Edición original: Quelques jours d’été (Éditions Paquet, 1998).
Edición nacional/ España: Algunos días de verano (La factoría de ideas, 2000).
Guión y Dibujo: Cristophe Chabouté.
Color: B/N.
Formato: Tomo rústica 40 págs.
Precio: 695 ptas.
Algunos autores, a pesar de sus méritos, tienen más dificultades que otros en ganar el corazón del aficionado. Pienso en escritores o artistas como Archie Goodwin (Blazing Combat), Jean-Pierre Gibrat (La prórroga) o Cosey (Viaje a Italia), pocas veces al frente de las listas de preferencias de los lectores. Cristophe Chabouté, nacido en 1967 en la Alsacia franco-germana, pertenece a esta estirpe de “maestros discretos”, con trabajos como Zoe, Purgatorio, Moby Dick o En soledad. Chabouté despuntó en 1999 al obtener el premio al mejor autor novel en el festival de Angoulème por Quelques jours d’été, traducido en España como Algunos días de verano para su publicación en el nº7 del Biblioteca Factoría (sello que también acogió la primera parte de Tongue & Lash).
De la primera a la última página, Algunos días de verano es un tebeo transparente, que hace de la evocación su mejor arma, empezando por el título. Chabouté representa una infancia rural donde la vida gira entre cuidar a los conejos y pescar en el río. La civilización es un coche que entra en la primera página por la izquierda y sale en la última por la misma dirección, con problemas propios y distintos. Estas pocas páginas suponen un paréntesis vital, un remanso de paz en comunión con la naturaleza y el pasado; no en vano el autor confiesa: “Aún necesito sentir la tierra.”
Chabouté admite sus influencias, entre las que destacan Jacques Tardi (El exterminador de cucarachas), Alberto Breccia (Sueños pesados) o Pascal Rabaté (Ibicus), pero igual podía haber citado a Didier Comès (La última partida), a José Muñoz (Alack Sinner), a Alberto Mandrafina (La gran patraña), a Oswal (Buenos Aires, las putas y el loco) o, en general, a los cultivadores del claroscuro en viñetas, con la posible excepción de Alex Toth. Es, sin embargo, un claroscuro reconfortante y luminoso en la cálida pesadez del estío, preciso en el ambiente (esos insectos que pululan cerca de las corrientes de agua, como sabe todo habitante de campo), que ni siquiera en las pesadillas nocturnas cae en lo tenebroso o amenazador.
El lenguaje, muy medido en una obra de miradas y silencios como esta, guarda también su poesía. El abuelo, con la caña de pescar, es como si dominara el río con un látigo. Todo un hallazgo. Otras veces Chabouté se traiciona en el lugar común como cuando, ante la ausencia de lágrimas del niño, hace llorar al cielo. Un detalle curioso: el niño protagonista lleva una camiseta de Spider-Man (una imagen icónica de esta obra), pero en ningún momento se le presenta leyendo un tebeo, de este héroe o de cualquier otro. Esto me choca porque no imagino mi infancia sin una de mis historietas favoritas al alcance de la mano, sobre todo en vacaciones.
Un tebeo delicioso de un autor llamado a grandes cosas.
Edición original: Quelques jours d'été (Éditions Paquet, 1998). Edición nacional/ España: Algunos días de verano (La factoría de ideas, 2000). Guión y Dibujo: Cristophe Chabouté. Color: B/N. Formato: Tomo rústica 40 págs. Precio: 695 ptas. Algunos autores, a pesar de sus méritos, tienen más dificultades que otros en…
Algunos días de verano
Algunos días de verano
2016-04-19
Javier Agrafojo
Guion - 8
Dibujo - 8
Interés - 9
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Magnífica reseña del señor Agrafojo. Añadir sólo que veo que Planeta va a reeditar esta obra acompañada de otra del mismo autor. Lo he descubierto buscando la edición que comentaba el señor Agrafojo.
https://www.amazon.es/Algunos-d%C3%ADas-verano-ALGUNOS-DEVERANO/dp/8416636109/ref=sr_1_1?ie=UTF8&qid=1461093690&sr=8-1&keywords=Algunos+d%C3%ADas+de+verano
Vaya! No tenía ni idea. Excelente noticia!
Gracias, benurich!