Edición original: All New Ghost Rider Vol. 1: Engines of Vengeance TPB, 2014, incluyendo los números 1 al 5 de la colección homónima publicados por Marvel Comics.
Guión: Felipe Smith.
Dibujo y tinta: Tradd Moore.
Color: Val Staples, Nelson Daniel, Ester Sanz.
Formato: 112 páginas a color editadas en rústica.
Precio: 15.99 $.
Pues vamos a ver. All New, todo este movimiento de Marvel, apareció tras el infame reboot deceita de los New 52 y a algunos les pareció un golpe de efecto para recuperar la atención mediática perdida. Puede ser. El tiempo dirá y pondrá en su sitio razones y consecuencias. Lo que se puede cuantificar desde ya es el interés suscitado por estos nuevos títulos y la calidad de las historias propuestas. Hay de todo como en botica, pero servidor sostiene que el nivel de lo presentado gana por K.O. en dos asaltos a lo presentado por DC. A ver, desde autores de mayor capacidad hasta títulos del todo arriesgados, pasando por una creación de sensación de continuidad a años luz de la incapacidad de Didio y compañía para crear un nuevo universo –qué paradoja- de pilares sólidos. Marvel vence a DC y eso es evidente. En títulos como los Vengadores de Hickman, donde crea una historia río que aún dará que hablar unos años- o en su vertiente más elitista, con cosas que van desde She-Hulk hasta Hawkeye, pasando por Moon Knight o Silver Surfer, todos ellos títulos de calidad que aspiran a un público mainstream mientras contentan a la base del fandom más cultivado, esa que, bien deben saberlo en Marvel, son esos cuarentones y treintañeros tardíos que permiten que los tebeos de papel no desaparezcan de la faz de la Tierra, como si esta hubiera sido tragado al fin por Galactus.
All New Ghost Rider, por tanto, se engloba dentro este interés de Marvel por reflotar sus franquicias y darles nuevos aires. Para ello, la fórmula magistral: contratación de talentos en ciernes o demostrados, libertad creativa y posibilidad talibana de obviar el pasado de los personajes a adaptar. Porque, señores, ya es hora de que acepten lo siguiente: los primeros que adaptan a sus personajes a los nuevos tiempos son las propias editoriales. Ellos son lo que realmente crearon la palabra reboot. Porque, lo que ha ido sufriendo nuestro Motorista Fantasma no es sino un reboot tras otro desde su creación a finales de los años cuarenta.
Porque así es, niños, Ghost Rider fue creado en 1949 por Ray Krank y Dick Ayers, como un western de horror donde un jinete vestido con un traje fantasmal repartía justicia. Una vez que Marvel se agenció con este copyright, realizó una nueva versión del mismo que lanzaría en un nuevo número uno con fecha de 1967 y que no duraría sino unos siete episodios. En cuanto apareció nuestro afamado Johnny Blaze en escena, el primigenio jinete fantasma pasó a denominarse Phantom Rider.
Era 1972, y Gary Friedrich, Roy Thomas y Mike Ploog llevaban a cabo el primer reboot a partir de un especialista deportivo que es poseído por el espíritu de la venganza para acabar con el mal allá donde se halle, envuelto su cráneo en una llamarada y montado a lomos de una chopper infernal. Puro delirio estético y evidente naturaleza exploitation que llegó a durar la friolera de diez años y ochenta y un números. El personaje gozó de cierta popularidad y llegó a formar parte de los añorados Campeones, uno de eso no-grupos de secundarios tan del amor de los marvelitas de pro.
Entonces llegaron los noventa, y con ellos, el grunge y el temible movimiento dark and gritty. El satanismo se puso de moda de nuevo y los autores, no se sabe por qué, indagaron en tramas ocultistas y episodios demoniacos, forzando la creación de tebeos con un pie en el género de horror, como Hellboy, Lady Death o Spawn. Pero antes, Marvel, quizá oliéndose este giro a lo sobrenatural –o tal vez porque las licencias de explotación estuvieran a punto de expirar-, decidió recuperar al motorista para una nueva generación de lectores. Reboot en toda regla, esta nueva versión estaría protagonizada por un chaval más joven que su antecesor y con un carácter aún más al límite. El díscolo Danny Ketch sería el nuevo elegido por Zarathos para fundir su piel en pos de la venganza y la serie obtuvo buenas ventas y aceptación crítica suficiente como para generar spin-offs, provocar el regreso del mismo Blaze y crear un subgénero de horror dentro de la propia Marvel, aunque de escasa duración. La historia duró sus buenos 95 números con cambios en la calidad, pero suficientes como para dejar un buen recuerdo en el aficionado. En aquellos no muy exigentes, claro.
Tres volúmenes más tarde, protagonizados de nuevo por el bueno de Johnny Blaze y todos de poca duración –lo
mejor de este lote, los episodios guionizados por Garth Ennis y la saga de Jason Aaron, sin duda de lo mejor que ha vivido el personaje-, una nueva encarnación fue testada por Marvel y dada por muerta en diez números, el último de los cuales apareció a mediados de 2012. Su protagonista, Alejandra, una muchacha que se ve envuelta en las tramas guionizadas por Rob Williams.
Entre medio, dos décadas de apariciones en infinidad de series como estrella invitada, participación en los Nuevos Cuatro Fantásticos de Simonson y Adams, o en los Thunderbolts, e incluso dos películas protagonizadas por Nicolas Cage.
2014, año de nuevas series y lavados de cara. Y le toca a nuestro flameante calavera, nunca mejor dicho. Nueva década, nuevos tiempos, nuevos estilos, ¿nuevos lectores? La cosa es que durante este tiempo una saga cinematográfica ha monopolizado los gustos de los chavales más extremos –y menos versados, todo hay que decirlo-. Fast and Furious revienta taquillas, el hip hop está más extendido que el rock y los malotes visten de chándal. En semejante panorama, surge un nuevo jinete infernal y aún no podemos augurar cuanto tiempo estará entre nosotros. De entrada, este primer arco argumental, Engines of Vengeance, se aleja en forma y algo de fondo de todo lo anterior. Aquí aún no vemos quién o qué posee a nuestro protagonista y el término Ghost Rider se usa una sola vez y de pasada.
Atención, spoiler: Robbie Reyes, huérfano encargado de cuidar a su impedido hermano pequeño, pasa el día trabajando como dispuesto mecánico. Pasando penurias económicas y acosado por matones de barrio, Robbie participará en una carrera con un coche “prestado” con el fin de conseguir algo de dinero con lo que comprar una buena silla de ruedas a su hermano. El drama está servido y la premisa super-heroica se desata con la muerte a tiros del protagonista. Cual espíritu burlón, Robbie sobrevive –o no, que eso está por aclarar- gracias a ser poseído por una entidad que busca darle el poder para vengarse y desfacer entuertos, a lomos esta vez de un Mustang tuneado y flamígero. Algo poco original, lo sé, pero poco importa, pues esta es una serie destinada a confirmar el hecho de que una historia usual pero efectiva, quizá algo anodina, se convierte en puro goce en manos de un dibujante de tremenda capacidad. Los guiones de Felipe Smith aún deben demostrar su valía. Tradd Moore, por contra, se convierte en la estrella del título, aunque sea durante su primer arco argumental, a través de un estilo dinámico, en la honda del amerimanga, pero yendo un paso más allá. Moore logra que las persecuciones luzcan adrenalíticas al tiempo que desata su lápiz con composiciones de página y secuenciación de viñetas de manera que la lectura se convierte en una carrera. Sus personajes bailan, saltan, vuelan y golpean con una agilidad digna del cartoon y sus diseños logran hacernos recordar lo mejor del motorista original con un twist electrónico, como si Zarathos hubiera soñado con Daft Punk antes de caer sobre Robbie Reyes. Nuevos tiempos, viejas fórmulas, nuevos trajes.
Como limpieza de cara, desde luego, este Ghost Rider empieza con un golpe en la mesa. Desde la etapa de Aaron, no había lucido tan bien esta criatura. Y si me apuran, diría que lo hace aún mejor que en aquella etapa. La fuerza de las viñetas de Moore es tal que los lugares comunes de su lectura son diluidos gracias al atractivo de sus imágenes. Eso sí, el cambio estético es evidente y hará que más de uno se lleve las manos a la cabeza. Esto es un Ghost Rider electro-hiphopero. Abstenerse metaleros cerrados de mollera. De todas formas, el gusto ha imperado y si bien la decisión de usar un automóvil en vez de una motocicleta puede resultar temeraria, la elección de un diseño de los años sesenta no podía ser mejorado por nada. Mucho menos por cualquier horror con cuatro ruedas, de esos que vomitan ahora las factorias del tunnig y que hubiera sido la elección lógica para atraer a los lectores adolescentes actuales, si es que todavía existen.
En definitiva, un buen comienzo, que peligra en cuanto desaparezca su dibujante estrella y que podría dar la sorpresa si el guionista sale de la zona de confort de gangsters y villanos químicos. Let all hells break loose!
Soldier down ;). Pobre Ghost Rider, se diría poseído por el espíritu de Aladdin. No lo he leído, y seguro que está bien pero para mí es un claro damnificado de la corriente All New.
El cambio de la moto al coche no me gusta. Y el tema de dibujo, no digo que sea malo, pero no es un estilo que me llame la atención. Lo siento.
A mi esta primera saga me ha recordado mucho al Danny Ketch de Mackie y Texeira, con el plus de un apartado gráfico espectacular (ni por todas las páginas que uno suba es posible hacer justicia al despliegue narrativo de Moore). El guión quizás abunda en demasiados lugares comunes con todo el repertorio de «chaval de barrios marginales que flirtea con el mundo criminal porque tiene un hermano adorable y perjudicado al que sacar adelante«, pero cumple como lectura ligera con un estilo casi de shonen urbano de cara a la chavalada.
Hay clichés que funcionan mejor (que la silla de ruedas de su hermano sea la principal preocupación de este Ghost Rider tiene su lucidez, y la versión del villano clásico detrás del nuevo cartel de drogas de Los Ángeles no podía molar más), y otros no tanto (el empeño del prota en mostrar su buen corazón es bastante brasas). Lo mejor es la suerte de relación simbiótica que se monta entre el prota y ese espíritu de la venganza sarcástico y cabrón al más puro estilo del Ryuk de Death Note.
Bueno, eso y el dibujo de Tradd, que escenas como el asalto a la casa del traficante son para quitarse el sombrero y aplaudir.
p.s.: Hombre Dynamo, ni que fuera la primera vez que cambian al Ghost Rider de montura. ¿Os acordáis de cuando le encasquetaron… ¡Una moto! Cuando de toda la vida el Ghost Rider siempre ha ido a caballo 😛
Hombre, esta claro que el rider en inglés les da para cambiar tranquilamente la montura. Lo único que a mi personalmente el tema del coche me atrae menos que con la moto.
Sí, ahí esta claro que cada uno tenemos nuestras preferencias. A mi personalmente me parece un acierto de cara a darle una identidad diferenciada frente a los tres últimos Ghost Riders, pero dependiendo de si uno es más motero o más de coche, probablemente le tire más una cosa o la otra
Al final va a pintar mejor de lo que parecía a priori.
De todas formas, no me resisto…
¿El grito de guerra del Conductor Fantasma es «K.I.T.T., te necesito»?
Y si de verdad quisieran hacer algo rompedor de verdad, entonces Zarathos habría poseído al hermano impedido. El Fantasma de la Venganza en una silla de ruedas envuelto en llamas. A ver quién superaba eso.
El problema del Marvel Now no es la comparativa con el reboot de DC, sino la comparación con la anterior etapa de la propia Marvel, que en manos de Quesada ha dado lugar a una de las mejores etapas de La Casa de la Ideas.
Esto enlaza, casualmente, muy bien con el Motero Fantasma, ya que precisamente en la época Quesada pudimos ver como se daba una explicación al origen del personaje enlazando toda la historia y personajes que habían aparecido desde casi el principio para unirlo con otros de nuevo cuño, saliendo una saga celestial que ya le hubiera gustado a Spawn tener para si.
Lo malo es que después de la obra maestra, llega la caída y la obras de menor calidad y con los hermanos Blaze era evidente que no sabían que hacer con ellos.
Así que sale un nuevo espíritu de venganza sin lazos con lo anterior.
A mi me parece bien, se había dejado claro que hay más de uno y pilotan sus propios vehículos (el de España va en un «correbaus» vestido de torero… juro que es cierto…)
Así que ¿un Conductor Fantásma? Bueh, el humos de la cabeza le va dar problemas para conducir pero aparte de eso hay que darle una oportunidad.
Todo lo que he leído en este artículo hace que tenga aún menos ganas de acercarme a la serie,y mira que ya eran escasas.
Y si,fue a caballo durante un rato,pero lo que le hizo icónico fue la moto. Que,para que engañarnos,mola más como le queda que el coche.
Me refiero a lo que cuenta de la serie,no al artículo en si,que no haya confusiones 😉
Daniel Gavilán «p.s.: Hombre Dynamo, ni que fuera la primera vez que cambian al Ghost Rider de montura. ¿Os acordáis de cuando le encasquetaron… ¡Una moto! Cuando de toda la vida el Ghost Rider siempre ha ido a caballo 😛
Tu puedes ride a horse o ride a bike, pero no puedes ride a car (a no ser que te lleven de pasajero o vayas montado sobre el capó del coche). Sería Ghost Driver… Pero no dejemos que un «pequeño» tecnicismo nos corte la diversión…
Ghost Driver.
Me juego el bocata de Nocilla a que, en cuanto se empiece a hablar de adaptación para la pantalla, el primer nombre en salir a la palestra es el de Ryan Gosling.
No sé si será porque soy un completo ignorante en lo que viene siendo la historia editorial de Ghost Rider pero a mí esta etapa me está pareciendo tremenda, y eso que yo ni de motos ni de coches, que ni en bici sé montar. No hay palabras que hagan justicia al PEDAZO de dibujo ni al dinamismo que aporta a la narrativa, y el guión, sin ser prodigioso, parece casi más de un cómic Image por lo ‘realista’ de la ambientación, sin dejar de presentar acertadamente al típico héroe urbano Marvel. Para gustos colores, pero repito que para mí este All-New Ghost Rider es de lo más interesante de la etapa post-Quesada… lástima que haya dado el lógico bajón con la salida de Moore y vaya lanzado hacia la cancelación.
Terrific; Tu puedes ride a horse o ride a bike, pero no puedes ride a car (a no ser que te lleven de pasajero o vayas montado sobre el capó del coche). Sería Ghost Driver…
Pues tienes razón, gracias por la levción de inglés…. ahora vas y se lo cuentas a Zarathos 😆
Ya se lo dirá el próximo guionista de Ghost Rider: Back to Bike, Dynamo.
demasiado grande jorge, no se ve nada.
no pensaba que nadie estuviera leyendo esta serie, qué cosas.
es verdad que es algo muy personal pero, de momento, y por lo que llevo visto, a mi el dibujo de ‘el tercer t. moore’ no me llama nada.
«Joder, he estado viendo más ilustraciones, página y viñetas -como por ejemplo esta: http://www.agentsofguard.com/wp-con tent/uploads/2014/03/2014-03-25-19. 06.01.jpg»
Esa forma de dibujar los caretos y las venas de las manos… Este tío es uno de los dibujantes del Zero de Alex Kot, ¿no?
Mira que ese número de Zero estaba muy bien, pero… me pasa como a Mr Drummer, ese dibujo no me gusta para el Motorista fantasma.
Ganazas de leer esto.
Y Tradd Moore me parece el típico caso de dibujo que inicialmente no te mola pero que cuanto más ves más te va convenciendo hasta que te flipa. Tiene un estilo muy original y dinámico.
«De hecho, el dibujante del que para mí es el mejor número de la serie, el segundo»
Coño, Tamaño. No me digas eso. Que llevo el tomo por la mitad (me lo pillé con cierto resquemor por aquello de las expectativas, pero me está molado bastante) y aunque el episodio en cuestión está muy bien… Coño. Es el segundo. Espero que el nivel siga igual o que mejore, no que baje.
Bah. Ya te diré. Esta noche debería acabármelo.
XDDDDDDDDD
Perdón, perdón… El puto corrector del móvil.
Tamaño, no. Samano.
XDDD
Tamaño, no. Samano.
Es la versión aragonesa de Estatura.
P.S. Puntazo que se esté leyendo Zero, señor Retran. A mí el número de Moore me encantó, pero el de Santolouco me llegó a la patata. El siguiente es acción, violencia y dinamismo a punta pala. Y el último de ese tomo es… extraño.
Joder.
Qué puta manía le está entrando a todo dios de tratarme de usted, cojones.
¡¡¡Que ya tengo bastante con los putos críos de los parques, coñohombreya!!!
«¡¡¡Que ya tengo bastante con los putos críos de los parques, coñohombreya!!!»
Y que haces tú hablando con los niños en los parques? No irás con una bolsa de caramelos, no?
No les hablo.
Pero estoy en un parque… digamos que a mis cosas… y nunca falta el crío que suelta lo de «señor, ¿me pasa la pelota?».
Joder, qué mal me sentó la primera vez. Ahora ya no me cabreo. Ahora paso.
Que se mueva y vaya él a por la puta pelota.
Pues vente a Canarias, que aquí está bastante extendido entre las señoras el «mi niño».
Ya puedes tener 40 tacos, que te saldrá una tía más joven que tú y te dirá:
– ¿Me dices la hora, mi niño?.
De todas maneras, no me creo nada de tu historia. Te la estás inventando.
– Punto uno: Los criajos de ahora son unos maleducados y me los imagino más en plan «eh, tú! pásame la pelota!»
– Punto dos: Es que tampoco se ven ya niños jugando a la pelota en los parques. Cada vez se tienen menos hijos y estos prefieren quedarse en casa jugando a la consola. Y los padres también prefieren que no salgan, no sea que se les acerque en el parque un adulto con una bolsa de caramelos.
– Punto tres: Si bajan al parque no es a jugar a la pelota, sino a enrollarse o a fumar. Estos igual también se dirigirán a ti como «señor», pero no para pedirte la pelota, sino un cigarrito.
Empieza a anochecer, Khonshu. Llama a la celadora para que venga a buscarnos, que es la hora de nuestras pastillas nocturnas. Y mañana hay que madrugar para la toma del Sintrom.
Cuando el Daniel Gavilán hizo su artículo sobre series que deberían vender más yo vote por x-factor y ghost rider para que no las cancelen. Ya me quitaron la escrita por David, así que espero que no cancelen esta ):
Sobre el dibujo coincido, Moore es un Crack.
Pues, sorry, pero aquí otro al que no le gusta ese dibujo.
Con todos los respetos para Mr.Moore, por supuesto.
– «En títulos como She-Hulk hasta Hawkeye, pasando por Moon Knight o Silver Surfer,
todos ellos títulos de calidad que aspiran a un público fandom más cultivado, esa que,
bien deben saberlo en Marvel, son esos cuarentones…»
Sin olvidarnos del Daredevil de Waid, por favor!
Pero ahí estuvo fino, Mr.Silvestre, si. Me posiciono, indudablemente, con los cuarentones.
De lo otro, el temita cultivado, ¿vale decir que me ducho todos los días y bebo, aproximadamente,
unos dos litros de agua diarios?? Pues eso.
Y otra cosa, el Ghost Rider, de toda la vida de Zarathos, en motaka, por San Elvis!
Pero, en cualquier caso, o se baja de la amoto y camina un poco o, desde luego, en el coche no entra…
http://hegeekshegeek.files.wordpress.com/2012/02/2830389.jpg
Notese la «holgadez» de la chupa y el fino contorno del colega
😉
Rockeros Saludos
“En títulos como She-Hulk hasta Hawkeye, pasando por Moon Knight o Silver Surfer,
todos ellos títulos de calidad que aspiran a un público fandom más cultivado, esa que,
bien deben saberlo en Marvel, son esos cuarentones…”
A mi me da más bien que estas son las series que tiene más tirón entre los lectores jóvenes a tenor del movimiento que suelen tener por Tumblr y otras redes sociales http://deafclintbarton.co.vu/post/97148352820/i-got-hawkeye-20-the-owner-of-the-comic-book
De hecho tengo bastante más experiencia de lectores talluditos quejándose por las diferencias de series como las que citáis respecto a anteriores etapas (tono, traje, «este no es mi InserteNombre», traiciona la esencia clásica, etc…) que por parte de lectores más novicios. Si hasta con la nueva Batgirl ha habido cierto rechazo, y me da que no ha sido precisamente entre escolares y universitarios