Alien versus Depredador: La Saga Original 1

Hoy reseñamos Alien versus Depredador: La Saga Original 1, el inicio del primer crossover entre ambas criaturas extraterrestres dentro del sello Dark Horse Comics

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Edición original: Dark Horse Presents Vol. 1 34-36, Alien versus Predator Vol. 1 0-4 USA (Dark Horse Comics, 1990)
Edición nacional/España: Alien versus Depredador: La Saga Original 1 (Norma Editorial, 2019)
Guion: Randy Stradley
Dibujo: Phil Norwood, Chris Warner
Color: Chris Chalenor (In-Color)
Traducción: Alberto Díaz
Formato: Tapa dura. 152 páginas
Precio: 19,00€

El origen de un crossover mítico

«El terror llegó al mediodía»

En 1990 la franquicia Alien ya había desarrollado un par de entregas cinematográficas convertidas por derecho propio en dos obras maestras del cine contemporáneo. Alien: El Octavo Pasajero (Ridley Scott, 1979) supuso la unión de un grupo de talentosos profesionales que supieron amalgamar de manera superlativa el terror y la ciencia ficción, configurando un clásico en el que se reflejarían en años venideros cientos de producciones localizadas en el espacio exterior con extraterrestres hostiles como principales enemigos de los personajes protagonistas. Aliens: El Regreso (James Cameron, 1986) dio una vuelta de tuerca a la recién nacida saga apuntando hacia la acción y el celuloide bélico high tech con el número de xenomorfos multiplicado exponencialmente para desgracia de los marines coloniales. Para entonces Predator ya contaba también con dos largometrajes para la gran pantalla. Predator (John McTiernan, 1987), no sólo era un vehículo de lucimiento para el pujante actor austriaco Arnold Schwarzenegger o la primera muestra de talento de un titán como el director de Jungla de Cristal (Die Hard, 1988), sino el inicio de otra franquicia centrada en unos cazadores intergalácticos, llamados yautjas, que en ese mismo año volverían a la Tierra con Predator 2 (Stephen Hopkins, 1990) una dignísima secuela que en poco desmerecía a su predecesora protagonizada por Danny Glover y un destacable reparto de secundarios.

Nos hemos centrado en 1990 para hacer estas afirmaciones con respecto a Alien y Predator porque aquel año fue el elegido por la editorial independiente Dark Horse Comics, poseedora de los derechos de ambos personajes nacidos en el seno de la productora 20th Century Fox, para realizar el primer crossover entre ambas franquicias que posteriormente daría lugar a muchos más en los que ambas criaturas extraterrestres y sus múltipltes variantes se verían las caras. Al igual que sus contrapartidas cinematográficas, y antes de cruzar sus caminos, tanto xenomorfos como yautjas ya habían protagonizado alguna que otra cabecera en solitario dentro de Dark Horse Comics. Pero fue el editor y dibujante Chris Warner el principal ideólogo del concepto que aunaría a ambos iconos del cine estadounidense de los 80. Del guión se encargaría Randy Stradley, que años después seguiría escribiendo secuelas del mismo crossover, y del dibujo de los primeros números se ocupó Phil Norwood que más tarde sería sustituido por el mismo Chris Warner incapaz de implicarse en el arranque de la serie al estar desarrollando los cómics de Terminator para la editorial fundada en 1986.

La trama que da inicio a Alien versus Depredador está localizada en el planeta Ryushi. Allí, en una colonia ganadera, una ejecutiva llamada Machiko Noguchi es asignada como máxima responsable de dicho negocio. Haciendo frente a los rancheros de Rhynth, comandados por el presidente Ackland, y teniendo que lidiar con los dos soles que pueden destruir la cosecha anual Noguchi demostrará un fuerte carácter y una determinación inquebrantable haciéndole ganarse no pocos enemigos locales. Un dramático giro de los acontecimientos tendrá lugar con el aterrizaje de dos naves extraterrestres, de diferentes y particulares características, en la zona. La primera de ellas contiene una especie de cadena fabricadora de xenomorfos con una Alien Reina poniendo huevos de inminente eclosión. La segunda porta un numeroso grupo de yautjas, cazadores intergalácticos que han elegido el planeta Ryushi como coto de caza. Machiko se encontrará no sólo con la complicada situación de la llegada de ambas razas alienígenas, sino con el enfrentamiento entre ambos bandos en el que ella y sus hombres se verán envueltos contra su propia voluntad. Este sólo será el principio de los problemas en los que se verá implicada la protagonista.

El primer número de Alien versus Depredador que abre este tomo recopilatorio realiza un ejercicio narrativo impropio de cualquiera de las distintas cabeceras relacionadas con ambos personajes dentro de Dark Horse Comics. Randy Stradley superpone la conversación entre dos seres humanos, tripulantes de una nave de transporte que lleva mercancía a los ranchos de Prosperity Wells del planeta Ryushi en el que se desarrollará la trama, hablando de la naturaleza depredadora e imperialista del ser humano, capaz de eliminar cualquier especie o arrasar toda civilización con tal de sacar beneficio de ello, y de cómo este debería volver a un estado más primerio y cavernario. Mientras, las viñetas nos muestran imágenes de las dos naves alienígenas, la de los xenomorfos y la de los yautjas, en las que se desarrollan situaciones que tienen mucho que ver con los cuadros de pensamiento en los que se está recopilando el debate entre Tom Strandberg y Scott Conover. De esta manera Stradley no sólo crea paralelismos entre el salvajismo de las dos razas interplanetarias y el ser humano, también consigue sintetizar en pocas páginas lo que más tarde será la esencia de la colección.

Otro acierto de estos primeros números, concretamente el segundo es el que incide más en ello, es la intención de ofrecer una personalidad con cierta profundidad a Machiko Noguchi. Como ya hemos afirmado con anterioridad se trata de una mujer de firmes convicciones rodeada de hombres hostiles por no haberse implicado de manera personal en el asentamiento ganadero que rige desde las oficinas, con la ayuda de su predecesor en el cargo, sin «mancharse de barro». Para que el personaje protagonista huya de estereotipos y lugares comunes Stradley apela a que Noguchi sea lo suficientemente inteligente para reflexionar con respecto a esta actitud, intentando corregirla empatizando con los rancheros y la situación complicada en la que se están viendo en vueltos. En el proceso descubrirá que el planeta en el que se encuentra y la colonia en la que se cría el ganado son emplazamientos por los que merece la pena luchar y sacrificarse como le hace saber el rol de Hiroki Shimura, su ya citado asesor que en breve abandonará las instalaciones dejando a Machiko sin su ayuda y teniendo que enfrentarse a los problemas de Prosperity Wells en solitario.

Desgraciadamente para Machiko Noguchi y todos los habitantes de Prosperity Wells la llegada de las dos especies de extraterrestres y la guerra que llevarán a cabo les convertirá en un daño colateral que a muchos de ellos les acabará costando la vida. En este momento la serie comienza desplegar las secuencias de acción hibridando la ciencia ficción, el terror y el gore propio de las dos sagas cinematográficas que toma como inspiración. El personaje principal se convierte en una especie de Teniente Ellen Ripley oriental que no teme en enfrentarse a yautjas y xenomorfos por igual, llegando a salvar a aquellos que la miraron por encima del hombro como Ackland y sus colaboradores. Las referencias visuales y argumentales a las películas de Alien y Predator se suceden con naturalidad, sin que Randy Stradley fuerce la máquina, y se recurre a una de las señas de identidad más características de las monstruosidades creadas por los hermanos Jim y John Thomas y el añorado maestro de los efectos especiales Stan Winston. Se trata de su peculiar código de honor como cazadores y guerreros que obliga a uno de ellos a aliarse con Noguchi después de ser rescatado por ella. Este matiz de la personalidad de los yautjas será explotado a lo largo de los años en cómics y cine, incluso en la primera película de Alien vs. Depredador, que no adaptaba la colección analizada en esta entrada.

Cuando mi compañero Sergio Fernández Atienza y un servidor dedicamos un especial a la franquicia Predator, tanto en cine como en viñetas, yo afirmé que una de las mayores debilidades de varias de las miniseries publicadas por Dark Horse Comics era la cuestionable elección de dibujantes, en casos como los de Big Game con resultados desastrosos. La labor de Phill Norwood y Chris Warner está lejos de ser tan caótica como la de Evan Dorkin en aquella cabecera de cuatro grapas, pero sigue sin ser demasiado destacable. Para empezar, y es otro mal endémico en los apartados gráficos de estos trabajos, hay en el acabado de las planchas un uso luminoso del trazo que poco o nada tiene que ver con la atmósfera sórdida, oscura y barroca que destilaban los distintos largometrajes tanto de Alien como Depredador. Más allá de esa apreciación ambos autores, con un estilo muy parecido el uno del otro, acometen con profesionalidad el diseño de las criaturas extraterrestres y en concreto Norwood se hace fuerte con los pasajes más calmados. Pero es en las situaciones más dinámicas donde los dos cumplen con lo minimamente exigido para componer una obra potente y bastante exigente por el gran número de personajes que pueblan las páginas. En cambio a la hora de diseñar los seres humanos ambos se muestran falibles, con especial deficiencia a la hora de dibujar los rostros que en cada viñeta parecen diferentes a los de la anterior.

Alien versus Depredador: La Saga Original 1 está compuesta por ocho números, tres de Dark Horse Presents y cinco de Alien vs. Predator, que suponen un muy buen arranque para un crossover que, como mencionamos al inicio de esta entrada, vino acompañado de numerosas secuelas en las que yautjas y xenomorfos compartieron hostilidades hasta llegar a la actualidad. Este primer tomo ofrece muestras claras de que Randy Stradley era un muy buen conocedor de ambas criaturas y que su intención fue hacerlos interactuar con un personaje humano alejado de una molesta unidimensionalidad. Aunque la historia se cierra con Machiko Noguchi exiliada en la Tierra viviendo durante dos años sola en el desierto la llegada a nuestro planeta de aliens y predators sólo marcan el primer gran arco de la etapa en la que el guionista de Predator: Race War plantó la simiente de un enfrentamiento que llegó a contar con casi una treintena de miniseries hasta que Dark Horse Comics perdió los derechos de ambas franquicias en favor de Marvel Comics. Editorial que, con toda seguridad, no perderá la oportunidad de volver a cruzar los caminos de los dos extraterrestres más famosos del séptimo y noveno arte. Pero antes de eso seguiremos reseñando los dos tomos de Norma Editorial que, junto al que nos ocupa, conforman un hito dentro del sello que lo alumbró en particular y del arte secuencial independiente en general.

Lo mejor

• El número que abre la colección, un ejercicio narrativo digo de elogio
• Lo buen conocedor que es Randy Stradley del canon de los dos personajes

Lo peor

• Como en casi todas las cabeceras dedicadas a Alien o Predator en Dark Horse Comics, un apartado gráfico irregular.

Edición original: Dark Horse Presents Vol. 1 34-36, Alien versus Predator Vol. 1 0-4 USA (Dark Horse Comics, 1990) Edición nacional/España: Alien versus Depredador: La Saga Original 1 (Norma Editorial, 2019) Guion: Randy Stradley Dibujo: Phil Norwood, Chris Warner Color: Chris Chalenor (In-Color) Traducción: Alberto Díaz Formato: Tapa dura. 152…
Guión - 8
Dibujo - 7
Interés - 7.5

7.5

Los números contenidos en Alien versus Depredador: La Saga Original 1 conforman un interesante arranque para el icónico crossover en el que el destacable guión de Randy Stradley y los cumplidores lápices de Phil Norwood o Chris Warner ofrecen un primer arco argumental merecedor de nuestra atención.

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Enrique Doblas
Autor
5 marzo, 2021 18:34

Gracias por la reseña! Buff, qué recuerdos, tendré que revisar mi colección de grapas pero la tenía en muy alta estima, la verdad. El guión estaba genial y, para mi, el dibujo en su momento me pareció muy bien… al menos el del número introductorio que creo nos llegó en blanco y negro. Alguien sabe si era así en el original de DHP?

Justiciero Desmesurado
Justiciero Desmesurado
Lector
5 marzo, 2021 20:18

Yo creo que este es uno de los mejores comics que en su momento ley de ambas criaturas, tanto juntas como por separado. Hace mucho que no lo repaso pero guardo buen recuerdo. Sobre todo de esa entrada con la secuencia de conversación entre los pilotos.
 
Y como a Enrique, lo que es el dibujo lo tenia en buen recuerdo también. Eso sí, creo que maneje una edición en blanco y negro (aunque es posible que me falle la memoria).