Ann Nocenti, la mujer sin miedo

Ann Nocenti consiguió en las páginas de Daredevil denunciar una realidad social que hoy en día sigue siendo una referencia en el medio. Zona Negativa os da unas pinceladas de lo que es una de las mejores etapas del personaje con temas sociales, políticos y feministas.

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I think I wanted to shatter the female stereotypes–virgin, whore, bitch, ditz, feminist, girl scout, all-suffering mother, et al.–into tiny fragments and yet keep all the pieces in the same little female bundle. I guess there’s a bit of Typhoid in me, which I imagine always keeps my boyfriends happy in a maddening sort of way. I love writing her, she’s a blast to play with, and I hope I can write her again some day. (Ann Nocenti, interviewed by Mithra 1998)

Ann Nocenti, la mujer sin miedo

Ann Nocenti llegó a Marvel Comics en 1982 a través de un anuncio en Village Voice. Según ella se debió algún que otro adorno creativo sobre su experiencia en cómics. Su primer encargo fue un hueso duro de roer, en concreto los últimos tres números de Spider-Woman, en lo que era el canto del cisne de la colección.

La siguiente aportación al mundo del cómic fue la serie limitada Beauty and the Beast (1984-85), dibujada a lápiz por Don Perlin. Se trataba de una historia romántica entre dos personajes cuyo amor parecía improbable dentro de La Patrulla-X, me refiero a La Bestia y Dazzler.

Llegó poco después la aclamada miniserie Longshot (1985-86), dibujada a lápiz por Arthur Adams. La miniserie presentaba varios personajes y conceptos que serían utilizados varios años después, incluido el personaje principal y el supervillano Mojo.

Sin embargo, la gran guionista fue lanzada al estrellato gracias a una larga etapa a los guiones de Daredevil. El legado de Frank Miller se convertía en una pesada carga puesto que había dejado a El Diablo de la Cocina del Infierno en la cúspide. Ann Nocenti no solo fue valiente, sino que demostró que había vida después de Frank Miller llegando a ser nominada a un Eisner por un trabajo que en tres años dejó muy buen sabor de boca. Para la gran mayoría de los escritores de cómics de finales de la década de 1980 seguir la estela de Miller en Daredevil era considerado una misión suicida. Ann Nocenti, una de las primeras escritoras realmente notables en dentro del género súper heróico no se trataba de una suicida, y ni siquiera se le puede tratar de arrogante; más bien era una recién llegada a los cómics que siguiendo sus propias palabras, «mintió, fingiendo que sabía lo que era un cómic».

Si no lo sabía entonces no le tomó mucho tiempo aprender demostrando su gran valía, y tras su experiencia previa tomó las riendas de un trabajo difícil. Su actitud desde luego no fue en momento alguno derrotista: «Simplemente asumí que todos odiarían lo que hiciese y apartarían mi trasero del cómic, así que, esa mentalidad en realidad me liberó para hacer lo que quisiera y divertirme durante la breve fiesta que pensé que iba a ser.»

Miller’s work on Daredevil was delicious and captivating and so yes, it was daunting to take over after him. I just assumed everyone would hate everything I did and they’d throw my ass right off the book, so that mindset actually liberated me to do whatever I wanted and have fun for the short party I thought it would be. I wrote with a «last meal on death row» mentality. Beyond that, DD’s character is so interesting, he himself suggested the paths I would take. And beyond that, I imagine my brain is very different from Miller’s, so the stories just naturally veered off on a different path than his.

Lo que siguió fue una versión original y notablemente diferente a lo que habíamos visto con Frank Miller. Al igual que El Diablo de la Cocina del Infierno, la guionista no tenía miedo. Desde su perspectiva, relativamente única, toda vez que era una mujer en una industria dominada por hombres, pudo contribuir al medio de una manera única, brindando un nuevo entusiasmo y punto de vista diferente llevando a Daredevil a un territorio desconocido abordando temas maduros y, en muchas ocasiones, controvertidos.

A lo largo de los años 80 también trabajó como editora en Marvel en The Defenders, The Incredible Hulk, New Mutants y Uncanny X-Men, guiando muchas historias que ahora son leyenda. Después de Marvel, escribió una serie Kid Eternity (1993-94) para DC/Vertigo, antes de alejarse en gran medida de los cómics para centrarse en la realización de películas y el periodismo. Regresó en la década de 2010 para asumir varias asignaciones de escritura regulares en DC, en Green Arrow (2012), Catwoman (2012) y Katana (2013). Uno de sus proyectos más recientes y que ha deslumbrado a la crítica es Semillas junto con el magnífico David Aja.

Ann Nocenti y Daredevil

No importa quién lo escriba, Daredevil siempre ha sido un personaje que ha poseído un sentido de superioridad moral sobre todos los demás. Matt Murdock avala cualquiera de sus acciones por una moralidad que prima sobre la de los demás. Daredevil tiene su propio sentido absoluto de justicia moral, lo cual lo hace verdaderamente un personaje ciego. Lógicamente su concepto de moralidad lo ha llevado a situaciones como la que le ha obligado más de una vez a abandonar su cruzada. Ann Nocenti decidió ubicar a Daredevil alejado de la Cocina del Infierno y se sirvió de esa personalidad tan especial para plasmar sus ideas. Este fue sólo uno de los muchos cambios controvertidos que hizo la aclamada guionista durante su carrera como escritora de Daredevil entre 1986 y 1991 (Daredevil vol. 1 #236-291).

Tal es así que la guionista alejando al personaje de sus raíces fue duramente criticada puesto que se consideró que sus historias no eran de Daredevil, sino historias con Daredevil. Lo irónico de esta situación es que el éxito de esta etapa radica en este aspecto. Se le achacó a la autora que su etapa era una plataforma de divulgación de su ideología política, pero per se no es un aspecto negativo puesto que no es un adoctrinamiento, sino una forma de divulgar ideas que pueden ser o no aceptadas por un lector. Escritores como Alan Moore y Chris Claremont han demostrado que los cómics se pueden utilizar como forma para exponer ideas con fuerte connotación política. Muchas de sus historias presentaron a Daredevil enfrentándose a empresas que contaminan el medioambiente, agentes del gobierno en la sombra y granjas que crían ganado (humano) modificado genéticamente, incluso hace una crítica de los alimentos procesados. La desconfianza de la guionista hacia el totalitarismo y el por entonces pánico nuclear es una constante en su etapa. Nueva York, que en ese momento no tenía esa apariencia turística que hoy en día se asocia a la ciudad, es puesta en el objetivo de la guionista. La ciudad de los rascacielos es duramente reflejada en las páginas dibujadas maestralmente por John Romita Jr. Se trata en ocasiones de un cruel álbum de fotos donde bandas callejeras, violencia y suciedad impregnan un ambiente opresivo. La dureza de una sociedad violenta es criticada sin tapujos incluyendo menciones expresas a la terrible lacra de la prostitución y pornografía en ocasiones infantil.

El penúltimo arco de la historia principal de Nocenti (en concreto los números 278 a 282) nos presenta a Daredevil y Mephisto. Se trata de una historia que se centra en las tentaciones a las que se enfrentan nuestros héroes. La autora aprovecha esta historia para hacer una crítica de los regímenes dictatoriales, y la guerra nuclear, o más bien la amenaza nuclear tan vívida actualmente a causa de la terrible guerra en Ucrania. Mephisto a modo de monólogo será la voz que expone los fracasos y las maldades de los gobiernos totalitarios. Finalmente, su arco final (números 284 al 290), con un Daredevil amnésico y en modo Robin Hood, se convierte en una exposición de reformas sociales que la autora consideraba necesarias. Daredevil no solo roba dinero y joyas a la élite sino también a sus esposas “florero”. Un final y una nueva crítica mordaz de nuestra sociedad.

Entonces, ¿por qué es tan importante el Daredevil de Ann Nocenti? No podemos desprestigiar una etapa de un determinado guionista porque intente plasmar sus ideas haciendo uso de recursos literarios o de personajes. Achacar que la etapa de esta magnífica autora es un ideario de llamemos izquierdas es muy simplista. No debemos quedarnos solo en esa idea. Podemos tener una ideología incluso diametralmente distinta de un guionista determinado, pero la valía del autor es ir más allá de lo que piensa. Lo importante es hacernos pensar, razonar, reflexionar. Ann Nocenti lo consiguió, es más, lo sigue consiguiendo, siendo sus lecturas muy actuales incluso habiendo pasado tres décadas y media desde que abandonó la colección.

Creo que vale la pena contar con escritores como Ann Nocenti, se trata de algo esencial para la supervivencia y la calidad de este medio. A medida que nuestra sociedad se vuelve cada vez más diversa, los universos, ya sean de Marvel o de DC, así como de editoriales independientes, tienen que ponerse al día. Aunque guionistas actuales incluyan héroes femeninos y de condiciones sexuales diversas, así como de cualquier raza y religión, intentando ampliar la diversidad de los personajes de toda la vida, no habrá una representación proporcional real hasta que congeniemos la evolución de nuestra sociedad con la comprensión social de esa nueva realidad. Es un trabajo difícil pero no imposible, pero no debe ser violento ni reaccionario, sino educativo, cultural y por qué no, asertivo.

¿Por qué la aportación de Ann Nocenti en Daredevil es tan importante desde el punto de vista del feminismo?

En las culturas occidentales podemos decir que, hasta la primera mitad de siglo 20, se consideraba que los arquetipos representaban ideas y valores patriarcales donde primaban los valores masculinos como medida de medir. En la época dorada de los cómics de superhéroes. hablamos de las décadas de 1940 y 1950, los personajes femeninos existían fundamentalmente para que el héroe pudiera rescatarlos. A medida los cómics de superhéroes iban in crescendo, los personajes femeninos quedaron encasillados en arquetipos domesticados, románticos donde eran dominados, carentes de fuerza, siendo cosificados e incluso victimizados.

En palabras de autoras y estudiosas podríamos afirmar que la revolución triunfante y no cruenta del siglo XX ha sido la de las mujeres. No es una simple afirmación toda vez que se han producido importantes cambios que abarcan desde la denuncia de la ciencia androcéntrica hasta la consecución del derecho a la libertad sexual, desde la incorporación de las mujeres en casi todos los niveles del mundo laboral y de la cultura hasta su presencia lúdica en la calle (Birulés, Fina; «De la indiferencia de los sexos, los prefijos y el elogio de los márgenes»). Ahora bien, como bien dice la autora anteriormente mencionada esto no nos debe hacer olvidar que existen todavía muchas desigualdades. Al contrario podemos advertir que incluso a veces parece que hay una reaccionaria actitud de una tradición que siente perder su poder.

Lógicamente hasta llegar a la situación de hoy en día, muchas mujeres entendieron que el camino se hace caminando y que debían hacer su aportación hacia lo que ha supuesto el actual feminismo contemporáneo. Estas transformaciones en la vida de las mujeres son el resultado de muchos momentos históricos de lucha feminista. El feminismo contemporáneo es en buena parte fruto de una generación que, por así decirlo, siendo valiente, reivindicó como movimiento la igualdad y la libertad.

Dentro de este contexto, el trabajo de Ann Nocenti en un cómic con un protagonista marcadamente masculino, como lo es Daredevil, supuso un enfoque inclusivo de una diversidad de personajes femeninos siendo un reflejo de las preocupaciones feministas. Antes de la llegada de la protagonista de este artículo, los personajes femeninos en Daredevil cumplían principalmente el papel de interés amoroso potencial para Matt Murdock (Karen Page, Viuda Negra, Elektra, Heather Glenn, Candace Nelson) o, en caso de Foggy Nelson (Deborah Harris). Desde el momento en que Ann Nocenti se convirtió en la escritora de El Diablo de la Cocina del Infierno abordó el regreso de Karen Page. Se trataba de un claro ejemplo de un arquetipo femenino próximo al concepto que venía siendo propio de una mujer que no solo era un juguete roto, sino que necesitaba un hombre para ser protegida. Sin embargo, hizo uso de este recurso desarrollando su propia gama de personajes femeninos. De esta forma la guionista consiguió de una manera sublime una crítica a los arquetipos patriarcales de los personajes secundarios, introduciendo un elenco de mujeres que le permitieron lanzar un grito a favor de la igualdad entre hombres y mujeres.

El regreso de Karen Page a la vida de Matt Murdock ocurre en un momento delicado para ella, recuperándose de su adicción a la heroína. Años después sabríamos de las terribles consecuencias de una vida en la que las drogas convirtieron su vida en una pesadilla en el comienzo de la etapa de Kevin Smith. Ann Nocenti nos la presenta como una princesa, frágil, rubia y que incluso literalmente es recogida en los brazos de Matt. La plasmación gráfica de este arquetipo es explícita. Es más, resulta hasta forzada, de tal forma que incluso encontramos alguna que otra viñeta en la que es sostenida en brazos por un hombre fuerte que la protege de cualquier mal. En definitiva, la guionista presenta a Matt Murdock como el caballero de brillante armadura que realmente nunca fue. Karen, por el contrario, es una damisela en apuros al modo y manera que hasta no hacía mucho se veían las mujeres plasmadas en este género, entre otros.

Inmediatamente, la guionista juega con esta dinámica. Karen es una frágil damisela que debe ser rescatada. La terrible situación de esta mujer tras su paso por el mundo de las drogas amplifica esa dependencia tóxica con Matt. Esa relación que no puede abocar a un vínculo sano entre una pareja, viene dada dentro de esa prisión en la que ella se encuentra. Se trata de una dualidad de roles, por un lado víctima, y por el otro el de pareja. En estos episodios iniciales, se nos presenta a Karen como un ama de casa atrapada arquetípica, relegada a roles de género esencialmente centrados en las tareas domésticas. Su vida gira en torno a su apartamento, demasiado asustada para salir. Nuevamente, la autora de manera explícita nos presenta a Karen lavando el disfraz de Daredevil cumpliendo el perfecto rol de ama de casa. Tenemos delante una mujer obediente, cariñosa y abnegada, una perfecta ama de casa. ¿Por qué Ann Nocenti hace uso de este arquetipo patriarcal de una manera tan notoria? ¿no se trata de un tratamiento contrario a lo que la guionista pretende denunciar? Nada más lejos de la verdad, esta herramienta creativa es un mecanismo que busca despertar nuestra conciencia de una realidad que hasta la época venía siendo normalizada. Karen Page es un símbolo; se trata de un personaje que llevaba en la colección de Daredevil desde 1964, y, por tanto, Nocenti hace uso de ella como un exponente de un arquetipo de mujer anterior a la lucha por la igualdad del feminismo de la época.

Nuevamente el uso de Daredevil viene como anillo al dedo para mostrar una nueva denuncia social sobre arquetipos masculinos tóxicos. Usar la violencia para lograr la justicia es un tópico del superhéroe masculino. A medida que avanza la historia, Nocenti explora la ambivalencia en la relación de Karen con un hombre que también es un vigilante que hace un uso excesivo de la violencia. En Daredevil vol. 1 #243-244, Karen no sólo expresa su disgusto por lo violento que resulta el mundo de Matt, sino que también muestra estar cautivada por su capacidad para cuidarla. De nuevo una muestra de lo que es una relación tóxica. Nocenti más adelante nos muestra la fragilidad del vínculo de Karen y Matt a través de la presentación de Mary Walker, quien al modo y manera que lo hacía Elektra instiga a Matt a vivir aventuras. Tal es así que incluso veremos a Karen alejarse corriendo del hospital donde convalece Matt, cuando en vez de llamarla a ella, contacta como Mary. Con esta situación se hace una clara denuncia de la opresión de las mujeres que viven en estas estructuras de relación.

María Tifoidea es definitivamente una de las creaciones más memorables de Nocenti. Mary Walker es telépata, telequinética y piroquinética. También sufre de un trastorno de personalidad múltiple, alternando entre la dulce, inocente e ingenua Mary y la sádica, dominante y seductora Tifoidea. Esta transformación no es meramente mental sino también física. Después de la salida de la genial guionista de Daredevil, continuó desarrollando a María Tifoidea en un par de series que se publicaron en Marvel Comics Presents. Ambas series culminaron en la historia completa de dos partes Bloody Mary: A Battle of the Sexes que apareció en Marvel Comics Presents vol1. #150-151, publicado a principios de 1994. La obra de arte fue de Lightle y Fred Harper.

María Tifoidea es fuerte, independiente, fogosa y desconocida. Sin embargo, en el otro lado de la moneda Mary es obediente con los hombres y a los valores tradicionales del siglo XX. Sin embargo, Nocenti deja claro que es Tifoidea la verdadera identidad del personaje y Mary la máscara, y no al revés. Tal es así que la supervivencia de Mary Walker depende de que sea capaz de contenerse con éxito dentro de esa noción patriarcal de querer ser rescatada. Por otro lado, sus acciones muy masculinas horrorizan a sus antagonistas, hombres, y eso consigue liberarla, en un ejercicio metafórico. El fuerte simbolismo de este personaje a modo de recurso literario llega hasta la cima cuando en el número 260 arroja a Daredevil desde un puente hacia su supuesta muerte.

Finalmente, con “Nueve” Nocenti alude a estereotipos femeninos que «incluyen creencias de que las mujeres nacieron para servir» (Olsson, 2000). En sus primeras apariciones, Nocenti revela en Nueve rasgos de ama de casa funcionalista. Se trata de un personaje obsesionado con la cocina, especialmente para Daredevil y otros invitados masculinos, quienes luego corresponden adulándola.

Ann Nocenti hizo una fotografía magistral de una situación en la que los arquetipos patriarcales encasillaban en ese momento a las mujeres en roles que desde luego no sólo eran tóxicos, sino que suponían una vulneración clara de la igualdad por razón de sexo. Actualmente vivimos en un momento de cambios sociales que en mi humilde opinión corre el riesgo de perderse en la misma esencia de lo que es el feminismo. Entonces, ¿qué es un pacto social en el presente? En palabras de María-Milagros Rivera Garretas, en su presentación del seminario «La política de las nuevas madres» es un encuentro político de hombres y mujeres con sentido libre de su estar en el mundo que proponen nuevas maneras porque saben que las formas de vivir y trabajar hasta este momento ya no tienen sentido.

Pero como bien digo es un pacto y el propio concepto de pacto implica que hay dos ingredientes fundamentales, por un lado, hay dos partes, y por el otro, voluntad de entendimiento. Dentro de una sociedad como la actual debemos atender a las verdaderas necesidades de un mundo que puede cambiar dependiendo de las manos de quien esté dispuesto o dispuesta a aceptar el desafío. Esto no quiere decir que las consciencias cambien de hoy para mañana, pero dar un pequeño paso puede ser un salto el día de mañana.

Dedicatoria

Mi madre siempre fue una mujer luchadora. Mi madre cuidó y educó a tres hijos en una época que desde luego no era la mis abuelos, pero ni de lejos se asemejaba a la de hoy en día. Las dificultades no solo económicas, sino sociales que en ese momento existían por ser mujer suponían para ella una injusticia que siempre trasladó a sus hijos. Sin embargo, muy a su pesar, por mucho que lo quisiese evitar, incluso ella fue ciertamente discriminatoria en cuanto a la educación que me dio respecto a la de mis hermanas, mujeres. Hubo siempre un trato diferente por mucho que ella no quisiese eso para ella ni para sus hijas. Todo traía causa de una educación tradicional que incluso con una empedernida lucha por dejarla atrás había dejado una cicatriz en ella.

Mi madre fue una feminista de la época, pero no pudo en momento alguno salir a la calle, ni reivindicar la igualdad. Sin embargo, optó por un camino que dentro de sus posibilidades pudo aportar ese granito de arena que a veces cuenta mucho más de lo que nos pensamos. Mi madre me educó en unos principios que sin ser perfectos me enseñaron a superar esa educación tradicional que desde luego mi padre tenía grabada a fuego en su mente. Luchó desde la educación para poder enseñarme que un hombre no debe ayudar a una mujer en las tareas de casa sino que también es su responsabilidad, que una mujer no debe quedarse en casa, que un hombre es igual en derechos y obligaciones a una mujer, entre muchas otras enseñanzas. A pesar de ello, estoy lleno de imperfecciones y me queda mucho por aprender. Seguiré intentando transmitir a mi hija esas enseñanzas tan importantes porque por mucho que nos empeñemos la solución de muchos de nuestros problemas pasan por la educación.

Por lo anteriormente expuesto dedico con todo mi corazón este sencillo artículo a la mujer que me lo dio todo, mi madre, y a todas la mujeres de mi vida que siguen enseñándome desde la razón, sentido común y amor que me profesan.

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EsteveTheque
EsteveTheque
Lector
23 marzo, 2023 12:19

Grande Nocenti. Ojalá este retorno con Semillas tenga continuidad. Por lo que respecta a Daredevil, me gustaría leer esta etapa ahora más mayor puesto que de pequeño no pude hacerlo como toca. Se puede encontrar actualmente?
Por cierto, como un guante el dibujo de Romita.

qwerty
qwerty
Lector
En respuesta a  EsteveTheque
23 marzo, 2023 12:32

Panini recogió toda la etapa en cuatro tomos de Marvel Héroes: Zona cero, María Tifoidea, El diablo en el Infierno y El ocaso de los ídolos.

El último lo puedes encontrar si problema todavía en la web de Panini, los dos anteriores los puedes encontrar más o menos fácilmente de segunda mano y el primero… El primero está imposible y carísimo incluso de segunda mano. Te será más fácil posiblemente hacerte con los números de Forum (aunque creo que había material inédito en ese tomo).

Vermeer
Vermeer
Lector
En respuesta a  EsteveTheque
23 marzo, 2023 14:53

Semillas fue un comicazo. Se merece una relectura pronto, que encima Aja estaba lleno de inspiración a cada página. Ojalá vuelvan a colaborar en los próximos años.

EsteveTheque
EsteveTheque
Lector
En respuesta a  Vermeer
29 marzo, 2023 13:49

Gracias a todos por las respuestas! Y a esperar más Nocenti-Aja.

Justiciero Desmesurado
Justiciero Desmesurado
Lector
23 marzo, 2023 13:52

«Ann Nocenti decidió ubicar a Daredevil alejado de la Cocina del Infierno y se sirvió de esa personalidad tan especial para plasmar sus ideas»

Diria que esto es parte de su etapa, pero la primera mitad (hasta infierno) deja al personaje en su ambiente, siendo para mi uno de sus grandes puntos fuertes, es decir, las escenas costumbristas de su barrio, que con ningún otro autor la Cocina del Infierno y sus gentes tomarón tanta presencia que con Nocentti a finales de los ochenta.

En fin, un buen y muy interesante artículo, de una muy buena etapa de una gran guionista y editora, que además vista desde fuera siempre me parecio una persona a la que daria gusto conocer.

Justiciero Desmesurado
Justiciero Desmesurado
Lector
En respuesta a  Juanjo Carrascon
23 marzo, 2023 18:18

En verdad sí estaba claro (al menos yo lo tenia claro). Es solo que utilice esa parte del texto para darme pie en mi comentario.

Gracias a ti por el artículo, como dije muy interesante de leer sobre una etapa y una guionista que lo merecen.

Vermeer
Vermeer
Lector
23 marzo, 2023 14:52

Me debo leer esta etapa por dos motivos: que soy un fan del ciego acróbata y que no daré crédito hasta comprobarlo por experiencia que ese dibujo tan consistentemente bueno que se aprecia es los ejemplos es de Romita Jr.

Román de Muelas
En respuesta a  Vermeer
23 marzo, 2023 18:30

La etapa tiene grandes momentos pero, a mi modo de ver, empieza regular. Te recomiendo paciencia al inicio

Jaime Sirvent
Jaime Sirvent
Lector
En respuesta a  Juanjo Carrascon
25 marzo, 2023 11:43

Gran etapa, aunque coincido con Román,empieza alto titubeante al principio, puesto que hay un baile de dibujantes en el que encontramos de todo,desde unos excelentes Barry Windsor Smith o Keith Giffen a un mediocre Chuck Patton. Da la sensación que hasta la llegada de John Romita Jr como dibujante fijo de la colección Nocenti no se atreve a hacer arcos más largos ya que hasta entonces las historias abarcaban uno o dos números. Con todo en esos primeros números hay historias destacables.

En mi opinión Nocenti tiene el enorme mérito de coger la serie justo después de Born Again y de haber conseguido salir airosa del envite dejando una etapa para el recuerdo.

Desde mi punto de vista el trabajo de Miller es la vara de medir no sólo la calidad de las etapas de la serie, sino también es el punto de referencia de todos los guionistas que vinieron después, o bien para seguir su enfoque(O’Neil,Bendis,Brubaker,Zdarsky), o bien para alejarse de él. En ese sentido tanto Nocenti como Waid se han erigido en los mejores representantes de esta última corriente con el mérito enorme que supuso que Nocenti se atreviera a hacerlo teniendo la losa reciente de la primera etapa de Miller y también de Born Again.

Panini editó esta etapa de un modo improvisado y accidental. No había planes de sacarla,sino de simplemente de publicar un par de arcos(María Tifoidea y El diablo en el infierno) en el coleccionable de Marvel Heroes de tomos finos, afortunadamente tuvieron el buen criterio de sacar el material anterior y el posterior en dos tomos Marvel Héroes con un formato similar al actual.

A ver si Disney plus hace algo con Daredevil y esto nos sirve para que Panini reedite no sólo esta etapa sino también las de Bendis o Brubaker e incluso publicar después de muchísimos años la etapa de O’Neil y Mazzucchelli.

Enhorabuena Juanjo por el artículo.

Jaime Sirvent
Jaime Sirvent
Lector
En respuesta a  Juanjo Carrascon
25 marzo, 2023 21:59

Gracias a ti por el artículo, de verdad.

Un abrazo.

qwerty
qwerty
Lector
3 abril, 2023 11:16

De haber comentado en el artículo «El cómic que me cambió la vida» sin duda habría mencionado el Daredevil de Nocenti.

Creo que fue la primera 
colección que empecé desde el número uno: Llevaba años comprando tebeos pero me había «subido en marcha» a todas las otras colecciones que seguía. Y me quedé hasta el final.

Leí esta etapa antes que las de FM (había seguido más o menos Born Again en los complementos de Spider-man) o la de O’Neil (de la que tenía un retapado de los de «contiene cinco números de esta colección»). Y me quedé hasta el final.

O sea, para mí el Daredevil de Nocenti es mi Daredevil.

Guardo tb muy buenos recuerdos de su Longshot y de una historia de Coloso con dibujos de Leonardi que Forum publicó en su colección de «otoñales» prestigios (creo que recopilaba un serial de Marvel Comics Presents).

Dejé escapar una miniserie de María Tifoidea con John Van Fleet y aún me arrepiento. 

Para terminar, me hizo mucha ilusión leerle en Semillas junto con David Aja y ver que sigue en relativa buena forma.

Enrique Doblas
Autor
22 junio, 2023 9:29

AR TI CU LA ZO, honesto y estudiado, gracias Juanjo!