Ni Afro Luffy tenía tanto poder
«Así que está muerto… Tal es el destino de quienes viven por la espada.»
Más de un decenio ha pasado desde que esta serie aterrizó con furioso poderío entre el público español. Ya era un público curtido con Vagabond, Samurai Shamploo y Kenshin al que se le sumó esta maravilla japoafroamericana. Famosa la serie por haber sido producida y protagonizada por Samuel L. Jackson, a coste de un millón de dólares por capítulo, no dejó indiferente a nadie por su trama de venganza y lo gore de su animación.
Con la figura histórica del samurai africano Yasuke como punto de referencia, junto a su pasado como esclavo y posterior samurai a las órdenes de Nobunaga Oda, da nacimiento a un personaje carismático a la par que brutal. Aunque la historia esté basada en un personaje real, los escenarios y la trama vuelan por la imaginación del autor de forma fantástica. La historia parte con el joven Afro presenciando la muerte de su padre a manos de un pistolero (muy americano todo) quien se hace con la banda del más fuerte del mundo. Afro jura dar caza a este hombre, cueste lo que cueste y sacrifique lo que sea necesario sacrificar.
Donde el nombre de huracán humano de Trigun era consecuencia de la avaricia del mundo que rodeaba a Vash y que la atraía este personaje que intentaba a la desesperada salvar a cuanto le rodeaba y atesora, Afro usará todo en pos de cumplir su venganza. Es la encarnación de la venganza y del dicho “ojo por ojo y el mundo acabará ciego”, un destino que ya le auguraba su maestro, para que al final, spoiler, sea todo en vano. Una mera cinta blanca con el número 1 por la que sacrificó hogar, amor, familia, amigos e incluso su propia existencia. Es una obra que clama venganza en todos sus capítulos, reflejando lo que es capaz de consumir este sentimiento a la vez que muestra lo ponzoñoso y visceral que llega a ser para corromper a todo el que queda vivo tras el paso de Afro.
También hay una nota disonante de heroísmo en toda la historia, pues el protagonista se mantiene estoico a su decisión en todo momento. Un reflejo samurái de nobleza y determinación máxima que hace que no terminemos de clasificar al protagonista como un villano, sino que empaticemos hasta cierto punto con su sed de venganza pese a que renuncie a vidas humanas sea cual sea su condición, y poco le importa que sea un niño, una mujer herida o el cabrón más duro del oeste este.
La nueva edición de Panini está orientada para parecerse más si cabe a la línea de cómics occidental, ayudado en parte por ese color rojo que impregna las páginas de batallas sangrientas al puro estilo Sin City. Es un punto en su favor las páginas más apaisadas e integrar los dos tomos en una edición completa. Si algo he de decir en su contra es que las escenas de batalla están saturadas de trazos y sombreados, dificultando el seguir la dinámica de las batallas sobre todo en las viñetas de menor tamaño. Eso sí, al Afro lo que es del Afro, en las splash pages y viñetas grandes la contundencia es abrumadora, con unas perspectivas de vértigo que dan a los personajes ese aura de ser la p*** ostia. Se me sube la adrenalina perdón.
Teniendo el tomo sentido de lectura occidental, bocadillos apaisados como acostumbra el cómic en lugar de los verticales del manga, y que algo de color empapa sus viñetas (jeje), Afro Samurai se vuelve una buena recomendación para los no iniciados en el mundillo. Bebe mucho del estilo americano y su tempo, con una mezcla de mundos antiguo y moderno junto a tecnología bélica y artes marciales. La serie de animación ya fue famosa en su época y atrajo a bastante público, y si ahora quieres una vuelta de tuerca más, cárdate el pelo a tope y ponte la cinta hachimaki para leer esta maravilla atemporal.
Lo mejor
• Es una serie completa, llena de acción frenética y personajes entrañables hasta el tuétano.
• Atemporal y sin fronteras, recomendadísima sea cual sea tu demografía predilecta.
Lo peor
• Las escenas de batalla están muy saturadas haciendo más difícil seguir su flujo.
Guión - 8
Dibujo - 8.8
Interés - 8.8
8.5
Afrodisíaco
Katanas, armas de fuego, sutras, rap, templos y rascacielos... lo pasado y lo moderno siempre cubierto por los mismos sentimientos. El deseo de venganza que un personaje tan atípico en el mundo del manga ha llevado el frenesí de la batalla a otro nivel. Un imprescindible donde los haya, sea en manga, anime o película.