Este 2017 está siendo histórico para la Liga de la Justicia por el estreno de su primera película en acción real. Para celebrarlo en ZN seguimos buceando en los archivos de DC para rememorar algunas de las historietas más célebres del equipo de superhéroes por excelencia de la compañía de Burbank. En esta ocasión vamos a rendir un homenaje a un número muy especial, perteneciente a la etapa clásica de la Liga, cuando la cabecera estaba todavía naciendo y haciéndose un hueco en el mundo del cómic americano. Se trata del #9 de la primera serie, publicado el 1 de febrero de 1962, hace 55 años.
Este ejemplar llevó por título The Origin of the Justice League! y ha pasado a la historia por ser la primera vez en que se contaba el origen de la Liga de la Justicia, aunque después hayan sido creados otros orígenes. Este primero fue creado por los padres que dieron a la luz al equipo: Gardner Fox y Mike Sekowsky. Antes hay que recordar que ambos publicaron la primera aventura entre los números #28-30 de la revista The Brave and the Bold viendo la luz el primero en marzo de 1960. En octubre de ese año se estrenaría el título propio de la Liga, con el mismo equipo creativo, el cual se mantuvo al frente hasta el número #63.
En esta historia nos encontramos con un maravilloso relato con toques de ciencia ficción que ensalza la figura de los siete fundadores de la Liga de la Justicia, con un reparto de protagonismo perfectamente equiparado y un motivo de peso para unir a los héroes más grandes: una amenaza alienígena. Se trata de una aventura interconectada, dividida entres actos, que lleva a todos los personajes hasta el mismo punto para terminar unidos haciendo fuerza en la misma dirección. El resultado es un origen que enmarca el génesis del equipo.
La historia comienza con el joven Snapper Carr, miembro honorario de la Liga, llegando a la sede secreta para una celebración. Allí se encuentra con todos los miembros limpiando y recogiendo el cuartel general. Y le cuentan que se trata del tercer cumpleaños del día en que se juntaron por primera vez. Editorialmente hablando ya es una novedad, pues la serie no tenía ni dos años de historia, pero en la ficción, el equipo llevaba tres trabajando.
A partir de ese momento, cada miembro le cuenta, a él y a Green Arrow, quien se había unido en el #4, la amenaza a la que tuvo que hacer frente y qué pasó para que se diera la situación de que tenían que trabajar juntos.
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Aunque la aparición de Superman y Batman es más escueta, todos los personajes tienen un momento de acción que hace que los acabes adorando. Este #9 fue un número hecho para el lucimiento de todos los miembros de la Liga, una auténtica demostración de habilidades y poderío para demostrar porqué era, ya entonces, el mejor equipo de superhéroes, con permiso de la Sociedad de la Justicia, entonces inactiva.
La estructura de la narración es muy simple y efectiva: dedica tres páginas para introducir la acción, tres para situar la historia que empiezan a narrar y cada personaje tiene tres para contar qué le pasó y qué hizo para solventarlo, con otras tantas para la batalla conjunta, dos para la aparición de los dos grandes y una para el cierre de la historia. Un perfecto y eficaz reparto, obra del genio de Gardner Fox, que cuenta con siete voces narradoras bien equiparadas.
En el dibujo Mike Sekowsky hizo un trabajo soberbio, como todos los suyos. Fue uno de los estandartes del dibujo de cómics de los 60, con un trazo limpio, unas páginas de fácil lectura, unos personajes en miles de posiciones totalmente naturales, con escenas de acción creíbles y bien definidas. Un estilo clásico, sobrio, efectivo. Cada portada que dibujó para Justice League of America era una llamada para el lector, pues sabía transmitir el detalle necesario para hacer la historia atractiva. En este caso, realizó una espeluznante página inicial, con los miembros de la liga siendo atrapados por el monstruo de madera, con los pies y las manos ya convertidas. El colorista, Murphy Anderson, le dio a los trabajos de Sekowsky la tonalidad necesaria, con una intensidad de muy característica en la época, inolvidable para todo amante de los cómics por su claridad y su distinción.
Habrá muchos orígenes, muchos puntos de partida, pero este inicial marcó un punto de inflexión en la historia de los cómics y en DC en particular. Con el paso de las décadas no han sido pocas las veces en que los miembros del equipo han tenido que luchar en frentes separados, llegando a encontrarse para terminar de derrotar al enemigo. Por ello este es un origen casi canónico, entrañable y merece ser recordado.