Animacomic 2014: La crónica

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A pesar de las agoreras voces que han establecido de manera implacable el fin del cómic por activa y por pasiva, parece que los aficionados nos seguimos resistiendo a abandonar las viñetas. No sólo seguimos comprando cómics y leyéndolos en papel, su medio original, sino que seguimos reuniéndonos, hablando sobre ellos, discutiendo los cambios creativos que se producen en las obras más mainstream o debatiendo sobre la profundidad que ofrece el tebeo más cercano como el europeo. Prueba de que todo sigue vivo es el empeño de los aficionados en seguir organizando salones y acudiendo a los mismos, contando en la actualidad con un extenso número de salones y eventos varios que pueblan lo ancho y largo de la península durante los 365 días del año. Una de estas citas es el Animacomic de Málaga –cuyo nombre completo es Salón de la Animación, Manga y Cómic– que en los pasados 5 y 6 de julio celebró su tercera edición en pos de establecerse como una cita fija para todos los aficionados del sur que estén dispuestos a compartir su afición en tan bonitas tierras.

Y es que no sólo nos encontramos en un paisaje espléndido en plena Costa del Sol con el calor de julio alumbrando nuestras cabezas, sino que estamos ante una cita que este año ha batido un record absoluto de visitantes con 6.800, superando en un 50% al del año pasado. Cabe recordar que sólo tiene 3 años y está organizado por dos personas con ayuda de un montón de entregados voluntarios, de modo que no conviene perder de vista este festival cara al futuro pues pretende seguir creciendo y consolidarse como una de las citas más importantes de España en los próximos años. Máxime teniendo en cuenta que se apoya en los entes públicos malagueños –tanto el Ayuntamiento de Málaga, visita del alcalde incluida, como el Patronato de la Costa del Sol han participado– y que cuenta con el máximo beneplácito de los malagueños aficionados.

Un salón joven

Estamos sin lugar a dudas ante un salón joven. No sólo por la juventud inherente a ser tan solo la tercera edición, sino por la cantidad de gente joven que uno puede ver tras sus puertas. Jóvenes de todo Andalucía –y España– que bien acompañados por sus padres, amigos, en coche o en autobús se acercaron a pasárselo en grande disfrutando de su afición favorita durante dos largos días. En un paraje inigualable como es la Costa del Sol y dentro del moderno Palacio de Congresos de Málaga, tanto la prensa asistente como la organización nos vimos enormemente sorprendidos ante la cantidad de gente que hacía cola para entrar en el salón en un primer día donde apenas podías dar dos pasos sin toparte con alguien. Una vez dentro, todo lo que uno puede esperar en un salón de estas características: puestos de venta de todo tipo de cómics y merchandising, interesantes exposiciones, juegos de mesa, proyecciones de cine, actuaciones, conferencias y todo tipo de actividades varias que hicieron las delicias de unos asistentes totalmente entregados a la causa.

Las largas colas fueron la tónica el primer día
Las largas colas fueron la tónica el primer día

Sólo había que darse un paseo por el patio central, tan extenso como lleno de gente, para darse cuenta de que la juventud había invadido por completo el Salón. Por un lado en el escenario principal se sudecían uno tras otro grupos de jóvenes grupos de música que hacían las delicias de unas gritonas fans que animaban sin cesar. Grupos que tocaban de una manera encomiable –unos mejor de otros– y que ponían la nota musical y el ruido a un salón que no estaba falto de sonidos. Unos en inglés, otros en español e incluso alguno en japonés daban un ambiente fiestero al salón, ambiente que se completaba con un concurso de baile en el que participaron muchos jóvenes y que fue sin duda uno de los momentos álgidos de público en el escenario.

Armas Listas para el combate
Armas Listas para el combate

Al otro lado del patio, en un círculo medieval, muchos jóvenes se apilaban en largas filas para luchar unos contra otros con espadas y lanzas, hachas y escudos en unos combates en el que si te tocaban eras hombre muerto. Ya no era salir vivo de un buen espadazo de plástico, sino de sobrevivir al calor que por algunos momentos hizo temer a los incrédulos espectadores por la vida de alguno de estos valientes combatientes.

¿El manga es el rey?

La respuesta es clara: sí. Un alto porcentaje de todos los que visitaban al salón eran claramente aficionados al manga. No sólo por los disfraces que portaban muchos de ellos –One Piece era el claro rey del mambo– sino de la cantidad de puestos especializados en el mundo japonés que exponían sus productos ante los clientes. Había literalmente de todo, desde los típicos llaveros y tazas hasta los propios cómics de manga pasando por exóticos productos como catálogos de grupos japoneses de música o blu-rays de películas totalmente desconocidas en territorio occidental.

La estética manga tuvo gran calado
La estética manga tuvo gran calado

Sin embargo, en medio de toda esa vorágine asiática, el cómic europeo, fundamentalmente el español, se alzaba como digno superviviente entre los puestos de ramen y los extravagantes disfraces. No sólo los autores presentes de gran caché como Alfonso Azpiri, Esteban Maroto o Luis Royo, sino tambien con puestos como el de Dibbuks o el de Aleta Ediciones así como las charlas de los autores invitados, daban ese punto al Salón que por un lado le daba la variedad que todo evento de este tipo de necesita y por otro le dotaba de una riqueza en el que raramente los superhéroes apenas tenían lugar. Tampoco cabe olvidar el fenómeno Minecraft que ocupaba cada vez más espacio en los puestos del certamen y que permitía ver extravagantes disfraces entre los muchos asistentes.

El Wall-E animado fue una de las sesaciones del salón
El Wall-E animado fue una de las sesaciones del salón

Las exposiciones del salón estaban dedicadas fundamentalmente a los autores que acudían como invitados al salón pero también a los jóvenes talentos que tiene la provincia. Dentro de la iniciativa Málaga Crea, un buen puñado de cómics de autores malagueños tenía un puesto de honor en las exposiciones del Hall Central del Palacio de Congresos malagueño. A mi personalmente me sorprendieron muchas de ellas, en especial una dedicada a Joselito con un toque pulp americano que le sentaba como un guante. Tampoco cabe olvidar a los numerosos autores que gracias a la organización disponían de un pequeño puesto para mostrar su obra y vender sus fanzines –dónde destacaba Antonio Ruiz y sus Piratas del Jenjibre– y que aportaban frescura y novedad frente a los grandes autores consolidados, algo que siempre se agradece en pos de la variedad.

Vestidos de... ¿Época?
Vestidos de... ¿Época?

Conclusión

Si se puede resumir con una palabra Animacomic esa es ilusión. Ilusión por hacer las cosas bien, por llevar el comic un paso más allá, ilusión por atraer a la más diversa gente y hacer de Málaga un destino fijo en las agendas de viajes de todos los aficionados al cómic, sea cual sea el género. Que un pequeño grupo de aficionados pueda organizar algo así contando con el apoyo de múltiples patrocinadores ajenos al mundillo es todo un hito que no hace más que descargar mérito sobre sus personas. Evidentemente no todo salió perfecto y el primer día de salón la organización se vio ligeramente desbordada ante el manantial de gentío que fluía por las puertas. También se puede criticar (en el mejor sentido de la palabra) que el espacio no estaba del todo bien repartido, dejando para los juegos de mesa un amplio un espacio que parecía escaso en la zona de los puestos de venta, donde la gente se apilaba entre todos los productos a la venta. A las proyecciones elegidas, tales como Vengadores o LEGO La Película, se juntaron las conferencias de autores y libreros –de las que hablaré en un próximo especial– y que dieron un toque de interés a todo lo acontecido en tan espacioso edificio. Muchas cosas son mejorables, desde luego, pero con ilusión se va hasta el fin del mundo.

El salón estaría incompleto sin esto aparcado en la puerta
El salón estaría incompleto sin esto aparcado en la puerta

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ross andru
ross andru
Lector
12 julio, 2014 13:43

Estuve los dos días y me lo pasé genial. Raúl Cimas es un cachondo y muy buena gente, Luis Royo, Alfonso Azpiri y Esteban Maroto tres grandes profesionales que fueron muy atentos con los aficionados. Espero con ganas el Animacómic del año que viene.