El misterio religioso: La verdad al desnudo

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Edición original: abr. 1994; Vertigo (DC Comics).
Edición España: I Zinco (nov. 1995); II Planeta DeAgostini (may. 2010).
Guión: Grant Morrison.
Dibujo: Jon J. Muth.
Entintado: Jon J. Muth.
Portadas: Jon J. Muth.
Color: Jon J. Muth.
Rotulista: Todd Klein.
Precio: Publicado junto a Mata a tu novio; 13,95 € (Cartoné, 144 páginas).

 

Ya comentamos cuando hablamos de su Sebastian O el hecho de que entre principios de 1993 y finales de 1994, ese guionista plenamente consolidado que era Grant Morrison atravesaba un período que podríamos calificar como «de barbecho». Con Batman: Arkham Asylum publicada, sus etapas en Animal Man y Doom Patrol finiquitadas y su revisitación de Kid Eternity a buen recaudo, el escocés hizo de todo un poco sin comprometerse demasiado en una época que no acabaría hasta la publicación del primer número de Los Invisibles. Entre medias metió mano en La cosa del pantano o en Spawn, se marcó una pequeña declaración de intenciones con los tres números de la mencionada Sebastian O y, en abril de 1994, publicó una modesta obra en el sello Vertigo llamada The mystery play que estaba destinada a convertirse en una pequeña joya sólo conocida por el lector iniciado. Publicada en España por Zinco en noviembre de 1995 con el título El misterio religioso, el paso del tiempo no ha hecho sino convertir el tebeo en un pequeño clásico, enormemente ilustrativo de este «período entre épocas» de Morrison y meritorio, sin duda, de una reedición en nuestro país (en Estados Unidos lo tienen permanentemente en circulación) que ha llegado en forma de Vertigo Voices por parte de Planeta DeAgostini.

Pero… ¿qué nos cuenta El misterio religioso? ¿qué la hace especial? Pues como casi siempre pasa con Morrison, tenemos varias capas de lectura. La primera y principal, la exclusivamente formal, es de una simpleza absoluta: siguiendo el esquema de un whodunnit clásico, la acción se sitúa en la imaginaria ciudad inglesa de Townely, donde un alcalde que busca limpiar su imagen pública recupera la tradición medieval consistente en representar pasajes bíblicos en la plaza principal. Esta mystery play, esta representación en particular, se centra tanto en la expulsión de Adán y Eva del Paraíso como en la discusión de un Dios punitivo con un Satán tentador que ha conducido a los hombres al pecado. Nada extraño si no fuera porque, en plena actuación, el actor que interpreta a Dios cae asesinado en el escenario. Tiempo pues para acompañar al detective Frank Carpenter y a la periodista local Annie Woolf en sus pesquisas e investigaciones; una indagaciones que, como no podía ser de otra manera, se centran especialmente en otro de los actores: el que ejercía el papel de Diablo. ¿Eso es todo? Por supuesto que no.

Y la respuesta es «no» porque, en realidad, esa primera capa es simplemente un envoltorio que Morrison usa para presentarnos una alegoría kafkiana, existencialista y con toques de onirismo –con ecos a Lynch pero también a Auster y su Trilogía de Nueva York– que le sirve a su vez al autor para reflexionar acerca de lo divino, de las consecuencias de su desaparición, del pecado, de la culpa y, especialmente, del hecho religioso. Una historia cargada de simbolismo en la que la ficción se mezclará con la realidad para convertir la investigación de la muerte del actor que hacía de Dios en la investigación de la muerte de Dios (con todo lo que eso conlleva). Así asistiremos a cómo, en efecto, el periplo de Carpenter se convierte en toda una cruzada personal, en una Pasión vivida con propia su Magdalena, su propio Judas, su trágico y abrumador clímax final y, sobre todo, con el mismo objetivo que el que nos presentan los Evangelios: la expiación de una culpa, heredada y heredable, materializada bajo la forma de un abrigo (guiño a Yeats incluido).

Empero, la magia de la obra es que Morrison la diseña de forma poliédrica, de forma que cada lector obtendrá sus propias conclusiones en función de su opción religiosa. De lectura gozosa, el cómic mantiene un gran equilibrio entre el enigma que le permite arrancar (el whodonnit), la disquisición existencial que se enfoca desde un punto de vista filosófico (¿cómo nos afecta la muerte de Dios y de la religión?), y el hecho religioso que se introduce de forma paultina a lo largo del relato. Es en este último punto en el que El misterio religioso elude la lógica unidireccional y se amolda, invadiendo el campo de lo sensitivo, a lo que el lector quiere ver en ella: un interrogante para el agnóstico, un ejercicio de linchamiento y psicosis colectiva para el ateo o una auténtica epifanía para el creyente. Sea lo uno o lo otro, poco importa… el telón cae y se ha producido la magia que producen los grandes tebeos: las viñetas nos han hecho –y lo seguirán haciendo durante varias horas– pensar.


La autopsia de Dios

En otro orden de cosas, no podemos irnos sin hablar del aspecto gráfico del cómic; una factura orientada desde su mismo formato a ofrecer una imagen seria, sobria y adulta. Publicada como novela gráfica corta en cartoné –posteriormente en rústica–, con una página estructurada en base a una estricta retícula de viñetas cuadradas y panorámicas con espacio interviñeta negro, e ilustrada de forma fotorrealista por Jon J. Muth, en pocos tebeos se puede apreciar la perfecta simbiosis entre forma y fondo que se observa en éste. Y es que, más que como fotorrealismo, el trabajo de Muth –que ganó el Eisner en 1995 por esta labor– habría que calificarlo de fotoimpresionismo: su técnica trasciende el mero retoque fotográfico para hacer uso de forma magistral del color y la tinta; para acompañar cada vuelta de tuerca de los guiones de Morrison sin dejar, en ningún momento, de ofrecer una sugestiva experiencia sensitiva al lector. El propio guionista lo expresaba así en una de las pocas entrevistas que mencionan este cómic: «La historia tiene lugar en el mundo real, pero hay un montón de extraños interludios alucinatorios. Eso funciona bien si tiene a un artista como Jon, que es perfecto capturando todos esos detalles del mundo real. Creo que funciona realmente bien en la historia, porque cuando se adentra en los elementos alucinatorios, no puedes percibir la diferencia, lo cual confunde acertadamente la percepción del lector acerca de lo que es real y lo que no».

Poco más que decir excepto lo ya mencionado en el extracto y en el principio de este pequeño artículo: nos encontramos ante una pequeña joya. Por otra parte, si tenéis ganas de más siempre podéis echarle un ojo a este estupendo ensayo a propósito del tebeo (sólo tras haberlo leído, nunca antes) o a la múltiples reseñas que hemos publicado en Zona sobre otros trabajos del autor: Animal Man, Doom Patrol, Kid Eternity, Sebastian O, Los Invisibles, Mata a tu novio, Flex Mentallo, El Asco, Seaguy, We3, Vimanarama y Joe el Bárbaro. Además, no os perdáis el especial Grant Morrison, al detalle escrito por Enrique Ríos para esta misma web. Una completa biografía que os dejamos aquí: Parte I y Parte II. Y ya para nota, pasaos por la chilena ergocomics para leer las dos partes (primera y segunda) de un magnífico texto dedicado al cómic que nos ocupa.

Última actualización de este artículo: 26 de marzo de 2012

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northstar
northstar
24 agosto, 2009 12:40

Le tengo que dar una relectura.

Lo compré y leí en su día, cuando salió,  y por entonces Morrison para mí no eran tanto ‘Morrison’. COn el tiempo leí muy buenas críticas de la obra y siempre tenía la espinita de concederle una relectura.

Creo que hoy es el momento.

Slayton
Slayton
24 agosto, 2009 13:31

Genial el artículo. 
Recuerdo que este cómic lo compre en unas ofertas que realizaba el Carrefour (Que por entonces creo que todavía se llamaba Continente) junto a otros cómics de Warren Ellis . Yo era muy jovencito y me pareció una autentica rallada, pero aún así sabía que había algo especial en él.  
Más tarde lo he releído un montón de veces. Por cosas como estas venero a Morrison.

dario
24 agosto, 2009 13:42

Lo tengo, me gusta lo que hace Morrison.

No entendí el final.
Que le voy a hacer 😀

mariano
mariano
Lector
24 agosto, 2009 13:46

Ya, a mi tampoco me pareció de lo mejor del Morrison,  aunque está bien.
Para mi la joya perdida del Top era Zenith. ¿Es que soy el único al que le encanta? De Muth no es tampoco este mi trabajo favorito, me quedo con su Swamp Thing o su episodio en B/Npara Sandman.

Doc Celofunk
Doc Celofunk
24 agosto, 2009 14:16

Planeta, YA!

Juanjo Palacios
24 agosto, 2009 15:02

Tengo pendiente leer esta historia, lo he ido postergando porque había leído malas críticas sobre ella, pero habrá que replanteárselo…

Phantomas
Phantomas
Lector
24 agosto, 2009 16:17

Coño, pues esta es una de las de Morrison que tengo pendiente y me acabas de picar el gusanillo…

Mipey Kalkulo
Mipey Kalkulo
24 agosto, 2009 18:11

A mí me parece una obra menor. Buena, pero menor.

Sergio Robla
Autor
24 agosto, 2009 18:24

A mí me parece una obra buena. Menor, pero buena. 😉

Y en su día tampoco entendí el final. :-S

El hermano vudú
El hermano vudú
Lector
24 agosto, 2009 18:45

Jose, tras 14 años de leer la obra le has dado un punto de vista que no se me habia ocurrido ni en las tardes mas inspiradas.
Para todo lo que reeditan ya va siendo hora que saquen esta obra.

Pastor
24 agosto, 2009 20:38

Como siempre un gran texto.

La verdad que descubrí esta obra hace relativamente poco, cuando miraba libros en la feria del libro antiguo y de ocasión de Valladolid (donde siempre me termino dejando bastante pasta) y lo compré porque algo de la portada me llamaba la atención.

No me arrepiento ni por un instante.

Phantomas
Phantomas
Lector
24 agosto, 2009 21:17

José, pues di dirección exacta si te acuerdas y me evitas ir de excursión, que la verdad es que aunque parezca mentira me aburre un poco 😉

Saltodemata
Saltodemata
Lector
24 agosto, 2009 22:01

Yo también me quedé un poco confuso con el final, pero la explicación de José me parece muy coherente. Gran trabajo de Muth, quizá más que el del propio Morrison.

moonrider
moonrider
Lector
24 agosto, 2009 23:00

Pues sinceramente a mi me parece como casi todas las obras de este tio un blufff tengo el prestigio que le compre de saldo y se le vendo al que le quiera sin ningun dolor, malo es que entre gente mas o menos culta (y me refiero a todos los comentaristas de este articulo), nos tengamos que explicar el final de algo, yo tampoco lo entendi al igual que no entiendo el cubismo ni muchisimas otras chorradas pero no con eso consiguen hacerme sentir mas torpe sino que al contrario, pienso que en este caso el torpe es el autor que sabe empezar algo muy bien y muy interesante pero no terminarlo, asi que la mejor opcion es dejar un final abierto y misterioso y ya vendran mis seguidores a explicarme el asunto, espero no haber ofendido a nadie pero es que este artista y similares a veces me ponen de los nervios

bongo
bongo
Lector
25 agosto, 2009 1:17

Me lo pillé en americano. Se lo dejé a un colega y me lo perdió. Un par de años más tarde lo encontré de milagro en una librería en Barcelona. Para mí (fan de Twin Peaks) una joya.
Muchas gracias por el artículo José, el otro día comentaba lo olvidaba que estaba y como no parecen animarse a reeditarla… Se agradecen estos detalles.
Por cierto que leí hace tiempo un análisis buenísimo sobre esta obra (y toda la de Morrison en general) en la que superponía precisamente el nihilismo de Morrison y la teoría del caos con el efecto mariposa que persigue Alan Moore… He sido incapaz de volver a encontrarlo, me suena lo leí en tebeosfera…Le suena a alguien?

mutha
mutha
25 agosto, 2009 4:08

compré el prestigio de zinco en oferta hará un par de años pero ahí lo tenia pendiente de leer…dspues d leer la reseña lo he leido… Y HE FLIPADO!!!! y después d leer el ensayo sigo teniendo una pregunta en el aire…

¿..PERO QUIEN FUE EL ASESINO???!!!!!!!!!!! 

saludos 🙂

Ziggy
Lector
25 agosto, 2009 7:16

Viva Ergocomics! Viva Morrison! Viva Chile! Viva Yo!

Michita
Michita
25 agosto, 2009 9:28

Sigo diciendo que es uno de los pocos autores de comic de hoy en día que te hace pensar

R.I.P.
R.I.P.
25 agosto, 2009 9:49

Lo has vuelto a hacer. Incluso desde tu exilio, forzado / voluntario, apariciones como ésta me obligan a quitar la mano del ratón y comenzar a teclear. Señores de Planeta, por favor, incluyan esta obra en su plan editorial del 2010, y pongan de una vez en nómina a D. José Torralba.
Obviamente sin haberla leído, y desconociendo las conclusiones finales a las que pueda llegar Morrison, lo que más me ha llamado la atención es la siguiente frase: «Empero, la magia de la obra es que Morrison la diseña de forma poliédrica, de forma que cada lector obtendrá sus propias conclusiones en función de su opción religiosa«.
Sería una de las pocas veces, si no la primera, que leo o veo algo tan abierto como para no caer en la descalificación de unos u otros. Lo más fácil suele ser ridiculizar el fanatismo y la ingenuidad del contrario, sea quien escribe creyente, agnóstico o ateo. Pero un «ensayo» objetivo, coherente y respetuoso con tan opuestas sensibilidades me parece prácticamente imposible de ser escrito.
Así pues, insisto en las ganas que me han entrado de tener este material ante mis ojos. Indagaré entre los conocidos y por las bibliotecas locales a ver si lo localizo antes de esa anhelada reedición.
Y José, muchas gracias por sacar a relucir esta «obra menor morrinsoniana», desconocida completamente para mí. Un abrazo.

LeBeau
LeBeau
Lector
25 agosto, 2009 20:30

Hola:
Perdonad que me salga del tema a tratar en la noticia pero es que hoy al hacer la compra en Carrefour me he encontrado con varios tomos de Vertigo de Norma en liquidación (todos a 2.5 €) y como no es una línea en la que domino mucho me pasaba por aquí para preguntaros sobre alguna serie. De mano me he cogido los tomos de Johny Double y El diablo porque he visto que eran números únicos y que los guionizaba Azzarello. Algunos otros títulos que tenían por allí eran los 2 primeros tomos de Animal Man, Bloody Mary, 3 tomos de Deadenders, Barnum, Grip, Los carnívoros, Pop! London y The minx. Me recomendais algún título en especial? Un saludo y gracias por vuestro trabajo que es de mucha ayuda a la hora de seleccionar las compras!

Ziggy
Lector
25 agosto, 2009 22:11

Jose… Orgullo patrio solamente… y un par de botellas de alcohol. Nunca naveguen en estado de ebriedad. Hacen cosas de las que se arrepienten.

Clavos
Clavos
Lector
25 agosto, 2009 23:44

Vaya, no sabía yo que Barnum la había editado Norma. Pero vamos, que parece que tampoco es gran cosa… Por otra parte, a mí Jonny Double me pareció abyecta, y El Diablo como mucho muchísimo medianamente interesante.
Lo malo del lote ese es que lo (poco) bueno está inconcluso: de Animal Man te falta otro número de Norma para enlazar con lo de Planeta, y el último número de Deadenders nunca se editó, asi que… aunque a Los Carnívoros y a Pop! London si le echaría un vistazo.

bongo
bongo
Lector
26 agosto, 2009 1:17

Muchas gracias por los enlaces José. ¡Eres un crack!

Carlos Crusade
Carlos Crusade
Lector
16 marzo, 2020 0:32

Parece que los links se han roto, pueden repararlos?