Alix, edición integral. Tomos 1 y 2

Jacques Martin inicia de manera atropellada su serie Alix que con el paso de las décadas se convertirá en un referente fundamental del cómic histórico europeo. Una simbiosis perfecta de aventuras juveniles con trasfondo adulto.

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Edición original:Alix 1 a 6 (Editions Casterman)
Edición nacional/ España:Alix, edición integral 1 y 2.
Coeditum, 2017
Guion:Jacques Martin
Dibujo:Jacques Martin
Color:Roger Leloup
Formato:Cartoné, 208 páginas
Precio:30€

 

Aunque pueda parecer un ejercicio de arqueología tebeística, leer o releer las primeras aventuras de Alix del autor de origen francés Jacques Martin es una auténtica gozada. La editorial Netcom2 a través de su filial Coeditum está publicando desde enero de este año los álbumes de la colección integral de este personaje. Hasta el momento han salido a la venta los dos primeros y está previsto que en noviembre salga el tercero.

Una vez leídos los dos primeros tomos con las seis primeras historias de este icono imprescindible del cómic franco-belga, la sensación con la que me quedo es que a su creador le costó encontrar el tono justo con el que enfocar las peripecias su personaje, pero que a pesar de ello las páginas resultantes están llenas de buenos momentos que conviene repasar y disfrutar.

Alix se publicó por primera vez en el semanario belga Journal de Tintin del 16 de septiembre de 1948 y en la edición francesa del 28 de octubre del mismo año. Martin publicaba una página por semana más algunas portadas. La primera edición de algunos de los álbumes recopilatorios no llegó hasta 1956.

Jacques Martin firmó en solitario un total de diecinueve historias del personaje durante el período comprendido entre 1948 hasta 1988. Posteriormente se encargó del guion completo de las cinco aventuras siguientes contando con el arte de Rafael Morales y en las cuatro siguientes también cuenta con la ayuda de François Maingoval y Patrick Weber para tejer sus relatos. Finalmente, tras la muerte de su creador en 2010, se publicarían una media docena más de álbumes realizados por diferentes autores.

El guion de Alix el intrépido es algo caótico. En esta primera aventura del personaje se nota la falta de experiencia del joven autor y la obsesión por sorprender al lector a cada final de página. El resultado global es que muchas veces uno se pregunta por el sentido de las idas y venidas de los personajes, sin entender muy bien sus motivaciones. Todo es a corto plazo y no parece haber una idea general que estructure un relato que avanza a trompicones. A pesar de todo esto la sensación final es satisfactoria y uno tiene la impresión de que ha asistido al nacimiento de una estrella.

Estos defectos de guion se corrigen rápidamente y ya en el segundo episodio, La esfinge de oro, asistimos a una trama mucho más compacta y coherente. Aquí el problema es que la historia empieza con un rumbo muy atractivo; el sitio al cabecilla galo Vercingetórix por parte de las tropas de Julio Cesar y las intrigas entre las diferentes familias de resistentes que pondrán en peligro el desenlace de la guerra, pero de repente nos sorprende un brusco giro argumental que nos lleva a seguir la pista del protagonista como agente encubierto del general romano en Egipto. Martin teje entonces un relato de espionaje bastante correcto que se mueve con soltura entre egipcios y fenicios e introduce un personaje fundamental en la serie, Enak, que se convertirá en el compañero inseparable de Alix.
El tercer episodio, La isla maldita, transcurre en gran parte en Cartago una ciudad poderosa ocupada por las tropas del Imperio Romano donde se desarrolla un oscuro complot. Enak vuelve a ser coprotagonista y Alix se enfrenta a unos desconocidos descendientes de los egipcios que habitan una remota isla.

Ya en el segundo tomo de la colección integral nos encontramos con tres historias que suponen la consolidación definitiva de la serie. Tanto La tiara de Oribal como sobre todo La garra negra y Las legiones perdidas son relatos compactos, bien estructurados, llenos de momentos apasionantes y con todos los elementos para convertirse en clásicos de la BD juvenil.
Si nos centramos en los dos últimos álbumes de este tomo descubrimos la esencia de lo que será la serie Alix a lo largo de su trayectoria posterior. Intrigas a medio camino entre el whodonit y el género de espionaje, una documentación exhaustiva y un ritmo trepidante que atrapa tanto al lector infantil como al adulto. La primera página de La garra negra es un perfecto ejemplo de lo que explicamos:

“En el primer siglo antes de JC, Pompeya reúne todo aquello que los romanos han podido construir en armonía con el precioso paisaje. (…) ¡Sin embargo, esa noche, en los jardines de una rica residencia, una sombra avanza sigilosamente!”

El dibujo experimenta una evolución más lenta y más profunda, si cabe, que la del guion. Al principio Martin está completamente constreñido a la publicación en el semanario y necesita llenar cada página de demasiado contenido. Para ello usa una estructura de cuatro tiras de tres o cuatro viñetas cada una que componen una cuadrícula de quince o dieciséis cuadros por página, además las llena de textos que leídos de golpe consiguen apabullar al sufrido lector. Sin embargo, poco a poco irá incluyendo grandes secuencias de acción que consiguen aligerar la historia y enganchar al comprador de la revista cada semana. El dibujo al principio es tosco, algo rígido pero lleno de información y con una obsesión extrema por la documentación. A medida que la serie va avanzando el arte se va afianzando. Martin no abandonará la cuadrícula de cuatro tiras hasta Las legiones perdidas donde la alternará con la de tres, pero en los álbumes anteriores el diseño de página se vuelve más flexible, sus figuras adquieren más humanidad, se vuelven menos estatuarias y el trazo se espesa. Podríamos considerar La garra negra como la culminación artística de la primera etapa de la serie, la de formación, y que el álbum siguiente titulado Las legiones perdidas es el primer paso de su época clásica. A partir de aquí Jacques Martin entregará unas obras redondas, maduras en un período que durará hasta bien entrada la década de los 70 cuando empezará a sufrir una lenta aunque inexorable decadencia.

Alix consta como una serie de autor. Jacques Martin es su creador y es el artífice de los guiones y dibujos de sus cuatro primeras décadas de existencia. Sin embargo sabemos que tuvo la ayuda de varios artistas para desarrollar su labor. Roger Leloup es el más conocido. Este dibujante le asistirá en diversos trabajos secundarios hasta que empieza a participar en los fondos, coloreado e incluso algunas viñetas enteras de la serie. Otros ayudantes fueron Michael Demarets y Jo-El Azara, aunque el trabajo de este último no acabará de convencer al autor de Lefranc.

Las legiones perdidas, página 01. Excelente ejemplo del trabajo de Roger Leloup.

Jacques Martin nació en Estrasburgo el año 1921. Su padre, aviador, muere cuando el joven tiene 11 años. Este suceso marcará su vida y dará comienzo a unos años de penurias que enlazarán con la Segunda Guerra Mundial. Tras varios viajes a Bélgica y una estancia forzosa en Baviera para trabajar en la fábrica Messerschmitt, el joven Martin vuelve a París donde había estado viviendo con su familia e intenta abrirse camino como dibujante de decorados teatrales y cinematográficos. Sin embargo su futuro está en Bélgica. Allí Raymond Leblanc está empezando en 1945 la publicación de una revista sobre el personaje de Hergé llamado Tintín y muy rápidamente necesitará nuevos colaboradores. Los cuatro primeros integrantes de este semanario llamado Journal de Tintin son, evidentemente, Georges Remí – Hergé – con su personaje emblemático, Edgard-Pierre Jacobs con la serie Blake et Mortimer, Jacques Laudy con Hassan y Kaddour y finamente Paul Cuvelier con Corentin.
Jacques Martin empieza a publicar Alix en septiembre de 1948 y su primera portada es del 14 de octubre de 1948.
Antes de publicar su serie más conocida Martin había realizado diversas series cortas principalmente para el semanario Bravo! con el pseudónimo de Marleb.
Jacques Martin se casó en 1947 con Monique Schonorrenberg con la que tendrá dos hijos: Fredérique y Bruno.

En Journal de Tintin publicará hasta 1987 dieciocho historias de Alix. En el semanario aparecerá también Lefranc, una serie con un periodista e investigador como protagonista de la que realizará cuatro relatos para cederla posteriormente a otras manos. A partir de 1978 crea el guion de varios personajes que compartirá con diversos dibujantes, son: Jhen y Keos ambos dibujados por Jean Pleyers, Arno con el arte de André Juillard y Orion con dibujos de Christophe Simon entre otros. Además da rienda suelta a su vocación pedagógica y de historiador en diversas series de álbumes didácticos que se agrupan en títulos como Les voyages d’Alix, Les voyages de Lefranc, Les voyages de Jhen etc.

Paralelamente a su carrera en solitario Jacques Martin será uno de los integrantes principales junto E.P.Jacobs y Bob de Moor del estudio del autor de Tintín. Martin trabajará en Studios Hergé durante 19 años – entre 1953 y 1972 – allí ayudará a crear los guiones y decorados de diversos álbumes de Las aventuras de Tintín. Participa en El asunto Tornasol, Stock de coque, Tintín en el Tíbet, Las joyas de la Castafiore y Vuelo 747 para Sidney.

A partir de 1991 su salud empeora y debido a una enfermedad ocular padece una ceguera casi completa que le obliga a dejar el dibujo y centrarse en la confección de los guiones. Finalmente en 2010 muere de un edema pulmonar con 88 años.

Jacques Martin puede considerarse como el tercer componente en importancia de lo que vino a llamarse La Escuela de Bruselas que tuvo una importancia capital en el cómic europeo en las décadas de los cuarenta, cincuenta y sesenta del siglo pasado. Una corriente de la BD centrada en esta ciudad y agrupada en torno a las dos principales editoriales belgas, Le Lombard y Casterman. Los otros dos grandes representantes principales de este grupo de autores fueron Georges Remí – Hergé – y Edgar-Pierre Jacobs. Posteriormente serían reivindicados por una corriente de críticos franceses, belgas y españoles que acuñaron el término de línea clara para definirlos.
Su dibujo es, en un principio, una asombrosa síntesis entre el arte de Hergé y el de Edgar-Pierre Jacobs. Más tarde consolidará un estilo propio que le confirmará como uno de los principales autores de la BD franco-belga.
La importancia histórica de la serie Alix radica en su condición de precursora de un género, el de las aventuras históricas, que tendrá su eclosión en la década de los ochenta. Martin ejerce en este aspecto de maestro de grandes autores como François Bourgeon, Patrick Cothias, André Juillard e incluso el gran Hermann.

Con Alix el autor francés consigue crear una sutil mezcla entre tebeo juvenil y comic para adultos que entretiene, apasiona y educa a lectores de toda condición. Sus historias se mueven en entornos pulcros donde la pobreza y suciedad de la época no está muy representada pero no esquiva la dureza de los conflictos y no se olvida en retratar la corrupción, ni la lucha inmisericorde por el poder, tampoco duda en hacer veladas alusiones a la situación política de su época. Se atreve a enseñar escenas de fiestas orgiásticas en Roma y ciudades satélites y la relación entre los dos protagonistas de la serie, Alix y Enak, ha sido calificada a menudo como ambigua sexualmente hablando aunque su autor siempre los ha definido como arquetipos del mundo antiguo.

Alix ha sido una serie de ventas astronómicas con más de 25 millones de álbumes vendidos.

La edición que nos presenta la editorial Coeditum es un ejemplo perfecto de cómo se tiene que publicar un integral. El tamaño es el adecuado, la impresión es perfecta, el papel bueno, el precio es razonable teniendo en cuenta la cantidad de lectura que ofrece y además cuenta con el gran aliciente de ofrecernos unos documentadísimos prólogos a cargo de Patrick Gaumer que nos sitúan perfectamente en el contexto histórico y social del autor y su obra.

Como decía al principio, leer los dos primeros tomos del integral de Alix es asistir al nacimiento de una leyenda. Es un inicio con altibajos, no exento de errores, pero apasionante. Jacques Martin y sus ayudantes tardaron algún tiempo en afianzar su serie, pero estos años sirvieron para que lectores de todas las edades disfrutaran de historias cada vez más interesantes y mejor realizadas. Coeditium nos regala con esta colección un trozo muy importante de la historia del cómic europeo. Espero con impaciencia la salida del tercer tomo.

  Edición original:Alix 1 a 6 (Editions Casterman) Edición nacional/ España:Alix, edición integral 1 y 2. Coeditum, 2017 Guion:Jacques Martin Dibujo:Jacques Martin Color:Roger Leloup Formato:Cartoné, 208 páginas Precio:30€   Aunque pueda parecer un ejercicio de arqueología tebeística, leer o releer las primeras aventuras de Alix del autor de origen francés…
Guión - 8
Dibujo - 8
Interés - 9.5

8.5

Histórica

Una edición excelente de un referente indiscutible de la historieta franco-belga.

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Alejandro García
29 octubre, 2017 20:01

Esta obra tiene muchas cosas que me atraen, principalmente ambientación y arte. Aunque veo que va mucho más allá. A ver si algún día le hago hueco (lo has vuelto a hacer).

sibaix
sibaix
Lector
30 octubre, 2017 17:45

Me ha chocado como en el primer integral el dibujo pasa de lo sublime a lo mediocre, aunque en el segundo integral vuelve por sus fueros, muy recomendable lastima el cambio de estilo en ese primer integral aunque solo por el primer tomo merece la pena comprarlo, de momento seguiré.