Alack Sinner

La evolución estilística y temática que Alack Sinner experimenta durante sus más de tres décadas de existencia es la que marca la evolución del género negro. El cómic moderno no se entiende sin esta serie de Carlos Sampayo y José Muñoz.

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Edición nacional/ España: Salamandra. 2017
Guion: Carlos Sampayo
Dibujo: José Muñoz
Formato: Rústica, 704 págs.
Precio: 39€

 

El mundo de Sinner es como la síntesis del mundo de todos, por eso la falta de alternativa es mayor”. Lo decía Carlos Sampayo a Laura Cepeda en una entrevista de 1977 en la revista Totem. Y es que el guionista de Alack Sinner tenía muy claro desde el inicio que su serie era un espejo, algo deformado y por esto más exacto, de la civilización occidental de finales del siglo XX y principios de éste.

En 1975 dos emigrantes argentinos, el guionista Carlos Sampayo y el dibujante José Muñoz, crearon desde Barcelona y para el mercado europeo de revistas de cómics una serie con la que cambiarían el mundo, no exactamente como ellos lo hubieran querido pero lo cambiaron.

La serie negra era un recuerdo del pasado. Los grandes autores de los 30 y 40 como Raymond Chandler, Dashiell Hammett o Jim Thompson no habían tenido un relevo a la altura; sólo Ross MacDonald aportaba algo nuevo y contemporáneo al género. En el cine se sucedían los homenajes trasnochados – llenos de gabardinas, humo y whisky barato – con las parodias crueles y sin sentido. Y en el comic se vivía una orgía americana de héroes con mallas o un destape europeo disfrazado de ciencia ficción y casi todos se olvidaban completamente del relato crítico y criminal.

Pero de repente surgió una nueva generación que vio en el género negro el vehículo ideal para exponer las miserias y desigualdades de su entorno y sin olvidarse de los dramas personales y sociales que crean. Eran, entre otros, Lawrence Block en literatura, Martin Scorsese o Francis Ford Coppola en cine y Carlos Sampayo con José Muñoz en el tebeo. A parte de la componente criminal y social, la nueva generación se fijó mucho más en el drama humano, en el aspecto shakesperiano de la existencia, en definitiva, en las personas que hay detrás de cada suceso delictivo. Y también se centraron en la componente ideológica y política del crimen. Como todo suceso que sucede en comunidad, el crimen, su represión y sus causas forman parte del conflicto entre los modelos de sociedad. La participantes de la lucha de poder y los interés económicos e ideológicos utilizan el entorno criminal para afirmar sus posiciones. Nadie es neutral y normalmente nadie es inocente.

Alack Sinner es en este aspecto modélica ya que parte de la ortodoxia de género para adentrarse poco a poco en una indefinición argumental que subraya la descripción de las relaciones afectivas, el análisis de los conflictos existenciales que todos vivimos y padecemos y la denuncia de la perversión del sistema para favorecer a los poderosos. Pero siempre desde la distancia, el protagonista y los demás personajes no dominan el entorno, no ven el dibujo completo de la situación son meros peones de un juego cruel y que avanza ciegamente hacia un destino desconocido.

En la misma entrevista dice Sampayo sobre su personaje: “No es un héroe-antihéroe como los que ahora están de moda. Alack no lucha, tiene una rabia impotente que existe en su ambiente y que no puede transformar o canalizar (…) No es un reaccionario pero tampoco un revolucionario, se da cuenta de las cosas pero no ha pensado en una solución: no elige”.

En la trayectoria de la serie que dura del 1975 hasta el 2006, podemos distinguir tres grandes ciclos o arcos argumentales. El primero comprende desde la historia inicial, El caso Webster, hasta Chispas incluyendo la precuela Conversando con Joe y lo podríamos bautizar como la etapa de género negro puro. Destacan poderosamente dos historias que son un ejemplo de este período: El caso Fillmore y Él, cuya bondad es infinita. Duras, secas y magistrales. El segundo tramo está más enfocado al análisis político y social, abarca desde Constancio y Manolo a Nicaragua, con la extensa y dramática historia titulada Encuentros y reencuentros como excelso paradigma. Y finalmente tenemos un tercer segmento mucho más filosófico y humanista que se extiende desde Norteamericanos hasta El caso USA.

Paralelamente a la evolución argumental existe una profunda evolución artística en el arte de José Muñoz para la serie. Una evolución que parte de las enseñanzas de Noel Sickles y Milton Caniff, pasadas por el tamiz genial de Alberto Breccia y Hugo Pratt para finalmente enriquecerse con las aportaciones de maestros del expresionismo figurativo como Hieronymus Bosch, George Grosz y Otto Dix como ejemplos.

En Alack Sinner el entorno urbano está vivo, las calles están repletas de personajes pesadillescos definidos hasta sus últimas consecuencias por el pincel prodigioso de Muñoz. En los locales se respira humo, sudor, alcohol y jazz y en las habitaciones se acumulan libros, polvo, sábanas y decepciones.

En el episodio titulado Constancio y Manolo, un confuso Alack Sinner reflexiona sobre su papel de detective. Conoce la identidad de un asesino y al mismo tiempo comprende sus razones “La ley me ha concedido una licencia, lo que implica que debo respetarla, que soy su esclavo… que debo colaborar con lo que se conoce como “justicia”. Aunque sé que, la mayoría de las veces, de justicia sólo tiene el nombre”. El asesino muere antes que Sinner lo denuncie no sin antes explicarle que lo hizo para poder morir en paz “…no es que ellos fueran importantes pero ahora puedo morir en paz…”. Significativamente en el siguiente episodio, Ciudad sombría, Alack es taxista y se niega a renovar su licencia de detective.

La edición integral que Salamandra Graphic ha sacado a la luz este invierno es una excelente oportunidad para adentrarnos en esta obra tan apabullante pero tan imprescindible. Su tamaño es adecuado tanto para la lectura como para apreciar el arte de Muñoz. Se echa en falta un prólogo generoso que contextualice la serie al lector más joven y al menos entendido y que incida también en la huella que Alack Sinner ha dejado en el medio. Y es que su repercusión es extraordinaria. No se pueden entender obras como Sam Pezzo de Vittorio Giardino, Griffú de Jacques Tardi ni Bogey de Antonio Segura y Leopoldo Sánchez sin Alack Sinner. Pero tampoco Sin City de Frank Miller, Balas Perdidas de David Lapham o Criminal de Ed Brubaker y Sean Philips.

Alack Sinner es parte de un género nacido en Norteamérica que se ha convertido en universal. Parte de un estilo muy concreto para ir evolucionando hasta una libertad artística poco común. Se centra en los Estados Unidos para acabar describiendo la sociedad occidental. Porque como el propio Sampayo comenta en otra entrevista: “Habíamos visto muchas de sus películas, escuchado su música, leído su literatura. Todo lo cual nos llevó a convertir a Alack Sinner en el portador de nuestro deseo de hacer una biopsia de ese fenómeno imposible de ignorar llamado USA”.

Una biopsia de ese fenómeno llamado USA que también es la nuestra.

Firma invitada: Tristan Cardona

  Edición nacional/ España: Salamandra. 2017 Guion: Carlos Sampayo Dibujo: José Muñoz Formato: Rústica, 704 págs. Precio: 39€   “El mundo de Sinner es como la síntesis del mundo de todos, por eso la falta de alternativa es mayor”. Lo decía Carlos Sampayo a Laura Cepeda en una entrevista de…
Guión - 10
Dibujo - 10
Interés - 9

9.7

Obra maestra

Una buena edición integral de un clásico mayúsculo del comic mundial.

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Lisandro Nahuel Osorio
Lisandro Nahuel Osorio
Lector
28 mayo, 2017 21:25

Al fin!!!! que grande Alack Sinner, que grandes Muñoz y Sampayo, cuanto a «bebido», por no decir copiado, Frank Miller de los blancos y negros puros de Muñoz como él mismo lo ha reconocido en alguna entrevista. Gracias por hacer un artículo corto y con mucho contexto.
Echo en falta más sobre la historieta en sí, su dibujo sobretodo y su guión. Pero gracias otra vez!

Montaigne
Montaigne
Lector
28 mayo, 2017 23:45

Hola, amigos:

lo dejé en la estantería precisamente por dificultar la lectura y no permitir apreciar el dibujo de Muñoz (especialmente el denso y maravilloso para-texto que recorre toda la obra). A quien no lo haya leído, le recomiendo que busque la antigua edición de PdA.

Un tebeo no tiene por qué asemejarse a un libro sí porque sí, y desnaturalizarlo de mala manera. Un respeto, por favor.

Yo ya he tomado la decisión de huir como de la peste de ediciones semejantes: o me ofrecen un producto que haga justicia al trabajo de los autores, o conmigo no contarán para dar el beneplácito a tamañas (en mi opinión) chapuzas.

Un saludo, y hasta otra.

N.B.: Don Manuel Caldas ha puesto el listón a la altura correcta y, día a día, saca los colores a mucho «editor» que hay por ahí.

Y pido perdón, sinceramente, a quien puedan molestar mis palabras.

Arconte
Arconte
Lector
En respuesta a  Montaigne
29 mayo, 2017 4:27

Bueno, sería bueno que explicara porque no le parece una buena edición, ya no veo que dé ninguna razón. Yo lo tengo y me parece un muy buen libro, con buena impresión y bien hecho. Charlé con Muñoz y estaba muy satisfecho con el resultado. Comentaba la dificultad de reunir todo el material y ponerlo en un libro, unificarlo. Se lo veía particularmente contento con el resultado…

Montaigne
Montaigne
Lector
En respuesta a  Tristan
31 mayo, 2017 23:31

Estimado Tristán:

muchísimas gracias por el tono de tu respuesta, porque a veces uno no sabe la reacción que pueden provocar sus comentarios. De acuerdo totalmente contigo en lo de la edición de PdA, francamente mejorable, sin duda, pero que, gracias a su mayor tamaño, imagino que más cercano al original, permitía que texto y dibujos respirasen mejor. Y es que, en muchos casos, y éste es un ejemplo palmario, los tebeos necesitan ese espacio, y me subleva el nulo respeto que en demasiadas ocasiones se les otorga: tamaño grande, tamaño pequeño; tapa dura, tapa blanda; a color hoy, en B/N mañana; color original, color digital; y no quiero decir nada de las rotulaciones elegidas, que no sólo no respetan las originales, sino que constituyen un verdadero atentado a la integridad de la obra, y valga como ejemplo la que la propia PdA perpetró en su edición de Krazy Kat, que me obligó a abandonarla después de la compra de su primer número.

Yo no soy un comprador habitual de tebeos, pero lo que compro lo quiero bien editado, y no me importa pagar un precio elevado siempre y cuando vea que hay cariño en su edición, y respeto por el trabajo de unos autores que a veces se han jugado la vida, e incluso la han perdido por hacerlas. Ahora mismo no hay ninguna edición viva de Mort Cinder, pero prefiero que no la haya, a que tengamos una editada de la misma (triste) manera que esta obra magna que es Alack Sinner.

Muchas gracias por tu atención y tu trabajo, y te envío un saludo muy afectuoso.

batlander
batlander
Lector
En respuesta a  Montaigne
29 mayo, 2017 13:33

Pues segun Salamandra la edicion es la que eligieron los autores. Con esto no digo que por ello deba de ser perfecta, pero lo que es a mi me parece bien. Aunque talvez hubiese preferido la que van a sacar en USA dividida en 2 tomos ligeramente mas grandes.

Montaigne
Montaigne
Lector
En respuesta a  batlander
1 junio, 2017 22:19

Esperaré esa edición en dos tomos.

No quiero entrar en ningún tipo de polémica sobre las ediciones elegidas o permitidas por los autores, pero cada vez que me topo con uno de esos tomos integrales de las obras de carlos Giménez con las páginas partidas por la mitad, la verdad es que me da una pena que no te puedes hacer idea. Me hacen daño.

Bueno, Batlander, encantado de hablar contigo. Ha sido un verdadero placer.

Jesus Yugo
Jesus Yugo
Lector
En respuesta a  Montaigne
29 mayo, 2017 15:07

En realidad está mucho mejor reproducido que la edición de Planeta, en la que, además, aparecían algunas viñetas cortadas.

Arconte
Arconte
Lector
29 mayo, 2017 1:40

Lo compre el viernes pasado y lo tengo firmado y dibujado por Muñoz! Lujo Total!