Mortadelo y Filemón: El tesorero

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Edición original/ España: Mortadelo y Filemón: El tesorero (Ediciones B, 2015).
Guión y Dibujo: Francisco Ibáñez.
Color: Sin acreditar.
Formato: Tomo cartoné 48 págs.
Precio: 12€.

 

En la vida hay muchos misterios. El éxito de este álbum, en cambio, es sencillísimo de explicar.

Por un lado, tenemos a Mortadelo y Filemón. La pareja de agentes de la T.I.A., creados por Francisco Ibáñez (Barcelona, 1936) en el lejano 1958 para la revista Pulgarcito de la desaparecida Editorial Bruguera, constituye una cima de nuestro tebeo popular, con ventas consistentes hasta el día de hoy. En un principio protagonistas de historietas de entre una y cuatro páginas, basadas en equívocos y parodias de Sherlock Holmes, y con los disfraces de Mortadelo como elemento distintivo, su salto al formato álbum con El sulfato atómico (1969) inauguró una era dorada para la pareja, ahora convertidos en espías de un servicio de inteligencia a imagen y semejanza de la CIA y con la intervención de nuevos personajes como el Superintendente Vicente o el profesor Bacterio. De esta época datan sus aventuras más célebres: Contra el gang del chicharrón, Valor y al toro, La caja de 10 cerrojos, Los diamantes de la gran duquesa, El antídoto, Pánico en el zoo y tantas otras. Su fama ha trascendido el papel. El año pasado, sin ir más lejos, su adaptación animada, Mortadelo y Filemón contra Jimmy el Cachondo, dirigida por Javier Fesser (que ya había probado suerte con dos largometrajes de imagen real), amasó más de cinco millones de euros en taquilla e incluso ganó dos premios Goya (a la mejor película de animación y al mejor guion).

Por otro lado, «la cochinadita de la corrupción» o «la corrupción a tutiplén», parafraseando el habla sin par de los personajillos, enfanga la vida pública. No vamos a empezar a sacar ahora, como en una tertulia de saldo, los trastos de la Gurtel, los ERE fraudulentos, el caso Bankia, etc. Ni una semana hace que el pilar principal sobre el que se sostenía la propaganda de «el milagro económico español», el señor (es un decir) Rodrigo Rato, vicepresidente segundo y ministro de Economía entre 1996 y 2004, fue detenido unas pocas horas mientras la policía registraba su casa y su despacho en busca de pruebas de evasión fiscal. En Gobierno, Autonomías y Ayuntamientos la impresión es que si había una mano cerca de una caja, la mano salía llena de billetes. El desolador testimonio de quienes se han atrevido a denunciar las tropelías y han sido perseguidos por los chorizos, perdiendo su empleo o teniendo que abandonar su lugar de residencia, refuerza la sensación de impunidad del delincuente y de indefensión del ciudadano común. Dentro de este mare magnum de hez y miseria, los papeles de Luis Bárcenas, esto es, las hojas que reflejan la contabilidad en negro del partido en el gobierno son la creme de la creme. El ex tesorero del PP (expulsado del cargo «en diferido«, «en forma de simulación«, ya saben) es, hoy, una celebridad, algo así como el Rey de la Cueva de Ladrones en el acervo español, como antaño lo fuera otro Luis: Roldán.

En resumen: El tesorero (Magos del Humor nº 167) pone a la pareja cómica más famosa del humor viñetil patrio, siempre de la mano de Ibáñez, haciendo mofa, befa y rechifla del corrupto más mediático de nuestro país. En Ediciones B lo vieron claro y le dieron un empujoncito publicitando el álbum en los canales generalistas.

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¿Qué nos depara El tesorero, una vez el tebeo en nuestras manos? Un álbum de Mortadelo y Filemón. ¡Sorpresa! Ni el mejor de ellos (los buenos tiempos quedan lejos ya), ni el peor, tampoco. Algunas risas y un rato muy entretenido. Veámoslo con más detalle.

La corrupción, el latrocinio, el chanchullo… nada de esto debuta con El tesorero en el universo Ibáñez: El atasco de influencias (1991), El señor de los ladrillos (2004) o el muy explícito Corrupción a mogollón (1994), con Rulfián como jefe de la Guardia Viril (¿les suena?), prueban lo que afirmo, aunque tal vez el ejemplo más carismático sea el clásico ¡Soborno!, que vio la luz en 1977. Tampoco es la primera vez que el autor se inspira en la fisonomía de políticos, artistas o famoseo en general (incluso en colegas de profesión como Vázquez), casi siempre con fines desfiguradores. Ibáñez no ha sido nunca un caricaturista crítico. Su interés no ha sido nunca la denuncia social sino la carcajada. Más cerca, por tanto, de El Gordo y El Flaco que de Chaplin. Enamorado del slapstick (llevando la tarta y el porrazo a la cafrada salvaje) y del humor absurdo (se dice poco, pero Ibáñez es habilísimo con las palabras), sus obras y, en particular, Mortadelo y Filemón son monumentos a la evasión, donde el ataque de risa floja es la mayor recompensa. Está fuera de lugar, entonces, exigir a este álbum una radiografía de la sociedad/suciedad española, por mucho que la complicidad tácita se solace con permutaciones apenas disimuladas como Partido Papilar, Ministro del Peculio o un tesorero engominado con el dedo anular perennemente inhiesto. Mortadelo y Filemón funciona en sus propias coordenadas disparatadas, adscritos a una fórmula de gags encadenados, basados en el trompazo, el absurdo y el equívoco. Como ayer, como hoy, como mañana. A este respecto el aficionado comprobará que muchas situaciones ya las ha visto antes, con variaciones mínimas: la persecución con el auto que se deshace, los intentos por entrar en un lugar protegido por un guardián mostrenco, las tentativas de «cambiazo», las patadas que los envían a miles de kilómetros, etc. El deja vu es inevitable. Menos por el agotamiento de la fórmula -en cuanto el ritmo es endiablado y la calidad gráfica notable- como por la sensación de «remake» o revival, El tesorero guarda pocas sorpresas o, si se prefiere, es «más de lo mismo».

La costumbre nos ha anestesiado ante el mayor logro y legado de Ibáñez. Hagan la prueba: cojan una página cualquiera, dedíquense a admirar los dibujos prescindiendo de los textos y asómbrense ante la perfección y sencillez de su técnica. Pocos como él bordan el movimiento de sus monigotes, expresivos y convincentes, al mismo tiempo que alejados de cualquier canon «realista». Asimismo, las objeciones antedichas pueden enmascarar ciertas desviaciones del molde clásico, el acuñado entre las décadas de 1960 y 1970, aún en vida del dictador. La más polémica es cierto desliz hacia el humor «gorrino», aquí representado por calzoncillos sucios voladores o violencias contra las partes pudendas. Tampoco tiene mayor trascendencia, la verdad. Más interesante es observar que las iteraciones se han relajado al no estar sujetas las páginas a su publicación previa por entregas: ya no hay carreras finales cada cuatro páginas, ni cada cuatro páginas vuelve a empezar la misión, ni los secundarios (Ofelia, Bacterio) reinciden una y otra vez en el gag recurrente. La mecánica es más o menos la misma, ya se ha dicho, pero bordeando esas simetrías antaño obligatorias.

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El álbum acierta cuanto más «Mortadelo» es, o sea, cuando da igual que el tesorero sea una caricatura de una persona existente, porque se maneja como un Billy «El Horrendo» o un Aniceto Papandujo «El Brujo»; al revés, cuando el humor depende del reconocimiento de los retratados y sus circunstancias, como en su tramo final, con trasuntos de Mariano Rajoy o Mª Dolores de Cospedal, marra en sus pretensiones de parodia. Con la situación que vivimos actualmente, que despierta justa indignación (por no decir virulento cabreo), el desenlace será percibido como blando o conformista (y lo es), pero reparemos en que viene siendo la conclusión de todos los álbumes de la serie, sobre poco más o menos. Aunque la última viñeta lo redime, parcialmente.

Me lo he pasado bien leyendo este tebeo, quizá porque supone mi reencuentro con estos entrañables tipejos tras años (¿décadas?) alejado de sus correrías. Y he comprobado que aún les queda fuelle.

  Edición original/ España: Mortadelo y Filemón: El tesorero (Ediciones B, 2015). Guión y Dibujo: Francisco Ibáñez. Color: Sin acreditar. Formato: Tomo cartoné 48 págs. Precio: 12€.   En la vida hay muchos misterios. El éxito de este álbum, en cambio, es sencillísimo de explicar. Por un lado, tenemos a…
Guion - 6
Dibujo - 8
Interés - 6

6.7

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Lector
21 abril, 2015 11:16

una reseña magnifica,javier.de verdad que me ha encantado la forma en que lo has diseccionado.bravo.en serio. 😉
la pega que le podria poner,(más allá de lo que señalas, acertadamente),es que algunos de los personajes que aparecen ya han quedado ligeramente desfasados.ahora los actores de la politica son otros.por no hablar de que el pobre ibañez se debe estar tirando de los pocos pelos que le quedan al ver lo de rato estos dias,y el no haberlo podido incluir en la trama de este albúm.
espero que ya esté trabajando en proximos proyectos en los que los «nuevos»(podemos,ciudadanos,el pedro sanchez,etc..) tengan su correspondiente traducción ibañesca.seguro que será curioso de ver.
por otro lado,si he echado de menos,(pecata minuta,en cualquier caso,¿eh?) un comentario sobre como LO HA PETADO este último albúm,a nivel de ventas,que ha sido mucho.
me ha llamado la atención(para bien) ese recurso gráfico de ibañez en el que cuando el super acaba de dar las explicaciones a los dos agentes,busca todo tipo de soluciones imaginativas para «largarlos» de la forma más burra posible(ya sea con una bota de alpinista con clavos que surge del suelo,y los manda a la cochinchina,o de cualquier otra forma).el muy puñetero todavia sabe sacarse conejos de la chistera en forma de recursos imaginativos para conseguir el mejor gag,el que sea más divertido.y eso,si hablamos de un señor con todos los años de profesional que lleva a sus espaldas, y trabajando sobre unos mismos personajes,es digno de alabar.pero mucho.
sin duda,es lo que tu dices.hay muchos lectores que estan tan acostumbrados al nivel de calidad media de este hombre,que a veces se olvida todo el curro que hay detrás,y sobre todo cuanta genialidad atesora en sus lápices,a pesar de todo.

quizás,si entregara un albúm a lo asterix,recuperando el trazo de VALOR,Y AL TORO,o el SULFATO ATOMICO,se veria el asunto con otros ojos.
sí,claro.
y si mí abuela tuviese dos ruedas,seria una bicicleta.
conformemosnos con lo que hay,que ya es bastante.que ,el dia que falte, ya se echará de menos…

que aquí seguimos reivindicando aún algunos el legado del universo brugueríl.dejaos caer con algún articulo de vez en cuando,hombre.que no os cuesta nada. 😉

p.d:por cierto,por sugerir,¿y una reseña sobre las últimas tres/cuatro últimas entregas del supergrupo de jan y efepé.ya adelanto que el último, el de EL SUPERGRUPO CONTRA LOS DEMOLEDORES me ha gustado bastante.muuy divertido.¿ y una reseña y entrevista con efepé y jan.con preguntas sobre el nuevo albún en el que esten trabajando.?.

oye,por pedir… 🙂

a todo esto,perez navarro tiene un pedazo de entrevista,¿eh?.yo no digo nada,pero lo digo «tó».

mespinpe
mespinpe
Lector
21 abril, 2015 13:34

Ya, eh? Menudo What if? hubiera sido si Ibañez se hubiese podido permitir el lujo de entregar únicamente 48 páginas al año con la dedicación de «Valor y al toro». Hace poco lo releí y es una obrita maestra que nada tiene que envidiar a las de su admirado Franquin.

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Lector
En respuesta a  mespinpe
21 abril, 2015 17:54

hay una entrevista buenisima,que digo buenisima,LA MEJOR que le he visto publicada al maestro (hasta reproducen la forma tan caracteristica de expresarse de ibañez,lo que es un plús añadido,en mí opinión) en una revista MÍTICA como era U,EL HIJO DE URICH.

en dicha entrevista,cuenta ibañez que lo de la aventura de las historias largas en ese «formato europeo» nació,en realidad,como un cumulo de casualidades.

la cosa surgió como una iniciativa de rafaél gonzalez en plena fiebre por lo que ya se publicaba en la revista PILOTE del mercado francés.la idea era dar salida a una serie de albumes a imitación de lo que se hacia en dargaud,pero no como material independiente,sino prepublicandolo primero(el del SULFATO ATOMICO abre fuego en una revista de mayor tamaño,el GRAN PULGARCITO,con su número 1).

lo que no sé es,si antes o despues,(que no me ha quedado claro en la cronologia de los hechos que se cuentan en la entrevista,xdd) pero,parece que hubo un «pique» serio entre gonzalez e ibañez (era una época en la que ibañez entregaba la friolera de ¡¡ 20 ¡¡ páginas a la semana,y aún así,gonzalez todavia le «apretaba» más.hasta el punto de que incluso se contrató a un tipo para que vigilase que hacia el maestro,(si perdia el tiempo,o nó,o si dibujaba para otras editoriales).

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Lector
21 abril, 2015 18:10

(continuo.que se ha cortado)

el pulso entre gonzalez e ibañez,decia,llegó a un punto en que el dibujante decidió abandonar bruguera…con un ás en la manga,eso sí.el albúm ,que hoy conocemos como VALOR Y AL TORO,en sus cuatro primeras páginas, no tenian como protagonistas a mortadelo y filemón.habia creado otros personajes,con la idea de venderlos fuera de nuestras fronteras.

como la cosa,al final,llegó a solucionarse,ibañez borró las cabezas de dichos personajes «nuevos»,y redibujó/recompuso en su lugar las de mortadelo y filemón.y siguió a partir de ahí.

la aventura de ese estilo de dibujo duró poco,basicamente,porque a ibañez le suponia demasiado trabajo extra.le exigia un mayor nivel de detallismo.y él lo que siempre ha buscado es llegar a la maxima audiencia, al menor esfuerzo.

que no le compensaba,vamos.

p.d:la maxientrevista,por cierto,por si alguien tiene la fortuna de encontrarsela en un rastro o en un segunda mano,se publicó en U.EL HIJO DE URICH #8.

(aunque ,supongo, que rastreando por internet,tambien la pilleis.es realmente buena.doy fé de ello)

Alejandro Ugartondo
Autor
21 abril, 2015 18:41

También lo he leído y comparto la opinión de Javier.

De lo que doy fé es del tirón popular que mantiene Ibañez como se demostró en el último salón del cómic de Barcelona con la inmensa y heterogénea cola de gente esperando para conseguir la firma del maestro. Podría asegurar que ningún otro autor congregó tanta gente en su sesión de firmas.

BLUNTMAN
BLUNTMAN
Lector
21 abril, 2015 23:33

Yo quiero que la hermana gemela de Ofelia aparezca en una historieta y sea Rita Barberá 🙁 ¿es mucho pedir?)

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Lector
En respuesta a  BLUNTMAN
22 abril, 2015 10:10

pues tendria su punto,jeje…

Luis Javier Capote Pérez
Autor
22 abril, 2015 10:26

Me ha gustado mucho la reseña, Javier, pero me temo que no estoy para nada de acuerdo en cuanto a la calidad de los últimos álbumes de Ibáñez. Su deriva escatológica me tira mucho para atrás, porque considero que la sutileza (¿forzada quizá por la censura?) de otros tiempos permitía un ‘slapstick’ más elegante. Hace mucho que sus chistes me parecen un tanto zafios, aunque este álbum -necesario por la situación que refleja- está por encima del que para mí es el peor tomo de MyF: ‘Bajo el bramido del trueno’.

Tulip Stark
Tulip Stark
Lector
1 mayo, 2015 18:32

Excelente crítica Javier. En estos momentos estoy terminando de leer el tomo y tengo que decir que está siendo una delicia volver a encontrarme con estos personajes a los que ya hace tiempo no leía 🙂