Edición original: Marvel Comics – septiembre 1985 – febrero 1986
Edición España: Comics Forum – marzo 1993
Guión: Ann Nocenti
Dibujo: Arthur Adams
Entintado: Brent Anderson, Whilce Portacio, Scott Williams
Color: Christie Scheele
Portada: Arthur Adams
Precio: 1575 pesetas (tomo en tapa blanda con solapas de 172 páginas)
En el repaso de los clásicos de ayer y siempre, hoy toca el turno de una nueva entrega de la colección de tomos Obras maestras con la que Forum reeditó o recuperó en un formato más decente, series limitadas o arcos argumentales a los que el tiempo acabó dando relevancia más allá del mes o meses de turno. En la primavera de 1993 le llegó el turno a la serie limitada de Longhost, publicada en la cabecera Marvel Héroes unos años antes. La versión original había salido al mercado en el otoño de 1985, lo que lleva a concluir que en septiembre de este año uno de los personajes más singulares (y difíciles) de la casa de las ideas alcanzará la treintena.
Longhsot (la miniserie y el personaje protagonista) llegó a Marvel en un tiempo en el que, creativa y comercialmente, la editorial estadounidense vivía un momento especialmente dulce. Colecciones clásicas como Los Cuatro Fantásticos, Thor o Daredevil transitaban por etapas de éxito de la mano de artistas de la talla de John Byrne, Walter Simonson o Frank Miller; formatos novedosos como las novelas gráficas, las propias series limitadas o el sello Epic. En este contexto, una serie dedicada a un personaje nuevo y de la mano de un equipo relativamente novel resulta perfectamente comprensible, aunque no hay que negar cierto grado de riesgo. Ann Nocenti provenía del ámbito editorial (aunque ya había hecho sus pinitos literarios) y Arthur “Art” Adams era un jovenzuelo desconocido. El resultado fue uno de los éxitos de la época y un ejemplo de lo que pudo llegar a ser y no fue.
La historia comienza cuando encontramos a su protagonista, Longshot. No tiene más nombre que éste y no recuerda nada de su pasado. Su apodo hace referencia a su habilidad principal: la suerte. El muchacho tiene la capacidad de ejecutar acciones y coronarlas con éxito contra todo pronóstico y la única explicación a esto es la potra. Si en Forum se hubieran animado a traducir el nombre de personaje y colección, “Churrero” hubiera sido una buena opción… o no. Huye de unos monstruos que le persiguen y acaba dando con sus huesos en la ciudad de Nueva York… al igual que sus cazadores. Comienza un proceso de viaje exterior e interior en el que el joven explorará ese nuevo y extraño mundo en el que ha caído al tiempo que intenta dar sentido a los inconexos recuerdos que, a veces, le asaltan.
Lo primero que llama la atención del personaje es su diseño, hijo legítimo de su tiempo. El peinado –copiado íntegramente del cantante Limahl, conocido por su pertenencia a Kajagoogoo y sobre todo por la canción homónima de la banda sonora de la película La historia interminable)- la ropa ajustada de cuero o vinilo negros y el hecho de que aunque parezca humano, Longshot no lo sea. Tiene cuadro dedos en cada mano, la textura de su piel asemeja más bien el cuero y, en definitiva, parece más bien un trasunto de homo sapiens que un representante genuino de la especie. Si pasamos al aspecto psicológico, veremos que, pese a su desarrollo adulto, es casi un niño. En los textos de acompañamiento del tomo recopilatorio, Longshot es definido como “la nobleza inesperada” y “la bondad desinteresada”, dos calificativos que, sacados de contexto, podrían sonar un tanto ñoños, pero que captan a la perfección la actitud del héroe desmemoriado ante un mundo en el que hacer galas de esas cualidades es llamar fuertemente a la puerta del desastre. Quien –como en mi caso- hubiera conocido al personaje por sus apariciones en la claremontiana Patrulla-X, tenían presente la imagen del eterno optimista que siempre cae de pie. La lectura de esta miniserie –en el lejano verano de 1993- supuso para mí un sorprendente descubrimiento: Nocenti y Adams habían elaborado un relato amargo en el que el altruismo y la inocencia de Longshot son manipulados, vilipendiados y machacados y el personaje se ve forzado a un doloroso y triste proceso de maduración acelerada. Como en la vida real, un golpe o sucesión de golpes obliga a las personas a crecer de golpe o hundirse en el intento.
La historia principal –la búsqueda de Longshot y su persecución por parte de unos cazadores de porte monstruoso- sirve de excusa a Ann Nocenti para introducir sutiles sátiras y críticas sobre ciertos aspectos de la vida contemporánea, usando la perspectiva del recién llegado. Así, la experiencia del fugitivo en la industria cinematográfica (donde descubre de forma terrible cómo funcionan realmente sus poderes de la suerte) permite echar una mirada al lado menos luminoso del séptimo arte. La propia reflexión del Doctor Extraño acerca de la naturaleza de las habilidades de Longshot también supone un toque de dura realidad al teóricamente inagotable positivismo de éste: su buena suerte se traduce en mala potra para los demás. Sin embargo, la mayor aportación de la miniserie –protagonista aparte- es la del villano de la misma: Mojo. El gordinflón demente (desagradable caricatura del estadounidense que ha hecho simbiosis con su sillón y su televisor) dirige un mundo organizado conforme a la estructura de una cadena televisiva. Las audiencias lo son todo y el espectáculo ha de continuar; Longshot y los de su especie son esclavos destinados a nutrir las emisiones de las que disfruta la clase dirigente. Como dijo cierto sabio, el negocio es el negocio. Junto al disparatado y perverso Mojo tenemos a su(s) brazo(s) ejecutor(es), la danzarina interdimensional Espiral –probablemente uno de los diseños más logrados de Adams-. Junto a la especialista Rocky Carambola, perdón, Rita Carambola, se convertirá en el tercer vértice de un triángulo sentimental donde queda patente el gancho de Longshot en ese terreno.
La miniserie concluyó con la promesa de una continuación, de la mano del mismo equipo creativo. El éxito de la miniserie –tanto en lo referido a público como en lo relativo a crítica- parecía convertir en inevitable la novela gráfica en la que se narraría un nuevo capítulo del enfrentamiento entre Longshot y Mojo. Sin embargo, la prometida publicación nunca llegó a ver la luz. Arthur Adams tenía –y tiene- un estilo tan detallista que le impide cumplir con el ritmo de entregas que exigía –y aún exige- la industria estadounidense (como prueba su participación en cualquier proyecto que fuera más allá del compromiso puntual). Ann Nocenti firmaría una brillante etapa al frente de la colección del hombre sin miedo junto a John Romita JR. Su personaje volvería aparecer, sin el recuerdo de su visita anterior a la Tierra, en las aventuras de la Patrulla-X. Con su estilo patentado, Claremont jugaría con la afición dejando caer semillas aquí y allá que debían fructificar (o no) en la recuperación de los recuerdos por parte de Longshot, pero no era lo mismo. El único punto de interés (en el sentido de trascendencia) de esta etapa fue la relación amorosa entre el rebelde extradimensional y Alison Blaire, Dazzler (otro rescate del patriarca mutante) con Pícara como tercera en discordia. Limahl era el novio de Madonna, en versión marveliana. En la última parte de su etapa en la colección X-Men, Jim Lee (secundado por Scott Lobdell) intentó dar a la parroquia una respuesta al destino final de la pareja músico-mutante, en la forma de dos números que definen perfectamente esa primera parte de la colección: dibujos espectaculares al estilo Lee e historias insustanciales y olvidables. Un guionista más competente como Fabián Nicieza volvió poco después a Mundo Mojo en la saga Shattershot (que recopilaba los cuatro anuales de las colecciones grupales de la franquicia mutante) e intentó dar una serie de explicaciones a los múltiples interrogantes que venían pendientes desde la propia serie limitada, pero siempre ha estado presente la sensación de que no era, en modo alguno, lo que doña Ann y don Art tenían en mente. Longshot aparecería cada cierto tiempo (entiéndase por períodos más bien largos) hasta que Peter David lo recuperara para su Factor-X, dando en la fase final una vuelta de tuerca a la relación entre el héroe y su versión cabreada de los noventa, Estrella Rota.
Longshot ha demostrado ser uno de los personajes más complejos y difíciles de cuantos pueblan las estanterías de Marvel. Quizá por eso sus apariciones hayan sido esporádicas y su participación meramente testimonial. Más allá de su aspecto, queda en él el potencial de explotar –desde el punto de vista que concibió Nocenti- el mundo de las comunicaciones, que desde aquellos lejanos ochenta ha crecido hasta convertirnos en la sociedad de la información.
Una maravilla que valdria la pena recuperar ya que esta edicion es bastante dificil de encontrar hoy en dia.
Y que bueno ha sido siempre Art Adams. Incluso hoy en dia sus escasas aportaciones al medio siguen siendo esoectaculares
Y que con un cuarto de siglo como lector de cómics aun tenga pendiente la lectura de esta obra… a ver si le pongo remedio cuanto antes. Y coincido con lo de Art Adams, que bueno era (es) el puñetero, tan solo le falto constancia o más bien regularidad para implantarse en el panteón de los más grandes, si lo tenemos en tan alta estima habiendo hecho sólo trabajos puntuales imaginad si hubiese tenido continuidad en La Patrulla-x, Los 4f o Los Vengadores.
Aquí Arthur Adams está algo verde, pero floreció muy rápido y en ‘Las guerras asgardianas’, poco después de estos números, se sale.
Señor Capote, gracias a esta reseña ese tomito de Longshot de Nocenti y Adams está ya en mi lista de la compra de Book Depository.
Me encanto este mini serie,me acuerdo de mal rollo que desprendia el acompañante del mutante,esa especie de mono extraño y sobre todo la escena del ojo,ademas Adams dejaba pinceladas de que el mundo moo podia ser tambien un mundo al mas puro estilo hellraiser…..acojonante.
Para enmarcar el numero junto con el suicida,muy muy bueno.
Yo no diría que está verde, desde luego como Las Guierras Asgardianas no ha hecho nada en su vida, pero esos anuales se publicaron a la vez que esta limited.
Yo creo que del palizón que se metió haciendo todo eso seguido, él mismo se dió cuenta que no daba para una colección regular y se dedicó a anuales y demás.
Aún siendo una gozada sus dibujos actuales, me quedo con el estilo más barroco que tenia en esa época.
Muy buena reseña, por cierto, yo esto lo tenía en el Marvel Héroes.
Una de mis minisseries preferidas de siempre, me la compre en un retapado en unos saldos y claro el número en el que continuaba no lo encontré. Dichosa manía de Forum de poner episodio y medio por cómic. Total que estuve durante años tirando de unas fotocopias que habia hecho de un comic de un amigo para tenerlo completo. Hasta el verano pasado en el que conseguí el siguiente número y por fin completé la saga.
Peter david ya desenredó (o enredó más?) En Xfactor el misterio de su relación con shatterstar
Vaya joya! tengo este obras maestras guardado como oro en paño. Que gran personaje y que triste su trayectoria desde que Claremont dejo la patrulla x, solo el y Nocenti le sacaron verdadero partido. Arthur Adams impresionante!
Uno de esos tebeos mágicos e irrepetibes (como Ronin o el capi Britania de Alan Davis), plenos de una creatividad pura y primigenia en el que descubrir por primera vez el Spider-man rojiazul de Adams era algo más que la guinda del pastel.
Me vais a matar, pero a pesar de tener la miniserie original en su edición en la serie Marvel Heroes, logré recuperar hace unos meses esta recopilación ¡por solo 2 euros! Señores, hay que rebuscar más en librerías de saldo. Y vender más también.
Por cierto a mi me parece que Adams hace muy buen trabajo aqui. Mejor que lo que ha estado haciendo en los últimos años. Ahora hace caras muy infantiles (por decirlo de alguna manera).
Le guardo mucho cariño a este comic, lo tengo en la grapa de Marvel Heroes y fue de lo primero que compré.
Me pasa como a Raul, nunca me acerqué a esta miniserie. Siempre había otra compra que hacer, y con el tiempo quedó en el olvido. Y mira que el personaje me resulta atractivo, pero muy muy difícil. Estilo Bruja Escarlata o Domino. Capaces, si lo requiere el guionista de turno, de prácticamente cualquier cosa.
Yo en vez de Churrero, creo que lo adecuado sería Potrudo, no?
Me vais a matar, pero Art Adams siempre me pareció un portadista excepcional, pero un dibujante normalito. No sé, me resultaba confuso y un poco irregular.
Maravilla de cómic.
Ojalá hubiera salido en Epic y no se hubiera ligado jamás a Longshot con el Universo Marvel, porque Nocenti nos dejó entrever un mundo tan fascinante y aterrador, que ninguna aparición posterior del Mojoverso le ha hecho justicia.
Y creo que en parte el culpable fue Claremont. Porque, poco a poco fue edulcorando el concepto original y al final han calado más las chuminadas como los X-babys y Mojo se ha vuelto un personaje prácticamente cómico.
Eso sí, al menos mantuvo parte del espíritu, le dio mucha bola a Espira y sabía darnos aun Longshot aún entrañable, porque este personaje sin su amnesia e inocencia no termina de funcionar (En la serie de David, por ejemplo, carece por completo de carisma).