Esta semana nos hemos encontrado con una impactante noticia: los derechos de Alien y Depredador pasan a Marvel Comics. El movimiento resulta lógico a nivel empresarial, dada la absorción de Fox y sus licencias por parte de Disney, pero en general ha despertado una mezcla entre miedo y desidia entre el público. No se puede decir que las dos franquicias vivieran un momento de especial brillantez creativa dentro de Dark Horse (editorial que los ha poseído desde los años 80), pero las imágenes promocionales lanzadas por Marvel en las que aparecen ambas criaturas junto a elementos de su universo superheroico le dejan a uno chafado. ¿Planeará la editorial incorporarlos a su canon y cruzarlos con Tony Stark o Groot? Cierto es que podría ser promocional, pero lo mismo se pensó de Conan y ahí lo tenemos, dando sablazos junto a Venom. La verdad es que la idea resulta poco prometedora, Alien y Depredador son dos personajes que necesitan funcionar sobre un enfoque mucho más oscuro de lo que Marvel parece capaz de ofrecer, y al menos a priori no parece que una estrategia así vaya a funcionar.
Por otro lado, también es cierto que ambas franquicias llevan mucho tiempo quemadas. Todos los intentos por revivirlas en el cine durante los últimos ¿diez, quince, veinte? años han dado lugar a películas de calidad entre mediocre y lamentable, así que quién sabe si la editorial capitaneada por Cebulski podría tener la fórmula para insuflarle algo de vida y renovar la atención de las nuevas generaciones de lectores. Mi instinto me dice que no, al menos si la intención es incorporarlos a la continuidad marvelita en lugar de coger a un puñado de buenos guionistas y permitirles explorar el potencial de ambas franquicias sin restricciones editoriales, pero bueno, quién sabe. A partir de 2021 podremos comprobarlo por nuestra cuenta. Mientras tanto, da la casualidad de que tenía por aquí rondando una de las últimas historias del xenomorfo publicadas en nuestro país, así que qué mejor momento para hablar sobre ella. Dediquemos un ratito a Aliens: Órbita muerta.
Publicado originalmente en 2017, Aliens: Órbita muerta es una de esas historias a las que nos tiene acostumbrados Dark Horse desde que comenzara a publicar cómics de la franquicia, allá por 1988. La editorial del caballo siempre ha preferido dar salida a la franquicia a partir de historias generalmente autoconclusivas y sin influencia entre ellas en lugar de publicar una serie en continuidad, a sabiendas de que daría mucha más libertad a los autores para desarrollar sus ideas. Órbita muerta es una de las últimas concebidas, un pequeño relato de cuatro números que lleva la firma de James Stokoe como autor completo de la obra, artista al que hemos visto hace poco recibir hasta tres nominaciones a los Eisner por su obra corta Sobek. Su acercamiento al mundo xenomorfo nos llega a España de la mano de Norma Editorial, como viene siendo habitual con esta franquicia.
¿De qué va Órbita muerta? Pues pura y llanamente, de Alien. El relato nos lleva a una base orbital de Weyland-Yutani que decide hacer contacto con una nave a la deriva que entra en su cuadrante. Allí encuentran unas instalaciones seriamente dañadas y a tres tripulantes en criogénesis. El problema, claro, es que no son los únicos pasajeros, y los trabajadores de la base se verán obligados a tratar con ellos a varias semanas de distancia de cualquier posible ayuda.
La historia que nos presenta James Stokoe solo se puede definir como purista. Órbita muerta es una historia que bebe directamente de la historia original dirigida por Ridley Scott en el sentido de que explota ese gran escenario de terror que es el de una tripulación aislada en el espacio profundo compartiendo nave con un monstruo desconocido. Ello hace que el relato sea muy fiel al espíritu del personaje, pero como es lógico, también provoca que la historia nos sorprenda poco, es algo que hemos visto ya muchas veces. Stokoe no quiere reinventar la rueda y elabora una historia clásica, pero le da cierto empaque al estructurar la narración mediante dos líneas temporales distintas, separadas por muy poco entre sí, una previa al avistamiento de la nave a la deriva y otra con la jarana ya liada abordo. Es además un guion en el que el diálogo es muy escaso, consiguiendo intensificar la inmersión en la atmósfera opresiva que necesita la trama. Gracias a ambas herramientas el autor consigue aportarle frescura a un guion efectivo pero sin grandes destellos.
Por el apartado artístico nos encontramos con un trabajo de gran nivel por parte del autor canadiense. Stokoe tiene uno de esos estilos de mucho detalle y sensación de rugosidad que puede recordar a Chris Burnham o a ese Ian Bertram del que hemos hablado hace poco por su Little Bird. Sus caras humanas son quizás su punto flaco, con un aspecto algo hinchado y desproporcionado, pero en el resto del dibujo el autor está espléndido y consigue plasmar la atmósfera necesaria para una historia de estas características, con una paleta de colores centrada alrededor del azul y el rojo, realzando ese contraste entre el frío y el silencio del espacio con el caos y la violencia que el monstruo desencadena en la nave. Además, teniendo en cuenta las largas secuencias de viñetas sin texto, hay que destacar la narrativa de la que el artista hace gala.
Aliens: Órbita muerta es una de esas historias que no revoluciona nada, pero respira la esencia del xenomorfo y se lee en un suspiro. James Stokoe hace un trabajo muy majo con una historia purista y un arte notable que seguro gustará a los seguidores de la bicha de sangre corrosiva.
Guion - 6.5
Dibujo - 7.9
Interés - 6
6.8
James Stokoe realiza una entretenida historia autocontenida con un gran dibujo.
Entiendo que las reseñas no dejan de ser una opinión puramente subjetiva. Para mi este es uno de los mejores cómics que se han hecho jamás sobre Aliens, junto con Nightmare Asylum y Outbreak. Los trabajos de Stokoe en solitario suelen ser muy minimalistas en el guión, pero compensan sobradísimamente en el dominio total que tiene de la narrativa gráfica. No es para todos los públicos, como tampoco lo son los trabajos psicotrónicos de Moebius, Druillet o Geof Darrow (Todos estos son de una influencia importante en Stokoe, mezclados con el dinamismo del manga) Este año tiene unas cuantas nominaciones a los Eisner y poco a poco se le va reconociendo el talento que tiene, que es enorme. De los 3 o 4 autores actuales de los que compro todo lo que se edita, sin mirar siquiera opiniones.
PD: Vale que son distintas personas los que hacen las reseñas, pero entro en la del enésimo chorrinúmero de Batman y veo que el dibujo, que es la genérica birria de todas las series mainstream tiene un 8,5 y gente con un estilo personal como Stokoe y Piskor no llegan al 8 y bueno, se me escapa una lagrimilla…
¡Buenas! Aquí la verdad es que se juntan dos cosas. Una que como dices, cada uno reseña unas cosas y el criterio para poner nota varía. Y luego también te reconozco que las propias notas que pongo yo siempre dependen un poco de cómo te pille en el momento, es una parte complicada de reseñar ^^’ Seguro que hay veces que si las revisara las cambiaría, como me pasa con las pelis, por eso creo que es más fiable siempre leer la opinión completa, donde yo creo que se entiende que el dibujo me ha gustado mucho. La verdad es que es un artista muy muy potente, le eché un ojo a la historia corta por la que lo han nominado estos Eisner y es más espectacular si cabe, ojalá la traigan.
¡Gracias por comentar!
Gracias a vosotros por el currazo que os hacéis con la página!!
Gran reseña y buen comentario de M0ng0….por cierto… que otros tres autores actuales compras todo sin mirar opiniones.
Yo compro todo lo que dibujan Corben y Templesmith sin criterio ni consenso… y tb lo de Mignola… gracias a dios…. que dibuja poco
Hombre, Corben es otro tema! Ya no estamos hablando de autores actuales, es uno de los grandes de todos los tiempos! Y que dure! De los actuales, que compre sin ni siquiera mirar reseñas:
Me gusta mucho Sean Murphy tb, aunque es muy irregular y tiende a ser caótico. Cuando es bueno, es muy bueno! También hay peña como Benjamin Marra que suelo comprar todo lo que sacan, pero bueno, es otro tipo de tebeos.
Es un tebeo de Alien de 10. Harto estaba de ver otros donde el dibujo se descuidaba, cuando es la clave para que un tebeo del bichardo cale hondo, y este lo hace. Es una vuelta a la esencia de la primera peli: 100% ambiental, centrándose en la tensión, diseño recargado para incrementar el agobio.
Lo dicho, sobresaliente.