U-29

 

Edición original: U-29 (Akileos).
Edición nacional/ España: Julio 2007 (Aleta Ediciones).
Guión: Rotomago.
Dibujo: Florent Calvez.
Entintado: Florent Calvez.
Color: Florent Calvez.
Formato: Cartoné. 48 págs.
Precio: 12.95€.

 

En el variado catálogo de la editorial Aleta podemos encontrar todo tipo de obras y géneros, desde las últimas series de la editorial Valiant hasta lo más destacado del fumetti italiano pasando por un buen puñado de títulos del cómic independiente americano y unos cuantos títulos de autores patrios. Ante tanta diversidad es fácil haberse pasado esta obra, U-29, una curiosa pieza de bande dessinee firmada por el guionista Rotomago (pseudónimo de Matthieu Mevel) e ilustrada por Florent Calvez que adapta un cuento del maestro del terror literario H.P. Lovecraft.

El relato en el que se basa esta obra es El Templo, publicado en 1920 y que ha aparecido en múltiples recopilaciones de las historias de terror del escritor estadounidense. Aunque no sea una obra tan popular como otras de Lovecraft en las que se dedicó a desarrollar los mitos de Cthulhu y los primigenios, El Templo es importante porque marcó un punto de inflexión en la carrera del autor. Se puede considerar que este cuento es el primer relato de estructura «moderna» que publicó Lovecraft, alejándose del estilo gótico del siglo XIX para desarrollar una historia más psicológica en la que no duda en utilizar hechos reales y referencias científicas para crear la atmósfera de terror que impregna todo el relato. Además, en El Templo ya podemos encontrar algunos elementos temáticos habituales en las obras del autor y que desarrolló con presteza en otros cuentos más famosos como La Llamada de Cthulhu, tales como la referencia a civilizaciones ancestrales y ciudades perdidas bajo el océano o el descenso a la locura provocado por la llamada irrefrenable que sienten los protagonistas por los secretos ignotos que permanecen encerrados en dichas ciudades malditas.

La acción, como en el relato original, se sitúa en 1917 cuando un submarino alemán, el U-29, torpedea y hunde un buque inglés matando a todos sus ocupantes. Cuando poco después el submarino regresa a la superficie, los marineros descubren en cubierta el cadáver de un joven aferrado a la barandilla. Creyendo que se trata de un marinero del buque hundido que intentó buscar refugio en el submarino, los marineros alemanas se deshacen del cuerpo pero antes encuentran en uno de sus bolsillos una extraña talla de marfil que representa el bello rostro de un joven coronado con laurel. La curiosa talla llama la atención de los oficiales del submarino, quienes se la quedan, pero despierta las supersticiones de los marineros quienes temen que haya traído una maldición al navío. A partir de ese momento la vida en el submarino se verá alterada por una serie de extraños sucesos que alentarán las supersticiones de los marinos y conducirán al U-29 hacia un destino incierto.

Aunque en la portada del tomo ponga que esta obra está basada en El Templo, en realidad se trata de una adaptación muy fiel del cuento original de Lovecraft que respeta tanto la trama como la forma, manteniendo elementos como el relato en primera persona de su protagonista y la estructura temporal. El guionista sabe trasladar al lenguaje del cómic la tensión del relato literario y recrea a la perfección la atmósfera opresiva que impregna todo el relato. Se trata de una historia de terror psicológico donde se insinúa más que se muestra y en el que los golpes de efecto son escasos pero aún así el guionista consigue mantener la atención del lector gracias a un ritmo pausado en el que los acontecimientos se van sucediendo para llegar al inexorable y fatal final que el lector intuye desde la primera aparición del marinero muerto aferrado a la cubierta del submarino. Si bien lo más sugestivo del relato y de esta obra es mérito de Lovecraft, hay que alabar la labor de Rotomago a la hora de trasladar fielmente a viñetas el material consiguiendo la misma desazón que trasmite el cuento en el que se basa.

El apartado gráfico, a cargo de Calvez, ayuda a crear la atmósfera opresiva que trasmite el relato gracias, sobre todo, a un especial uso del color, muy gris y oscuro, como si estuvieran atenuados por la profundidad del mar. Este color apagado contrasta con el trazó limpio del dibujo, de líneas claras y entintado preciso que parece intentar trasmitir la racionalidad del pensamiento prusiano del protagonista y narrador de la historia en contraposición a los hechos totalmente irracionales que éste debe afrontar. El problema es que este dibujo tan nítido le resta algo de fuerza a la puesta en escena que sin duda se hubiera beneficiado de un dibujo algo más visceral que trasmitiera la enajenación mental que padecen los personajes del relato, sobre todo en el tramo final del mismo.

La edición de Aleta, fiel a la edición francesa, incluye un artículo escrito por el mismo guionista que analiza el origen y las influencias de Lovecraft a la hora de escribir el cuento así como la relación de este con el resto de la obra del autor, siendo un excelente complemento para todos aquellos que quieran saber un poco más sobre la obra de este escritor.