Si hace unas semanas reseñaba el primer cómic de Craig Thompson, hoy les hablo del último que publicó el autor de Blankets, allá por 2015.
Thompson, que ya en sus comienzos demostraba ser un dibujante superlativo, derrocha un enorme talento e imaginación para la narración gráfica. Las páginas y las viñetas de este tebeo están compuestas por un hilo anárquico, alejado de cualquier tipo de composición esquemática, que más allá de despistar al lector, lo introducen en una historia llena de aventuras, e insufla de vida y ritmo a cada viñeta de este cómic en cuestión. No solo destacaría la riqueza y variedad compositiva, sino que también el nivel de detalle que podemos observar a lo largo y ancho de la obra. Para redondear todo esto, Thompson emplea, por primera vez dentro de un cómic, el color. En este sentido, demuestra ser un artista muy inteligente y conocedor del medio, ya que para llevar a cabo esta función cuenta con la colaboración de Dave Stewart. Si tuviera que hacer yo un cómic a color, no dudaría en llamar a este colorista omnipresente que siempre le da ese toque al dibujo que parece como si éste quisiera salir casi de las propias páginas. Esa viveza y plasticidad atraerán, sin duda, al público infantil/juvenil al que está destinado eminentemente este tebeo.
Si en la parte gráfica no hay que ponerle peros a este cómic, no ocurre lo mismo con la parte literaria. La historia es amena y fresca, con una protagonista entrañable (Violet), y unos secundarios que ponen el contrapunto humorístico (Elliot y Zaqueo), pero ciertas tramas no están del todo bien resueltas, y ciertas relaciones entre personajes no quedan del todo claras al final. La idea de familia y de construir una está muy bien llevada, pero en cambio las luchas/diferencias de clases y todo el tema medioambiental quedan un poco difusas en cuanto a desarrollo, exposición de ideas y conclusión. Posiblemente, a un lector infantil no le quede nada claro toda esta parte, e incluso puede que ni le importe; en cambio, para un lector más mayor verá esto como una oportunidad perdida para darle más profundidad al cómic, ya que éste apuntaba maneras, pero se queda a medio camino.
Lo que tiene que quedarle claro al lector es que está ante un cómic de aventuras y ciencia ficción que funciona muy bien, puesto que es ameno, divertido y tiene ritmo, pero a la vez, no deja mucho poso. De este modo, y a diferencia de Adiós, Chunky Rice, este tebeo está más destinado al público infante. Pese a la carcasa que tenía su ópera prima, ésta funcionaba perfectamente bien para todas las edades, puesto que las relaciones entre personajes, la profundidad de los mismos, y el perfecto desarrollo de las ideas y tramas hacían que la historia llegase a cualquiera. Con
Pese a su escasa bibliografía (publicada toda en nuestro país por Astiberri), estamos ante uno de los autores más importantes del medio de los últimos 20 años. Un artista que recomiendo a todo el mundo, sea o no, lector habitual de cómics. En la actualidad, Thompson está publicando, por primera vez, una serie abierta titulada Ginseng Roots editada por Uncivilized Books, y que supone una vuelta a sus orígenes; es decir, al blanco y negro y al relato autobiográfico que se centra en la época en la que trabajaba junto a su hermano en las granjas de Wisconsin. Habrá que esperar hasta que llegue esta obra a nuestro país; mientras tanto, pueden ustedes matar el tiempo de espera con
Guion - 6
Dibujo - 9.5
Interés - 8
7.8
Familia
Thompson, en su última obra publicada en nuestro país, nos narra las aventuras galácticas de una singular familia que va especialmente dirigida a un público infantil/juvenil.
Si esperas otro Habibi te vas a llevar una desilusión, pero como cómic infantil funciona bien. Mi única pega no es con la obra en sí, sino con su traducción al castellano. ¿Almóndigas? ¿En serio? ¿Por qué almóndigas?
Buenas, Raku. Hay un porqué, y es debido a que en el original está mal escrita la palabra Dumplings (una especie de empanadilla); el título original es Space Dumplins. Al traducirlo, y para mantener la «errata» también en castellano, se ha optado por escribir incorrectamente la palabra albóndigas.
Vale, soy idiota. En su día miré el título original y se ve que pasé por la alto la omisión de la g en dumplings. Y me quedé con la copla hasta hoy. Ahora todo tiene sentido… En fin, más vale tarde que nunca jaja. ¡Gracias!
Yo si esperaba algo parecido a Blankets o Habibi, se me hizo algo pesada la lectura y tenía ganas de acabarla. Supongo que no era el público objetivo o esperaba demasiado después de las otras lecturas.