Ya ha pasado el Efecto Oz y llega el momento de analizar qué ha dado de sí este arco argumental, que se ha extendido más de tres años en el tiempo, desde que Geoff Johns lo introdujera de manera sutil en el Superman #32, estando aún en la época de los New 52, observando un combate de Superman y animándole. Ha sido ésta una historia compleja, con un tratamiento único en el actual Universo DC, y un misterio creciente, pues ha sido la única trama que ha trascendido en el proceso de cambio de New 52 a Rebirth.
Fue creado por Johns, pero los demás autores que han estado al frente de las cabeceras del Hombre de Acero, sobre todo Dan Jurgens, han sido fieles al tono misterioso del personaje, siendo el veterano autor el encargado de desvelar quién era y por qué estaba actuando como lo hacía, en el arco El Efecto Oz. Los lectores hemos estado intrigados con sus esporádicas apariciones, pues en cada ocasión iba añadiendo un punto de interés, de incertidumbre, acerca de un personaje que ha sido tratado con mimo, cocinando su historia hasta llegar a un punto de máxima ebullición, creando un gran interés. Sin embargo, el plato que al final se ha servido puede que no haya sido del gusto de todos.
Resultó que Mr. Oz, ese desconocido encapuchado que ha observado desde una oscura habitación, a través de una pared de monitores, las andaduras de Superman y otros personajes, era Jor El. Le vimos haciendo acto de presencia de cuando en cuando para cometer actos tan sorprendentes como encarcelar a Doomsday, Mr. Mxyzptlk, Tim Drake, advirtiendo a Clark, enviarle un diario en blanco, ayudando a Jon a luchar contra Zod, arrebatando a Metallo su corazón de kyptonita…así hasta un total de 38 apariciones repartidas entre Action Comics, Superman, Detective Comics, Trinity, Supergirl y Hal Jordan and The Green Lantern Corps, aunque estas últimas fueran testimoniales.
Fue desvelado el pasado 13 de septiembre en Action Comics #987 y la historia se cerró en el #991. La motivación de Jor El ha sido demostrar a su hijo que la humanidad es malvada por naturaleza y no merece ser salvada. No merece que un ser tan extraordinario como Superman viva y muera por salvar a una raza de seres violentos, corruptos, egoístas y desagradecidos que siempre tienden a hacerse más daño los unos a los otros que ha ayudarse y convivir. Por ello ha decidido darse a conocer por fin, para convencer a Kal El de que tiene que abandonar la Tierra con su mujer y su hijo y marcharse a Bliss, un mundo mágico donde no tendrán que ocultar sus poderes y podrán vivir siendo ellos mismos, sin identidades secretas. Durante los cuatro números encontramos un constante diálogo, ya sea en conversaciones o con sus actos, entre la opinión del padre y la del hijo. Una premisa interesante, sin duda, pero que deja un poco frío al lector que durante años se ha preguntado quién era ese personaje, esperando que sus intenciones fuesen…tal vez diferentes.
Ahora el nuevo arco de Action Comics, que empieza en el #993 tras un número de transición y reflexión (en el que Superman medita acerca de las ideas de su padre, se pregunta si de verdad era su padre o un farsante o estaba siendo utilizado por esa supuesta amenaza tan poderosa) trata sobre un viaje temporal hacia el momento previo a la explosión de su planeta, usando la cinta de Flash para viajar al pasado, con Booster Gold llegando unos segundos tarde para impedir que haga esa travesía que podría afectar la línea temporal. Gana bastantes enteros.
La influencia del Efecto Oz también ha trascendido en Detective Comics #965-966, cerrando el arco del encierro de Tim Drake, pero ha sido menos trascendental, aunque no por ello poco interesante. Ha servido para homenajear al tercer Robin, con el primero de los números haciendo una biografía narrada por el propio personaje sobre cómo llegó a convertirse en el pupilo de Batman. En el segundo número se ha visto cómo consigue salir de la prisión donde lo tenía, con un encuentro con su alter ego del futuro…vistiendo el manto del Murciélago. Cerrando un tema y abriendo otro, pero sin mayores consecuencias. Parecía que Tim iba a tener una trascendencia aún mayor que un simple secuestro para su observación.
Lo interesante del Efecto Oz, más allá de las intenciones de Mr. Oz, ha sido el mensaje oculto que ha transmitido Jor El, que era el de que una amenaza mayor iba a llegar al planeta y que había que salir de allí. Y a Tim Drake llega a decirle que sus maravillosas cualidades personales y su talento intelectual habían llamado «su atención»… haciendo una referencia a ¿Doctor Manhattan? Obviamente sirve de enganche para leer Doomsday Clok. Pero…¿todas esas misteriosas apariciones para esto?
Ha sido una lectura disfrutable ver cómo explicaba que ha estado protegiendo a Superman y su familia desde el primer momento, siendo un aliado en las sombras. Pero, personalmente, siento que no ha sido una gran historia. Que se ha ido gestando con demasiado misterio como para tener una resolución tan poco espectacular. La sensación al descubrir que era Jor El fue la de sorpresa, pero no impacto y emoción, sino de extrañeza y bajón. Y, tras conocer toda la historia y el origen del personaje que adopta para ocultar su identidad, no me siento plenamente satisfecho. Además, está la pregunta que me hice en su día: ¿todo este arco cambia el cannon de la historia global de Superman y su padre? ¿tenemos que admitir a partir de ahora que Jor El sobrevivió a la explosión de Krypton?
En cuanto a ese momento, en el que en el número #988, segundo del Efecto Oz, se ve cómo una energía azul salva a Jor El trasladándolo a la Tierra, queda como el único que hace referencia a la presencia del Doctor Manhattan. Pero ésto sigue siendo una conjetura, aunque con fuerza. Personalmente, esperaba que en este arco hiciera alguna aparición, por breve que fuese, ese personaje de Watchmen, pues era, junto con Ozymandias, el que más sentido tenía para mi que estuviera debajo de la capucha. (Puedes consultar aquí un artículo con teorías de los miembros del Equipo DC de ZN).
La verdad es que no quería contemplar ninguna otra teoría que no implicara la fusión de los universos. Esperaba que estos números hicieran de antesala a la unión que se espera en Doomsday Clok. Más aún, cuando en el #986 Lex Luthor recibía la visita de Mr. Oz y éste le decía que era más inteligente que él y le despojaba de su traje, capítulo en el que yo entendía que podía ser Adrian Veidt, por aquello de ser considerado el hombre más inteligente del mundo. También, después de ver cómo varios personajes seguidores de Oz portaban un tatuaje con un símbolo muy similar al perfume Nostalgia de la línea de cosméticos de Veidt en Watchmen.
Para mi sorpresa no hay en Doomsday Clock #1 referencia alguna al Efecto Oz, aunque me la espero para las próximas entregas, ya que Superman apenas sale un par de páginas y ésta primera entrega se basa en la presentación de las intenciones de Ozymandias de encontrar a Dr. Manhattan, quien se encuentra desaparecido. Suponemos que todas las apariciones de la energía azul en varias series durante los últimos años tendrán pronto su explicación.
Antes de terminar, merece ser alabado el dibujo que Viktor Bogdanovic ha venido realizando en Action Comics los últimos meses. Su estilo, expresivo, moderno, de gran narrativa, se acopla perfectamente al tono de la historia que está narrando. Las páginas de acción son espectaculares, sin envidiar los números de Patrick Zircher, el dibujante más habitual en la serie desde la recuperación de la numeración clásica. Sin duda, después de haber trabajado en Batman: Arkham Knight y New Super-Man, con un pequeño paso por Suicide Squad, se ha consolidado como un buen dibujante a tener en cuenta en colecciones punteras.
En definitiva, el Efecto Oz ha sido para mi un arco argumental muy interesante, con mucha originalidad por cómo se ha ido gestando durante años, pero su resolución me ha dejado algo frío. Como he dicho, me esperaba algo más relacionado con Watchmen, pero la aparición de Jor El me descolocó. Ahora espero que la energía azul tenga pronto su explicación y que las próximas aventuras de Superman en su viaje temporal den mucho juego. Y a ti, ¿qué te ha parecido?
Action comics esta siendo un quiero y no puedo, con sagas-eventos que durán un sin fin de números y que terminan solucionando mal en el último episodio de cada saga.
A mí se me antoja un engaño o estafa bastante hiriente. Claramente Geoff ha engañado a propósito al fandom para que creyera que era Ozymandias y siguiera comprando los comics. No creo que a nadie le satisfaga que haya terminado siendo Jor El.
No quiero ser yo el que defienda a Geoff, pero… Creo que estaba claro que la identidad del señor Oz no podia ser tan «evidente»… Claro que querian que pensases un poco ozymandias, era lo fácil, y después con eso te cuelan el giro.
A mi personalmente la revelación de su identidad no me ha cambiado la vida, pero de ahí a sentirme estafado o sentir que Action cómics és malo… Pues tampoco. No será la mejor serie de Rebirth ni mucho menos pero hasta ahora la serie me parece bastante competente. És fácil de leer, si, también tira bastante del factor nostálgia, pero és muy entretenida y con eventos importantes para el contexto que plantea Rebirth.
Una autentica tomada de pelo
Espero que ECC publique toda este crossover en tomo unitario aparte (como hizo con Superman Reborn) para ahorrármelo y que no me deje coja mis grapas de Superman. Esto de los «personajes en sombras que ya-si-eso-te-descubriremos quién es» viene de largo en los tebeos de superhéroes, y unas veces lo hacen bien y dejan al público satisfecho y otras -como esta- suena a globo haciendo pedorreta, a improvisación y a que no hay muerto que no respeten (me acuerdo del tipo en sombras de cráneo pelado que provocaba la huida de supervillanos de La Balsa en el Nuevos Vengadores #1 de Bendis y que finalmente resultó ser, años después, la Elektra skrull con su pañuelito en la cabeza ¡¿?). Por lo menos, Alan Moore tuvo la decencia en «Para el hombre que lo tiene todo» de traer de nuevo a Jor-El sólo en un escenario onírico de what if. Para mí que Jor-El no era quien tenían pensado en un principio y que esto ha sido un apaño para zanjar un tema que venía coleando desde hacía demasiado tiempo.