El primer tomo de
El tomo editado por Dolmen agrupa las tiras diarias de la serie comprendidas entre el 30 de enero de 1967 hasta el 12 de octubre de 1968. Se trata del período inicial de la colaboración de Goodwin y Williamson al frente de la strip, una etapa que duraría más de 13 años.
La serie Secret Agent X9, y luego Secret Agent Corrigan, empezó su publicación el 22 de enero de 1934 y duró hasta el 10 de febrero de 1996; más de 62 años. Fue creada por el escritor de novela negra Dashiell Hammett por encargo de la King Features Syndicate que quería competir en este género con el Dick Tracy de Chester Gould. Para dibujarla contrataron a un artista emergente llamado Alex Raymond que acababa de estrenar para la misma agencia una página dominical con dos series; Flash Gordon era la principal y Jungle Jim la secundaria o topper.
El agente secreto X9, años más tarde bautizado como Phil Corrigan, es un personaje misterioso que apareció de la nada para ayudar a un magnate en apuros. Es un investigador misterioso que trabaja para una misteriosa agencia que se dedica a desarticular peligrosas bandas de criminales y a desmontar complots diversos. A medida que la serie fue avanzando y a medida que su creador literario, Dashiell Hammett fue perdiendo el control, Dexter – un nombre falso que usó durante un tiempo nuestro agente secreto – empezó a colaborar con la agencia gubernamental F.B.I. y pasó a ser un hombre del gobierno. Una década más tarde, Mel Graff le otorgó una identidad definitiva, la de Phil Corrigan y lo casó con Wilda, una de sus múltiples compañeras de aventuras.
En este estado lo heredan Goodwin y Williamson que paulatinamente lo van transformando, de un policía ordenado y eficaz a un aventurero atrevido y viajero. Es la enésima transformación del agente X9 y no será la última.
Este tomo comprende las siguientes historias:
Operación: Marina Vladesky
Muerte en el Caribe
Sangre por una llave
Lavado de cerebro
Una joya para un chantaje
Contrabando de armas
Infierno en Eagle End
y Filtración de documentos
Archie Goodwin (1937-1998) construye historias no muy extensas, donde el protagonista se mueve por escenarios tan diversos como el Oriente Medio, las cordilleras suizas, islas caribeñas o lugares como Nueva York, Miami y el interior de los Estados Unidos. Las tramas no son muy originales y están resueltas con profusión de tópicos y desenlaces acelerados pero se respira un tono más aventurero, más cercano a las aventuras británicas de James Bond y Modesty Blaise. Con algo de maldad, podemos reconocer en la trama de la historia titulada Lavado de cerebro un punto de partida muy similar a una historia titulada The Gabriel Set-Up, escrita por Peter O’Donnell para la serie Modesty Blaise unos 3 años antes. Y además está resuelta de una manera mucho menos brillante.
Capítulo aparte merece el tratamiento de la vida privada del protagonista que se debate torpemente entre la tendencia familiar, heredada de las etapas anteriores, y la querencia de los autores en convertir al agente en un imán para las atractivas jóvenes, como era de recibo en aquella época. La tensión la resolverán los autores divorciando al personaje en los años posteriores y otorgándole así un estatus de galán maduro y disponible.
En el apartado artístico es donde esta etapa de la serie da su mejor perfil. Al Williamson (1931-2010) se fija de manera obsesiva en el trabajo de Alex Raymond para fijar su propio estilo. El dibujante une dos series como Jungle Jim y Rip Kirby para crear un producto elegante y al mismo tiempo barroco. La primera encarnación de Phil Corrigan a cargo de Williamson recuerda poderosamente a Jim Bradley, el aventurero creado por Raymond que vivía sus aventuras en el sudoeste asiático y que complementaba la página dominical de Flash Gordon. En cambio, la estructura de la tira y la utilización de material fotográfico para retratar a los personajes recuerdan poderosamente a las tiras diarias de Rip Kirby, la maravillosa strip que Raymond realizó tras la Segunda Guerra Mundial hasta su muerte en 1956.
En las primeras tiras de este volumen, podemos apreciar que Al Williamson intenta realizar una transición suave entre los estilos de dibujo por lo que las dailies presentan un aspecto similar al modo de trabajar de Bob Lubbers, que se encargó de la serie los años anteriores. Predominan los fondos y las masas confeccionados con tramas mecánicas, las sombras invaden las viñetas y los rostros son algo caricaturescos. Sin embargo al finalizar la segunda semana ya empezamos a vislumbrar el característico arte de Williamson, donde el trazo se vuelve protagonista, los personajes se mueven de manera elegante y teatral y los rostros adquieren una precisión fotográfica.
El resultado final es un trabajo singular donde poco a poco va primando la espectacularidad frente al rigor narrativo, en un equilibrio precario entre manierismo y eficacia que se irá afianzando durante los primeros años pero que a partir de la segunda mitad de los 70 se decantará hacia un postureo insoportable y estéril, que acabará comprometiendo de manera irremediable el interés de la serie hasta convertirla en algo aburrido y vulgar.
Pero en estos primeros años encontramos historias interesantes como Una joya para un chantaje o Infierno en Eagle End que son un preludio de lo que serán los mejores momentos de esta etapa.
Historia de la serie
La daily strip nace el 22 de enero de 1934 y hasta el 20 de abril del 1935 es realizada por Dashiell Hammett y Alex Raymond. En esta etapa las historias tuvieron la intervención decisiva de escritores del syndicate e incluso del propio Raymond. La serie nunca tuvo página dominical (sunday page) a color por lo que siempre fue publicada en blanco y negro.
Del 22 de abril del 1935 hasta 23 de septiembre de 1935 la responsabilidad recae en Alex Raymond, con la ayuda puntual de Don Moore en los guiones y Allen Dean y Austin Briggs en el arte.
Del 24 de septiembre al 16 de noviembre de 1935 la serie cuenta con los guiones de Leslie Charteris y el dibujo de Alex Raymond. Esta última fecha es la despedida de Raymond tras casi dos años a cargo del arte y mucho más.
Del 18 de noviembre de 1935 al 31 de octubre de 1936 la serie está producida por Leslie Charteris y Charles Flanders.
Del 02 de noviembre de 1936 al 09 de abril de 1938 la serie es realizada por Charles Flanders con la ayuda de varios escritores desconocidos bajo el seudónimo de Robert Storm.
Nicholas Afonsky se ocupa de dibujar el personaje del durante la mayoría del año 1938. Concretamente del 11 de abril al 05 de noviembre de 1938.
Austin Briggs vuelve a darle vida a la strip con un estilo elegante, atractivo y audaz del 07 de noviembre de 1938 al 11 de mayo de 1940
Mel Graff fue el artista más longevo en la serie empezando su colaboración en el 13 de mayo de 1940 hasta el 12 de marzo de 1960. Con colaboraciones esporádicas pero importantes de Paul Norris, E.E. Hibbard o George Gregory. Además, Graff empezó a escribir los guiones a partir de 1942 dando por finalizada la etapa de Robert Storm como pseudónimos de múltiples escritores anónimos.
Bob Lubbers (al principio con el seudónimo de Bob Lewis) realizo la serie durante unos seis años, concretamente del 14 de marzo de 1960 al 28 de enero del 1967.
Archie Goodwin y Al Williamson se encargaron de la strip del 30 de enero de 1967 al 02 de febrero del 1980. Es la etapa que inaugura este tomo que estamos comentando. Williamson tuvo numerosas ayudas entre las que destacan las de Stanley Pitt, que se encargó durante once semanas del dibujo de la serie en 1972, Gray Morrow, Alden McWilliams, George Evans o el mismísimo Neal Adams que podemos verlo actuar en este tomo en las tiras comprendidas entre el 14 y el 19 de agosto de 1937, secuencia que corresponde a una semana entera.
Y finalmente George Evans realizó la etapa final de la serie, concretamente del 04 febrero de 1980 al 10 de febrero de 1996, cuando se clausuró definitivamente tras más de 62 años de camaleónica existencia.
Hubo además un breve paso del personaje por los comic books a color. En concreto se publicaron 5 historias de 5 páginas en la revista Flash Gordon del 4 al 8, editados en 1967 por la editorial King Comics. El primer episodio está escrito por Archie Goodwin y dibujado por Al Williamson, del resto se desconoce su autoría aunque se especula que algún episodio contara con el arte de Frank Springer y otro con el guion de Gary Pole.
La edición de este primer volumen a cargo de Dolmen Editorial es correcta. Las tiras están bien reproducidas – salvo algunas viñetas de las primeras dailies pero es un defecto que también encontramos en las ediciones norteamericanas – , el papel es bueno y el tamaño suficiente para apreciar el arte de Williamson. Adolece de mejores textos introductorios y el precio no es excesivo, pero tampoco barato.
Estamos pues ante una de las encarnaciones más interesantes del agente secreto X9. Una etapa que, con todos sus excesos y con todos sus defectos, volvió a situar al personaje en la primera línea de las preferencias de los aficionados a las strips norteamericanas. Supuso además la revitalización definitiva antes de su lenta e irremediable decadencia. El agente secreto X9 inicia en este tomo un camino que le llevará a vivir sus últimas aventuras interesantes. Como el medio que le cobija, en los años 80 Phil Corrigan entrará en su ocaso definitivo, mientras tanto Goodwin y Williamson le darán durante unos años al personaje su última encarnación atractiva.
No estaría de más que Dolmen, o cualquier otra editorial, se plantease recuperar etapas anteriores de la serie, igual o más interesantes que esta. Pienso en la corta pero intensa etapa de Austin Briggs y sobre todo en las dos décadas en las que estuvo a cargo de la tira el discreto pero brillante Mel Graff.
El camaleónico agente secreto X9 nos tiene reservadas algunas sorpresas más.
Salut!
Guión - 7
Dibujo - 8
Interés - 8
7.7
Notable
Una tira a medio camino entre el clasicismo y la exageración
Qué bueno es Al Williamson. Tengo cierta debilidad por este dibujante como demuestra mi avatar, no?
Discrepo dibujo 10 magistral.
Antes de publicar a otros autores, vamos a ver que tal responde la gente a esta etapa magnifica de Williamson.¡Ojalá! puedan editar toda su etapa.