La obra empieza con una nota aclaratoria del título: Undercurrent, traducido al español significa «corriente submarina» o «contracorriente». En el diccionario definen el término como «una corriente que no es visible desde la superficie o que yace bajo otra corriente». Es muy significativa tanto la elección de ese título para la obra como esa pequeña aclaración inicial; ambas nos van indicando por donde tirará la obra: el hecho de que todo transcurra en unos baños japoneses, que la protagonista sea la dueña de estos y se dedique a cuidar de su estado, de la temperatura, la limpieza, de las corrientes en las que sus clientes se bañan. Pero es la segunda definición del diccionario la que más me dice sobre este manga: «una opinión, emoción, etc. que yace bajo un sentimiento o significado aparente». Veamos por qué.
Undercurrent es la historia de Kanae Sekiguchi, una joven algo callada y de fuerte carácter que regenta un típico sentô japonés que ha heredado de sus padres, algo así como un balneario o unos baños públicos donde la gente va a lavarse y relajarse. La historia nos presenta muy rápidamente a los personajes y nos muestra el pasado cargado de drama de Kanae: su marido, Satoru, desapareció hace unos meses sin dejar rastro; no se sabe si ha muerto o si simplemente la ha abandonado. Kanae cierra el sentô unos meses pero vuelve a abrirlo con más ganas que antes; contará además con la ayuda de un ayudante también joven cuya presencia estará cargada de peso.
La obra, partiendo de esta premisa, desarrolla el tema principal de la obra: nada es lo que parece. La protagonista, cargada de dudas por la desaparición de su marido sufre y se pregunta una y otra vez en qué consiste conocer a una persona y si de verdad ella fue capaz de introducirse en el interior de su marido, al que ahora duda haber llegado a entender. Los personajes secundarios ayudan a Kanae en su búsqueda interior, tanto para calmar la sed de conocimiento como para ayudarla a encontrar su camino. De este modo, la obra inicia una exploración hacia ese conocimiento de dos maneras: por un lado, por la vía física y superficial: su amiga Kanno le facilitará el contacto con un detective privado que la ayude a descubrir el paradero de su marido. Esta será la búsqueda que le lleve a conocer «la verdad», aquello que ocurrió, si acaso es algo que importa ya. Por otro lado, el contacto con su nuevo ayudante, Hori, le dará el apoyo que Kanae necesita para seguir adelante y para ver que hay más vida que vivir y que puede que merezca la pena.
Tal vez la obra peca un poco de superficial, de ser demasiado obvia en aquello que quiere contarnos, de querer dar un final exacto para que el lector no tenga que trabajar demasiado, pero el resultado es estupendo, realmente interesante, adictivo, capaz de conmovernos, de hacernos reír y sentir como que de verdad estamos en unos baños japoneses. Un gran manga que nos descubre a un autor al que merece la pena seguir y que es, sin duda, mi publicación favorita hasta la fecha de Milky Way Ediciones.
Parece una lectura muy agradable, este finde me lo compro junto a ‘fragmentos del mal’.
¡Espero que te gusten! Fragmentos del mal es una maravilla y Undercurrent también es muy disfrutable.