The Witcher 1. La casa de las vidrieras

 

Edición original: The Witcher Nº 1-5 USA (Dark Horse Comics, 2014).
Edición nacional/ España: Norma Editorial (2015).
Guión: Paul Tobin.
Dibujo: Joe Querio.
Color: Carlos Badilla.
Formato: Tomo cartoné de 136 páginas.
Precio: 18,00€.

 

El género de fantasía épica, como cualquier otro, tiene sus caminos y bosques oscuros recurrentes. Son los autores que mejor saben moverse entre su maleza, los que saben explorar y reconocer su terreno, los que logran finalmente convertir sus epopeyas en nuevos clásicos capaces de reformular las reglas de lo fantástico para las próximas generaciones. Esto no deja de ser una paradoja cíclica, aplicable a casi cualquier aspecto de la creación, pero hablando de literatura, y más concretamente de fantasía, hay que reconocer como el «esquema tolkiano», derivado de la publicación en 1954 de El Señor de los Anillos, ha sido uno de los más florecientes y prósperos de toda la ficción contemporánea. El género se ha visto condicionado durante mucho tiempo por esta exitosa trilogía concebida por J.R.R. Tolkien aunque, por suerte, eso no ha evitado que otros muchos autores hayan podido ofrecernos sus distintas visiones del mismo. Lo demostró Robert Jordan en La Rueda del Tiempo, Ursula K. Le Guin en El ciclo de Terramar, se constata en las surrealistas aventuras de Mundodisco del tristemente fallecido Terry Pratchett, en la cruda y áspera Canción de Hielo y Fuego de George R.R. Martin (la saga de libros inspiración de la serie Juego de Tronos) o en la interesante Saga de Geralt de Rivia del escritor polaco Andrzej Sapkowski.

Esta última nació como una serie de relatos cortos, con apenas una débil continuidad entre ellos, en los que su creador nos ofrecía una ingeniosa reinvención de la mitología y las leyendas del folclore propio del este de Europa, y también divertidas versiones de cuentos populares, como La Bella y la Bestia o La Sirenita, muy alejadas de las dulces interpretaciones de Walt Disney. Su protagonista principal era Geralt de Rivia, un brujo y mercenario de renombre que en sus solitarios viajes carga con dos espadas, una de acero, para los humanos, y otra de plata, para los monstruos, con las que se gana la vida y sobrevive en una tierra en la cual la magia y la fantasía están en peligro de extinción. Estos primeros relatos, los que conforman los dos primeros libros de la saga, El Último Deseo y La Espada del Destino, desembocan en una historia mucho mayor en la que Andrzej Sapkowski dibuja un mundo donde se desata una encarnizada guerra provocada por las diferencias entre los reinos habitados por humanos y elfos. En este contexto Geralt de Rivia toma como aprendiz a la pequeña Ciri y la adiestra en las artes y habilidades de su especie. Cuando la joven acaba secuestrada El Lobo Blanco, contando con la ayuda de la hechicera Yennefer, Jaskier el trobador, la arquera amazona Milva, el soldado Cahir y el druida vampiro Emiel Regis, iniciará una búsqueda desesperada dejando a su paso un inenarrable reguero de muerte y destrucción.

Una obra de aventuras y fantasía épica con todas las de la ley aunque su tratamiento de personajes está muy lejos del estereotipo y su trama juega a subvertir los tópicos y clichés del género fantástico con un humor inteligente y lleno de ironía. El propio cinismo con el que su protagonista se escuda sirve a su autor para tratar de manera abierta temas de calado político, social y filosófico de nuestro tiempo. No hay maniqueísmos baratos en esta serie de libros, no hay una complaciente y sencilla lucha del bien contra el mal, solo grises y aún más grises que recrean la crueldad y el drama de un mundo igualmente cautivador y peligroso. La popularidad de esta historia la ha llevado a ser adaptada al cine y la televisión en su país de origen en algunas producciones mediocres y de bajo presupuesto, repudiadas vehementemente por Andrzej Sapkowski; y también se ha convertido en una atractiva y reputada saga de videojuegos de la compañía polaca CD Projekt RED conocida como The Witcher cuya tercera entrega, The Witcher 3: Wild Hunt, saldrá este mismo mes a la venta para ordenador y plataformas como PlayStation 4 y Xbox One. El éxito de estos videojuegos ha significado también la colaboración de CD Projekt RED y la editorial Dark Horse Comics en el desarrollo de una adaptación al cómic basada en el universo de Geralt de Rivia siendo The Witcher: La Casa de las Vidrieras la primera miniserie publicada bajo dicha iniciativa.

Este personaje ya coqueteó con la viñeta en la primera mitad de los años noventa en una serie de obras a cargo de la pareja polaca de autores formada por el guionista Maciej Parowski y el dibujante Bogusław Polch y contando en todo momento con el asesoramiento del creador de Geralt de Rivia. Pero estos trabajos eran adaptaciones literales de lo ya narrado en las novelas de la saga, la nueva propuesta de CD Projekt RED y Dark Horse Comics resulta muy diferente pues su intención, como ocurre exactamente con los videojuegos de The Witcher, pasa por contar historias originales y alternativas enmarcadas dentro del universo de Geralt de Rivia, sirviéndose de su frondosa mitología y su rica galería de personajes. La estética elegida para la ocasión sigue la de las cabeceras de otro esplendoroso firmamento de ficción publicado desde hace años por Dark Horse Comics: el Hellboy de Mike Mignola. De hecho, el popular dibujante y guionista firma alguna de las portadas de The Witcher mientras otro de sus alumnos aventajados, Joe Querio, el cual ya ha paseado su talento por las páginas de AIDP, toma el mando del apartado gráfico siguiendo las indicaciones y directrices de su compañero y guionista Paul Tobin. El resultado es una pequeña y sencilla historia, con una ambientación de cuento de hadas, deudora tanto de la imaginación de Andrzej Sapkowski como del estilo fresco y directo de su acertado equipo creativo.

El relato propuesto por Paul Tobin y Joe Querio comienza cuando en uno de sus viajes Geralt se encuentra con un cazador viudo cuya fallecida esposa renació convertida en un ser maligno y vengativo que no deja de atormentar a su marido con su sola presencia y recuerdo. El espíritu de la joven parece ligado a una mansión abandonada en mitad del peligroso Bosque Negro conocida como la Casa de las Vidrieras y Geralt y su nuevo compañero acaban atrapados en ella, acechados por todo tipo de monstruos y amenazas de ultratumba, mientras intentan descubrir el oscuro y sórdido misterio que se oculta entre sus paredes. Esta primera miniserie de The Wicther viene a demostrar una vez más el buen hacer del responsable de alabados títulos recientes como Bandette y Colder, un autor aún por descubrir que se está ganando un hueco en el mercado independiente después de unos años realizando, con muy buen criterio, trabajos alimenticios para diversas editoriales estadounidenses. De ahí parten sus historias para la cabecera Marvel Adventures de la Casa de las Ideas y sus adaptaciones relacionadas con populares franquicias del mundo del cine, la televisión y los videojuegos como pueden ser Falling Skies, Predators, Prometheus o Plants vs. Zombies. En ellas Paul Tobin ha pulido su faceta como artesano y, como en la presente The Witcher, ha sabido definir al mismo tiempo buenas historias que sumar a su currículum.

The Witcher no es una excepción, siendo un meritorio ejercicio de mimetización, emparentado con las historias cortas de Geralt de Rivia, y con una ambientación dotada de una plástica personalidad por la que se mueven unos personajes a los que conoceremos por sus maneras, formas y palabras. La naturalidad en la caracterización les será familiar a los aficionados de la obra original, las formas harán lo propio con los amantes de los videojuegos, y ninguno de ellos tendrán problemas para adentrase y comprender esta propuesta. El desempeño de Paul Tobin se muestra prudente y respetuoso, no intenta establecer nuevas reglas para el material con el que juega, ni arreglar lo que no está roto, se limita a contarnos una buen y sincero relato eludiendo cualquier repercusión en la continuidad general de las novelas. Por otro lado, para los neófitos y nuevos lectores que se acerquen por primera vez a las aventuras del personaje encontrarán en este cómic una carta de presentación a su universo, bien redactada, sin estridentes faltas de ortografía, aunque podría acabar sabiéndoles a poco al carecer de otras nociones básicas sobre la Saga de Geralt de Rivia. No obstante, está claro que las referencias del guionista parten más del videojuego, se intuye en su tratamiento de la acción, uno de los puntos débiles de la obra al mostrarse repetitiva y poco inspirada, aunque por suerte la trama gira más entorno al misterio y la intriga captando con su estructura el cálido espíritu de la literatura de Andrzej Sapkowski.

Por su parte, Joe Querio cumple notablemente su cometido y, pese al aún escaso bagaje de este autor en el medio, demuestra unas buenas dotes para la narración y, tomando consciencia de la importancia de la atmósfera en este relato, compone un impecable y atractivo mosaico de sombras y luces espesuras oscuras y enrarecidas y caserones neblinosos y tocados por lo arcano. No esconde Joe Querio sus influencias y referentes, pero su estilo se muestra vivo y despende fuerza más allá de su inspiración, demostrando su capacidad y talento para aportar matices a la obra. Esto lo llevo acabo subrayando con sutileza los elementos fantásticos de la aventura, su misterio y se sexualidad encubierta, y manteniendo reconocible a su personaje protagonista respecto a lo muchos lectores y seguidores ya puedan conocer sobre él. La química establecida con su compañero Paul Tobin funciona de forma bastante natural, su coordinación no parece forzada, y esto sumado al color de Carlos Badilla y el arte en las portadas de Dan Panosian, Dave Johnson o Mike Mignola deja claro que este no es un cómic pensado pasa salir del paso y servir simplemente de plataforma publicitaria a los videojuegos de CD Projekt RED. El tándem formado por Paul Tobin y Joe Querio aprovecha la ocasión para ofrecernos en The Witcher un pequeño relato fantástico cuyos valores más destacables son lo comedido de sus planteamientos, la propia estructura de su relato y una factura visual que logra trasportarnos al fantástico y sugerente mundo de Geralt de Rivia.