Gunnm: Alita, ángel de combate 3

 

Edición original: Gunnm Nº3 JAP
Edición nacional/ España: Planeta de Agostini
Guión: Yukito Kishiro
Dibujo: Yukito Kishiro
Formato: Tomo manga rústica de 190 páginas
Precio: 7,95€

 

Gally, en su labor de cazadora-guerrera, persigue a unos delincuentes cuando se golpea en la cabeza. A causa de ello, queda inconsciente durante un rato y, al volver en sí, está aturdida. Gracias a estos hechos se encuentra con Yûgo, un joven extrovertido y maravillado con la Ciudad flotante de Salem. Gally queda embriagada por sus sueños y fantasías. Página a página el afecto mutuo irá creciendo, pero Yûgo le ocultará un oscuro secreto…

Años antes de conocer a Gally, Yûgo vivía con su hermano y su esposa. Su hermano era un ingeniero mecánico que quería dar un futuro mejor a su familia. Con ese objetivo, diseñó un globo volador con el que poder llegar hasta Salem. Aunque su mujer le advirtió de que construir aparatos voladores está prohibido, él no cesó en su empeño de construir el artefacto. Pero, cuando el globo ya estaba terminado y la huida era inminente… la cuñada de Yûgo delató a su esposo. Aunque un cazador-guerrero acabó con la vida de su hermano, su sueño de llegar a la ciudad flotante de Salem no murió con él. Yûgo se lo llevó y lo convirtió en su única esperanza.

La muerte de su hermano, le obligó a mendigar, robar y vivir en la calle. Hasta que un día, conoció a Vector un mafioso que le prometió llevarlo a Salem por diez millones de chips. Aunque la ciudad de los desperdicios es rica en recambios mecánicos, los biológicos son muy escasos. En concreto, las médulas espinales, son los productos más cotizados. Por ello, Yûgo, como tantos otros, se dedica a engañar a cíborgs para asaltarles y arrancarles su médula. Pero, un día, sucede lo inevitable: le tienden una trampa. Zapan, uno de los secuaces de Makaku al que Gally tumba en el primer tomo, ha vuelto para buscar venganza. Para ello, pilla infraganti a Yûgo intentando robar un espinazo. A continuación, lo denuncia a las autoridades. De este modo, Yûgo pasa a ser un criminal buscado por todos los cazadores-guerreros, por tanto, también por Gally. Nuestra protagonista está ante un cruel dilema: ayudar a quien quiere, convirtiéndose en una criminal o matarle.

Pero cuando las cosas son complicadas, la solución no puede limitarse a tomar una decisión. Gally le entrega el dinero que tiene a Yûgo para que pueda huir hasta Salem, dónde nadie le busca. Pero, justo antes de ir a buscar a Vector, un cazador-guerrero encuentra a Yûgo y le deja gravemente herido. Gally, sólo tiene una opción para preservar la vida de su querido. Le corta la cabeza y la conecta a sus dispositivos vitales. De este modo, el doctor Ido le podrá otorgar un cuerpo mecánico y devolverle la vida.

Pero Zapan no conoce las triquiñuelas de Gally. Decidido a acabar con su enemiga, monta una emboscada con otros cazadores-guerreros y un dispositivo Netmen del gobierno (robot encargado de hacer cumplir la ley). El objetivo de Zapan es que el Netmen ordene la caza de Gally por ayudar a huir a Yûgo. Pero cuando localizan a Gally está lleva la cabeza de Yûgo, aparentemente, para entregarla a las autoridades. Al ver que su plan a fracasado, la furia le correo hasta intentar arrebatarle a Gally la cabeza de Yûgo, lo cual está prohibido. El Netmen ordena la detención de Zapan y, Gally aprovecha la oportunidad para acabar con él para siempre.

En el último cuarto del tomo, Gally y Yûgo van a hablar con Vector. Entonces descubren que el trato para llegar a Salem por diez millones de chips era una mentira. No existe ninguna manera de llegar hasta la ciudad flotante. El odio, la desesperación y la desesperanza embriagan a Yûgo. Ciego de dolor, se dirige hacia los cables de suministro que llegan hasta Salem. Está dispuesto a trepar hasta su único objetivo en la vida: escapar de su realidad. Pero no es un camino fácil, dado que a lo largo de los cables aparecen numerosas trampas. Finalmente, estas acabaran con su vida mientras Gally intenta salvarle.

Aunque este tomo es el más flojo de los tres que llevamos reseñados, no podemos negar que la historia de Yûgo es conmovedora y con un mensaje muy potente. Yukito Kishiro no se limita al tópico de que el dinero no lo compra todo. Va más allá y nos dice que sólo con sueños y esperanzas tampoco se puede sobrevivir. No se puede, por qué ambos pueden desaparecer y, al hacerlo, no queda nada. En cambio, el amor, la amistad, la familia son ejes que nos permiten seguir adelante; aún cuando el dinero y los sueños han desaparecido. Esta reflexión podría leerse en clave anticapitalista, dado que el dinero y los deseos (aquello que el dinero compra) son los dos engranajes que posibilitan el mercado. Pero cuando desaparecen, Yûgo enloquece y sólo encuentra una solución: inmolarse.