Spider-Gwen #1

 

Edición original: Marvel Comics.
Guión: Jason Latour.
Dibujo: Robbie Rodriguez.
Color: Rico Renzi.
Formato: Comic book, 32 páginas.
Precio: $3.99.

 

Stan Lee y Steve Ditko habían creado un superhéroe cuya rentabilidad era más que dudable en 1962, y tuvieron que publicar la primera historia de Spider-Man en una antología cuya cancelación era inminente. Sin embargo, a diferencia de lo que los editores creían, la respuesta de los lectores fue muy positiva: no quedó ni un solo ejemplar sin vender y cada día llegaban cartas pidiendo más historias con el personaje. Algo similar ha sucedido con la creación de Jason Latour (Southern Bastards, Winter Soldier) y Robbie Rodriguez (FBP). Los dos autores participaron en una antología, Edge of Spider-Verse, con una historia protagonizada por Gwen Stacy. Una Gwen Stacy con los poderes de Spider-Man. Que más de un lector se mostraría entusiasmado por la propuesta de Latour y Rodriguez era un hecho seguro, pero nadie en la editorial contaba con el inesperado éxito de ventas y popularidad que cosecharía el personajes. Así pues, aprovechando el tirón del evento Spider-Verse, Marvel no ha tardado en darle una serie a esta nueva Gwen Stacy.

Después de salvar el multiverso de la amenaza de Morlun y su familia, Gwen Stacy ha vuelto a casa sin saber que un nuevo villano está cometiendo fechorías con total impunidad. El Buitre ha convertido la ciudad de Nueva York en su patio de recreo, y solo Spider-Woman, nombre por el que se conoce a Stacy en su universo, puede derrotar al malvado criminal. Mientras tanto, su ex banda de música amenaza con disolverse, Kingpin sigue libre, y la relación entre Gwen y su padre no pasa por su mejor momento.

Spider-Gwen, para bien y para mal, asume que no es necesario volver a contar lo sucedido en Edge of Spider-Verse; en la página de créditos se resume lo acontecido en aquella historia. La serie continúa lo visto anteriormente y aunque creo que el cómic se puede leer sin necesidad de conocimientos previos, es difícil no pensar que éste es en realidad el segundo número de la serie cuando el mismo cómic asume que el lector ya conoce a los personajes y obvia cualquier introducción o explicación.

Jason Latour se preocupa en presentar a Gwen Stacy como un personaje con personalidad propia y mucho potencial, no una simple variante de Spider-Man, y cumple esa misión. Su Gwen es un personaje adolescente bien escrito y con cierto toque punk sin caer en el ridículo más absoluto. Por otra parte, el guion se dedica a expandir el universo de Spider-Woman con nuevas incorporaciones en forma de personajes clásicos en roles inesperados. Ninguna reinvención es tan transgresora como la de Matt Murdock, pero tampoco hace falta. El dibujo de Robbie Rodriguez contribuye a darle vida propia al universo de Spider-Gwen; desde la primera página queda claro que estamos en un universo alternativo. El peculiar estilo del dibujante, muy graffiti, entra por los ojos y el coloreado de Rico Renzi embellece el resultado además de darle una estética de lo más personal.

Falta la sensación de una dirección clara y el poco interés en ser completamente accesible pasa factura, pero aun así el estreno de Spider-Gwen sigue siendo un cómic divertido al que habrá que prestar atención. Latour y Rodriguez son autores muy competentes y si las ventas y el tiempo lo permiten, estaremos hablando de una serie de los más memorable.