Edición original: Animal Man núms. 23 a 29 USA
Edición nacional/ España: ECC Ediciones
Guión: Jeff Lemire
Dibujo: Cully Hamner, Francis Portela, Jeff Lemire, Rafael Albuquerque, Steve Pugh, Travel Foreman
Entintado: Cully Hamner, Francis Portela, Jeff Lemire, Rafael Albuquerque, Steve Pugh, Travel Foreman
Color: Lovern Kindzierski, Dave McCaig, Jose Villarrubia
Formato: Rústica, 160 págs. A color.
Precio: 14,95 euros
Sostener en tus manos el último número de una de las mejores colecciones que vieron la luz con la llegada del Nuevo Universo DC es una experiencia agridulce. No va a haber más números. La serie termina. Las tramas se rematan y todo fluye hacia un final que te lleva suavemente hasta el adiós. Todo en este tomo es poesía, violenta en ocasiones, dura, áspera, horrenda, mágica, fascinante, compleja y llena de esperanza. Porque de eso va este número de amor y esperanza y soledad, mucha soledad.
La familia como vínculo eterno. El duelo derivado de la pérdida de un ser querido. El ansia de poder. La ambición desmedida. El sacrificio personal para lograr un fin y proteger a tus seres queridos… Hay muchas formas de ver, leer y sentir el cómic. Las emociones primarias te sacuden sin descanso mientras, página a página, vas a la deriva en un océano embrutecido de altas olas de color plomizo. Ya no se trata de estar leyendo un cómic de superhéroes, es algo más. Buddy Baker es un personaje diferente a todos los demás que pueblan el Universo DC. No es por sus poderes, medio camino entre la ciencia y la magia, sino por su familia. Un héroe con mujer e hijos que no se esconde detrás de una máscara. Portador del manto de avatar del Rojo, protector de todo lo vivo… es mucha responsabilidad.
A lo largo de esta serie Buddy Baker ha estado huyendo de sí mismo. Apartando de su lado lo que estaba predestinado a ser, para terminar siendo alcanzado de lleno por la realidad que implica ser Animal Man.
La carrera ha terminado. Llega el momento de asumir.
El Rojo ha sido profanado con la llegada del Hermano Sangre y su ejército de hombres bestias, los Disidentes, con la ayuda de alguien de dentro. La traición se desvela y el Pastor se ve obligado a emprender una carrera desesperada por intentar proteger a la reina del Rojo. Animal Man emprenderá un viaje hacía el Rojo, para salvar a su hija, que le obligará a hacer una promesa que tarde o temprano acarreará unas severas consecuencias.
Volviendo sobre el tema de la emociones estamos ante un cómic puramente emocional. No se trata tan solo de contar una historia, se trata de hacernos partícipes de ella. Son emociones primarias, de andar por casa, las que todos hemos sentido en alguna ocasión a lo largo de nuestras vidas. No es un miedo al enfrentamiento con el villano, algo así nos pilla muy lejos, pero Lemire nos quiere dar donde más duele. La pérdida, el miedo a quedarnos solos, el amor incondicional, eso es lo que la historia nos va a ir dejando sentir en lo más hondo de nuestro ser. El dolor de Ellen se va a filtrar dentro de nosotros, la soledad de Buddy se nos va a clavar como una aguja al rojo, la esperanza de Maxine será el faro con el que caminaremos a través de la oscuridad que se cierne sobre nuestro ser. Un cóctel que no deja indiferente a nadie.
Los seres humanos somos esclavos de nuestras emociones. Todo cuanto somos y cuanto hacemos viene derivado directamente de lo que somos capaces o no, de sentir en una situación concreta y es por eso por lo que este tomo es fascinante. Los personajes nos llevan a un mundo totalmente increíble pero no nos extraña en absoluto ver a un pirata con cuerpo de jirafa o un barco movido por un manatí gigante. Lo que nos abruma y llena de estupor es como gestiona Buddy la crisis que se cierne sobre su persona y su familia. El sacrificio que se ve obligado a hacer va mucho más allá de la muerte. Lemire nos deja a Animal Man con una espada de Damocles sobre su cabeza a la espera de descubrir como va a trabajar uno de los nuevos conceptos que siembra en este último número: el Rojo no es el final, sino una parte de un todo que abarca a todos los mundos del universo. Esto permite que Buddy sea más poderoso que nunca y además sea consciente del peso que lleva sobre los hombros.
Tanta es la vinculación que tiene Lemire con esta historia que se reserva el dibujar el que es el último número de la colección. Nos regala un relato de caballeros y princesas, un resumen de los 28 números anteriores que termina con Buddy asumiendo definitivamente su pérdida y mirando al futuro de nuevo con esperanza.
Lo único que se le puede criticar es el baile de dibujantes que sufrimos de un número a otro. EL grafismo de cada uno de ellos es tan dispar que llega a romper la cohesión de la historia. Tan solo un guion sólido consigue que lleguemos a olvidarnos de este ir y venir de estilos, lo cual no va impedir que disfrutemos de los lápices de Steve Pugh (haciendo gala del trazo más elaborado de todos), Rafael Alburquerque (de línea más gruesa y trazo anguloso), Cully Hamner (el más flojo narrativamente), un recuperado Travel Foreman (con un dibujo sencillo y limpio, muy limpio) y el propio Lemire del que ya poco se puede decir de su personal estilo.
Un cómic que viene a cerrar un ciclo, tal vez uno de los mejores que haya tenido el personaje tras la marcha de Morrison y Delano de la serie, merecedor de nuevas lecturas con el paso del tiempo y del que se puede decir ha sido uno de los mejores, por no decir el mejor, cómic del Nuevo Universo DC. Puede que sea muy pretencioso pero su estilo, su manera de enfocar una temática tan trabajada como es el género de superhéroes, lo deja claro desde la primera viñeta del primer número y ya no lo deja hasta la conclusión redonda que nos plantea Lemire en el número final de este tomo.
Si se busca algo diferente dentro del género este es tu cómic.
Amor y soledad. Eterna pareja de baile. ¿Os apetece bailar?
Review Overview
Guion - 9.5
Dibujo - 8.5
Interés - 9.5
9.2
Valoración Global
Amor y soledad. Una y otra vez. Es el mantra de Lemire en su trabajo. Un cierre de etapa a la altura del personaje que mejor ha retratado este guionista canadiense. Para el recuerdo.
Unos de lo mejores comic que he leído lastima el final tan apresurado que le dieron pero no por eso deja de ser bueno.
Leyendo reseñas me estaba gustando lo que apuntaba esta coleccion, pero me veía venir algo que me fastidiaría que pasase y suponía inevitable con el tono de la serie. Y pasó y me sentó muy mal.
Puedes utilizar la etiqueta de spoiler:
La muerte de Cliff
.
Esto no hace mala la serie, por supuesto, pero me sienta mal.
Magnífica reseña. Coincido al 100%.
Gustavo, veo que los 2 hemos visto y vivido las mismas sensaciones con éste ultimo tomo de Animal Man, del cual ya me declaré fan incondicional desde la etapa de Grant Morrison por el enfoque tan humano y ecologista de esa etapa, pero sobretodo por su vertiente humana en el ámbito familiar y de cómo tiene que lidiar su carrera como superhéroe con los problemas familiares tan comunes al igual que el resto de mortales.
La verdad es que me la compré junto con la Cosa del Pantano para ver qué podían ofrecernos en éste NUDC, y además, porque sabia que ambas compartían la saga «Mundo Putrefacto» que después de llerlo es de lo más flojo por no decir malo, innecesario y estirado a más no poder. La Cosa del Pantano me llamaba la atención por ser guión de Scott Snyder y al final resultó ser una decepción hasta la llegada de Soule que ha levantado la colección hasta cotas inimaginables.
Animal Man como ya he comentado antes, soy fan desde la etapa de Morrison -la cual me parece genial- pero otra gran etapa de la misma igual de destacable y a reivindicar es la etapa de Jamie Delano, que asentó mucho las bases de ésta etapa actual y de la que Lemire bebe directamente. La etapa de Delano es más cruda y oscura, incorporando y ampliando elementos nuevos y desarrollando más allá algunos viejos. Todo el tema del «rojo» que en la etapa de Delano ya se tocó y trató, aquí Lemire la desarrolla un poco más y la enriquece dándole una evolución acorde a lo ocurrido en la trama. De hecho la «resetea» para que otros autores puedan jugar con ella como quieran en caso de querer usarla en el futuro.
También coincido que lo de Cliff al final de la saga «Mundo Putrefacto» es algo «forzado» y me dejó algo frío. Vamos, de hecho estuve apunto de dejar ambas colecciones -Animal Man y La Cosa del Pantano- después de esta saga tan mala con algún que otro número reseñable y que se podía haber explicado tranquilamente con la mitad -o menos- de los números publicados.
Pero gracias a algunos compañeros de esta web -gracias Reverend Dust 😉 – decidí darle una oportunidad de un tomo más a cada serie, ya que siendo un gran fan de ambos personajes creía que se lo merecían. He hice bien.
El caso de La Cosa del Pantano ya es de sobras conocida por todos con la llegada de Soule, la serie mejora el 100% después de la saga «Mundo Putrefacto» y de la marcha de Snyder.
Y a Animal Man le pasa lo mismo. Después de dicha saga que le hacía más de lastre que otra cosa, la colección sube muchos enteros y el tomo siguiente publicado por ECC tiene varios números que son para enmarcar. El número de la «película independiente» de Animal Man es sobresaliente. Y sobretodo, el número en que Buddy quiere recuperar el recuerdo más cariñoso de Cliff cuando «vuela» es simplemente MAGNIFICO Y CONMOVEDOR. Me emocioné muchísimo con este número y con el tomo en general. Tal vez como yo también soy padre tal vez pueda sentir mayor empatía por lo que puede pasar Buddy con lo de su hijo y tocarme algo más la fibra sensible….. y vamos si lo consiguió. Lemire consiguió emocionarme como pocos autores lo han hecho con ese tomo tan especial.
Y si hablamos del último tomo publicado por ECC que cierra la colección de Animal Man, la verdad es que es para quitarse el sombrero. Al menos Lemire cierra las tramas que tenía en mente y abre un concepto nuevo que da para otra colección más de Animal Man. Y para no spoilear a nadie, voy a comentar solamente «el concepto universal del Rojo y el compromiso de Buddy» ;-), el cual te deja un sabor agridulce porque ves que ha conseguido lo que Buddy se proponía desde el principio pero a costa de un precio muy alto y que le puede ser reclamado en cualquier momento de su futuro. De hecho se hace especial hincapié en la colección cuando su mujer le dice «sin secretos» y él le dice que de acuerdo a sabiendas de que le está mintiendo.
Me encantaría poder leer una nueva colección de Animal que desarrollara ese última idea que planta Lemire en la colección, porque bien llevada puede dar muchísimo juego y a lugar de magníficas historias y tramas del personaje.
Y esa imagen de su hija consolando a Buddy y diciéndole que ha sido un buen padre, es simplemente PERFECTA y está colocada en el lugar exacto del cómic. Ni antes, ni después…. en el momento preciso.
Lástima que se acabe la colección por las malas ventas -cosa incomprensible para mí por la calidad de la serie- pero es lo que hay y para mí se merece estar al lado de las etapas de Morrison y Delano.
Y espero en un futuro no muy lejano reencontrarme con el personaje en una nueva colección que continúe con los conceptos planteados por Lemire.
Me tienta la serie. Es necesario alternar los primeros numeros con Swamp Thing para seguir la trama? Puedo empezar a leerla tras lo de mundo putrefacto sin perderme?
Muchas gracias por el fantástico comentario, Elokoyo. Siempre es gratificante saber que no eres el único que ha sentido removerse algo dentro de su ser al leer este comic.
Estoy de acuerdo con lo que comentas de Decano. Una etapa a descubrir para aquellos que dejaron la serie tras la marcha de Morrison y ha reivindicar.
Omar Little, puedes leer los dos últimos tomos de Animal Manu posteriores a la saga Mundo Putrefacto sin problemas. Y lo mismo pasa con La Cosa del Pantano se Soule. No te las puedes perder.
Mundo Putrefacto, sin ser mala, peca de extensa inútilmente, como bien apunta Elokoyo.
Muchas gracias a todos por vuestros comentarios.
Gracias Gustavo. Ayer me agencie los dos primeros de Soule para catar. Los 3 y 4 Animal Man, si dices que pueden leerse obviando los anteriores tomos, ya me los comprare