Aniquiladores: Devastación

 

Edición original: Marvel Comics – marzo – agosto 2011
Edición España: Panini Comics – junio 2012
Guión: Dan Abnett, Andy Lanning
Dibujo: Miguel Sepúlveda, Tan Eng Huat, Timothy Green II
Entintado: Miguel Sepúlveda, Victor Olazaba, Timothy Green II
Color: Rain Beredo, June Cheung, Nathan Fairbairn
Portada:
Precio:

 

La franquicia cósmica de Marvel va pasando, como se ha comentado por aquí más de una vez, por períodos de expansión y recesión que se suceden cíclicamente y que dejan tras de sí alguna que otra etapa o aventura memorable. Los responsables del último período floreciente del cosmos marvelita han sido los guionistas Dan Abnett y Andy Lanning, que a estas alturas de la parranda no necesitan presentación y que han llevado el timón con un relativo éxito que, sin embargo, no ha sido el suficiente como para que colecciones protagonizadas por Nova o los Guardianes de la Galaxia se hayan consolidado en un mercado donde parece que son los de siempre los que parecen tener la suerte de mantenerse con cabecera / s propia / s. Afortunadamente, quedaron en el camino un par de ideas interesantes como para seguir tentando a la suerte con nuevas aventuras que reúnen a viejos conocidos de la afición que han estado asomándose en las cabeceras precedentes.

Anquiladores: devastación arranca después de los acontecimientos narrados en El imperativo Thanos. Nova y Starlord decidieron contener al titán loco aunque ello supusiera quedarse aislados. Los Guardianes de la Galaxia ya no existen, pero el universo sigue teniendo necesidad de defensores que hagan frente a las amenazas de nivel cósmico. Por tal razón y cumpliendo un deseo de Peter Quill, Cosmo, el cosmonauta perruno, inicia la tarea de reclutar un nuevo equipo compuesto por pesos realmente pesados, cuya primera misión será la de ayudar a los Inhumanos frente al ataque de Blastaar. Estela Plateada, Quasar, Thor Rayos Beta, Gladiador y Ronan el Acusador serán los nuevos reclutas reunidos por el can soviético. Todo esto acontece en el primer capítulo del tomo, que en Estados Unidos era un especial que prologaba toda la serie limitada y cuya viñeta final abre la puerta a la trama principal de la misma. Si el número único inicial sirve de conexión entre los aconteceres precedentes de la franquicia y las andanzas del nuevo –y en principio circunstancial- grupo, la serie limitada recupera uno de esos rincones galácticos marvelianos que, por obra y gracia de la legislación en materia de derechos de propiedad intelectual y cesiones de uso, no han sido muy visitados en los últimos tiempos: Galador, el planeta de los caballeros espaciales y patria chica de su principal paladín, Rom.

Rom, el caballero del espacio es el ejemplo de cómo una franquicia juguetera se convierte, en manos de un guionista competente como Bill Mantlo, en una serie de la que la mayor parte de la parroquia se acuerda con cariño. Sus adversarios, los fantasmas o espectros espaciales, fueron los enemigos a batir en una saga que les enfrentó a una buena parte del universo marveliano (puede echarse un ojo a la participación de los Vengadores en uno de los tomos recopilatorios de la etapa de Roger Stern) y que incorporó a Rom a la galería de héroes de la casa de las ideas, o al menos así fue hasta que la licencia para su uso por parte de Marvel tocó a su fin. Ahora, los viejos enemigos del caballero galáctico vuelven a la actualidad y con ellos retornan su planeta natal, su antiguo amor y posterior parienta Brandy Clark y algún que otro secundario pero, de nuevo por tema de derechos, no aparecen ni el protagonista original, ni se menciona su nombre ni se evoca su aspecto (al contrario de lo que sucede con otros personajes que pasaron por Marvel y que se pueden colar de forma más soterrada, como el Doctor Fu Manchú). No importa, pues habrá otro caballero (o mejor dicho, dama) del espacio que ocupe (o lo intente) su lugar. La amenaza de los espectros espaciales servirá para que este nuevo grupo de pesos hiper-pesados asuma una alianza un poco más permanente y empiece a actuar como algo más que la suma de todos los poderes.

A nivel de guión hay que decir que Abnett y Lanning llevan a cabo una historia en la que emplean escenarios provenientes de sus trabajos más recientes en la franquicia y de otros más vetustos, como los ya mencionados de Rom. En lo que al tratamiento de los personajes se refiere vemos que del acúmulo de testosterona galáctica reunido solamente hay ocasión de tratar con un poco más de profundidad a Ikon y a Quasar. La primera aparece como una guerrera que vive bajo el legado de Rom y que quiere estar a la altura del mismo, aunque a veces se pase un poco de arrogante. El segundo parece sufrir una crisis de confianza, motivada por el hecho de su muerte y resurrección. La aventura será una ocasión ideal para que el protector cósmico renueve la fe en sí mismo, aunque personalmente prefiero y de lejos el tratamiento que sobre ese particular hizo Mark Gruenwald en la saga Cosmos en colisión. En la parte gráfica hay que destacar el buen trabajo de Miguel Sepúlveda y la aceptable labor de su sustituto Tan Eng Huat, aunque habría que recordarle que de la misma forma que a la rana Gustavo no le quedan bien los dientes a Estela Plateada no le quedan bien las orejas.

Como colofón no se puede dejar sin mencionar la aventura de complemento que escribes los mismos guionistas y dibuja Timothy Green II, protagonizada por Mapache Cohete y Groot. Una aventura divertida que recupera al dúo más / menos dicharachero de los Guardianes de la Galaxia, algunos elementos del pasado del ambos y algún que otro personaje sacado del baúl de los recuerdos estelares de Marvel. El trabajo de don Timothy es adecuado para la función requerida y como detalle nostálgico, la primera portada alternativa de la miniserie, centrada en esta pareja animal-vegetal es cortesía de Mike Mignola.

Aniquiladores: devastación es un tomo recomendado para quienes disfrutaran del trabajo de Abnett y Lanning en series como Nova, Guardianes de la Galaxia, El Imperativo Thanos, Guardia imperial, etcétera.