Invencible volumen 20: La muerte de todos

 

Edición original: Invincible # 97-102 USA (Image/Skybound).
Edición nacional/ España: Aleta ediciones.
Guión: Robert Kirkman.
Dibujo: Ryan Ottley.
Entintado: Cliff Rathburn.
Color: John Rauch.
Formato: Tomo en rústica, 160 páginas.
Precio: 15, 95 euros.

 

En la recta hacia su número 100 estadounidense, era de cajón pensar que Robert Kirkman tendría pensado algo grande para la colección de Invencible. No todos los días una publicación independiente lleva su numeración hasta el centenar, y había que celebrarlo de algún modo. Hay que señalar, eso sí, que Kirkman ya tenía experiencia en conseguir un hito editorial de esa importancia con su otra colección, la que realmente es un fenómeno de masas, The Walking Dead. Para celebrar las tres cifras en la numeración de su serie superheroica, el escritor debió de decidir un par de cosas: primero, había que resolver algunos de los hilos argumentales que estaba desarrollando desde hacía algún tiempo, incluyendo la pérdida de poderes del protagonista Mark Grayson y su consiguiente sustitución como Invencible por otro secundario de la serie. No puedes celebrar una onomástica así sin tener en primer plano al personaje original, claro. También habría que llevar esas tramas de forma orgánica hacia otras nuevas que desarrollar en el futuro. Segundo, ese punto y aparte en la colección debía darse mediante un recurso que ha demostrado funcionarle bastante bien en el pasado al guionista: con una salvaje, épica y de gran escala batalla entre supereseres que ríase usted del final del Man of Steel de Zack Snyder. Y todo eso, es justo lo que nos vamos a encontrar en este vigésimo tomo que Aleta ha lanzado en su edición española. Veamos cómo se desgrana todo esto con un poco más de detalle.

Como de costumbre, Invencible se compone de múltiples tramas que van transcurriendo en paralelo, y no será solo en una en la que haya sorpresas y sucesos de gran importancia. Por un lado, y en el aspecto algo más de melodrama de la serie, Mark y Atom Eve recibirán una noticia que cambiará su vida para siempre. Por otro, seremos testigos del transcurrir de la infiltración Viltrumita en la Tierra, que o va como su gobernante tenía pensado: debido al contacto humano los bigotudos superhombres empiezan a sufrir la misma transformación de sus puntos de vista por la que pasó Omniman, el padre de nuestro héroe. Y todo ello llevará a un cambio en el liderazgo de su sociedad, propiciado por una revelación un tanto sacada de la manga, todo hay que decirlo. Este es un de los puntos más bajos de Kirkman en este tomo, y como veremos mas adelante, hay por lo menos otro más.

También se atenderá la trama de Zandale Randolph, el superheroe anteriormente conocido como Bulletproof. La revelación del origen de los poderes del actual sustituto de Mark Grayson como Invencible, llevará a una inesperada tragedia que sin duda traerá importantes consecuencias en el futuro. Y aunque Grayson por su parte por fin recupera sus poderes perdidos y vuelve a asumir su superheroico alias y por tanto el papel de protagonista de la serie, no le reclamará a Bulletproof que abandone el manto que asumió al sustituirle. Por tanto, tendremos a partir de ahora dos superhéroes con trajes similares conocidos como Invencible en activo, un poco como sucedía en el viejo universo DC en distintos momentos con Jay Garrick y Wally West, o con Hal Jordan y John Stewart, Guy Gardner o Alan Scott.

La recuperación de Mark llega justo a tiempo, ya que los planes del Doctor Dinosaurus se han puesto en marcha en toda su extensión. Invencible tendrá que arrepentirse de la alianza que ha tenido con este personaje durante los anteriores tomos, la cual le había valido la desaprobación de sus compañeros superhéroes. Éstos se habrán mostrado certeros en sus reticencias respecto a las ideas de Dinosaurus acerca de cómo salvar y mejorar al mundo a cualquier coste. El grueso del tomo girará alrededor del enfrentamiento de todos, especialmente de Mark, contra el despiadado tiranosaurio antropomórfico. La batalla es sanguinaria y de enormes proporciones, tal y como Kirkman nos ha acostumbrado en esta serie. De hecho el episodio correspondiente al número 98 norteamericano está compuesto entero a base de espectaculares viñetas a página completa con rotundas onomatopeyas rotuladas, un poco como ya hiciesen en el pasado Walt Simonson en la colección de Thor, y Erik Larsen emulando a éste en la de Savage Dragon.

Y es en la resolución de la batalla donde aparece el detalle más burdo de esta historia, un golpe de efecto innecesario destinado a impactar para inmediatamente echarse atrás usando una de las convenciones más cansinas del género superheroico. Que además podamos sospechar que usando esta vía se abre el camino para proceder a hacer revelaciones supuestamente sorprendentes en el futuro, pero que ya vemos venir, no ayuda ni mucho menos a excusar el recurso.

Exceptuando este importante detalle ( y el otro citado anteriormente) hay que reconocer que todo lo demás es bastante notable: la épica, lo que hay en juego, las perdidas… tal vez el título “La muerte de todos” sea muy exagerado, pero va a haber bajas. Y muchas.

Ottley cada vez dibuja mejor. Las ilustraciones a página completa, a veces a doble página son impactantes, con ese estilo luminoso y algo cercano al cartoon tan característico mostrándonos actos de inconmensurable violencia. El entintado de Cliff Rathburn y el color de John Rauch son prácticamente impecables, potenciando la fuerza de los lápices.

Un nuevo panorama se abre para la colección a partir de ahora. Aunque se ha dado alguna muestra de agotamiento por parte de Kirkman con esos dos tramposos pasos en falso, todavía se puede decir que la adictiva serie es digna de mantener ese pretencioso título (que en realidad es un guiño que homenajea a los 4 Fantásticos de Stan Lee y Jack Kirby) de el mejor cómic de superheroes del universo habiendo llegado al centenar de entregas. O que como mínimo es una apuesta segura de disfrute superheroico genuino de gran nivel. Que siga así por mucho tiempo y que cumpla muchos mas.