Edición original: Submariner: The Depths #1-5 (Marvel Comics, 2008-2009).
Edición nacional/ España: Namor: en las profundidades (Panini, 2010).
Guión: Peter Milligan.
Dibujo y Color: Esad Ribic.
Formato: Tomo cartoné 120 págs.
Precio: 14€.
El hombre submarino. Monarca de Atlantis. Rey de los Siete Mares. El hijo vengador. A pesar de sus egregios títulos, Namor no ha encontrado un lugar preminente en el famoso universo de ficción de Marvel Comics, como lo prueba el hecho de que aún no haya sido adaptado a la gran pantalla, pese al auge actual de estas producciones. Creado por Bill Everett en 1939, cuando Marvel aún era Timely, y recuperado años más tarde por Stan Lee y Jack Kirby para el Fantastic Four #3, el personaje se convirtió pronto en un secundario de lujo, capaz de saltar de serie en serie, igual de adversario que de aliado, alternativamente, incluso en el mismo comic. Desde los años ’60 del pasado siglo, muchos intentos, con muchos autores, fracasaron en llevarlo a la primera línea de popularidad, tanto en solitario, con cabeceras que iban cayendo ante el desinterés de los lectores, como en grupos de héroes que no cuajaban o donde solo paraba un puñado de números. Ni siquiera el afamado John Byrne rompió la maldición. Tampoco lo hará Namor: en las profundidades, escrito por Peter Milligan e ilustrado por Esad Ribic.
“Durante décadas, Namor ha mantenido a los intrusos fuera de Atlantis. Pero, en 1950, el grupo de exploradores capitaneados por el legendario aventurero Randolph Stein ha conseguido llegar hasta la capital de los océanos, con el objetivo de demostrar su existencia a una incrédula humanidad.” [Extraído de la contraportada]
El atlante, vamos a reconocerlo, es un personaje difícil de escribir, a quien perjudica -igual que a su émulo de la competencia, Aquaman, creado en 1941 por Paul Norris y Mort Weisinger– su vinculación a los océanos, un ámbito emocionante y extenso, origen de la vida y fuente de acendrados misterios, mas no del gusto de la tradición superheroica y de sus lectores. Es, además, altivo, prepotente, vanidoso de su estirpe real y viste a todas horas un ceñido bañador verde. Quizá estos motivos empujaran a Peter Milligan (escritor de excelentes series como The Skreemer, Shade, Blanco Humano o The Extremist) a convertir al teórico protagonista del proyecto en un secundario sin frase, una presencia escurridiza y ominosa emparentada con el mito.
Namor: en las profundidades, publicada originalmente en cinco comic-books entre noviembre de 2008 y mayo de 2009, se centra en la expedición a Atlantis del Doctor Stein, a quien la prensa tilda “El gran desacreditador” por su celo en derribar las falsas creencias enarbolando un amor desmedido por la ciencia y la razón. Llama la atención la total erradicación de mención alguna a los superseres que pueblan, supuestamente, este mundo ficticio, hasta el punto de que el argumento colinda con los terrenos de Lovecraft, donde las fosas marinas esconden civilizaciones perdidas capaces de enloquecer al ser humano con su imposible magnificencia, custodiadas por entes inefables. Milligan logra un ambiente opresivo, sin apenas jerga científica, donde la tensión sustituye a la acción y la psicología a las hazañas. Stein, un tipo mezquino que se ve a sí mismo como un apóstol de la ciencia, con un pie en la tradición del “cazatesoros” y otro -ya se ha dicho- en el descubridor fortuito de los horrores del genio de Providence, no tiene nada que ver con el Mad Doctor ni con el voluntarioso héroe proclive al accidente del superpoder. La aventura está envasada al vacío, prescindiendo incluso de la propia cronología de Namor, quien fue un ostentoso luchador por las libertades al lado de tipos coloridos como el Capitán América.
El dibujante croata Esad Ribic aporta su paleta fotorrealista para incidir en el peso asfixiante del abismo marino. Namor, en su versión, es un pálido y nervudo hombre pez surgido de una pesadilla. Poco más que un espectador, sin embargo, de las mezquindades humanas, le vemos más en las portadas -como reclamo- que en los interiores, donde el dibujante ha de encontrar nuevos ángulos que mantengan el interés del lector en una exigua tripulación atrapada en el interior de un submarino. Con entre tres y seis viñetas por plancha y su estilo de álbum europeo, Ribic plasma con habilidad y soltura el guion de Milligan, profesional, es cierto, pero sin nada particularmente memorable: apenas una muesca en la biografía del hombre submarino.
Namor: en las profundidades es un tebeo entretenido, que se beneficia enormemente de la profesionalidad de los implicados, pero que -perdóneseme el chiste- nada entre dos aguas. Como historia del hombre pez decepciona obligatoriamente. Como relato pulp de búsqueda del horror submarino, desaprovecha sus bazas más estimulantes precisamente por la necesidad de redefinir al superhéroe sin socavarlo. Queda una curiosidad que ahondará en la leyenda de proyectos fallidos de Milligan y servirá de escaparate a la habilidad pictórica de Ribic.
Una novela gráfica opresiva y agobiante. Tengo que volver a echarle un ojo, pero me chirría un poco la actitud del personaje que hace las veces de narrador
ya que un científico que realmente actúe con pensamiento crítico no haría eso
creo yo.
Se me ocurre que si, alguna vez hay una película de Namor, debería ser como este libro.
A mi entender, se trata de una muy buena historia de terror. Eso sí, si alguien busca al Namor clásico de toda la vida, no lo va a encontrar.
La leí en su momento y me pareció una obra muy meritoria tanto de guión como de dibujo, pero me dejó muy frío.
Lo bien que quedaría Ribic dibujando BD….
Milligan queira hacer un comic de los mitos de Ctuhlu,le dieron una mini de Namor y hizo su comic metiendo el personaje que no es el personaje y que aparece 3 ocasiones mal contadas mas como una criatura asesina que tiene una mision y que por lo que parece que esta viva desde hace cientos (o mas años),y que ademas parece tener propiedades magicas.
No es un mal comic ojo,pero creo que quedaria mejor sin utilizar el nombre de Namor dado que realmente el personaje no esta hay por mucha reinterpretacion del personaje que sea.
Eso si,hasta llega a acojonar y te mantiene en tension.
En efecto, billyboy, recuerdo un cuento de Lovecraft que era, básicamente, este tebeo… sólo que 60 o 70 años antes.