AIDP 26: El reino de la Llama Negra

 

Edición original: B.P.R.D: Hell on earth #’s 115-119 USA (Dark Horse Comics).
Edición nacional/ España: Norma Editorial.
Guión: Mike Mignola, John Arcudi.
Dibujo: James Harren.
Color: Dave Stewart.
Formato: Libro rústica, 144 páginas.
Precio:17,50 €.

 

Que el universo ficticio creado por Mike Mignola para que fuese habitado por su Hellboy ha crecido hasta convertirse en algo incluso más interesante que aquello para la que fue concebido es una verdad comúnmente aceptada entre nosotros los lectores de cómics. Que ese crecimiento y evolución ha sido en gran medida orquestado por el nunca suficientemente valorado John Arcudi desde las páginas de AIDP también es algo que pocos entran a cuestionar. Sí, tenemos también magníficos títulos como Bogavante Johnson, Abe Sapien, Sledgehammer 44 o Witchfinder, pero sin duda la serie dedicada a contar las andanzas de la Agencia para la Defensa e Investigación Paranormal es la que se ha convertido en central para ese llamado Mignolaverso, trascendiendo la categoría de mero spin-off de Hellboy en el que albergar historias de sus secundarios para la que fue originalmente concebida.

Se ha dicho en no pocas ocasiones que estamos ante una de las mejores series continuadas de protagonismo coral que podemos encontrarnos en el mercado. Y efectivamente los valores de AIDP: El infierno en la Tierra son rotundos incluso si lo enclavamos dentro del género superheroico, etiqueta que siempre es complicado acabar de asignarle aunque juegue con sus convenciones mucho más de lo que parece a simple a vista. Y sin embargo, da la impresión de que no se habla lo suficiente de ella, de que tiene sus seguidores incondicionales, pero que no se le presta la suficiente atención. Por tanto, es necesario cada cierto tiempo dar un toque avisando de lo que muchos se están perdiendo, y la verdad, el tomo del que vamos a hablar hoy nos pinta la ocasión perfecta para ello. Y es que a pesar de ser continuación y consecuencia directa de los acontecimientos que se ha ido produciendo a lo largo de la colección, El Reino de la Llama Negra contiene suficientes virtudes como para que alguien que no haya abordado jamás la lectura de AIDP disfrute con su lectura hasta el punto de que se plantee en qué cómics se ha estado gastando su dinero durante los últimos años.

La resurrección del villano conocido como la Llama Negra ha tenido como consecuencia que él y sus monstruosas hordas y secuaces de la corporación ZinCo se hayan hecho con el dominio absoluto de la ciudad de Nueva York. No se tiene ningún contacto con la gran manzana desde hace tiempo, y lo que sucede en sus calles y con sus habitantes es un escandaloso misterio que la AIDP ha decidido por fin resolver, aunque con la prudencia necesaria. Aliándose con su equivalente ruso, la agencia va a enviar a dos comandos a la ciudad que nunca duerme para averiguar qué es exactamente lo que allí está pasando y volver sin realizar actuación ninguna para definir cuidadosamente el futuro curso de actuación en función de la información recogida. Pero el horror que asola las calles de Nueva York impelerá a Liz Sherman, Johann Kraus y compañía a combatir al casi todopoderoso villano y a sus seguidores.

El guion de Arcudi y Mignola nos introduce en un paisaje dantesco, no solo por las lovecraftianas pesadillas que lo pueblan, sino por lo que atisbamos de cómo ha afectado a la gente de a pie este dominio de lo infernal. Las escenas en los campos de cultivo, o la de Prospect Park resultan realmente escalofriantes y consiguen llegarnos como lectores. Por otro lado la acción está maravillosamente bien distribuida, tanto la relativa a escaramuzas urbanas entre los comandos y los monstruosos amos de las calles neoyorkinas (atención a ese Lobezno llamado Agente Howards) como las realmente impresionantes viñetas del combate entre Liz Sherman y la Llama Negra. Una auténtica lección de cómo plantear una desesperada y épica lucha a una escala cuasi divina de la que deberían tomar nota mucho escribas del actual panorama superheroico. Por las dimensiones de ése asunto es fácil pensar en Dragon Ball, Man of Steel o Matrix Revolutions, pero hay un saber hace aquí que eclipsa al de estas obras utilizando ése mismo sentido del espectáculo.

Tampoco queda en el tintero la interacción entre personajes o el pararse un momento a reflejar sus reacciones ante las vivencias que están experimentando. Especialmente interesante resulta Iosiv, aparentemente rudo y monstruoso soldado ruso, que sin embargo rebosa humanidad y conmovedora amistad para con sus compañeros.

En la parte visual, James Harren realiza un trabajo soberbio, no solo en estrictamente el dibujo, sino en la narrativa, administrando las viñetas con maestría, siempre con el objetivo en mente de llegar de un modo u otro al lector, y no solo de realizar el trámite de plasmar el libreto que le han encargado como otros muchos hacen. El trabajo al color que Dave Stewart aplica sobre sus lápices es simplemente magnífico, dándonos la impresión final con todo lo dicho de que estamos ante una obra que, siendo de un gajo de una serie abierta, resulta redonda.

Los acontecimientos narrados en este tomo quedan lejos de haber cerrado la historia que plantean, la cual todavía colea y está recorriendo una gigantesca recta final que actualmente está marcando la publicación de la serie en USA. Y me resulta complicado recomendar todavía más enfáticamente que compren ya su billete para esta fascinante y maravillosa atracción, a medio camino entre el tren del terror y la montaña rusa, que tienen ustedes en lo que aguarda por delante en la cabecera de AIDP.