Entramos en una zona pantanosa. Está claro que en cualquier reboot, nueva etapa, ciclo, o reestructuración de series tiene que haber una oveja negra. No todo lo que se edita tiene que ser de una misma calidad, y muchas veces ocurre que una sobreexplotación de una franquicia con multitud de series aboca a rebajar la calidad de muchas de ellas en detrimento de las que pueden ser llamadas pesos pesados.
Ángeles Caídos es un claro ejemplo de una de esas series que han pinchado en el nuevo amanecer de los mutantes. El reclamo mediante el uso del título de la emblemática serie limitada de los Nuevos Mutantes resulta injustificado y a la postre ha supuesto incluso un lastre.
En principio la propuesta sonaba muy interesante con un grupo potente que podía hacer las delicias de los lectores. Mariposa Mental, X-23 (Lobezna con el permiso de los lectores de Marvel) y el joven Cable sonaba como un equipo plagado de potencial. Desafortunadamente, la ejecución de la trama, como vamos a ver ha sido muy deficiente.
Bryan Edward Hill nos ofrece al comienzo de esta serie muchos temas interesantes para explorar, como el libre albedrío frente al determinismo, si realmente puedes escapar de tu pasado, si la redención es posible para un asesino, etc.. Si bien debemos decir que uno se queda frío como el hielo cuando no se explora ninguno de estos aspectos de una manera que pueda llamarse lógica y satisfactoria. En definitiva, se lanzan premisas interesantes que no son abordadas pasando muy someramente por ellas.
Introducir temas complejos como los mencionados supone un control por parte del guionista que debe llevar a cabo un ejercicio de contención de los mismos para que la trama no resulte desbordada por una desmedida ambición. El uso abusivo de diálogos para explorar momentos emocionales que conducen a los temas planteados se ve en este caso muy forzado. Bryan Edward Hill se ve en la necesidad del uso de esta dinámica si bien los citados diálogos se diluyen en favor de una dirección distinta y discordante a lo que nos intenta contar. Se trata, siendo gráficos, como las piezas de una máquina que no encajan bien, y esta no funciona.
Confusión es la palabra que puede venirnos a la mente. Un ejemplo claro es el propio clímax final que resulta apresurado. Apoth queda rodeado de un halo de contradicciones, siendo «archivado» en el limbo de aquellos personajes de mitología mutante confusos cuyo iniciático desarrollo ha sido caótico.
Llegados ya al aspecto gráfico nos centramos en la labor de Szymon Kudranski. El dibujante es conocido por su trabajo con personajes como El Castigador y Spawn. En principio podríamos decir que su elección fue acertada encajando su arte oscuro con el aire que se él ha querido dar a esta serie. Si bien el resultado veremos que no es el óptimo. Puede que también la labor del colorista Frank D’Armata haya sido decisiva en el resultado, pero nos encontramos con un uso excesivo de oscuridad en las viñetas. Un claro ejemplo de lo manifestado es la batalla final en la que encontramos viñetas donde no se puede identificar nada de lo que allí se plasma. Además, Kudranski ha optado por un desmesurado uso de composiciones de panel muy repetitivas. Gran parte de las viñetas son primeros planos extremos, que se centran en los ojos o la boca de los personajes.
Concluyendo debemos decir que cuando tienes una historia confusa y la combinas con un arte oscuro de difícil comprensión, el resultado es el que tenemos entre manos: un fiasco. Ese cúmulo de despropósitos equivale a una sentencia de muerte en un cómic nuevo y es lo que ha ocurrido.
Aburrimiento X
Guión - 4.5
Dibujo - 5
Interés - 3
4.2
Un mal planteamiento, confusión de ideas y una excesiva oscuridad en la parte gráfica nos conducen a un resultado malo, tedioso y olvidable.
El caso es que el primer número no me parece malo, pero a medida que se han sucediendo los meses la cosa ha ido a peor y la resolución del arco es totalmente un «pues vale».
La nueva Mariposa Mental me parece un personaje muy interesante. A ver si la aprovechan mejor.
Yo no me acabo de acostumbrar a que no sea Betsy.
El primer número empezó bastante bien, pero ya a partir del segundo la cosa flojeó, sobre todo con la caracterización de X-23, que queda reducida a la «sidekick» de Psylocke y el uso de ese Cable adolescente que da igual que guionista lo pille, es un personaje igual de insoportable y repelente que Quentin Quire.