Elige tu propia vida.
«Cuando por fin dejó de desearme fue porque había encontrado mi propio lugar en el mundo y me negaba a permitir que se diluyese en el suyo.»
Muchas veces nuestras circunstancias vitales nos llevan a emprender un camino que no nos hace felices y nos va ahogando. Una situación de la que no es sencillo salir puesto que, aún en esas circunstancias, tendemos a acomodarnos resignándonos a una vida gris huérfana de satisfacciones. Pero, como todo en la vida, es una situación reversible como le sucede a Alison, la protagonista de la novela gráfica homónima de la inglesa Lizzy Stewart que acaba de publicar en España Errata Naturae. Un trabajo aparecido en su país en 2022 que ha sido todo un éxito en Reino Unido ganando premios como el de libro del Año para The Irish Times o el de mejor novela gráfica para The Guardian y The Telegraph, y que le ha valido a su autora para que la comparen de manera justificadísima con Posy Simmonds, la gran dama del cómic inglés gracias a obras como Gemma Bovery, Tamara Drewe o Cassandra Darke, con la que comparte una visión tremendamente crítica y mordaz del mundo contemporáneo y una enorme capacidad para crear personajes femeninos tridimensionales.
Alison es una joven de veinte años recién casada que vive en el tranquilo pueblo costero de Bridport, al sur de Inglaterra. Lleva una insatisfecha vida gris enmascarada de tranquila felicidad que salta por los aires cuando en una visita a la biblioteca local conoce de manera casual a Patrick Kerr, un renombrado artista mucho mayor que ella. Este encuentro la lleva a replantearse su existencia por completo, dejando su vida acomoda y preestablecida para mudarse a Londres donde comienza una relación sentimental con Patrick convirtiéndose en su musa, mientras trata de buscar su propio camino como artista. Una nueva vida que le descubre un mundo nuevo lleno de posibilidades en el que la belleza, la amistad y el amor que le reportarán alegrías, dolores y sinsabores.
Lizzy Stewart firma una obra con algunos componentes autobiográficos que, pese a su aparente sencillez argumental, esconde una profunda e íntima reflexión sobre la búsqueda de libertad, la lucha por salirse del camino preestablecido y la necesidad de no abandonar nunca el desarrollo personal y el descubrimiento de nueva pasiones y anhelos. Un trabajo que brilla por la delicadeza, cercanía y sencillez con la que aborda estos temas que hacen que la obra pueda ser admirada y disfrutada por igual por quienes no tengan ninguna vinculación con el mundo artístico, puesto que los sentimientos que retrata son totalmente universales.
Pero esos nos son los únicos temas que aborda Alison, puesto que también vemos como su relación con Patrick que, en un comienzo es su vía de escape, se termina por convertir en una prisión que la encierra tanto como persona y como artista. Una relación que ejerce una sombra sobre todas las facetas de su vida y nos lleva a reflexionar sobre la naturaleza de las relaciones sentimentales en las que siempre hay un cierto desequilibrio, pero también en cómo se tolera el egoísmo que tantas veces acompaña a los “genios”. Una relación de dependencia que contrasta con la que Alison estable con Tessa, mucho más igualitaria, que se fundamente en su lucha contra el sistema patriarcal que regía en mundillo del arte londinense, tan lleno de talento como de snobs, que las lleva recorrer un camino mucho más arduo que el que tiene que recorrer cualquier hombre. Y lo mismo se podría decir de la que se establece con su sobrino David, apenas esbozada, pero si ningún tipo de doblez o interés espúreo que refleja la inocencia, paz y amor que les reporta a ambos.
A través del periplo de Alison Stewart nos hace un fino retrato del efervescente mundo artístico del Londres de los años ochenta y noventa tan lleno de artistas, críticos, editores y galeristas de talento como de tentaciones y mezquindades. Un retrato honesto y veraz en el que se entremezclan las dificultades para ser aceptada por los grandes popes del mundillo y las terribles consecuencias del SIDA, que marcaron a fuego el final del s. XX., que resulta fácilmente trasladable al resto de la sociedad occidental.
Esa sencillez que mencionábamos en el argumento, que para nada es un debe que achacar a la obra, también la encontramos a la hora de abordar la construcción de los personajes que brillan por su veracidad y tridimensionalidad. En particular, Alison cuya evolución a lo largo de la obra se ve reflejado por un diálogos y pensamientos íntimos, complejo y llenos de belleza que reflejan su alma y nos permiten ver cómo va llegando a una serena madurez habiendo hecho las paces con su recorrido vital y las personas que le han acompañado y amado.
Gráficamente nos encontramos de nuevo con esta misma sencillez y sutileza tanto para reflejar Londres y los paisajes del pueblo natal de la protagonista como para hacerlo con sus sentimientos más íntimos y los silencios y miradas que los transmiten, algo que conecta la obra con las de la ya mencionada Posy Simmonds. Al igual que sucede con el recurso de introducir en la obra elementos como cartas, notas, recortes de prensa o bocetos que sirven para separar escenas y también para ofrecer otro punto de vista de la historia.
Alison es una obra llena de honestidad y capacidad para emocionarnos que nos habla de la importancia de la búsqueda de nuestro lugar en el mundo, la importancia de nunca dejar de perseguir los sueños y las relaciones afectivas. Además, a través de sus páginas Lizzy Stewart también hace un certero y retrato de la sociedad inglesa de los años ochenta y noventa centrado en el mundo del arte. Una joya que no debería pasar desapercibida para quienes busquen algo diferente.
Lo mejor
• La sutileza presente en cada aspecto de la obra.
• Alison y su búsqueda de libertad artística y personal.
• El reflejo de la escena artística de Londres.
Lo peor
• Como sucede con la vida, el final nos deja un regusto agridulce.
Guión - 9
Dibujo - 7
Interés - 9
8.3
Búsqueda
Lizzy Stewart firma una obra maravillosa sobre el paso a la madurez y la búsqueda de ser como uno quiera huyendo de los caminos marcados.