Edición original: Aâma vol. 1: L’odeur de la poussière chaude (octubre de 2011) y Aâma vol. 2: La multitude invisible (octubre de 2012); Gallimard.
Edición nacional/ España: Diciembre 2011 y diciembre 2012, Astiberri Ediciones (Colección Sillón Orejero).
Guion, dibujo, entintado y color: Frederik Peeters.
Formato: Álbum de 88 págs. encuadernado en cartoné.
Precio: 20 €.
Frederik Peeters regresa a la ciencia ficción. Y la vida es mejor sólo por eso.
Desde una perspectiva totalmente personal, Peeters es para mí una de las razones por las que la vida adquiere sentido. De veras. Este tipo de autores justifica la existencia de la humanidad y la salva del armaggedon. No exagero. O quizá sí. Pero es un hecho que saber que este mes se edita un nuevo tebeo del autor suizo, me da fuerzas para levantarme por las mañanas. Un autor tan joven, que en el plazo de poco más de seis años haya logrado una obra como la suya, apabulla cuanto menos. Y es que la calidad de sus títulos abruma: desde la emotiva y redonda Píldoras Azules hasta experimentos como Castillo de Arena; o cimentando su talento con obras como el mastodóntico Lupus y su no menos genial –aunque los guiones sean de otro- R.G. Echo una mirada a la balda de mi biblioteca donde descansan estos volúmenes y me dan ganas de buscarle horas al día para releerlos, para deleitarme con sus páginas, en esos tomos tan bien editados por Astiberri y Dibbuks. Y es que estos halagos son pocos, de veras. Y si no probad, prestadle –o regaladle, qué demonios- un ejemplar de Píldoras Azules a cualquier lector con gusto, aunque no hayan cogido un tebeo en su vida, y veréis como vuelven a por más.
¿Cómo se consigue esto? Con montañas de talento. Del auténtico y genuino, como ya habréis podido deducir. El suizo, con el freno de mano puesto, sin aspavientos, sin untuosidades, con mucha humildad, logra hablar en su obra de conceptos humanos de difícil expresión; desde la soledad hasta las consecuencias de las relaciones personales; del amor y del humor hasta sobre el sentido de la vida. Sí, el sentido de la vida, sin llegar a caer en el tedio, pero sobretodo, sin perogrulladas, respetando el gusto y el intelecto del lector, a través de matices, de retazos sutiles y de un dominio del diálogo y la puesta en escena de un maestro dramaturgo. Cada frase está en su sitio, igual que cada silencio, cada viñeta. Y por si esto fuera poco, es un dibujante excelente, capaz de crear mundos imposibles de ciencia ficción, pero de generar estampas de total cotidianeidad con toda soltura. A esto se le suma un capacidad casi inaudita para crear, desde una perspectiva de lejana base caricaturesca, unos rostros del todo expresivos, siempre reconocibles, únicos, cuya naturalidad y humanidad sobrecogen, como si estuvieran a punto de saltar de la viñeta a tu sofá. Vamos, que he estado a punto de la lágrima leyendo sus tebeos –algo parecido me pasa con Taniguchi, pero eso es otra historia-.
¿Tenía algo más que contar en un entorno de fanta-ciencia el bueno de Peeters, después del sublime Lupus? Pues parece que sí. Y esta vez, desde una perspectiva más lúdica, más divertida si cabe, con unos pilares bien puestos en el género de aventuras. Aunque esta vez el motor de la obra se impulse bajo la premisa de un padre que ha perdido la custodia de su hija, el espectáculo está garantizado a través de la visualización de un mundo futuro, donde los viajes interestelares son realidad y la misma realidad es aumentada por la bioingeniería. En medio de todo esto, el viaje inesperado hasta un planeta en los confines del cosmos en busca, desde una perspectiva totalmente accidental para nuestro protagonista, de una sustancia artificial –el aama del título- con la supuesta capacidad de hacer brotar la vida por doquier. Y ambas premisas, aunque parezca inverosímil, están relacionadas.
Este es el caldo de cultivo –nunca mejor dicho- de la nueva obra del dibujante de Koma y en ella, como era de esperar, regresamos al análisis de constantes en su bibliografía. Volvemos a disfrutar aquí de su eficaz uso de las estructuras temporales, narrando la historia desde diversos flashbacks que se entrecruzan, que se lían, se deslían, explican y siembran nuevas dudas, forzando al lector a pasar página con voracidad. Con pinceladas de ingenio, los personajes vuelven a ser cercanos, humanos, con filias, fobias, rasgos discernibles y necesidades realistas, verosímiles dentro de entornos que aún lejanos e imposibles, parecen tan cercanos como la acera que pisas. Mención especial para los secundarios, definidos, con facetas, con personalidades que los convierten en algo más que meros monigotes que hagan avanzar la acción. Y aplauso atronador para ese robot multiservicial de aptitudes sobrehumanas, de nombre Churchill, un cruce entre Chewbacca y un gorila. Casi todas las escenas de acción tienen su nombre. Y Peeters se luce aquí con una plasticidad sobrecogedora en el dibujo de las mismas.
Efectivamente, estamos ante uno de los mejores tebeos del año, de esos que buscaré tiempo para releer en el futuro. Si el cielo no cae antes sobre nuestras cabezas.
De veras que si no te he convencido para pillar este tebeo, ¡no me queda sangre en las venas!
animaos, realmente merece la pena, 40 euros bien invertidos. aunque yo prefiero lupus
Pues sí que tiene pintaza, la verdad, pero 20 euros por 88 páginas, es decir, 40 por las 176 que reseñas, no se pueden pagar. Al menos no hoy en día.
Gracias por ponernos la miel en los labios anyway, Raúl.
En efecto, más Peeters, por favor. Aún no me pillé el 2 por ese sutil detalle de que estamos en navidad y no-tengo-un-duro… lo cual es normal en mí, vivir a salto de mata y tal, pero jode en estas fechas en las que salen un montón de cómics cojonudos y aún encima hay que hacer regalos. En fin…
Ganas mil.
Y no sé si prefiero Lupus o Aama. Lupus es una obra finalizada que puedo valorar en conjunto. Con Aama todo está por ver aún.
Yo esperare a que salga el integral a 30/35 euros jejeje Me llama la atencion y eso, pero viendo el precio y que aun tengo un montonazo de cosas por comprar pues no me corre prisa.