Decíamos ayer que la vida de Illyana Rasputín no ha sido nada fácil. Raptada por un demonio a los siete años de edad, pasó otros tantos en un paraje maléfico llamado Limbo. Aquí, gracias a la acción combinada del influjo del paisaje y las corruptelas de su alma por parte del gobernante del lugar, al que conocemos como Belasco, se acabó transformando en la Niña Oscura, una mezcla de humana y demonio, de lo bondadoso y de lo malvado, con la que la pequeña de los Rasputín se tuvo que acostumbrar a convivir. No pocos esfuerzos le llevó a Illyana poder manejar su lado demoniaco a su antojo, por lo que en el marco de las Secret Wars, donde nuevos mundos con nuevas reglas emergen, no debe extrañarnos que se haya optado por dar una vuelta de tuerca al personaje.
Los encargados de la función van a ser el guionista Dennis Hopeless, escritor que se acabado consolidando su posición en Marvel con numerosos encargos, entre los que cabe citar Avengers Arena, Avengers Undercover o Spider-woman, y el artista español Javier Garrón, que se asentó en la cabecera de Cíclope a finales del año pasado con tan buenos resultados que le han llevado hasta Secret Wars. Ambos recogen un concepto surgido de la abundante producción de Chris Claremont en los mutantes, el crossover Inferno, y lo redefinen para estos nuevos tiempos, trayendo de vuelta muchos personajes, conceptos y situaciones de aquella trama.
Para comenzar decir que nos encontramos en pleno Manhattan, pero habría que comentar un pequeño matiz. Hace escasos años, las puertas del Limbo se abrieron, permitiendo la libre circulación de demonios, dejando un panorama desolador en la otrora esplendorosa urbe. Ahora es un triste reflejo oscuro de lo que fue antaño. Los X Men lucharon por impedir el dominio del Limbo pero fracasaron, además no pudieron evitar que Illyana Rasputín fuese capturada por el demonio N’Astirth y llevada a buen recaudo. El feudo principal demoniaco se asienta en el Empire State Building por lo que un Coloso obsesionado con su hermana comanda un ataque directo justo cuando se cumple el cuarto aniversario de la tragedia. Algunos célebres miembros de la Patrulla X están junto a él y gracias a ellos Pyotr Rasputín consigue atravesar las puertas del Limbo para encontrar a su hermana totalmente asimilada por los demonios.
Un duro golpe para todos, que va a dejar secuelas no solo a nivel emocional sino también físicas. Pero este varapalo no frena a Coloso en sus intenciones y cuando se cumple el quinto aniversario de la invasión se dispone de nuevo a asaltar el Limbo…Desgraciadamente para él, es frenado en seco por el barón de este dominio, Scott Summers. No va a permitir que la sangre de más mutantes riegue el suelo del Empire State cuando Illyana ya no tiene salvación. Pyotr trabaja para Summers con la única condición de que le prepare un equipo de asalto cada año por lo que su enfado es mayúsculo. Un grupo de fieles amigos desobedecerán las órdenes del antiguo Cíclope y se dirigirán junto a Coloso a un nuevo ataque directo contra el Limbo. El grupo lo forman el medio demonio Rondador Nocturno, Boom Boom y Domino, pareja sentimental del mutante ruso, trama recogida directamente de la época en la que ambos eran dirigidos por Hopeless en Cable and X Force. Una misión casi suicida al ser un equipo con tan pocos efectivos. Claro que si contasen con la Reina Duende y su concubino otro gallo les cantaría.
Como ven, muchas piezas de la trama clásica pero dispuestas de diferente forma y no todas de forma aceptable. Cuesta entender cuál es el verdadero escenario pues si los demonios han triunfado, ¿por qué se hallan recluidos en el Empire State? ¿Cuál es la razón por la que Coloso tiene que intentar el rescate justo cada año?¿Qué pinta Scott Summers de barón de un dominio tan importante como Manhattan? Preguntas que a lo mejor son contestadas durante la serie (o el evento) pero que de momento consiguen alejarte bastante de la trama. No todo es negativo pues la dinámica entre el reducido grupo principal es bastante aceptable y ver un clásico de la Segunda Génesis como el bueno de Peter aguantando sobre sus hombros una historia de este calado en Secret wars, unido además a otro buen amigo, el gran Kurt Wagner, siempre es de agradecer. Destacar como propósito de enmienda el cliffhanger final del episodio, que es de los que hacen época, por lo que tampoco es descartable que la colección consiga remontar.
El español Garrón se encarga de los lápices y el entintado, ayudado en los colores por Chris Sotomayor. Probablemente lo mejor del número, aunque en algunos momentos sus planchas adolecen de cierta sensación de estatismo en las escenas de acción. El color de Sotomayor destaca por su luminosidad y variedad de tonalidades, lo que llama poderosamente la atención al ser una cabecera donde lo lúgubre y lo demoniaco debieran ser las características principales. Aquí los demonios y el Limbo lucen una cantidad de colores bastante llamativa.
Resumiendo en un único pensamiento, un comienzo no muy atractivo para estos X Men de Coloso. Si la trama se va a circunscribir al Limbo del Empire State mucho material quedará desperdiciado. Si se pretende contextualizar la historia con la situación de la Manhattan del barón Summers el guionista va a tener que trabajar lo suyo para conseguir un necesario equilibrio. De momento, nosotros esperamos el desenlace de las aventuras del grupo mutante en el Limbo, ahora que se han topado con unos inesperados invitados a la fiesta. Nos tememos que salir de esta situación va a ser un completo Infierno.
Guión - 6.5
Dibujo - 7
Interés - 7
6.8
Valoración Global
Flojo comienzo para las aventuras y desventuras de Coloso en el Limbo