Edición original: Marvel Comics – julio 2011 – marzo 2012
Edición España: Panini Comics – junio 2012
Guión: Greg Pak, Fred Van Lente
Dibujo: Ben Oliver, Dale Eaglesham
Entintado: Dale Eaglesham, Dan Green, Andrew Hennessy
Color: Sonia Oback, Jesus Aburtov
Portada: Tom Grummett
Precio: (Tomo en tapa blanda de 216 páginas)
Si algo puede definir la última singladura de los “Alfalfa light” en el siempre proceloso mar de las cabeceras propias ha sido la suerte, más concretamente la mala suerte. Las ventas no han acompañado y lo que comenzó siendo un esperanzador relanzamiento en la forma de maxiserie convertible en cabecera regular ha terminado reducido a ocho entregas que dejan a la parroquia seguidora de los héroes canadienses con las ganas de ver y saber qué tenían planeado Pak y Van Lente para continuar un arranque que ha estado a la altura de las expectativas de un respetable público que, como tantas veces, ha sido insuficiente en número para la continuidad de la función.
Alpha Flight ha sido una franquicia largamente cubierta por la no menos alargada sombra de su creador, John Byrne. El grado de implicación del autor a la hora de desarrollar la que para muchos es su obra más personal en Marvel dio mucho que hablar. “Cabreos” Byrne decidió ir de innovador con la colección de un grupo que abordaba su primer número con las consecuencias de su disolución. Los problemas personales de sus miembros, el pasado terrorista de Estrella del Norte y las veladas alusiones a su opción sexual en unos tiempos en los que la homosexualidad era tabú en Marvel, la doble personalidad de Aurora, el progresivo descontrol mental de Sasquatch, los misterios inherentes a Ave Nevada y Marrina… Alpha Flight fue una colección atípica que con el tiempo consiguió el estatus de obra de culto, pese a que su creador marchara hacia territorios más verdes pasados unos dos años. Los aperos literarios le tocaron en suerte a Bill Mantlo, que venía de una larga estancia en esos verdosos terruños y que, llevando la colección de los Alphas al campo de la convención en lo que a series grupales se refiere, desarrolló una labor que, vista con perspectiva, permitió que la cabecera sobreviviera hasta la primera mitad de la década de los noventa, aunque perdiendo progresivamente el encanto que la definía en sus orígenes.
Varios han sido los intentos desde entonces para recuperar una cabecera cuyos personajes son bastante populares. Todos se han sido vuelos de corta duración. Desde la interesante propuesta de Steven Seagle hasta la humorística perpetrada por Scott Lobdell, pasando por apariciones puntuales en las colecciones mutantes o la iniciativa de Omega Flight, ninguna de ellas ha pasado a la historia ni ha dejado impronta reseñable en la sesera del respetable público. La única excepción fue la gratuita masacre que Brian Bendis realizó en uno de los primeros arcos argumentales de Los Nuevos Vengadores. Mas que no cunda el pánico, que solo haría falta alguna excusa más o menos presentable para traerles de vuelta, y eso vino de la mano La Guerra del Caos. Un pequeño desbarajuste en la autopista hacia el cielo y ya estaban de vuelta no solo los caídos más recientes -Guardián, Vindicador, Shaman- sino también una de sus primeras bajas, Marrina.
La historia comienza con un capítulo de enganche en el que el grupo, en lo que –quitando un par de componentes- es su alineación clásica, demuestra su perfecta incorporación al mundo de los vivos. Es día de elecciones y un par de amenazas antisistema parecen tener ganas de calentar el ambiente. El candidato en mejor posición es un viejo conocido de los alpha (y de los lectores): Gary Cody, su antiguo enlace gubernamental. Los sondeos se confirman y Cody acaba convirtiéndose en el Primer Ministro de Canadá. Pero no todo es reparto de mamporros con antiguos y nuevos enemigos: hay que resolver cuestiones personales, siendo la principal de ellas el asunto de la custodia de Claire, la hija de Heather y Mac. La profesión de sus ilustres papás determina, a ojos de la justicia, un grado de peligro para la menor que hace aconsejable que sus redivivos progenitores no reasumen las cargas de la patria potestad, siendo éste uno de los argumentos más importantes de la serie. No será ésa la única bofetada que el gobierno de su Graciosa Majestad (del Canadá) propine a unos héroes que descubrieran que su querida madre patria tiene bastante de madrastra de cuento.
Este volumen de Alpha Flight deja patente una vez más la capacidad de Greg Pak y Fred Van Lente, responsables de “sacar petróleo” de otros personajes teóricamente secundarios como Hércules. Una vez más se nota la simbiosis entre ambos y además el cariño mostrado hacia unos personajes que necesitaban como agua de mayo un tratamiento adecuado por parte de autores que tengan interés por trabajar con ellos. Quienes disfrutaran con las ediciones de Comics Forum esbozarán más de una sonrisa al ver recuperados argumentos, diseños y personajes de esos tiempos. Quienes hayan seguido a los Alpha a través de su travesía del desierto como secundarios sabrán apreciar el hecho de que los guionistas no hayan pasado olímpicamente de esas aventuras sino que las hayan integrado dentro de la serie. La estancia de Puck en el averno, los intentos de Estrella del Norte por tener una vida en familia lejos de un grupo que no es santo de su devoción, la doble personalidad de Aurora, la especial relación que une a Lobezno con el grupo… y mucho más. Quizá el personaje que más haya cambiado respecto de su imagen y actitud tradicionales sea Marrina, pero la modificación hacia una mayor agresividad ha sido algo pensado por los autores. En la parte gráfica hay que decir que Dale Eaglesham hace un trabajo correcto, como es habitual en él y con los defectos propios de su dibujo. A destacar (para bien) las portadas realizadas por Phil Jiménez y (para muy mal) Leinil Francis Yu. La que ilustrada la portada es de un autor de corte clásico como es Tom Grummett, evocadora del trazo de Byrne.
El orgullo de una nación constituye probablemente el mejor regreso de Alpha Flight desde el cierre de su primer volumen. Una colección que mereció mejor fortuna y que servirá para que la afición tenga su dosis de superhéroes canadienses o bien pueda conocerles un poco mejor.
Nadie a conseguido superar la etapa de BYRNE y no creo que lo haya una etapa espectacular
Lamentable que este gran grupo no pueda despegar desde hace tantos años. Y encima haya sufrido ataques tan absurdos como lo que les hizo Bendis…
Bendis es el mejor valedor de los personajes que le gustan, y su trabajo con Luke Cage es buena muestra de ello (a Spider-Woman no ha conseguido colocarla tan bien). Pero con los que no le interesan o no entiende es un desastre.
Sip, un grupo a recuperar, sin duda. Junto con los Vengadores…de los Grandes Lagos…jejeje.
A lo mejor si meten en esos grupos a Logan y a Spiderman, como canadiense honorario, tendrían alguna posibilidad…
Los Vengadores de los Grandes Lagos también son creación de «espantás» Byrne. No sé si será cierto o un rumor convertido en leyenda urbana, pero al parecer don John no estaba muy contento con sus personajes (los Alpha) a los que consideraba bidimensionales y poco interesantes, entre otros motivos por no haber sido creados por Kirby y Lee.
Byrne dejo los Alpha por que segun el no tenia nada mas que contar ya que la idea que siempre defendio es la de ser «junto a los defensores» un no grupo de hecho a el le interesaba poco como grupo y si como individuos .
Una cosa, que leyendo la reseña no me termina de quedar claro y es lo que principalmente me deja dudas sobre comprarlo o no.
¿Que tal se cierra el tomo? es decir, fue una maxi de 12 que si triunfaba se volveria regular(regular de frecuencia, claro) pero por descalabros acabo siendo de 8, ¿como afecta eso a las tramas planteadas? ¿Aguanta bien el libro como tomo unitario?
Así que, este tomo es recomendable o no? Con Pak y Van Lente al frente confío, pero necesito saber más.
«Nadie a conseguido superar la etapa de BYRNE y no creo que lo haya una etapa espectacular»
Es difícil superar al Byrne de aquella época
Don Pachinko: el tomo se cierra dejando al grupo listo para otra intentona y con un par de cabos sueltos que ya veremos cómo se resuelven. Eso sí, hay cuestiones que nunca quedaron bien resueltas, como el regreso de Gary Cody, que llevaba muertecito desde los días de Bill Mantlo y Jim Lee.
El Asombroso Espaidermen: yo la recomiendo en tanto que fan un tanto nostálgico del grupo. Hay cosas que, repito, requerían un desarrollo superior, pero nueve capítulos les han dado para algo.
Yo también me quedé alucinado con lo de Gary Cody. Pero si estaba muerto!!
Puede que haya resucitado en los comics inéditos en España, pero ni mirando por internet he hallado respuesta a este misterio. Así que me huele a trama sin resolver.
La mini está bastante bien atada. Se queda alguna cosa en el aire, pero nada indispensable. Si te gusta el Alpha clásico (y… ¿Por qué no? el de Mantlo) es muy recomendable.