Hay veces en la que una sinopsis editorial es motivo suficiente para sentir el deseo de leer una obra, ese es el caso de Amarga Rusia, una historia escrita por Aurélien Ducoudray (Bob Morane Renacimiento) y dibujada por Anlor. Juntos crean una historia de amor maternal y coraje en mitad de uno de los conflictos más sangrantes de los últimos años, la guerra entre Rusia y Chechenia. Dice así la sinopsis de la obra: “Hace tiempo que Katerina Kitaev no tiene noticias de su hijo Volodia, un joven militar ruso destinado a una operación en la guerra contra Chechenia. Un día, Katerina encuentra el nombre de Volodia en una lista de prisioneros. En ese momento, Basáyev, el general enemigo, anuncia que liberará a todos los rehenes rusos si sus madres van a buscarlos en persona.” Como podéis se trata pues de la valentía de una madre rusa en busca de un hijo al que vio partir para embarcarse en el servicio militar y este ser destinado a Chechenia, no tiene ningún apoyo de su marido, un antiguo militar ruso – aunque no se explica se entiende que sin rango alguno – que se ha dado a la bebida y al que Katerina terminó apartando de sus vidas, aunque si pudiéramos preguntarle a ella diría que no son pocas las veces en que le dio a escoger entre el alcohol o su familia. Han pasado seis meses desde que tuvo noticias de Volodia, demasiado tiempo para un madre, y más sabiendo que su hijo está en manos del enemigo y que sólo su presencia puede salvarlo, con lo que decide emprender un camino peligroso con la única compañía de la perra de su hijo, Milyi para encontrarse con el general checheno Basayév y pedirle en persona que libere a su pobre hijo que poco o nada tiene que ver con la contienda que se está desarrollando.
Amarga Rusia es una historia magnífica por muchos motivos, es de ese tipo de obras en las que acerca al lector una realidad que lo más probable es que la vea como distante o incluso desconocida en los detalles, por tanto, y como está ambientada en un conflicto real nos proporciona los suficientes elementos como para adentrarnos en él. Y claro está, a poco que seamos un tanto curiosos nos ha de llevar a una segunda lectura paralela a esta obra mediante una inmersión en internet para conocer detalles de la figura del general Basayév, capital en el conflicto ruso-checheno. Que quede claro que no estamos ante una obra destinada a explicar los porqués o cómo se gestó dicho conflicto, es la historia de una madre que tendrá que armarse de valor para subida en un autocar llegar a país en plena guerra, y es ahí donde raya el excelente el guión en proporcionarnos pinceladas de uno y otro bando para ver que tan culpables como inocentes pueden llegar a ser rusos como chechenos, y es que al final, las guerras son lo que tienen, muchos matices de grises y una única víctima, los civiles que ven caer las bombas y destrozar sus vidas.
Estamos ante una obra muy equilibrada y por tanto de esas que uno disfruta leyendo sorbo a sorbo, perfecta en el desarrollo de la trama, genial en ejecución de los momentos cumbres y con una caracterización de los personajes que consigue que empatice el lector con ellos. Ducoudray se da incluso la licencia de ante tanta tensión introducir pequeñas gotas de humor, casi siempre mediante apariciones de la inteligente perra de Volodia y en no pocas ocasiones también mediante Katerina que ante tanto dolor y empuje aún encuentra momentos para ese optimismo que sólo una madre puede tener ante la búsqueda de su hijo pues la esperanza es lo último que se pierde.
Si bien la historia me ha dejado sin respiración en muchos momentos, si el guión probablemente sea de los mejores que he leído en mucho tiempo lo cierto es que la historia no sería tan redonda si no fuese por el también espectacular trabajo que realiza Anlor en el dibujo, sus personajes no pueden ser más expresivos y lo borda tanto en las escenas de conflicto como en las más cotidianas consiguiendo una atmósfera que da una sensación envolvente al lector hasta el punto de sentirse en mitad del conflicto. Anlor no sólo raya el excelente en la caracterización de personajes, me parece digno de mención también el trabajo que realiza con la ambientación de los lugares sabiendo captar la destrucción que deja tras de sí toda guerra, y aún más en una sociedad tan maltrecha como la chechena.
Amarga Rusia es un relato magnífico, de esos que gusta releer con el paso de los años, una historia emocionante, intensa, emotiva y que nos hará reflexionar sobre muchas cosas de la vida. La historia tiene un final a la altura del desarrollo de la trama dejando al lector con un muy buen sabor de boca, de haber invertido bien el tiempo que ha llevado su lectura.
La edición de Norma Editorial como siempre magnífica, en cartoné de grandes dimensiones (23,5 x 31) y recopilando los dos volúmenes que forman la historia para así en un único volúmen de su edición tenerla de forma íntegra. Sin lugar a dudas una de esas compras que no defraudan.
Guión - 8.5
Dibujo - 8
Interés - 8.5
8.3
Emocionante
Probablemente una de las historias más emotivas, emocionantes e intensas que se pueden leer hoy en día. La búsqueda de una madre rusa de su hijo capturado en territorio checheno en mitad de conflicto.
A mi este comic me ha encantado. Ademas de hacer una intrahistoria cojonuda y muy objetiva (o al menos pra lo que se acostumbra a ver), la premisa de la madre buscando al hijo me ha parecido muy original y bonita.
Junto a Choc, dos BD que de primeras no conocia y no me llamaban mucho la atencion, pero que luego me han parecido dos joyas. Hay que comprar ambas.