#ZNSeries – Fear The Walking Dead. Primeras impresiones

 

Género: Terror
Creador: Robert Kirkman y Dave Erickson
Reparto: Kim Dickens, Cliff Curtis, Frank Dillane, Alycia Debnam-Carey, Elizabeth Rodriguez, Mercedes Mason, Lorenzo James Henrie, Rubén Blades
Producción: Producción: AMC Studios, Circle of Confusion y Valhalla Entertainment
Canal: AMC
País: Estados Unidos

 

El debut de Fear The Walking Dead, el spin-off precuela de la serie de televisión de The Walking Dead, basada como ya todo el mundo debería saber en el popular cómic de Robert Kirkman, Tony Moore y Charlie Adlard, se ha convertido en el estreno más visto de la historia de la televisión por cable en Estados Unidos. El primer episodio de la cabecera del canal AMC congregó esta semana frente a la pequeña pantalla a la nada desdeñable cifra de más de 10 millones de espectadores, una epidemia que ha tenido su correspondiente réplica en nuestro país al conseguir ser la tercera emisión más vista del pasado lunes en AMC España. Todo un golpe sobre la mesa. La palabra éxito se empieza a quedar muy pequeña para un fenómeno que no parece querer dejar de crecer, uno que ha acabado superando el marco de referencia original de la viñeta para encontrar su propio camino en la caja tonta. Para muchos guionistas y autores de cómic Robert Kirkman se ha convertido en su mejor interpretación de «un autor hecho a sí mismo», alguien que ha triunfado en el medio y al mismo tiempo ha sabido vender y hacer negocio con su producto llamando a las puertas correctas. Porque hoy en día el éxito de un cómics se mide por su formato, por su capacidad de adaptación a otros medios, por audiencias y no tanto por lectores. El creador de Invencible, Ladrón de Ladrones o la más reciente Outcast, de la que ya hemos visto los primeros pasos de su adaptación a la pequeña pantalla, ha sido de hecho el encargado de desarrollar el concepto de Fear The Walking Dead en colaboración con Dave Erickson que hará de showrunner de esta primera temporada de la serie compuesta por seis únicos capítulos.

En una entrevista concedida a Comic Book Resources, Robert Kirkman ha asegurado que Fear The Walking Dead no será las «sobras ni versiones alternativas» de The Walking Dead sino una historia independiente que nos ofrecerá una perspectiva diferente del conflicto, con nuevas localizaciones y personajes. En lo personal para el guionista estadounidense es un reto pues quiere comprobar si con los años pasados y la experiencia ganada puede «crear algo mejor o más excepcional». La acción se traslada ahora a Los Ángeles para centrarse en la relación del profesor de literatura divorciado Travis Manawa, al que su hijo Chris no ha perdonado abandonar a su madre, y la consejera de orientación estudiantil Madison Clark, madre soltera que intenta lidiar con los problemas de adicción a las drogas de su hijo Nick y la errática actitud de su hija Alicia. Todas estas preocupaciones irán pasando a un segundo plano cuando se empiecen a filtrar noticias sobre un extraño virus que ha comenzado a afectar a algunas personas a lo largo de todo el territorio estadounidense volviéndolas violentas y peligrosas para el resto del mundo. El episodio piloto está escrito por Robert Kirkman y Dave Erickson y dirigido por Adam Davidson que no es precisamente un novato en estas lides pues ya ha trabajado en reconocidas cabeceras como True Blood, Community, Perdidos, Anatomía de Grey, Dos metros bajo tierra o Fringe.

En el reparto tenemos a un par de veteranos como el neozelandés Cliff Curtis, recientemente visto en la serie Missing al lado de Ashley Judd y Sean Bean, y la actriz estadounidense Kim Dickens que en los últimos años se ha dejado ver en series como Treme, Sons of Anarchy o House of Cards. Les arropan un grupo de jóvenes intérpretes como son el británico Frank Dillane, la australiana Alycia Debnam-Carey o Lorenzo James Henrie. La historia incide pues en el concepto de familia disfuncional y moderna de una manera más directa a lo que hemos visto en The Walking Dead para mostrarnos en un futuro, o eso debemos suponer, como ésta se transforma en la mejor herramienta para sobrevivir al fin del mundo. El problema de Fear The Walking Dead, al menos el podemos achacar a su episodio piloto, es el escaso interés que despiertan los integrantes de este nuevo núcleo familiar y el resto de secundarios que lo rodean. El contarnos el origen de la epidemia era lo que podía atraernos de este proyecto, algo que en The Walking Dead, tanto en el cómic como en la serie de televisión, se nos ha negado siguiendo la tradición de las producciones del género que buscan más el paralelismo y la metáfora social que el ofrecernos respuestas. Pero en esta nueva historia solo percibimos un cambio de fichas y cromos, un reset que nos devuelve al principio simplemente para seguir manteniendo las mismas reglas del juego.

En este sentido, las novedades son puramente estéticas, The Walking Dead nos situaba unos meses después del inicio del conflicto, con la civilización ya en estado de suspensión, pero Fear The Walking Dead no parece interesada en explorar es hueco, solo reincidir en esquema de los huevos de oro. Todo se centra en la familia protagonista, de una manera tan opresiva, claustrofóbica y, sobre todo, tediosa, que los detalles sobre el hundimiento de la civilización brillan por su ausencia. De la misma manera que pasa en The Walking Dead los responsables de este spin-off tienen serios problemas para lograr dotar de un mínimo de carisma a la trama y a muchos de sus personajes. En la serie protagonizada por Andrew Lincoln y compañía se nota como la historia gana en tensión y ritmo para volver a caer en el hastío cuando tiene que aportar material de su propia cosecha y lidiar con la cotidianidad y transiciones del relato. Esa última sensación nos deja ya en su episodio piloto Fear The Walking Dead y no es precisamente una buena señal si tenemos en cuenta que en este caso no hay un cómic que sirva de red de seguridad para los momentos clave. Está claro que la apuesta de AMC merece un margen de confianza, ver como evoluciona en sus primeros capítulos y como se acaba asentando, aunque toparse ya con los mismos vicios y pecados de su hermana mayor a las primeras de cambio no es un buen augurio.

La pretendida evolución psicológica de los personajes del universo The Walking Dead ya la hemos visto, de forma algo errática y normalmente sin acercarse a la punzante narrativa de los cómics, durante cinco temporadas en la serie madre, no nos aporta nada el ver como este nuevo grupo se adapta a la situación. Lo que promete, o prometía Fear The Walking Dead, era el convertirnos en espectadores del origen del mal y el hundimiento de la civilización. Pero, como decíamos, el capítulo piloto no apunta en esa dirección, nos escatima información en la mejor tradición de Perdidos, no vemos un enfoque que nos haga interesarnos por lo que está pasando y menos por el melodrama familiar que plantea la historia. La localización en Los Ángeles debería ser en sí misma un elemento para aprovecharse de la tensión del relato pero, por contra, sus responsables prefieren apartar el conflicto de la vista pública y relegarlo a edificios abandonados, zonas apartadas y las pantallas de los móviles. En definitiva, más de lo mismo, con menos zombies, menos acción y personajes más estereotipados, prohibitiva para los que ya no conectaban con la original The Walking Dead y, posiblemente, una decepción para el resto. Pero es bien sabido lo difícil que es construir un fin del mundo por lo que tendremos que resignarnos y ser algo pacientes para comprobar si las malas vibraciones y perspectivas se acaban por materializar.