El primer arco argumental de All Star Batman no fue todo lo que se podría esperar de los autores involucrados. Por un lado Scott Snyder construía una historia anodina, una road movie, en la que Batman no dejaba de enfrentarse a todo un desfile de villanos con los que dar gusto a John Romita Jr. Esta combinación entre guion y dibujo creó desafección entre los aficionados que vieron como sus expectativas no se cumplían en absoluto. Sin embargo, los siguientes números, lo que ahora nos atañen, vienen a demostrar que Snyder tenía otra cosa en mente cuando encaró su trabajo en All Star Batman.
Con estos números, el segundo arco argumental de la colección, Snyder da un giro de 180 grados y posiciona a Batman donde nunca debió de dejar de estar. Snyder construye una historia formada por comics autoconclusivos, que forman parte de un todo que da sentido a la historia. Ya no estamos frente a un frenesí anfetamínico de villanos intentando cazar a Batman, sino que estamos frente a un Batman detective y una narración más íntima, pausada y literaria en relación a lo visto anteriormente.
Snyder nos edifica su historia con varios ladrillos, usando a cuatro villanos clásicos de Batman, uno por número, con los que ir modelando la trama que reintroduce a los Blackhawks (a los cuales se les puede volver a ver en el evento Metal), como un elemento útil que aporta trasfondo a estos relatos cortos en los que el hombre murciélago ha de hacer frente a la amenaza mediante la combinación no solo de sus habilidades físicas, sino también mentales.
Batman se ve obligado a usar todo cuanto está a su alcance para poder hacer frente a una amenaza de proporciones bíblicas, haciendo frente a estos villanos que acaban por ser los verdaderos protagonistas de este segundo arco. Snyder reflexiona sobre sus personalidades y los describe y trata con respeto, entendiendo su naturaleza, pues son totalmente fieles a su propia idiosincrasia. La representación de Snyder de estas némesis de Batman es, sin duda alguna, lo interesante de esta historia. Puede que detrás haya un maligno plan, pero es intrascendental cuando uno se deja seducir por las acertadas palabras que usa Snyder para elaborar el perfil psicológico de cada uno de ellos.
La selección de villanos es muy interesante por lo que cada uno de ellos aporta a la trama. Mr. Frío, un villano torturado por un amor perdido, es el encargado de abrir el arco argumental con un Batman que ha de viajar hasta Alaska en su busca. Un enfrentamiento físico para evitar que Fries lleve a la Tierra a una nueva era glaciar.
A continuación le llega el turno a Hiedra Venenosa que demuestra ser una de las villanas más interesantes del hombre murciélago. El enfrentamiento, si es que se le puede llamar así, no es lo que uno podría esperar, dejando espacio para una profunda reflexión sobre la humanidad.
El tercero en llegar es el Sombrerero Loco, uno de los villanos más infravalorados de todo el catálogo de Batman, que demuestra, en manos de Snyder, el potencial que tiene si se sabe tratar con la adecuada destreza. La locura y la manipulación mental se dan la mano en esta historia que sirve de preámbulo al desenlace en el que Batman deberá hacer frente a quien de verdad ha estado tejiendo toda esta red de actos perniciosos. Pero de este desenlace es mejor no dar más detalles.
El sombrerero, sin embargo, aporta el punto de locura extrema necesario para llevar a Batman a un siniestro cuento de hadas en el que la realidad se licúa a su alrededor para dar paso a una insana irrealidad que amenaza con consumir al héroe.
Mente y cuerpo llevados al extremo. Esto es lo que Snyder nos trae para este segundo arco, un retorno a la esencia y una recuperación racional y sentida de algunos de los mejores villanos de la galería de Batman.
Además, por si la historia central nos deja con ganas de más, Snyder continúa escribiendo la historia de complemento que gira alrededor de la figura de Duke, que busca desesperadamente encontrar su sitio en el microcosmos de Batman y se ve envuelto en un retorcido plan del Acertijo. Una historia cruda, directa, intensa, con una puesta en escena muy atractiva que nos hace retrotraernos a tiempos pasados en los que los enigmas mortales ponían en jaque al cruzado de la capa. Snyder sigue trabajando más a Duke, para que no acabe como un simple nuevo ayudante de Batman, y tenga un sitio por derecho propio dentro de la batfamilia.
Con este segundo arco también mejoramos en los artístico, dejando de lado los exceso de Romita Jr. y damos paso a dibujantes tan importantes como Jock (con su estilo artístico y de línea rota), Giuseppe Camuncoli (de trazo limpio y experimental puesta en escena), Tula Lotay (que con su estilo recupera el sabor clásico de las historias de Batman) y Francesco Francavilla (un gozo visual por su dinamismo). Un cuarteto de artistas que embellecen esta historia de Snyder y que permiten que brille con más fuerza. El trabajo visual derrocha calidad e imaginación, así como experimentación, no solo en lo narrativo, sino también en lo pictórico.
Snyder es capaz de recuperarnos con esta historia, devolvernos a donde nunca tuvimos que habernos ido, demostrando que entiende a Batman como nadie y a sus villanos, en un arco íntimo que permite reconciliarnos con la serie de nuevo.
Guion - 7.5
Dibujo - 8
Interés - 8
7.8
Cambio de rumbo.
Tras el desastroso arranque de esta serie, Snyder, asume el reto de reconducir su trabajo y mirra de frente a historias más trabajadas en las que se persigue un fin más ambicioso que lo visto con Romita Jr.
Los primeros 6 números me parecieron malos, los siguientes increíblemente aburridos, menos el de Hiedra Venenosa
A mí me gustaría romper una lanza por el primer arco de Snyder y Romita. A veces me da la impresión de que se ha instalado en el fandom la idea de que hay un Snyder «bueno» – que es el de su run en Detective Comics pre-New 52 – y que cuando se sale de ese registro es malo. Si se ve sin prejuicios es un blockbuster eficaz altamente disfrutable con el mejor Romita en años.
Este segundo arco parece más próximo a su etapa en Detective y la presencia de Jock y Francavilla acentúa esta sensación. Yo personalmente agradezco que se desarrolle como números autoconclusivos que siguen una trama de fondo que los conecta, hace que la lectura en grapa sea más satisfactoria. A mí me aburrió un poco el del Sombrerero, que era del que más expectativas tenía, y me gustó mucho el capítulo final. Yo sí que lo recomiendo. Y el siguiente arco, que aún se está publicando en España, también.
Como curiosidad, si no me equivoco, la trama de este arco continuaría la del especial Rebirth de Batman del Hombre Calendario, no?