un cómic para lectores que en su mayor parte han visto la saga de Star Wars en multitud de ocasiones, algunos incluso hasta el punto de lo patológico. Iniciar una historia utilizando un collage de recursos ya usados previamente hará que muchos lectores sufran un efecto déjà vu, y por tanto no ayuda a que se adentren con asombro en esta nueva aventura.
En lo que respecta al apartado gráfico el fan puede estar tranquilo, Cassaday responde con soltura porque la caracterización de los personajes es fiel, cuidando los detalles de las facciones de los protagonistas, los uniformes de la Fuerza Imperial, así como la clásica tecnología de Star Wars y lo que todo ello conlleva.
Por resumir en unas líneas, flojo comienzo de una de las series más esperadas de 2015. Si Aaron tiene una historia novedosa y apasionante que contar en el rico universo de Star Wars, tal vez debería haber dejado entrever algo en este primer número.
Valoración:
El espíritu original La Guerra de las Galaxias, ha vuelto por la puerta grande en forma de cómic. Lo hace de la mano de Jason Aaron y John Cassaday, que meticulosamente han recreado no solo el aspecto visual, sino la atmósfera, el tipo de aventura apasionante, y el sentido del humor de aquellos diálogos frescos que podíamos encontrar en la película con la que George Lucas asombró al público a finales de los años 70 y en sus dos secuelas. Hasta la trama del tebeo entronca con el tipo de escaramuzas que nos podíamos encontrar en la saga: tras la destrucción de la Estrella de la Muerte Han Solo, haciéndose pasar por un emisario de Jabba el Hutt, ayudará a sus compañeros Leia, Luke, Chewbacca, R2-D2 y C3-PO a infiltrarse y sabotear una instalación Imperial de gran valor estratégico. Sí, tenemos a los verdaderos protagonistas de la trilogía, no a secundarios glorificados. Sí, tenemos guiños en forma de los disfraces que portan, y en la alusión a una de las memorables frases de aquella primera entrega en celuloide. Sí, tenemos vehículos míticos como el Halcón Milenario, los AT-AT y la lanzadera Tydirium. Sí, tenemos a Darth Vader.
La humanidad de los personajes y su camaradería vuelve a brillar en contraste con la vileza y cobardía de los Imperiales. Todo es cómo en las películas, pero no es una reproducción sin alma de clichés de las mismas, limitada por la falta de movimiento y sonido. Es como atrapar lo mejor de la esencia de los filmes y plasmarlo en papel, en dinámicas viñetas. Detalles como la apertura (sucediéndose las palabras “Hace mucho tiempo en una galaxia muy lejana” con el nombre de la saga en grande, el resumen de lo anterior en letras alejándose, y los planos de la nave en el espacio ), el color de Laura Martin, o la rotulación que Chris Eliopoulos hace de los gruñidos de Chewbacca y los pitidos de RD-D2, cimentan esa sensación de estar viviendo fielmente la experiencia del cine…y llevándola más allá, haciéndola propia del cómic.
Por supuesto no hay nada exento de “peros” y aunque el trabajo de John Cassaday sigue a gran nivel, ya no es ese prodigio que nos asombró en Planetary o en Astonishing X-Men. Los rasgos de los personajes, tratando de parecerse a los de los actores que los interpretaban, tienen algunos momentos en los que dan cierta grima. Y por supuesto, poco se puede juzgar de la historia cuando solo hemos probado un bocado de lo que Aaron ha preparado. Pero lo catado sabe muy bien a pesar de que algún condimento no esté agregado de forma totalmente precisa.
El cliffhanger final parece sacado de uno de esos seriales de los años 40 que le sirvieron de inspiración a Lucas a la hora de parir esta epopeya galáctica, y nos deja con ganas de más, como debe ser. ¿A quién exactamente se referirá el título “Skywalker golpea”? El mes que viene estaremos allí para averiguarlo.
Valoración:
Es cita obligada. Tengo que darle una oportunidad. Confiemos, no me queda otra.
No me interesa lo más mínimo.
Otro que lo tiene pedido…
?se sabe como lo va a publicar panini en España? ?grapa? ?tomos? Un saludo. Gran trabajo el que haceis
No, no se sabe. Bueno, en realidad no se sabe si todavía Panini va a tener los derechos ya que Planeta no creo que los quiera perder de primeras. Si lo sigue publicando Planeta, seguro que será en formato tomo.
¿Panini? ¿Quién ha dicho que los vaya a publicar Panini? 😉
Yo tengo entendido que es Planeta quien la va a publicar.