Amor en el Siglo XXI: Caótica Marvel

Continuamos con nuestro particular y extenso 14 de Febrero dando comienzo a un repaso a través de algunas de las parejas más icónicas que ha dado el comic durante los últimos 10 años. Como abarcarlo todo sería una misión casi imposible y prácticamente suicida, nos centraremos en las más representativas, por lo que más de una puede quedarse fuera. Por gustos personales y principalmente de familiaridad inciamos este viaje a través del complejo mundo de los sentimientos desde Marvel Comics. Mientras, podeis continuar haciendo vuestras propuestas -en este post o el anterior- sobre las mejores parejas que nos haya brindado el comic durante la última década.

En su entrada en el siglo XXI, la Casa de las Ideas recibiría un profundo lavado de cara a manos de Joe Quesada, quien se mantendría fiel a una tradición caracterizada por personajes de desbordante humanidad con los que el lector pudiera conectar con facilidad. Dentro de este entorno los protagonistas de sus historias han tenido una vida sentimental bastante activa en la que han germinado algunas de las parejas más interesantes de los últimos años.

Siendo esta década en la que los Vengadores han sucedido a la Patrulla X como principal estandarte de la editorial, si hay una que ha conseguido trascender hasta el punto de ganarse las simpatías de toda una generación de fans ha sido la formada por Jessica Jones y Luke Cage. Presentados en páginas de Alias, la mayor virtud de esta pareja fue precisamente la naturalidad con la que se gestó más allá de los tópicos del género. Todo empezaba como una clásica historia de amor. Ella, una ex-superheroína de nuevo cuño reconvertida en detective privada para no sucumbir bajo el peso de sus neuras. ¿Él? Musculo de alquiler e hijo pródigo del blackexplotation que volvía a las andadas como terror de calles y alcobas. La magia la aportarían varias copas de más dando como resultado una tórrida escena con entrada por detrás. El resto, ya es historia.

Y es que lejos del glamur de las superheroínas al uso, el personaje creado por Brian Michael Bendis se nos presentó como una chica corriente en la que sus miserias destacaban por encima de sus virtudes. Hija de una infancia traumática, pero no más que la de cualquiera y con un estilio de vida sórdido, pero no más que la de cualquiera, era esa mediocridad la que la hacía brillar mientras que caso a caso la veíamos dar tumbas por la vida entre amigos a los que no soportaba y una desesperada búsqueda de afección en cualquier par de brazos suficientemente robustos. Cage no fue más que uno de muchos y ni siquiera el más especial. Un simple rollo salvaje y pasajero que, en contraste con el más centrado y cabal Scott Lang no parecía llevar rumbo alguno. Si embargo, la vida de Jessica daría un brusco giro cuando súbitamente supiera que portaba un hijo en su vientre a la par que el más horrible trauma de su pasado regresaba para atormentarla. Perdida y sin rumbo, la chica se veía entonces abandonada por su príncipe azul para descubrir un pilar en el que sostenerse en aquel bala perdida con el que únicamente compartía carne y pasión.

La suya es una relación que no sabe de destinos ni sentimientos eternos. Construída paso a paso desde el día en que decidieron continuar juntos y ver que ocurría, nunca han mostrado una compatibilidad perfecta ni una necesidad mutua. Y sin embargo parecen más unidos a cada día que pasa. Con sus disputas, problemas y tragedias humanas, la suya es una relación basada en la cercanía. Cercanía a un lector que puede ver en ellos las experiencias y vicisitudes que le acompañan día a día y en los que la vida se construye ladrillo tras ladrillo no dejando lugar para planes cósmicos o interferencias divinas.

Desde entonces hemos asistido a su crecimiento personal y como pareja. Al nacimiento de su primera hija y su matrimonio. Los hemos visto lidiar con sus propias decisiones y el desmoronamiento del mundo que les rodeaba. Defender sus creencias, discutir por temas graves o insulsos y hasta equivocarse. Desde las páginas de Alias hasta Nuevos Vengadores pasando por The Pulse, la suya ha sido una relacion complicada e imperfecta como las que podemos encontrar en la vida real y es quizás por ello que dentro de un entorno tan fantástico y colorista como es el Universo Marvel, han conseguido establecerse como una de las parejas más sólidas de la editorial.

El nuevo milenio ha servido además para revalorizar a una de las parejas emblemáticas de la editorial. Y sí, no me refiero a otros que Spider-Man y Mary Jane Watson cuya relación ha vivido en la última década una de sus etapas más importantes y, aunque seguramente levante ampollas, interesante. Desaparecida tras las dramáticas consecuencias de su embarazo, la pelirroja regresaba a Amazing Spider-Man de la mano de Joseph Michael Straczynski. Mostrando una gran sensibilidad a la hora de retratar su relación, el guionista de Babylon 5 nos brindaría algunos de los mejores momentos de la pareja hasta zambullirnos de lleno en la espiral de acontecimientos que trajo la Civil War. Esto nos conduciría irremediablemente hasta la más dramática y relevante ruptura de la pareja, el tan cacareado One More Day que, aunque parezca paradójico, ha sido uno de los mayores revulsivos que haya tenido la pareja. Y es que Mary Jane difícilmente ha sido tan importante o reivindicada como lo fue desde la ya mítica historia de Joe Quesada y Straczynski. ¿Qué si estoy quedándome con vosotros? No exactamente. Ya el mero hecho de que dicha historia consiguiera implicar a los lectores hasta el punto de que muchos aun maldicen el nombre de Quesada por el mero hecho de las consecuencias de dicha historia es un buen indicador de su repercusión. Y es que Peter y MJ tienen clase hasta para separse, como bien demostrara esta trágica historia de amor con tintes sobrenaturales que ha conseguido que, en cada una de sus posteriores apariciones, la pelirroja haya elevado las ventas de la colección manteniéndonos en vilo hasta que al fin llegue el esperado momento en el que vuelvan a estar juntos. Porque tened por seguro que lo harán por mucho diablo o editor que se ponga en su camino y cuando lo hagan volverá a ser un acontecimiento como ninguna otra reconciliación lo haya sido. Si no, siempre podremos disfrutar de la versión Ultimate y sus complicados líos de faldas adolescentes ya sea con Mary Jane, Kitty o la simpar Gwendolyne.

Pero como suele decirse, no hay dos sin tres y aparte de las citadas, si hay una pareja que ha conseguido ganarse el beneplácito de los lectores ha sido la formada por Cíclope y Emma Frost. Y eso aun cuando lo tenían todo en contra tras cuatro décadas en las que había quedado más que establecido que el gran amor de Scott Summers siempre fue, es y será su esposa Jean Grey. Podría decirse que el principal atractivo de su relación era precisamente lo imposible que era todo. Él, líder de la Imposible Patrulla-X y un intachable boy scout que desde su adolescencia se erigió como eje moral entre sus compañeros. Ella, antigua rival de los X-Men de carácter frívolo, hedonista y sibilino que durante años demostró una moral más que difusa como Reina Blanca del Club Fuego Infernal. Pero ambos se encontraron en el camino en un cúmulo extraño de circunstancias y como suele decirse, una cosa llevo a otra prendiendo la llama entre los dos. Arriesgada y rupturista, la suya es una relación que nos habla de evolución personal y como los amores idealizados se desmoronan bajo el peso de la espectativas. De la mano de guionistas de la talla de Grant Morrison, Josh Whedon y, porqué no, Matt Fraction hemos visto como su relación ha ido creciendo hasta el punto de ver surgir esa necesidad y complicidad mutua que los ha convertido en una de las parejas más sólidas e interesantes del panorama actual. Disputas, celos, mentiras, engaños, infidelidades y esposas difuntas dan forma a esta particular vínculo entre adultos en el que su vínculo parece sobrevivir estoico ante cualquier prueba de fuego. O casi todas, pues aun les quedaría enfrentarse a un plausible regreso de cierta ave flamígera que siempre consigue arrastrar consigo los anhelos más profundos del bueno de Scott.

En la primera década del siglo XXI hemos visto también como parejas clásicas como Kitty Pryde y Coloso en la Patrulla-X u Ojo de Halcón y Pájaro Burlón en los Vengadores disfrutaban de una nueva oportunidad para dar un paso adelante en sus vidas sentimentales de la mano de autores como el ya citado Josh Whedon y Jim McCann. Algunas como la Hank Pym y Janet Van Dyme, Kaos y Polaris o Rick Jones y Marlo se complicaban todavía más si cabe mientras que otras como las de la Visión y la Bruja Escarlata, Thor y Amora o Justicia y Estrella de Fuego se iban definitivamente al traste sin demasiadas vistas de arreglarse. El drama se hacía presa de relaciones ya de por si dificiles como el caso de Rayo Negro y Medusa mientras que otras clásicas como Reed Richards y Sue Storm apenas destacaban más allá de sus conflictos hogareños habituales como tampoco han estado del todo aprovechadas las formadas por Pantera Negra y Tormenta o el Vigia y su esposa. Tampoco faltaron nuevos aportes como la carismática pareja formada por la Agente Abigail Brand y Bestia, el mordaz descaro britanico de Blade y Spitfire, la compenetracion Madrox y Layla Miller, las vicisitudes al mas puro estilo Gran Hermano de Mister Sensible y U-Go-Girl, el imposible amor entre Kelda y Bill Junior/»William el Guerrero» o las interesantes y ajetreadas relaciones de los componentes de los Runaways. Con otros aportes bastante trágicos como la no-relación entre Punisher y O’Brien, la actual década también se ha carecterizado por dar carpetazo de forma bastante arriesgada a temas que coleaban desde antiguo como la relación eran las habladurías a cerca de Rictor y Estrella Rota o esa tensión sexual no resuelta entre Tony Stark y Pepper Potts. Quizás se haga en el futuro con otras a priori imposibles como Estrella del Norte y el Hombre de Hielo o Kitty Pryde y Karma. Eso solo el tiempo lo sabe.

Pero si por algo se ha caracterizado esta última década es por el constante ajetreo sentimental y sexual que han tenido muchos de los personajes de la editorial, a los cuales me resisto a definir como «promiscuos» por las connotaciones negativas que ha terminado adquiriendo la palabra pero que bien refleja como han crecido en este aspecto con respecto a épocas pasadas. Acorde con el tiempo en que vivimos, tras librarse del Comic Code la editorial ha podido dar rienda suelta a esta faceta aportándole vida a los personajes en su constante empeño para hacerlos lo más humanos y cercanos posible. A veces con tiento, otras no tanto, quizás en algunas ocasiones deberían cortar un poco mientras que en otras -como el actual estatus mutante en el que deberían terner su propio «summer of love» reproductivo en San Francisco- no se acaban de atrever lo suficiente.

La palma sin duda se la lleva Lobezno quien, a parte de desvelarnos un largo historial de amores pasados que incluye a Rose, Seraph, Atsuko o Itsu, a tiempo real ha mantenido affairs con Jean Grey (vale, más platónico que real), Dominó, Cassie Lathrop, la Nativa, Mística, Hulka, Amir o Yukio entre otras muchas. Manteniendo actualmente una relación estable con Melita Garner, lo último que hemos sabido de su vida sentimental ha sido su posible affair con

. Tampoco se queda atrás Hércules quien sin ser la mayoría conocidas tiene amantes por todo el mundo de entre las que destacan Namora, Ave Nevada, Hypolita, la Viuda Negra, Alflyse, Hulka o el velocista mutante Estrella del Norte. Más o menos a la zaga se mantiene Iron Man, playboy millonario por antonomasia que desde la muerte de Rumiko Fujikawa ha estado vinculado con numerosas mujeres, la mayoría citas de una sola noche, pero también otras más conocidas como Hulka, la Doctora Maya Hansen, María Hill o su asistente Pepper Potts. De cerca les sigue Pete Wisdom, que como buen agente británico ha lucido un largo historial de amantes entre las que se encuentran Valentina Rychenko, Sabia, Dazzler, el hada Tink o la psíquica Maureen O’Raven.

Bastante ajetreada ha sido también la vida sentimental de Spider-Man quien, desde su traumática ruptura con Mary Jane ha disfrutado de numerosas relaciones -algunas más intensas, otras más ligeras- con chicas como Betty Brand, Norah Winters, Michelle Gonzáles, la Gata Negra, Ms Marvel, Hebe o Carlie Cooper entre otras cuantas. Tampoco se quedan cortos Jamie Madrox (Sheila Desoto, Syrin, Monet St Croix, Layla Miller…), Gambito (Bella Donna, Pícara, Tormenta, Mística…), Bala de Cañón (Tabitha Smith, Lila Cheney, Serafina ademas de, recientemente, cierta compañera de los Nuevos Mutantes) o, ver para creer, Masacre (Copycat, Vaquera, Verónica Chase o Syrin entre otras cuantas). Más mérito tiene lo de Ojo de Halcón y el Doctor Muerte, el primero con toda una alineación de vengadoras de primera fila en su haber (Piedra Lunar, la Avispa, la Bruja Escarlata, Eco, Pájaro Burlón…) y el segundo con algo similar en cuestión de femmes fatales con tendencia a los manejos oscuros (Valeria, Morgana LeFay, Layla Miller o, recientemente

).

En lo que respecta a ellas, la mas prolifica ha sido sin duda Hulka quien, entre Luke Cage, Juggernautt, Lobezno, John Jameson, Eros, Iron Man, Brian Wingfood, Hércules y unos cuantos modelos de ropa interior sigue demostrando porque es la superheroína soltera más chic de la editorial. Tras la pista lleva a una auténtica mujer fatal como Mística, quien tampoco se queda corta entre Azazel, Lobezno, Fantomex, Forja, Shepard, Gambito, el Hombre de Hielo y algún flirteo que otro con Daken. Por su parte, las mutantes siguen despuntando en dicho ambito con ejemplos como los de Mariposa Mental (Thunderbird, Dientes de Sable y Ángel) o Tormenta (Cable, Davis Cameron, Gambito, Callisto, Lobezno, Rondador Nocturno, Pantera Negra…) mientras que otras como Monet St Croix vienen apretando fuerte (Sincro, Jamie Madrox, Longshot). Caso curioso es el de Pícara, quien tras años de celibato obligado se ha convertido en un imán para sus compañeros másculinos. Habiendo llegado a mayores únicamente con Gambito y el Vigía, se sabe que al menos Coloso y Magneto han puesto un fuerte empeño en ello. No hablemos ya del caso de la casta Loba Venenosa quien tras años de represión ha terminado por desmelenarse con gente como Warlock, Elixir, Rictor o su antiguo amor Hrimhari.

Por su parte, Yocasta es un buen ejemplo de que ni los seres sintéticos pueden resistirse a los deseos más primarios como ha demostrado junto a Aaron Stack, Hank Pym o Ultrón. Buenas maneras viene mostrando también la miembro de los Runaways Nico Minoru quien, a estas alturas ya ha tenido jaleos con todo el equipo con la salvedad de Molly y Klara. Y no hablemos ya de Piedra Lunar quien tras su romance con Ojo de Halcón, demostraría ser toda una depredadora durante su estancia en los Vengadores Oscuros. Y es que si Daken hubiera accedido habría firmado un Hat-trick resultón como colofón a No-Vahr y Bullseye. El caso más llamativo es probablemente el de la Bruja Escarlata, quien tras trascender al eterno triángulo amoroso con la Visión y el Hombre Maravilla acabaría seduciendo con sus encantos a el Capitán América, Ojo de Halcón y

.

Por otro lado, dramático cuando menos seria el caso de Bruce Banner/Hulk, posiblemente el que haya tenido una relación más intensa con sus diferentes amores pero que reiteradamente se ha visto condenado a ver como estas padecían por su culpa. Con una prole de vástagos producto de distintas relaciones y pasiones fortuitas, nunca ha sido capaz de conservarlos sin obtener otra cosa que sufrimiento. Siendo especialmente recordados los últimos estertores de su relación con Betty Ross o la trágica conclusión de su unión con Caiera, otras como Thundra o Kate Waynesboro escaparon mejor paradas. Aunque quizas por los pelos.

Siendo estos solo algunos de los ejemplos que hemos podido disfrutar durante estos últimos años, la imagen que nos queda es que Marvel ha demostrado un fuerte empeño a la hora de explorar las distintas dimensiones de sus personajes por medio de los sentimientos. Una faceta culebronesca que en mucho bebe de los mitos clásicos en los que más importantes eran si caben los líos de faldas de los dioses y héroes que sus gestas y que desde sus inicios ha caracterizado a la editorial. Quedando en ocasiones superfluas o poco desarrolladas, las más afortunadas y dedicadas han terminado por convertirse en grandes historias de amor que han dado vida a la editorial.

Y esto es todo en lo que respecta a Marvel. Mañana continuaremos con nuestro particular homenaje a San Valentín con un nuevo repaso de las grandes parejas que ha dado el comic durante el siglo actual.