Edición nacional / España: Hellboy. El Circo de Medianoche, Febrero 2015, Norma Editorial. Colección Hellboy nº 18.
Edición original: Hellboy. Midnight Circus, Dark Horse Comics.
Guión: Mike Mignola.
Dibujo y tinta: Duncan Fegredo.
Color: Dave Stewart.
Formato: 56 páginas a color editadas en cartoné.
Precio: 10 €.
Concebida como la segunda novela gráfica creada como tal y dedicada al personaje, Circo de Medianoche, es una nueva incursión de su creador en la infancia de Anung Un Rama. Producto de calidad, delicatessen y obra de referencia, al menos a nivel visual, no resulta extraño entonces ver que sus autores han dado lo mejor de sí para crear un producto a la altura del empaquetado en tapa dura. Así, mientras Duncan Fegredo tira la casa por la ventana creando las mejores páginas de su carrera, Mignola usa como pilares nada más y nada menos que a Carlo Collodi y a Ray Bradbury. Semejante mezcla, no obstante, resulta sabrosa y el resultado, un triunfo.
Mike Mignola quiere responder a la pregunta evidente de por qué el infierno no trató de influir en Hellboy durante su infancia y lo hace de una manera que, homenajes a Ray Bradbury aparte, funciona y da cierto poso dramático a personajes que adquirirán peso en el futuro del protagonista. Y esto –dar enjundia a secundarios- siempre es de agradecer. La mención a Bradbury no es gratuita. La Feria de las Tinieblas es para quien esto escribe una de las mejores novelas de género fantástico del XX, y por ende, de la historia. Las barracas de feria, el culto morboso al freak, el horror que se esconde bajo las carpas, el misterio, en definitiva, que rodea a los universos circenses de principios del siglo pasado, sirve como entorno estético, como excusa, vaya, para vehicular una obra que funciona casi en el tono de cuento moralizador, aunque obvie moraleja, ya sea por su condición de historia corta o por su tono anecdótico. La historia, aun manida pues no deja de ser una noche de fuga infantil, funciona gracias al candor con el que Mignola describe la infancia de Hellboy, así como ese rasgo gamberro que lo acerca al lector. Mientras, la cita al creador de Pinocho no resulta gratuita, engarza a la perfección con la trama y permite crear un reflejo literario directo con el protagonista al tiempo que jugamos al homenaje y la metaficción.
Donde triunfa Circo de Medianoche, y de esto se sirve del universo del circo para brillar con fuerza, es en lo visual. El sentido de la maravilla como leit motiv de una trama siempre me ha parecido una buena excusa para narrar algo. Que los sentidos vibren, que los ojos se empalaguen con la imagen y que el corazón palpite ante la visión de algo tan hermoso como imposible. Bastiones estos de las hazañas de los feriantes, bajo la batuta visual de Fegredo, el interior de las carpas se convierte en un auténtico espectáculo, una delicia donde cada viñeta se siente pensada para ser disfrutada con tiempo.
Es por tanto este producto, y no se avergüenza de ello, una excusa para dejar lucir las dotes de su dibujante. Es evidente que, Guy Davis aparte, de todos los dibujantes que han pasado a formar parte del Mignolaverso, Duncan Fegredo ha sido quien más partido ha sabido sacarle a la tremenda cantera de personajes del entorno Hellboy. Su estilo, una mezcla entre el sentido de la acción de los popes norteamericanos de la hornada de los noventa y la finura del trazo de los europeos más refinados, casa sorprendentemente con la propuesta de horror sui generis de Mignola y le ha dotado, su creador lo sabe, de una enjundia visual que el producto no tenía. Es decir, Mignola es un artista impresionante, dotado para el diseño de personajes y la creación de atmósferas, pero, está claro, su estilo es estático. Sus planchas, tremendas, suelen ser fotogramas congelados, con peso en el gesto y la forma, el tono y el tempo, pero que siempre han demandado algo de dinamismo, algo de acción. Fegredo es justo lo contrario. Sin ánimo de repetirme, sus figuras bailan dentro del cuadro, sus perspectivas aparacen más amplias, más forzadas que las de su guionista, lo que permite hacerle jugar con el espacio de una manera que Mignola no es capaz. El creador de Hellboy, perro viejo, sabe esto y por tanto permite que su dibujante le saque el mayor partido visual a la misma. Y todo esto, señores, para el disfrute del lector, claro. Así, Fegredo da una lección de lo que se puede hacer con el medio desde una perspectiva clásica. Es decir, con el ojo puesto en la calidad de ciertos tebeos francobelgas, Fegredo desarrolla las páginas como si de un álbum europeo de alta calidad se tratase, con viñetas pintadas y el ojo puesto en el espectáculo. Esto no es un tebeo mensual que hay que entregar con rapidez, sino un proyecto especial que busca un lugar igualmente especial en la estantería del lector. Y lo consigue. Logra así Fegredo su mejor trabajo hasta la fecha, con un espectacular apoyo del color de Dave Stewart, usando tres estilos distintos de color para cada uno de los universos en los que se mueve la trama. Se lleva la palma, claro, el mundo del circo, con ese uso de técnicas que recuerdan al gouache y a las acuarelas.
Venga, hombre, dale al clic, si te lo ibas a pillar sí o sí.
Review Overview
Guión - 7
Apartado Gráfico - 9
Interés - 8
8
Joyita dentro del ya extenso catálogo de Hellboy. Mignola y Fegredo dando el do de pecho.
A mí me echa para atrás el precio, por mucha tapa dura que sea; lo mismo me pasó con la primera novela gráfica. Si no, sí que sería compra segura…
Ambas obras valen su precio… Ambas novelas gráficas excepcionales, breves pero de relectura satisfactoria…Dos delicias del arte secuencial. En serio, no soy muy fan de hellboy aunque lo tengo todo… Y estos dos ultimos álbumes rústica, aunque parezcan caros, 10 euros por 54 pág!!!, lo valen… De lo mejorcito de la serie
Error: donde dije rustica, digo cartoné!!!
Soy gran fan de Hellboy pero había dejado pasar este número por el tema del precio pero después de esta reseña tan entusiasta no me toca más remedio que comprármelo.
Coincido con la opinión de Raúl sobre las bondades del dibujo de Fegredo. Creo que es el artista que mejor ha sabido interpretar las ideas estéticas de Mignola e integrarlas a su propio estilo de dibujo. Por ejemplo, en las últimas miniserie antes del descenso a los infiernos, como Cacería Salvaje, la narrativa y la acción mejoraron considerablemente y el resultado fue mucho más emocionante que en las miniseries dibujadas por Mignola (y eso que soy fan total del dibujo de Mignola, que conste)
Coincido con lo que dice Alejandro de Fegredo. Lo unico malo para mi a parte del precio es que he perdido bastante el hilo de Hellboy y a decir verdad los últimos se me hicieron un tanto pesados pero puede que caiga