Edición original: mar. 2010/-; Vertigo (DC Comics).
Edición España: nov. 2010; Planeta DeAgostini.
Guión: Scott Snyder, Stephen King.
Dibujo: Rafael Albuquerque.
Entintado: Rafael Albuquerque.
Portadas: Rafael Albuquerque.
Color: Dave McCaig.
Rotulista: Steve Wands.
Precio: 18,95 € (Cartoné, 192 págs.)
Introducción y notas a la edición
Por Yuri Morillo Castaño.
Vampiros y zombies. Miedos universales y mitos clásicos, el no muerto que vuelve para acosar y destruir o transformar al pobre mortal en algo distinto y letal; siempre en boga en todos los medios (cine, libros, cómics…), aunque por épocas tengan más presencia que otras, uno de los dos o ambos a la vez, dando lugar a que se hable de que estén o no ‘de moda’. Esto precisamente ocurre en el zeitgeist fantástico de nuestra época, en el que tienen cabida ambos, y de qué forma. Los vemos por todas partes: pálidos guaperas en carpetas de azoradas adolescentes o como trozos de carne putrefacta cayendo en masa en algún videojuego en primera persona; apareciendo en spots publicitarios o incluso reclamando con orgullo su propio día.
Ni siquiera Vertigo ha sido capaz de hacer oídos sordos a este reciclaje de tendencias dentro del terror mainstream. El sello que marcara la pauta en los noventa con su reconocible línea de fantasía oscura y ‘suspense sofisticado’ gracias a The Sandman, Los Invisibles, Hellblazer y demás; o luego apostando por la serie negra de 100 Balas, Blanco Humano, Scalped y otros; ahora se ve arrinconado por la total devoción del público hacia estos nuevos revivals, que gozan de gran salud comercial en todos los ámbitos culturales: la saga 28, The Walking Dead, Zombie: Guía de supervivencia…, por un lado; Crepúsculo, True Blood, Déjame entrar…, por otro. Tal ha sido el éxito mediático, que Karen Berger y su séquito no han tenido ¿más remedio? este 2010 que lanzar dos nuevas series que cubran ambas vertientes y así aspirar a quedarse con parte del pastel: I, Zombie a cargo de Chris Roberson y el maestro Michael Allred a los lápices, y la que nos ocupa, American Vampire. ¿Se habrá quedado todo en mercadotecnia o realmente estamos ante un cómic decente o incluso destacable? Para descubrirlo, abramos el ataúd y veamos la salud de sus colmillos antes de hincarle el diente, digo la estaca…
Como ya sabrán los lectores habituales de la web, el germen vino de cuando, en el pasado 2008, el editor Mark Doyle le preguntó a un entonces desconocido Scott Snyder si tenía alguna idea para Vertigo (ese día, el joven participaba en la lectura de un libro en el que había contribuido con una historia de superhéroes). Allí mismo, Scott le soltó que quería llevar a buen puerto una historia sobre vampiros americanos. Ya en años anteriores había intentado llevar la idea al medio literario, y luego transformarlo en guión cinematográfico, pero fue al entrar en contacto con Doyle que supo que aquello debía ser una serie regular de cómic. Contando con el beneplácito de Mrs. Karen Berger (recordándonos que ante todo, Vertigo es un sello de terror), se puso manos a la obra.
Para el dibujo, se contactó con Rafael Albuquerque (Crimeland, Savage Brothers, Blue Beetle), uno de los nuevos talentos brasileños de los que Vertigo se está nutriendo, junto a Fabio Moon y Gabriel Bá (Daytripper). En un principio únicamente dedicado a lo que acontecía dentro de las viñetas, Rafael finalmente también comenzó a encargarse de las sugestivas portadas de la serie, tras sorprender a Mark y Snyder con unos diseños de prueba. Para el color, el de Porto Alegre contaría con la inestimable ayuda del magnífico colorista Dave McCaig, ya conocido por los seguidores de Vertigo por su saturado y sucio estilo en el Northlanders de Brian Wood.
Pero además hubo un último implicado más, alguien que haría jugar a la serie en otra liga desde antes de su comienzo. Snyder, conocedor del negocio de la novela gráfica, dedició apostar fuerte y pedirle una nota publicitaria para la portada del primer número al mejor aval que pueda tener un escritor y guionista de terror: Stephen King. Al de Maine (admirador del recopilatorio de relatos cortos de Scott, Voodoo Hearts), harto de tanto Crepúsculo y vampiro ñoño, le encantó la idea de que estuviese trabajando en una serie para Vertigo sobre brutales vampiros que habían nacido bajo el implacable sol del Lejano Oeste, y se ofreció no a escribir una frase halagadora, sino a contar el origen de la historia, el del primer vampiro americano, aunque siempre bajo las directrices trazadas por Snyder.
Snyder y King, admiradores mutuos
Éste, evidentemente, se mostró entusiasmado: “[King] me escribió de vuelta y me dijo que realmente le gustaba el material y que le encantaría hacer un texto promocional. Pero decía que también le gustaría hacer un par de números. Obviamente, dije que sí. Después continuó diciendo ‘¿Te importaría si prolongase esto un poco?’. Y acabó haciendo cinco números. Tomó una dirección excitante tras el segundo o tercer número. Y en ese punto, era totalmente su criatura imaginativa. Y la serie es mucho mejor por ello. Añadió grandes cosas al personaje y a la historia y a sus relaciones […] Y está muy entusiasmado con el hecho de decir que es su primer cómic original”. Aunque King tampoco le fue a la zaga: “Me encantan los vampiros, y la idea de seguir las oscuras hazañas de un vampiro americano único realmente encienden mi imaginación. La oportunidad de hacer la historia del origen –estar presente en el momento de la creación– fue emocionante. Le debo un montón de gracias a Scott Snyder por dejarme compartir su visión y sorber de su cubo de sangre”.
Tras más de un año de trabajo conjunto, la serie fue anunciada en octubre de 2009, y American Vampire #1 debuta en marzo de este 2010 precedido de una auténtica marea en los blogs especializados, presagiando una de las series ‘no-heroicas’ revelación de la temporada, con unos asombrosos 33.762 ejemplares en su primer mes, el número 1 mejor vendido de Vertigo desde hace por lo menos una década. Conviene hacer cierto análisis con respecto a estas cifras, ya que los únicos cómics de la línea que han vendido más de 30.000 ejemplares desde finales de 2001 hasta el año pasado han sido El Asco #1 (30.778), Vertigo X Preview (32.325, miscelánea sobre el décimo aniversario de la casa), La Cosa del Pantano Vol. 4 #1 (33.382, revival del mítico personaje), Neverwhere #1 (30.815, adaptación de la obra de Gaiman) y The Sandman: The Dream Hunters #1 (32.638, otra adaptación del inglés, a cargo de P. Craig Russell). Según podemos observar, El Asco y American Vampire son las únicas obras originales que han logrado rebasar la línea, y la primera fue de un superventas habitual como Grant Morrison y hace ya ocho años. Dos meses después del inicio de la obra de Snyder y Albuquerque, los zombies de Roberson y Allred también debutaban con unos increíbles 33.025 ejemplares; pero a día de hoy, mientras que los vampiros conforman la serie estandarte de Vertigo, con unos excelentes 23.349 cómics vendidos en septiembre, I, Zombie se ha desinflado hasta unos, por otra parte notables, 14.000 y bajando. Extrañamente, en cuestión de recopilatorios, la serie ha debutado bien, pero no de manera tan rotunda: en torno a los 3.700 ejemplares, lejos de lo que suele vender Fábulas o incluso DMZ o The Unwritten. ¿Qué significa esto? Pues que comercialmente a Vertigo le ha salido a la perfección su decisión de subirse al carro del vampirismo, sobre todo en cuestión de números mensuales, granjeándose muchas ventas seguras durante meses o años si la cosa no decae demasiado.
American Vampire #1, de Rafael Albuquerque y Jim Lee
Pasemos a la edición patria, bastante polarizada, la verdad, con unos pros y unos contras tan grandes que hacen de su adquisición algo digno de cierta reflexión. Del lado de los pros, su impecable edición: tapa dura, recopilación de todas las portadas (incluidas variantes), introducción de King y epílogo de Snyder, bocetos, selecciones del guión… una gozada, vamos: uno de esos tomos que llaman tu atención desde los estantes nada más entrar a la tienda, ya desde el atractivo tratado de blancos, rojos y negros de su portada. Pero por el contrario, el volumen posee una falta que quizá haga echarse para atrás a todos los que miran ante todo por los precios abusivos: estamos, al fin y al cabo, ante un tomo de 5 números americanos a 18,95 €, vendido como objeto de casi-lujo básicamente por ser un hit actualmente en EEUU, tratar de vampiros y estar co-escrito por King, en un intento de atraer a todo tipo de público potencial; quizá enfocado hacia el lector ocasional de novelas que se traga todo lo que trate de colmillos y sangre, desde Drácula a la obra de Stephanie Meyer, pasando por Anne Rice o Anita Blake.
Argumento
Hollywood, 1925, los albores del cine sonoro. Pearl y su amiga Hattie son dos muchachas provenientes del medio oeste, que como tantas otras, intentan hacerse un hueco en el mundo de las grandes producciones como extras, mientras hacen lo posible por sobrevivir trabajando también como vendedoras de cigarrillos y camareras. La vida es dura, pero parece que puede cambiar para Pearl cuando una de las grandes estrellas masculinas del momento se fija en ella en una prueba de cámara. La chica acude a una recepción para conocer a los productores de la cinta y así, según ella cree, comenzar su meteórica carrera. Lo que ella no sabe es que estos directivos sin escrúpulos son milenarios vampiros que no la quieren sólo la quieren por su cuerpo… sino más bien por su carne y sangre. Dada por muerta y olvidada en una zanja, Pearl pasa a una nueva vida en la muerte cuando un misterioso y arrogante vagabundo vierte sobre su ojo una gota de su propia sangre. La chica se siente más fuerte, más poderosa que antes, pero también tiene una sed insaciable. De sangre… y venganza.
Dos historias unidas por la sangre
Sidewinder, Colorado, 1880, el Far West. Skinner Sweet, uno de los más maléficos bandidos del país, es arrestado por fin gracias a la astucia y buen hacer de Jim Book y sus compañeros de agencia. Pero mientras es transportado en tren hasta el sitio de la horca, Sweet consigue huir gracias al despiste de sus captores y al asalto de sus compañeros forajidos al convoy. Durante la trifulca, el bandido y el magnate que contrató a la agencia Pinkerton para capturarle, el siniestro Percy, se enzarzan en una pelea, resultando ambos heridos y manchándose ambos con la sangre del otro. Skinner es finalmente abatido y enterrado, aunque Percy y sus compañeros de secta, centenarios, o incluso milenarios, vampiros europeos, sospechan que continua vivo a seis metros bajo tierra. Para no correr riesgos, mandan inundar el pueblo en cuyo cementario yace el improbable cadáver bajo el pretexto de crear un embalse para regadío, pero la mala fortuna hace que unos cazatesoros saquen al famélico y nuevo monstruo de nuevo a la luz del sol. Y si ya antes era sanguinario, ahora es una máquina de destrucción nunca antes vista: el primer vampiro nacido en suelo americano…
Personajes principales
Pearl, protagonista de la primera mitad del arco argumental, y la auténtica heroína de la historia. Una valiente y perseverante chica, cuyo sueño es ver su rostro en las películas, aunque tenga que desvivirse trabajando en tres sitios a la vez. De gran coraje, nunca se amilanará ante los que se aprovechan de ella… sobre todo si la dan por muerta, su naturaleza cambia radicalmente y su sed de venganza aumenta…
Hettie, la mejor amiga de Pearl en Nueva York. Una chica tan trabajadora como ambiciosa y lasciva. Un personaje ambiguo, del que quizá habría que recelar, ya que parece que haría lo que fuese para alcanzar su sueño de ser una estrella…
Sr. Bloch, productor cinematográfico de fachada y diabólico no muerto entre sus allegados y víctimas. Un derroche de poder vampírico y arrogancia, tanto que no se preocupará de cierta jovencita a la que da por muerta tras alimentarse de ella. Igual debería…
Henry, el omnipresente enamorado humano del vampiro, en este caso vampiresa. Un romántico y perseverante músico, que no cejará en su empeño de conseguir una cita con la chica de sus sueños. Aunque ella haya dejado el mundo de los vivos y a veces dé bastante miedo…
Skinner Sweet, protagonista del segundo arco, ‘padre’ vampiro de Pearl y el personaje más reconocible de la serie. Un auténtico cabronazo y un huracán de destrucción, que usará su nueva condición biológica para causar todo el mal y la devastación que se le antoje, y que con el tiempo la canalizará en destruir a sus principales contrincantes: los estirados vampiros europeos. Para ello, comenzará a crear a más como él, a pesar de su orgullo…
Jim Book, el justiciero noble y valiente de todas las historias del oeste. Héroe crepuscular, la maldad le repugna y por ello va impartiendo justicia de poblado en poblado, buscando y apresando a bandidos y malhechores. Captor de Skinner Sweet, no sabe que quizá tal hecho le haga el ser más infeliz en vida… y en la muerte…
Percy, un pálido y repulsivo magnate del ferrocarril, que además es un chupasangre. Primer enemigo de Skinner, hará lo posible para que no regrese de la tumba en su busca. Porque a saber lo que puede hacer un nuevo vampiro nacido en nuevo suelo…
Will Bounting, cronista del renacimiento de Skinner como el primer vampiro americano. Amigo de Book y su equipo, se mantendrá más bien neutral en su posición de ‘plumilla’, aunque no dudará en actuar en defensa de sus amigos. Tendrá que convencer al gran público de que su novela de ‘pistoleros y horror’ no es fantasía, sino la pura verdad…
Hablan los autores
Snyder sobre sus sueños cumplidos: «Tener la oportunidad de reimaginar un monstruo clásico; de inventar toda una nueva mitología y su historia secreta… nada podría ser más excitante para mí… excepto tener la oportunidad de hacerlo junto a Stephen King en Vertigo. ¡Todo esto es un sueño hecho realidad para mí!».
Karen Berger sobre la obra: “Publicar una serie con un enfoque fresco sobre el mito del vampiro sería lo suficientemente increíble, pero añadir los talentos de Scott Snyder, una nueva y excitante voz en el campo de la ficción, y de Stephen King, el maestro del horror en persona, está más allá de lo impresionante. Estamos emocionados con el hecho de que Vertigo sea el hogar de este nuevo trabajo tan especial, y estamos seguros de que será una contribución esencial al atractivo popular y atemporal de lo vampírico en cualquier parte”.
Rafael Albuquerque: “En un tiempo en que los vampiros están por todas partes, Scott y Stephen parecen haber hecho lo imposible: una nueva serie original, inventiva y llena de detalles. Es un proyecto desafiante y excitante en el que estoy orgulloso de trabajar”.
Un nuevo vampiro
Snyder sobre la nueva raza de vampiros: “Como la especie vampira, a lo largo de los últimos dos milenios, ha tenido distintas poblaciones en épocas diferentes, ocasionalmente muta en una nueva especie de vampiro. Y de este modo hay todo un árbol familiar secreto de especies diferentes detrás de la dominante –la clásica, nocturna, bebedora de sangre y afectada por la luz del sol– que llegó a dominar Europa. Skinner Sweet tiene así poderes completamente nuevos y también debilidades totalmente genuinas. Esta raza de vampiros es más feroz, más fuerte y más efectiva. Se encuentra en el desierto y se expone a la luz constantemente. Es más musculada, animal y fiera. No es educada. Es una criatura más ligada a los desiertos de Las Vegas y California que a lo urbano, escenarios más elegantes donde puedes operar de noche y ocultarte durante el día. Sus colmillos son más largos y propios de una serpiente, y posee una cualidad ofidia en la forma en la que ensancha sus mandíbulas. Y sus uñas son más más largas que las de los vampiros europeos. Asi que se siente como algo más propio del Oeste americano, del paisaje americano, que cualquier otra cosa que haya visto antes”.
King sobre las semejanzas entre series de cómic y de televisión (campo en el que tiene experiencia con productos como The Stand o The Shining): “Cada noche es como si fuera el número de un cómic. Y lo que uno intenta hacer es crear un clímax en un punto determinado, y después vuelves y empiezas en un punto más alto y terminas en un clímax aún mayor que el primero… es casi como las olas de un tsunami. Tratas de llegar más y más alto. Así que tiene algunas cosas en común con un una historia corta”.
King reflexiona sobre la vida y el tiempo: “Una de las cosas que pasan cuando escribes algo como este cómic es que los argumentos empiezan a sugerirse ellos mismos. No importa el formato en el que estés trabajando, historias cortas, novelas o cómics… será mejor que estés escribiendo sobre algo o estarás perdiendo el tiempo. Y me parece que este cómic va sobre el tiempo, y sobre cómo nos hacemos mayores. Me encanta todo el concepto del vampiro porque su característica más atractiva es que nunca envejece”.
Análisis conceptual
Bite Club, Dhampire: Stillborn, Blood: A Tale, Vamps (buff, qué espanto)… los vampiros llevan rondando por Vertigo prácticamente desde su fundación, con muy relativa fortuna, siempre presentes en forma de miniseries y novelas gráficas. Y es que puede que hasta el día de hoy, ningún no muerto hubiese protagonizado serie regular alguna de la línea, pero como una de las criaturas más clásicas y reproducidas del terror moderno, forman parte con pleno derecho de un hipotético canon Vertigo y así ha permanecido latente hasta que se le ha dado su oportunidad.
Vampiros de vértigo
Pero si con algún precedente de la línea en forma de serie regular debemos comparar a la obra de Snyder y Albuquerque, probablemente debamos señalar a Predicador. Mismos ambientes, la América eterna, la de las praderas y los pequeños poblados, o la de las grandes ciudades sumidas en la decadencia; personajes, sujetos amorales o antihéroes, que a menudo caen del lado oscuro también, además de individuos inocentes y/o marginales que suelen ser meras víctimas de los primeros; y, hasta cierto punto, tono, más desde el punto serio y grave del que ansía venganza y explicaciones, antes que desde el del humor sardónico (aunque sigue habiendo gusto por las burradas hemoglobínicas).
De hecho, ya en Predicador teníamos un claro precedente de Skinner Sweet: el vampiro irlandés Cassidy, todo un icono del cómic de los noventa, aunque existan clara diferencias entre ambos. Si bien ambos son individuos peligrosos, cazadores, acosados por su propia naturaleza que les hace matar pobres humanos que les sirvan de alimentos (o por placer), en el fondo Cassidy es tremendamente humano, haciéndose así amigo de Jesse y Tulip, y si los traiciona finalmente no será sólo por los impulsos de la presa hacia su caza, sino por su debilidad como individuo y por el enfermizo amor que profesa hacia su compañera. Skinner, por el contrario, es todo un hijo de puta que no siente empatía por nadie, que roba lo que quiere y mata a quien quiere y cuando quiere. De hecho, parece sentirse plenamente satisfecho de su nueva condición, que le permite llevar sus vilezas mucho más allá. En este sentido, deberíamos quizá hablar de más similitudes entre Cas y Pearl (aunque la chica sea mucho más valiente y honrada) que con Skinner.
Un padre vampiro irlandés
En otro orden de cosas, Snyder utiliza el Far West, aún fácilmente considerada como la época más idealizada de la historia de EE.UU., inicio de muchas cosas que aún perduran en el país actualmente (y no sólo el sombrero de vaquero), para también implantar y dar nacimiento a la nueva maldad. Para seguir siguiéndole la pista, pasa a otro período de ensueño, los albores del cine sonoro, en un claro afán de que vayan a la par lo demoníaco y lo esplendoroso; buscando ese ‘lado oscuro’ del sueño americano que tantas obras sugerentes, desde Tod Browning a David Lynch, nos ha dejado la cultura del llamado país de las oportunidades. Está claro que Snyder está orgulloso de ser americano y, como buen patriota, sabe también cuáles son sus flaquezas y horrores.
Pero, volviendo unas líneas arriba, ¿qué es y de dónde procede exactamente ese nuevo horror? Si en Europa tenemos vampiros desde Rusia y Rumanía a Inglaterra o incluso España, ¿acaso también tienen que venir al nuevo mundo con su languidez y romanticismo a proseguir con su sangría? Sus autores dicen claramente no: los estadounidenses necesitan unos depredadores de altura, más brutales y salvajes, más jóvenes, como joven es su patria. Nadie lo explica mejor que el bueno de Scott, cuando menciona sus películas favoritas sobre vampiros:
- Near Dark (Los viajeros de la noche, 1987, Kathryn Bigelow).
- Lost Boys (Jóvenes ocultos, 1987, Joel Schumacher).
- Salem’s Lot (El misterio de Salem’s Lot, 1979, Tobe Hooper).
- Fright Night (Noche de miedo, 1985, Tom Holland).
- Nosferatu (1922, F.W. Murnau).
- Let the Right One In (Déjame entrar, 2008, Tomas Alfredson).
- Dracula (1931, Tod Browning & 1992, Francis Ford Coppola).
- 30 Days of Night (30 Días de oscuridad, 2007, David Slade).
Y añade: «Estaba a punto de enviar la lista de arriba, cuando me di cuenta de que la pregunta era sobre mis vampiros favoritos. No sólo mis películas de vampiros preferidas. Así que comencé a pensar, y me di cuenta de que básicamente todos mis vampiros favoritos vienen de las primeras películas de la lista. Ralphie Glick flotando al otro lado de la ventana de su hermano, arañándola (Salem’s Lot). Lance Henricksen como Jesse Hooker (Near Dark), que responde a la pregunta: ¿Cuántos años tienes? Con la frase: ‘Luché por el sur’. Bill Paxton es quizá mi preferido de todos los tiempos, Severen (Near Dark), quien a punto de morder a un ciclista dice: ‘Odio cuando no se han afeitado’. Y las mujeres vampiro –fantasías de mi juventud– Jami Gertz como Star (Lost Boys), y Jenny Wright como la fascinante Mae (Near Dark). Ahora que pienso en ello, creo que estos son mis favoritos, los vampiros de Near Dark, Lost Boys y Salem’s Lot, y la razón –o eso creo– es que ellos representaban algo nuevo, terroríficamente nuevo, cuando era un niño. Ellos no eran como aquellos vampiros de pelo lacio y negro, con acento, arrastrando los pies por castillos en la cima de una colina en alguna tierra lejana. Eran vampiros reimaginados, tan terroríficos como los tiempos modernos. Jóvenes, sexys, sociópatas, a veces confundidos, a veces malignos, siempre tan reales».
Cabalgando hacia el destino
«En Salem’s Lot, la gente que conoces es transformada en malignos no muertos: tus vecinos, tu hermano, tu novia… Barlow (el vampiro principal de la novela de Stephen King y su adaptación) da bastante miedo, no me tomes a mal, con ese estilo a lo Nosferatu… pero tu mejor amigo llamando a tu ventana, que viene a matarte, da más aún. Los vampiros de Lost Boys eran bastante cool para mí cuando era un crío (incluso los mullets, lo admito)… eran modernos y cabrones y quería ser como ellos. Y Near Dark (probablemente la mayor influencia en American Vampire) presenta a vampiros que son como asesinos en serie de hoy en día».
«Básicamente creo que mis preferidos son los que parece que podrían rondar por el lugar donde viví cuando era niño. Que crecieron allí, parte de la comunidad, del barrio, del paisaje americano. Y en gran parte, eso es lo que estamos intentando hacer con American Vampire: crear los que más acojonan, los más cool, los más cabrones hasta la fecha, para así ofrecer algo nuevo. Un especie que vive en tu ciudad, en tu pueblo; que camina durante el día (no lleva pantalones de cuero, ni cuello alto o abrigo negro, ni se acuclilla melancólicamente sobre gárgolas en una ciudad empapada por la lluvia). Una especie más fuerte, más terrible, que acecha en cada década de la historia moderna de los Estados Unidos».
El del final dice que Psst… prohibida la entrada a inmigrantes
Poco más que añadir a esto. Sólo queda resumir, una vez hecho el análisis, las dos grandes ideas que creo que subyacen tras el texto y dibujos de esta obra: la búsqueda de un origen a la maldad contemporánea en los Estados Unidos, aunque habrá que seguir números sucesivos para ver su evolución; y, sobre todo, la perenne colisión entre lo nuevo y lo viejo: el temor de lo ya asentado y conocido hacia las nuevas ideas y poderes. En este caso en clara alegoría sanguinolenta, claro está.
Análisis técnico
El trazo de Albuquerque se sitúa en un término de lo que podría llamarse ‘estilo Vertigo’ hoy en día: ni tan sucio como el genial R.M. Guéra (Scalped), ni tan claro y limpio como Mark Buckingham o Peter Gross (Fábulas, The Unwritten). Cercano, por tanto, a los parámetros de dibujantes similares como Riccardo Burchielli (DMZ) y, sobre todo, el italiano Davide Gianfelice (Northlanders). Esto significa figuras estilizadas y hasta cierto punto angulosas, de movimientos suntuosos; cierto deleite por la palidez y lo enfermizo, casi cayendo en lo cetrino, en el tratamiento de la piel; y algo (bastante en el caso de los vampiros) de deformación expresiva en momentos de tensión (miedo, lucha, ira…). Esto en cuanto a personajes. En cuanto a escenarios y objetos, Albuquerque es poco puntilloso, proclive a la síntesis o a dejar los fondos emborronados y poco definidos en pro de la máxima expresividad de los rostros y cuerpos en movimiento. Y es precisamente la composición de cuerpos y su dinamismo el aspecto más interesante del dibujo del brasileño, sobre todo al comparar las diferencias entre la anatomía de los humanos y de los chupasangres. Estos últimos cambian totalmente de ser similares a los hombres a convertirse en horrendas bestias de fisonomía imposible: a los habituales colmillos se le suma una musculación exacerbada, ojos amarillos, larguísimas garras (aún más en las vampiresas), mandíbulas desencajadas… algo adorable, vamos. Cabe destacar que, según sus autores, esta metamorfosis lleva al personaje a convertirse en algo así como un ‘hombre/mujer-serpiente’, en contraposición a la clásica ‘persona-murciélago’ del folclore europeo.
El arte de Albuquerque y la paleta de McCaig
Pero uno de los aspectos más interesante, o al menos más llamativo, del dibujo no viene precisamente de la línea, aunque sea excelente, sino del coloreado. Dave McCaig introduce dos técnicas completamente distintas para cada una de las dos historias que se cuentan: entintado para la primera y aguada para la segunda. El entintado da como resultado un color más en primer plano y con menos matices, que se combina con un acertado sombreado de los bordes de la figura, dando una impresión de modernidad (entendida como la de los años 20-30), ya que dicha secuencia es la que más cerca en el tiempo transcurre con respecto a nosotros, y a la vez acorde con el glamour con el que siempre se han conocido los ‘felices años 20’. La aguada, en cambio, da una sensación ‘añeja’, afín a la novelilla pre-pulp que el personaje de Will Bounting nos está relatando. Las texturas son mucho más ricas, los colores más ocres pero gozan de una gama más amplia, y en conjunto nos parece que, efectivamente, esta historia es más antigua, grave y oscura. Los rostros de Book, Félix y sus compañeros nos parecen más enjutos y apesadumbrados, aunque más nobles, y los vampiros nos resultan más terribles y más extraños aún si cabe. En conjunto, la narración se nos presenta como algo legendario, cuando sólo separan cuarenta y cinco años a ambos sucesos. Cosa que no quita la otra ya que, ¿acaso el nacimiento del primer vampiro de EEUU no es algo digno de leyenda?
Si es que están tan monos cuando se enfadan…
En cuanto a la composición de página, variable pero casi siempre dentro de unos límites: de 3 a 6 viñetas rectangulares de muy diverso tamaño por página, perfectamente delimitadas, superpuestas a una o dos que ocupan todo el fondo, incluso el espacio interviñeta de las otras. De vez en cuando también aparecen splash pages a toda página, que siempre muestran repentinas transformaciones vampíricas o inesperados ataques por sorpresa. La total variación en la disposición de las viñetas (en columna, en hilera, salteadas, aleatorias…), producen la sensación de falso caos y de alto dinamismo, casi cinematográfica; algo totalmente lógico si tenemos en cuenta las influencias que el séptimo arte ha supuesto para su autor a la hora de crear la obra.
La prueba de fuego de Albuquerque
Y en cuanto a las portadas, pues todo un logro plástico y de composición el de Albuquerque. Y es que parece como si estuviésemos cogiendo entre nuestras manos la mismísima novela de Bounting en un ejercicio de metarealidad gracias a la tipología de ‘saloon’ en la que viene escrita el nombre de la serie, que a su vez rompe el diseño en dos ilustraciones, cada una de las cuáles refleja una escena de cada arco temporal. El brasileño nos ofrece unas ilustraciones algo mas detalladas que las que podemos encontrar en el interior, con tonos blancos, negros y rojos como constantes en las cinco, aunque luego cada una tenga un color representativo y único (rojo, azul-grisáceo, azul-celeste, violeta, verdoso). Todos estos aspectos convierten a las cubiertas en altamente icónicas y distintivas a simple vista, como suele pasar con la mayor parte de las series de Vertigo. Resulta extraño que Doyle y el equipo directivo no pensaran en Rafael desde un principio: “No lo estábamos teniendo en cuenta para las portadas. Sabíamos que queríamos algo que dijera ‘terror’ pero que a la vez resultase literario y elegante. Queríamos un diseño fuerte que mostrara un logo chulo y el nombre de los creadores. Una tarea desalentadora. Pensaba en ello constantemente. Estuvimos lanzando un montón de nombres, algunos bastante grandes, algunos otros desconocidos. Pero realmente no estuvimos pensando en Rafael para las portadas porque estaba demasiado ocupado peleándose con el arte interior. Pero entonces me envió una idea y lo flipamos. Ocurrió de la siguiente forma: un viernes noche Rafael me envió un correo, ‘… no sé que estás pensando para las portadas, pero he tenido una idea; algo así…’ con estos dos sketches adjuntos…
[…] Atrevida. Icónica. Parece una cubierta de libro. […] Nos encantó el diseño y el concepto. Pensamos que quizá, ya que estábamos hablando de una narrativa dual, deberíamos tener una escena de cada una de las historias, separadas por ese logo matador, para las cinco primeras portadas».
El buen hacer de Albuquerque y el genio de Pope para American Vampire
Aparte, se incluyen cada una de las portadas alternativas de estos primeros números, a cargo de leyendas del noveno arte como son Jim Lee, Bernie Wrightson, Andy Kubert, J.H. Williams III y Paul Pope. Evidentemente, no siguen un patrón como las ‘oficiales’ creadas por Albuquerque, sino que son versiones de escenas del cómic cuyo atractivo reside en ver el reconocible trazo de cada artista. Personalmente me quedo con la modernista y algo ‘Klimt’ representación de Pearl para el número #5 de un genio como Pope.
Valoración final
Estos primeros cinco números de American Vampire conforman un cómic fresco, excitante y notable; poseedor de un nivel justo de ambición (todo lo expuesto anteriormente en el análisis conceptual), pero que apuesta fuertemente por el entretenimiento como base del cómic, algo que quizá a veces se desestima o se obvia en Vertigo en detrimento de una fuerte carga intelectual y/o reflexiva. Así, lejos de tener un ritmo lento y pausado que dé tiempo a asimilar todo lo que se cuenta, la acción transcurre a buen paso, sin pausa, como si de una buena película del oeste o de terror se tratara (a las influencias del autor me remito); cosa que permite al lector engancharse rápidamente, ventilarse el tomo de un sopetón y esperar al siguiente, que no debería tardar muchos meses vista la gran acogida de la serie a ambos lados del Atlántico (¿en vuestra tienda habitual no se acabó también a las pocas horas de colocar el librero la remesa en el estante?).
Ellos también caminan bajo el sol
Realmente, atendiendo a lo que querían contar sus creadores y comparándolo con el resultado final, muy poco puede reprochársele a esta historia de Snyder, Albuquerque, McCaig y, por esta vez, King. Quizá lo único es que sus vampiros no sean realmente tan originales como los pintan, ya que Blade lleva caminando bajo el sol desde hace décadas, y en la actual serie de la HBO True Blood también estamos viendo vampiros genuinamente americanos que ya comienzan a caminar bajo la luz de Lázaro. Hasta en la estética de chupasangre cowboy, o al menos vaquero espectral, podemos encontrar algunos precedentes dentro del mundo del rock, en especial la banda de rock gótico de los ochenta Fields of the Nephilim. Pero cuando la calidad está por encima de la originalidad, la verdad es que poco importa. Y qué narices, al menos se han sacado de la manga a los ‘vampiros-serpiente’…
Y nada más: acudan a su tienda, decidan si este precioso libro merece o no los 19 euros que cuesta y, si es así, sumérjanse en la duras y crueles, pero subyugantes, historias hermanadas con sangre de Skinner y Pearl a lo largo de las décadas. Según cuentan las lenguas más ancianas, volvió a vérseles por Las Vegas, año 1935…
- Artículo en la wiki anglosajona y ficha en Comic Book Database. Además, una guía ordenada del resto de números de la colección en España.
- Webs oficiales de Scott Snyder y de Rafael Albuquerque. Ninguna de las dos contiene gran cosa sobre la serie. La mejor opción es ir directamente a las entradas de la serie en el blog de Vertigo.
- Entrevistas y artículos a lo largo y ancho de la red: Newsarama, Comic Book Resources, Dread Central, io9. Incluso en El País, con motivo del debut de King en el cómic. Recordad que nosotros también le dedicamos un especial al tema con motivo del anuncio oficial y de la salida del primer número.
American Vampire vol. 2. 144 págs. 16,95 €. Último número en Planeta DeAgostini.
Un artículo cojonudo, Yuri (o Clavos)… ¡¡Ya me hubiera gustado a mí escribir así nada más entrar en Zona!! ¡Qué delicia de lectura! Respecto a American Vampire, pues poco más que añadir. Un tebeo fresco y entretenido, notable y muy recomendable si la temática vampírica interesa… aunque ni una obra maestra ni un imprescindible. Y aunque parezca mentira, me ha sorprendido mucho más Snyder que King: pese a que el primero cuenta una historia muy vista, lo hace con mucho brío y decisión. La historia de King, qué duda cabe, es mucho más consistente (y menos convencional) pero su herencia literaria se nota en exceso: abusa demasiado de la figura del narrador, pese a que justifique su presencia argumentalmente. En cualquier caso, lo dicho: un tebeo entretenido.
Respecto a la edición planetaria… no me gusta que hayan apostado por el cartoné. Y es que, aunque entiendo que el nombre de King en portada, los vampiros y demás suponen detalles óptimos para asaltar las FNACs y las librerías generalistas, yo soy muy de método y me gusta que si las series regulares en activo se publican en rústica, el formato no se varíe. Máxime cuando a partir del segundo recopilatorio Snyder se queda solo y el tirón de King desaparece. Por lo demás, jugosa edición con sus extras y demás a la que sólo le pondría un pero: la traducción. Curiosamente no es mala; el tebeo no está mal traducido. Pero se nota que no está revisada. Aquí y allá hay algún que otro fallo de concordancia, letras que se desplazan, conjunciones que faltan… eso, y el llamativo «esposición» que destacó hace unos días Myca Vykos.
Pero, retomando el hilo, lo dicho Yuri: un bautizo de fuego del copón. ¡Felicidades y a ver cuando te animas a colaborar de nuevo, que para mí la experiencia ha sido muy grata! ¡Un saludo!
Hace un par de días lo vi de pasada en un escaparate pero como iba con prisas ni me paré. De hecho pensé lo que comentas, que era un cazacrepusculeros con la excusa de Stephen King y los vampiros. Ahora me arrepiento muuuucho de no haber entrado a por él….
Por cierto, un post genial; enhorabuena.
Me ha encantado el artículo, personalmente hacía tiempo que no leía un cómic tan vorazmente como lo he hecho con American Vampire, normalmente cuando me gasto tanta pasta en un cómic me gusta saborearlo lentamente, hacerlo durar, pero con este fue llegar a casa, sentarme en el sofá y a las dos horas decir «mierda! cuando saldrá el segundo tomo???»
muy buen articulo
en cuanto a American Vampire, de lo mejorcito que he leido este año, especialmente por que se trata de terror, no de visceras y sangre, como casi todo lo que hoy en dia sale con etiqueta de terror
vampiros clasicos con toques de actualidad, pero no monstruitos
Hola a todos, perdón por no haberme podido conectar hasta ahora…
José, pues sí: un tebeo notable aunque no magnífico; no es la ‘gran serie’ que muchos esperan desde que terminó Y o se desinfló Fábulas, pero aún así merece la pena. Sobre todo si buscáis mucha acción, terror, y pasar un buen rato leyendo sobre vampiros alejados de los tópicos actuales.
Yo curiosamente me decanto más por la historia de King, me parece más terrorífica y menos vista: todo el tema de los vampiros europeos intentando que no renazca Skinner, y este último ya bajo el sol, destruyendo todo a su paso sin comprender su nueva condición, pero aceptándola de lleno. También me parece interesante el personaje de Jim Book, que pasa de ser un héroe crepuscular prototípico a ‘otra cosa’ (que no desvelaré), en un giro no muy habitual en este tipo de historias.
Y en cuanto a la edición, pues en verdad es un sacacuartos, para qué negarlo: en el segundo tomo ya no está King, ¿y qué pasará entonces? ¿Seguirán editando en cartoné una serie de un guionista y un dibujante muy desconocidos? Igual se salvan por la inercia que siga al boom de este primer tomo, pero tampoco es seguro. Lo que si sería una chapuza, a pesar de todo, es decidir ‘bueno, ya que no está King, lo pasamos a rústica’. Sería algo cutre, la verdad…
Y nada, muchas gracias a los cuatro. Ingenuamente pensé que escribir el artículo me llevaría poco tiempo, pero ahora que lo he terminado, comprendo mucho mejor la labor de los redactores de Zona. ¡Esto lleva mucho tiempo y esfuerzo, señores, sobre todo si quiere hacerse bien! Aún así, me siento muy recompensado y prácticamente seguro volveréis a ver por aquí algún artículo mío.
Sin más, gracias de nuevo por sacar tiempo para leer el textito y porque os haya gustado.
Hola a todos, acabo de empezar como aquel que dice en este mundo y entre todas las series nuevas que estoy adquiriendo, ésta sin ninguna duda es la mejor que he encontrado. Los vampiros los veo con el toque justo de violencia necesaria como para enganchar a la gente, después del boom de los vampiros «moñones» hacía falta algo así. Totalmente recomendado, aunque el precio no acompañe mucho, pero creo que merece un esfuerzo esta obra.
Enhorabuena por el fantástico artículo, Clavos. Espero sinceramente que no sea el último. Respecto a cómic, mi opinión está en la linea de todo el mundo, bueno aunque no deslumbrante. Y de las dos historias me quedo un poco más con la de King. Principalmente porque en mi opinión se trata de la primera vez que se consigue plasmar la esencia de las novelas de este escritor en un cómic. Leer su parte de American Vampire te da la sensación de estar leyendo realmente material de King. Cosa que para mí no ocurre con los otros cómics relacionados con el autor. En cuanto al concepto del vampiro, también me sorprendió que no resultaran tan novedosos. En el fondo no difieren tanto de lo visto en otros casos.
Bueno, en realidad Blood es un vampiro EPiC, con cuyos derechos se hizo vértigo.
Yo ya lo tengo descargadito desde hace un tiempo,y a ver si me pongo a ello.
Siempre digo lo mismo,con éste ritmo de novedades suculentas actualmente hay que tirar de escaneos para estar un poco al día,porque sino,es imposible comprarse todo lo que le interesa a uno,que es mucho.
Saludos!
Pues este comic lo compré por azar y me encantó. Original y divertido para un tema tan manido (pareado). Ah, y muy buen artículo
Hombre, sería una p*t*d* que a partir del siguiente volúmen lo sacaran en tapa blanda. Y mira que el precio echa un poco para atrás, pero cambiar el formato tan pronto, pues como que… me jodería, vamos.
Esperemos que la serie siga bien de ventas en USA, y que los próximos números mantengan un nivel parecido al de estos primeros cinco. ¿Se sabe si tiene previsto un final a corto/medio/largo plazo…?
(Y por cierto, I zombie me está resultando muy entretenida de leer, miedo me da que la cancelen)
Gracias de nuevo a los felicitadores 🙂
Cierto Raúl, yo también tuve la impresión de que la segunda historia era 100% King, pero además bien narrada en formato cómic. Un logro para un autor proclive a excesos literarios.
Y lo de Blood es cierto que fue editada por Epic, pero como luego fue reeditada por Vertigo y la mayoría de cómics de vampiro de la línea son tan malos, preferí resaltar este.
En cuanto al final de la serie, tranquilos, ya que actualmente es la serie que más vende del sello, con más de 20.000 ejemplares, por lo que lo normal será que termine dentro de unos años, entre el nº 50 y el 70 (atendiendo a la ‘norma’ dentro de la línea, claro).
Y I, Zombie creo que tampoco corre riesgos de cancelación por ahora. 14.000 ejemplares no dan pie a la preocupación, aunque cierto es que se está desinflando más rápidamente que los vampiros…
Gran artículo,sí señor,felicidades.
Yo terminé de leermelo ayer y me ha encantado,la historia muy bien plantada,y un gran dibujo,espero con ansia el siguiente tomo.
Sobre la edición,está genial,si bien hay algún fallo gramatical,en genral está muy currada y queda genial en la estanteria.
Y sobre el precio,vale es cara,pero hay que tener en cuenta que son cinco números de 32 páginas más los extras,que si echamos cuentas equivaldrian a casi ocho números normales que por separado saldrían a unos 16 euros,o sea que sí que es cara,pero no tanto,cosas peores nos han clavado.
Saludos y gracias, Grijaldo,
cierto que son números de 32 páginas; la verdad es que es una comparación que se me había pasado y haciendo tus cuentas pues sí que se aproximan ambos precios. Así que ya sabéis, podéis comprar el tomo sabiendo que ya no os están sablando tanto :P.
Aún así, sigue prevalenciendo el tema de que esta serie va a ser editada en cartoné, aunque ya en el siguiente tomo no esté King, no haya portadas variantes y me huele que no habrá tantos extras ¿Estará tan justificado entonces?
Esperemos al siguiente tomo antes de sacar los cuchillos,que si hay que sacarlos se sacan oyes,ningún problema.
Los cuchillos para rajar al Viturtia de turno de la editorial aclaro.