Jim Lee, el astro coreano

Finales de los años ochenta, con la nueva década noventera posicionándose en la cercanía. Uncanny X-Men contaba con las buenas historias de Chris Claremont, y aunque los puntos álgidos de su larga etapa, La Saga de Fénix Oscura y Días del Futuro Pasado, quedaban atrás, el escritor británico aún mantenía vivo el interés de los lectores gracias a los cambios de estatus y a la variedad de personajes.

La calma no permanecía durante mucho tiempo, ya se encargaban de alterarla eventos como La Caída de los Mutantes, el traslado de la Patrulla-X a Australia o nuevas adquisiciones para una alineación en constante mutación. Apoyado por llamativos dibujantes como Marc Silvestri, Claremont seguía tejiendo su trayectoria de más de 16 años en el título-x central. Pero de vez en cuando Silvestri no podía cumplir con la entrega mensual y había que recurrir a dibujantes suplentes. Uno de ellos, en el Uncanny 248 de 1989 era el artista novato Jim Lee. Este dibujante coreano emigrado a los Estados Unidos sabía que para labrarse un buen futuro que no podría conseguir en su país natal debería trabajar duro y demostrar su valía. Fue abriéndose paso a través de colaboraciones discretas como en Alpha Flight hasta tener la oportunidad de lucirse en la serie madre de la creciente franquicia mutante.

Su presencia fue tan bien recibida que tras ese número único en donde Los Cosechadores y Nanny le complicaban la vida a la Patrulla, Lee se ocupó de la saga de tres números Actos de Venganza (UXM 256-258), un pequeño arco argumental para el lucimiento de una Mariposa Mental en un cuerpo asiático cuyo aspecto sexy y letal explotaban hábilmente gráficamente Silvestri y Lee.

El refuerzo perfecto que encontraron los lápices del coreano para catapultar su fama y crear escuela se encontraba en su a día de hoy aún inseparable entintador Scott Williams. En conjunto su labor desprendía desde el principio un aire novedoso, con un estilo moderno capaz de conectar con una legión de lectores jóvenes.

A partir del Uncanny 267, Lee se hizo con las riendas de la serie, embarcando a los mutantes en las consecuencias de su paso por El Lugar Peligroso, un portal que les proporcionaba una nueva vida a raíz de su muerte a ojos del público tras la lucha con el místico Adversario. Por eso Pícara acaba en la Tierra Salvaje, lidiando con la porción de Ms Marvel que quiere apoderarse de ella. Tiene la suerte de ser rescatada por Magneto, con quien mantiene un breve idilio interrumpido por las intenciones de Zaladane de apoderarse del reducto tropical. Ka-Zar, Shanna, SHIELD, Pícara y hasta el propio amo del magnetismo se alían para detenerla. Entre medio, aflora una historia del pasado de Lobezno compartida con el Capitán América y la Viuda Negra, sentando las bases del canadiense con la pareja de vengadores. Y después la traca final de este conjunto de historias denominadas en conjunto como Cruce de Caminos al ser recopiladas en tomo, el viaje al Imperio Shi´ar para combatir a unos skrulls infltrados en el mundo trono Chandilar.

La legendaria portada del Uncanny X-Men 275 ya da pistas de la épica espacial que se contemplan en estos números. Un surtido grupo de hombres-x que cuenta con Tormenta, Forja, Gambito, Lobezno, Júbilo y Banshee, ayudados por los Starjammers, repelen el ataque de los metamorfos verdes y en el transcurso se tienen que parar a pelear con la Guardia Imperial de Lilandra.
Son uno números con mucha acción y grandes momentos para el lucimiento de Jim Lee y de sus habituales splash pages y páginas dobles. Sirvan de ejemplo la escena en la que Gambito descarga una baraja completa cargada sobre el estómago de Gladiador o el inesperado asesinato de un Charles Xavier que resultaría ser un impostor.

Antes de La Saga de la Isla Muir invitase a una reordenación de las series mutantes, hubo tiempo para otro encarnizado crossover, el Proyecto Exterminio. Jim Lee se ocupó de las partes de Uncanny que intervienen en una saga que reunía a la Patrulla-X y a Factor-X para derrocar el régimen antimutante de Genosha. De nuevo grandes momentos para el recuerdo, como el juicio a los hombres-x, la infiltración de mariposa y compañía o la refriega entre Lobezno y Arcángel.

Después de pasar por Uncanny en Marvel lanzarían una segunda cabecera sobre la Patrulla bautizada simplemente como X-Men. El primer número vendería más de ocho millones de ejemplares, todo un récord imposible de imaginar hoy en día. Unos cuantos hombres-x como Cíclope, Tormenta o Jean Grey lucirían para la ocasión nuevos uniformes diseñados por Lee, asentando el aspecto que tendrían durante esa década y en la serie de animación de Fox para televisión.
Sucedería en 1991, momento en el que la popularidad de Jim se había hecho tan inmensa que consiguió imponer su criterio ante los editores, por encima del de Claremont. El patriarca mutante, cansado de las luchas internas y de tener que supeditar su tarea a los designios del dibujante, abandonaría Marvel dejando a los hombres-x en las manos de la estrella de los lápices. Al año siguiente, Jim Lee se uniría a otro grupo de destacados dibujantes del momento como Todd McFarlane y Marc Silvestri para fundar una editorial propia en donde hacer y deshacer a su antojo conservando la propiedad sobre sus personajes. Claro que Image Comics no era más que un cúmulo de series en donde primaba el dibujo y la originalidad brillaba por su ausencia, con personajes basados descaradamente en otros preexistentes y tópicos floreciendo en guiones raquíticos. En el caso de Lee creó a los WildC.A.T.S, un remedo de la Patrulla-X con tintes alienígenas.

A pesar de la baja calidad de las historias. Image fue un éxito de ventas (avalado también por la especulación) que sin embargo años después se vería forzada a reformularse ante las disputas entre sus miembros fundadores.
Con el tiempo, Lee ha dejado de lado proyectos personales como WildC.A.T.S. y Divine Right para volver al seno de las dos grandes editoriales, encantadas de recibir a un astro al que combinar con personajes punteros para reventar la lista de ventas.
Así ha sucedido en su retorno a Marvel para regir durante un año el rumbo de Los 4 Fantásticos y en DC con sendas etapas en Batman y en Superman.
Actualmente aparte de ejercer de portadista cuando la ocasión lo requiere, se encuentra en la recta final de su colaboración con Frank Miller en la polémica All Star Batman & Robin. Estaba previsto que relanzase a los Wildcats bajo guiones de Grant Morrison, pero tras la salida de un único número podemos dar por abortado ese proyecto.
Se rumorea que al terminar en All Star Batman & Robin podría recalar en la cabecera de la JLA junto a Geoff Johns, pero como son sólo rumores habrá que esperar hasta un anuncio oficial para saber a dónde se dirigirá el Rey Midas del cómic americano.